YOU MAKE MY HEART RACE (PAUSA...

由 Maaik1Dlover

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YOU MAKE MY HEART RACE
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 10

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由 Maaik1Dlover

- Yo... bueno yo... en realidad no quise decir eso... yo, la verdad... lo siento- Tartamudeó Louis mientras que se separaba de mí, rojo como un tomate.

- Creo que yo también siento algo...- Le dediqué una sonrisa con la cual la suya se ensanchó.- Tengo la misma sensación con los chicos,- vi como de pronto la sonrisa desaparecía.- Es algo como cariño, como si fueseis todos como hermanos para mí, sé que suena tonto porque os conozco desde hace menos de un mes, pero es lo que siento.

- Si, claro, claro...- Miró hacia el suelo solo para que yo le levantara la barbilla con la mano derecha para así acercarme a su oído.

- Pero al mismo tiempo que siento eso por todos los chicos, tú eres especial. Desde el primer día en el que hablamos, desde ese primer momento supe que eras especial para mí y no en el estúpido sentido de hermano mayor.- Miré a Louis, su cara era un cuadro lo cual me hizo reír.

- Sé que la deducción no es mi fuerte, pero esto era difícil hasta para un experto deduccionista!- No pude aguantarlo más y empecé a reírme a carcajadas.

- ¿Deduccionista? ¿Enserio Louis?

- ¿No existe de eso? Pues debería, harían un gran favor a la población poco agraciada mentalmente como yo!

- En eso de que eres poco agraciado mentalmente no tienes que insistir, que te creo!

- Hey! No te pases listilla! Bueno, ¿ahora me puedes decir que es a lo que te referías?- nada más decir eso se me calmó la risa y me puse nerviosa, no era buena en eso de confesar lo que sentía y al no tenerlo planeado, esto era más complicado de lo que parecía.

- Que me gustas Louis, no sé si tú sientes lo mismo porque últimamente han pasado muchas cosas un tanto...- Hice una pequeña mueca- Bueno cosas y me gustaría saber lo que sientes o lo que opinas de eso. Bueno, ¿sabes que? En realidad no quiero saberlo, olvídalo.- Me giré, cogí la bolsa que había venido a buscar y desaparecí entrando en el edificio.

¿Por qué era tan estúpida? Enserio, me entraron unas ganas enormes de darme de golpes contra la pared... Y parecía que por fin dios o quien fuera que estaba ahí arriba me oyó y me envió alguna ayuda ya que de un momento a otro me encontraba empotrada contra la pared, ganándome un buen golpe en la espalda que me hizo echar todo el aire que tenía en los pulmones. Me iba a quejar pero nada más levantar la vista para hacerlo, mis ojos se encontraron con los azules ojos de Louis, que me miraban con un brillo especial, aquel que me recordaba al día que lo conocí.

- No me importa que no quieras escuchar lo que tengo que decir sobre lo que sientes, porque quiero decírtelo.- Mierda. Y aquí venía la humillación absoluta de ____. ¿Alguien para verlo? ¿Tal vez grabarlo?- Me gustas ____, más de lo que nunca había creído que una persona me podría gustar en tan poco tiempo.- Bale, ¿por qué mierda no hay nadie grabando esto? Enserio dios, solo me haces caso cuando te da la puta gana ¿o que?- Me vuelves loco _____, literalmente, con todas tus tonterías, con lo borde que eres a veces, con tu cabezonería, con tu risa y con lo bien que me haces sentir con tan solo existir.

¿Estaba soñando o eso me lo acababa de decir Louis? Como por acto divino (y aquí te doy las gracias una vez más dios), sus labios encontraron los míos, tímidos al principio pero llenos de pasión y ternura después. Sus manos viajaron hasta mi cintura rodeándola y acariciándola, mientras que las mías hacían su recorrido hasta el cuello de Louis en el que entrelacé los dedos en su pelo.

- ¡Buscaros un hotel!- Y como no, la realidad volvió a golpearme y ahora que me ponía a pensar llevaba demasiados golpes en lo que íba de día, otra vez a culparle al de arriba (¿demasiadas referencias divinas? Si bueno, no me sentía muy católica ese día, en realidad nunca lo hago, no sé ni porque intento conversar con algo que creo que no existe. Bueno otra cosa más que añadir a mi larga e interminable lista de defectos: tendencia a hablar consigo misma, con animales incapaces de contestar, con objetos inanimado e incluso con seres divinos que asegura que no existen). La ayudante de mi jefa se reía desde la puerta mientras que se dirigía a los ascensores.

- Créeme que lo haría, pero hay trabajo que hacer.- Dijo Louis en un susurro y mordiendo mi labio inferior. Le lancé una mirada indicándole que se callara a lo que el rió. Cogí la bolsa que anteriormente se me cayó y me dirigí hacia los ascensores. No sentí a Louis detrás de mi, por lo que me apresuré a entrar en uno que estaba a punto de cerrarse.

Nada más hacerlo me arrepentí. Este edificio no era solo de la cadena de televisión, encima de esta había oficinas, muchas oficinas, lo que significaba una sola cosa, oficinistas, muchos, demasiados oficinistas gordos y sudorosos. Me apretujé como pude entre panzas y culos e intente contener la respiración hasta que llegué a mi piso, pero lo único en lo que podía pensar era en los labios de Louis encima de los míos, en lo que me dijo, en como su cuerpo encajaba a la perfección en la mía, como sus manos viajaban por mi cintura ...

- ¿Vas a salir o te quedas aquí como parte del inmobiliario del ascensor?- Preguntó uno de los amargados oficinistas. Salí lo más deprisa que pude de ahí, y ahora que me fijaba, era impresionante el poder de exceso de transpiración de los oficinistas, a primera hora de la mañana, en pleno invierno y estaban todos sudando como si esto fuera el mismísimo trópico!

Llegué corriendo a la sala en donde se encontraban los chicos y todos mis compañeros de trabajo y conmigo llegó Amelia, que era la que estaba al cargo de todo ese día.

- Lo siento chicos pero tenemos que empezar a trabajar!- Gritó esta,- Te necesito _____, hoy Dana no ha podido venir ya que tiene algo de fiebre así que estamos solas.

- De acuerdo.- Contesté con una sonrisa y cargando la bolsa que llevaba hasta las perchas que se encontraban a un lado de la sala. Y de pequeña explicación, Dana era, como yo y como Amelia, una de las estilistas. Cuando empecé a trabajar, creí que estaría de becaria, de practicas o lo que sea, pero nada más haya de la realidad, por mucho trabajo que fuera y por muy duro que se me hiciera, era una de las tres estilistas principales de los chicos, teníamos unos cuantos ayudantes que se intercambiaban y venían de cuando en cuando, pero casi todo el trabajo lo hacíamos nosotras. Esa fue la razón por la que estuve dudando en dejar el trabajo o en pedir que me pusieran menos horas, pero al ver las estampas como las de hoy, todos repartidos en diferentes grupitos, tirados en el sofá, de pie o simplemente en el suelo, hablando y riendo, hacían que todo el cansancio desapareciera, que no me importase quedarme despierta hasta tarde estudiando porque no pude hacerlo por la tarde, o faltar a una que otra fiesta por tener que trabajar o recuperar clases. No creo que haya ningún otro trabajo en que todos se lleven tan bien, apenas podías distinguir quien era el jefe, el ayudante, el becario o el famoso super-estrella, todos parecían sacados de una revista en la que aparece la típica estampa navideña con la típica familia perfecta en el que no hay drama y todos se llevan bien.

- Bien, ¿con quien quieres empezar?- Pregunté a Amelia mientras que ordenaba la ropa en diferentes perchas.

- Yo empiezo con Niall que parece que hoy me llevará algo de trabajo, se le vé algo bago.- Me giré a ver porqué acababa de decir eso Amelia, y me uní a su risa nada más encontrarme al irlandés tirado en el sofá, con la cabeza apoyada en las piernas de Lou mientras que esta le acariciaba el pelo, tapado hasta arriba con una manta y masticando una galleta.

- Si, creo que los otros cuatro se vestirán mucho antes que él!- Las dos reímos por la estampa.- Buena suerte jefa!- Dije haciendo un gesto de soldado mientras que ella me sacaba la lengua de forma infantil, odiaba que la llamasen jefa.- Rose, ¿me ayudas con esto?- Pregunté a una de las ayudantes que estaba de practicas. Nada más acabar de colocar las ropas y reírme a más no poder de Amelia que seguía intentando quitarle la manta a Niall, la puerta se abrió dejando ver a un sudado y cansado Louis.- Ha! Te pareces a uno de esos oficinistas sebosos del ascensor!- Grité antes de que me diera cuenta de lo que realmente decía. Todos, por supuesto, estallaron en carcajadas excepto Louis, que intentó, sin mucho resultado, contener la risa y parecer indignado.- Ven, que empiezo contigo.- Dije para que no se enfadara mucho.

Empecé a sacar camisas, chaquetas y de todo, probando que iría mejor con qué, le hice cambiarse de ropa unas cinco veces aunque en realidad solo quería verlo sin camiseta, era una vista exquisita. Cuando acabé con él me sentí bastante orgullosa de mí misma, esta entrevista era bastante importante ya que iban a dar todos los detalles de su nueva gira de lo diferente que todo se está volviendo, pero al mismo tiempo, las fans estaban un poco nerviosas por así decirlo, porque los chicos estaban cambiando mucho en poco tiempo, la verdad no las culpo, pasaron de tiernos adolescentes a típicos chicos malos con tatuajes, vistiéndose con ropas oscuras, saliendo de noche y con esa pinta sexy que te daban ganas de tirarte a todos en cualquier momento. Por eso mismo tuve la idea de vestirlos como los antiguos ellos pero un poco “modernizados”. A Louis le puse unos pantalones ajustados negros que eran los típicos que se ponía últimamente, pero en vez de una camiseta ancha, de puse una camisa clara entre blanca y azul, ajustada, abotonada asta el cuello y de manga corta haciendo que se le viera unos brazos bien tonificados y como no, sus tatuajes que por raro que pareciera, quedaba bien con la camisa un tanto formal.

A Zayn lo vestí con su famosa chaqueta de baseball roja y beige con la letra M delante, unos vaqueros pitillo desgastados y un tanto claros y una camiseta blanca simple. Liam se puso su típica camisa de cuadros pequeños negra y blanca, abotonada asta el cuello y unos pantalones pitillos negros. Había que admitir que la camisa le quedaba exquisitamente bien con esos brazos tan tonificados y marcados que tenía. Por último vino Harry, información extra, Amelía aún seguía peleándose con Niall. Harry me llevó un poco más de tiempo ya que no estaba muy convencido de despegarse de sus tan prietos pitillos pero al final conseguí ponerle unos pantalones beige un poco anchos teniendo en cuanta lo que suele acostumbrar a llevar, una camisa blanca, pajarita roja y una americana azul marino. Estaba realmente guapo y recordaba al Harry antiguo, el niño bueno que no tenía tatuajes, que casi no salía de fiesta, el que casi no recibía odio.

- ¿Estás bien _____?- Preguntó este sacándome de mis pensamientos.

- Si claro, perfectamente.- Me miró frunciendo el ceño en señal de que lo soltara todo.- Es solo que con estas ropas me recordáis mucho a como erais al principio, de pequeños.

- ¿No era esa la idea?- Preguntó con una sonrisa.

- Si, si que lo era... Pero no sé, no me imaginaba que quedaría tan ¿real? No lo sé.

- Pues a mí me encanta que hayas tenido esa idea y creo que a las directioners también les va a gustar, gracias.- Dijo dándome uno de sus típicos abrazos en los que casi te quedas sin aire. El abrazo no duró mucho ya que Lou lo llamó a gritos para poder hacer algo con el pelo de este ya que hoy tenía un mal día, ya me entendéis.

- Hola _____- Saludó Niall.

- Hey Niall, ¿que ocurre?

- Amelia me a dicho que venga a donde tí para que compruebes que todo este bien.- Dijo abriendo los brazos ¿en un intento de que yo lo viera mejor? Aunque en realidad parecía un tanto subnormal. Llevaba unos pantalones como los de Harry, beige y un poco anchos, camiseta básica blanca, una sudadera verde oscuro con cremallera y como no, sus nikes blancas.

- Si bale, estás perfecto.- Le dije con una sonrisa.- Chicos, ¿podéis venir todos aquí?- Grité. Pronto los tuve a todos en fila enfrente de mí, estaban preciosos, parecía que había ido atrás en el tiempo unos dos o tres años, todos con sus estilos de “niño bueno” y al mismo tiempo un mismo color que todos compartían, que en este caso era el blanco. Saqué una foto con mi iPhone, bueno unas cuantas, unas individuales y la mayoría de todos juntos, eran adorables.- Bale perfecto, todos vais bien.

Nada más decirlo, todo se volvió en el barullo en el que eso se convertía después de que los chicos se vestían. Arreglos en el pelo, micros que había que probar, como se tenían que sentar, alguna que otra pregunta, otro pelo que salía de su sitio ... todo un caos! Me volví a recoger toda la ropa y accesorios que llevaba y de pronto noté unas manos en mi cintura.

- ¿Tienes planes para esta noche?- Susurró Louis en mi oído.

- Estudiar, pero lo mejor de los planes es que se pueden cambiar ¿no?- Contesté yo con una sonrisa.

- Perfecto, porque a las 21:00 me paso a buscarte, ponte algo un tanto elegante.- Besó mi cuello con delicadeza y salió con los demás chicos al plató.   

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