Friends of Therapy

By DannyEXOeLement

89.1K 10.7K 6.8K

-¿Qué es lo que tienes? ¿Ansiedad? ¿depresión? ¿instintos suicidas? ¿Transtorno bipolar? -Soy satiriaco •••••... More

1. perogrullada
2: recoveco
3. quimera
4. quillotrar
5. envite
6. reminiscencia
7. afanar
8. eros
9. álgido
10. azuzar
11. sístole
12. impoluto
13.conjetura
14.verdad
15.refulgente
16.chasco
17.afable
18. morfina
19. querer
21.yacer
22.previsión
23.hado
24.contingencia
25.desilusión
26.lisura
27.quemadura
28.pertinencia
29.desavenir
30. sobrevenir
31. agur
32.oquedad
33.rebobinar
34.mancebo
35.melancolía
36.asir
37.géminis
38.intento
39.concomitancia
40.predilecto
41.impávido
42.escollo
43.evocar
Corolario

20.ósculo

2.1K 236 93
By DannyEXOeLement

—Ibas a casa de Baekhyun ¿cierto? —preguntó al mismo tiempo que se acercaba más a mí, compartiendo el paraguas.
—¿Te enojaría si te dijera que sí?
Negó con la cabeza—No... no...
Continuamos hasta su departamento y se comenzó a quitar la ropa húmeda.
—Deberías darte un baño caliente o te vas a enfermar. —dije, dejando las cosas como si viviera ahí.
—Mira quién lo dice —agitó mi cabello húmedo —estás caliente —tocó mi frente con el dorso de su mano y frunció el ceño.
—No voy a bañarme contigo —respondí.

—Entonces espera en mi cuarto. —dijo yéndose por el pasillo, buscando ropa limpia —dejaré esto aquí, mientras... encende...

—Relájate Park, yo enciendo la calefacción. —le interrumpí al notar que seguía preocupado.

Estaba esforzándose demasiado, debía darle crédito por ello.

Me recosté en su omóplato, su piel desnuda estaba helada, se quedó rígido al notar que le había abrazado desde la espalda.

—Date un baño, yo puedo hacer el resto mientras sales, no me iré, mi tía prácticamente me corrió cuando le dije que vendría a verte.

Sus hombros se relajaron, con mis manos acaricié su piel, dándose la vuelta para verme no fui capaz de sostenerle la mirada.

Suavemente tomó mi barbilla con una mano y me hizo mirarle, sus labios se colocaron sobre los míos y me besaron lentamente, con alivio.

Pero su boca se sentía distinta, triste —Nunca podría merecerte, pero estoy feliz... de que estés dándome la oportunidad. —dijo con expresión seria.

¿No merecerme? ¿de qué hablaba?

—No digas tonterías —susurré con disgusto —idiota.

Entró al baño, dejándome a solas en su habitación y fui a encender la calefacción antes de volver y sentarme en su cama.

Pero me sentía solo.

No quería sentirme solo.

Caminé al final del pasillo y abrí la puerta, podía sentir el vapor caliente y lo vi recostado en la bañera, con los ojos cerrados.

Le observé en silencio por unos segundos y sin darme cuenta, ya había comenzado a quitarme la ropa.

Me coloqué en la orilla y al colocar el primer pie dentro del agua, sus ojos se abrieron con sorpresa.

No dije nada, sólo me acomodé entre sus piernas, recostando mi cabeza sobre su pecho y suspiré, porque supe que no podía alejarme ya de él.

—Kyungsoo —susurró mientras sus dedos se deslizaban sobre mi piel.

—¿Mm?

—Sé mi novio. —dijo en voz baja y resollé.

Levanté la cabeza hacia él, quien me miraba con una media sonrisa desde arriba. —¿quieres ser mi novio? ¿por favor? —insistió sin despegar la vista de mí y nuevamente me sentí abrumado.

Cogí su mejilla y le acerqué a mi boca, le besé en respuesta a su proposición —Sí... —dejé escapar entre besos.

Acariciando con sus largos dedos mi piel resbalosa y desnuda, aferrándose a mi cintura, podía sentir la emoción escapando de sus labios y se sentía tan intenso, tan profundo y, ante todo, se sentía tremendamente bien.

—Tenemos que parar o... —dijo con la respiración agitada y los labios hinchados.

—¿o qué? —pregunté un poco mareado.

—Terminaremos haciéndolo aquí. —confesó abochornado.

Sus mejillas estaban tan rojas que no pude evitar sonreír.

—Talla mi espalda —dije colocando los ojos en blanco.

Tomó la esponja y el gel de baño, sin decir mucho palmeó mi espalda y comenzó a limpiar por mí.

—Kyungsoo-yah, tienes una linda espalda.

—¿gracias?

—¿existe algo en ti que no sea bonito? —susurró y dejó un beso en mi nuca.

—Basta Yeol, tú dijiste que...

—No estoy haciendo nada —mintió, porque sentí perfectamente su cuerpo reaccionar tras el mío, bajo mi trasero para ser exactos. —Aunque quisiera, no podemos hacerlo en nuestro primer día y contando que ya la cagué.

Me reí.

Terminé envuelto en una sudadera grande de él y unos pantalones cortos amarrados con la cintilla.

Él secaba su cabello con el dorso desnudo y a la vista, le di un golpe con la toalla —Te he dicho que te cubras bien o enfermarás —tosí un poco.
—Soy más saludable que tú, al parecer... —dijo entre risitas.
Burlón volvió a mí y me colocó la capucha, pegó su frente a la mía y cerró los ojos.
—Tienes fiebre, amor. —dijo sin abrirlos y lo agradecí infinitamente, porque me había quedado boquiabierto con la última palabra 'amor'.
Ni siquiera tenía el valor para decir 'Qué cursi eres, Park.'
—Acuéstate mientras traigo algo. —continuó, ahora abriendo los ojos y mirándome fijamente —Ahora que eres mío, debo cuidarte más. —quise besarlo y hacerle callar, porque sus palabras atravesaban mi corazón, se quedaban guardadas dentro de mí, me hacían feliz, me hacían sentir mucho y me asustaba.

Asentí y le vi levantar las cobijas, para invitarme a la cama. Eso hice, me acomodé sobre el suave colchón, impregnado con su fragancia personal y me cubrió hasta el pecho.
—Ya vengo —susurró, besando mi frente, no mis labios.
Me sentí un poco disgustado.
—¿Por qué me miras así? —entrecerró los ojos, tratando de leerme y aparté la vista de él —Oh, oh. —dijo en voz baja antes de besarme en la boca lentamente.
Como si leyera mis pensamientos, de forma acertada de fue sin decir más.
Me acurruqué y abracé una de sus esponjosas almohadas, para después aspirar su aroma.
La cama de Yeol era increíblemente relajante.
No por sus cualidades físicas, sino porque significaba mucho, ahí dormía cada noche, ahí él había dormido conmigo por primera vez, todo olía a él y me hacía sentir seguro.
Qué tonto ¿No?
Chanyeol había hecho de mí un idiota.

Mío.

Tal y como podía recordar entre sueños, cada que me tocaba pensando en él.
Mío.
Escucharlo decirlo en la realidad me había encendido desde lo más profundo.

Ahora que eres mío, debo cuidarte más.

¿Y qué debía hacer yo? Debía protegerlo, de sí mismo, de mí, de su familia, porque desde lo más hondo de mi corazón, deseaba que Chanyeol dejara de sufrir.
Que dejara de ser tan inseguro, vivir con ansiedad y miedo, alejando a todo aquel que quisiera cuidarle.

Era algo difícil y no sabía hasta dónde seríamos capaces de llegar, pero mientras se mantuviera a mi lado, mientras él me amara, yo cuidaría de él hasta el cansancio.

Como amigo, como novio, como amante, como cualquier cosa que él deseara.

No iba a dejarle solo.

Y parte de mí estaba enormemente feliz de que él fuera la misma persona que me gustaba desde antes, no por su físico, no sólo por eso, sino por todo el tiempo que compartimos y las cosas que nos unían. Giebenrath era mi amigo, Park alguien a quien no quería de amigo, y Chanyeol, Park Chanyeol era todo lo que había deseado tener, pero nunca creí que me fuera concedido de esa manera.

Deseaba que él pudiera verse desde mis ojos para notar lo importante que es, porque esa mierda de no sentirse merecedor de nada era horrible, Chanyeol había sufrido mucho como para no merecer algo bueno y tal vez yo no era alguien ejemplar, pero le quería sinceramente.
Le quiero sinceramente.

Mientras me daban vueltas en la cabeza, toda clase de pensamientos, me aferré a la almohada con más fuerza y sin percibirlo me quedé dormido.

Desperté por la sensación húmeda en mi frente y el movimiento a mi costado.
No le creí que estaba enfermo hasta ese momento, porque realmente me dolía la cabeza y me costaba abrir los ojos, le veía de forma borrosa y su voz era como un eco lejano.
Ayudó a sentarme, para beber un polvo extraño mezclado en el agua, con sabor a suelo.
—Tonto. —dijo y eso pude entenderlo perfectamente.
—Tú más... —solté, recostando mi cabeza en lo que supuse era su pecho y entonces, volví a dormir.
Hasta la mañana siguiente, que percibí algo bajo mi cuerpo y era su costado.
Le había abrazado como un mono, quise reír, pero lo miré tan tranquilo que no deseé hacer ruido.
Respiraba lentamente, pero sus ojos seguían entreabiertos, si no fuera por su pecho apacible, creería que estaba haciéndose el dormido.

Intenté retirar mi brazo de su pecho, pero su mano se aferró a mí y susurró que me quedara quieto un rato más.
No objeté, pero me sentía raro.
No podía mirar a otra parte, por la posición me veía obligado a observarlo sólo a él.

—No quiero moverme Kyungsoo-ah, sólo cierra los ojos y duerme de nuevo —le escuché responder como si volviera a leer mis pensamientos.

Resoplé.

No podía hacerme hacia atrás, lo único que quedaba por hacer era acomodarme más en él.
Acomodé la mejilla en su pecho y no me dijo nada, de hecho, con el brazo que tenía bajo mi cuerpo me atrajo más a él y le escuché tragar saliva con dificultad.

—¿Qué quieres hacer hoy? —pregunté al notar que después de un rato, ninguno dormía.
—Sólo estar contigo, sin hacer nada más. —contestó con voz ronca y cansada.

Otoño, el otoño había comenzado y por lo que podía saber, era la estación favorita del año de Kyungsoo.

21 de septiembre, 30 días exactos desde que era mi novio y me encontraba en una tienda de flores, buscando el regalo perfecto para expresar mi felicidad.

Observé detenidamente, de manera meticulosa cada flor, encontrando una que llamó mi atención, era blanca, pura, delicada y con un suave aroma, gardenias, elegí gardenias para Kyungsoo esa mañana y caminé felizmente hacia nuestro encuentro.

Él estaría esperando por mí en un café en el centro de la ciudad, sentado, bebiendo de una taza, con otra aguardando mi llegada.

Sabía mis gustos, nunca fallaba.

Reprimiendo las ganas de besarlo, me acomodé frente a él y dejé el ramo a unos centímetros de sus delicados dedos.

Sonrió y dio un sorbo más a su bebida.

—Gracias.

—No es nada. —respondí con complicidad, mientras nadie más nos ponía atención.

Sus labios se humedecieron por el líquido y desee una vez más besarle.

Quería seguir con el jugueteo que habíamos tenido la última vez en mi cama, Kyungsoo era mucho más atrevido, más sensual, más erótico de lo que podía imaginarme y eso me volvía loco.

Todo en él, no había ni un solo detalle que no lo hiciera.

Mientras me hablaba sobre lo aburrido que había estado la noche anterior en la fiesta de Jongdae, sin mí, porque yo estaba perdiendo el maldito tiempo con mi padre, me fijé en sus labios, en los lunares de su cuello y sonreí cuando percibió que en realidad no le estaba poniendo demasiada atención.

—Te dije que nos quedáramos en casa.

—Él podría interrumpir si decide aparecerse de la nada.

—¿interrumpir? ¿qué planeabas hacer? —coqueteó.

—Uhm... nada. —enarqué una ceja, provocándole.

—Pero aun así... podríamos quedarnos en casa.

—Kyungsoo...

—La mía. —dijo sin apartar la mirada y sentí que él deseaba que nos fuéramos ya.

Terminé mi café de dos tragos y salimos de vuelta a su casa, de donde no debimos alejarnos, cargaba en su mano el ramo que recién le había regalado y sonrió.
—Es bonito, nunca me habían dado algo así.
—Te quiero —susurré cerca de su oído y me dio un codazo en respuesta.
Kyungsoo se ponía un poco, es decir, demasiado, avergonzado cada que le decía cosas románticas y era lindo verlo reaccionar de ese modo tan agresivo. Porque le daba pena.
Sólo por eso.

Deseé cogerle de la mano, pero no lo hice, como el cobarde que aún seguía siendo.
Sin embargo, él se mantenía a mi lado, rozando nuestros nudillos con complicidad. Hasta que un par de rostros conocidos aparecieron frente a nosotros y guardé las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo.
—Chanyeol, qué alegría verte —saludó con la energía característica de su familia.
—Hola señor Byun ¿Cómo ha estado?—contesté, obteniendo un "oh" de Kyungsoo.
—Muy bien, gracias Yeol. Tú debes ser Do Kyungsoo, ¿No es así? —pasó de mí, fruncí el ceño, porque no sabía que le conocía —tu madre habla mucho de ti, Baekhyun también lo hace. Te pareces a ella. —continuó diciendo.

Jungsuk de inmediato me miró, tratando de analizarme, pero le evité.
Lo último que deseaba era que nos arruinaran el día.

—¿Son tuyas?
—Oh... para... mi casa, a Tae le gustan —le vi mentir con dificultad y Jungsuk sonrió, porque era mucho más que evidente que se las había regalado.
Insung por otra parte era bastante distraído y sonrió —Bueno... No les interrumpimos más —se disculpó —rs un gusto —le estrechó la mano y de inmediato me dio una palmada en el hombro —Chanyeol-yah, deja de crecer, espero verte pronto en casa de nuevo —dijo cálidamente.
—No nos saludes a tu padre —presionó Jungsuk.
Kyungsoo le fulminó con la mirada y sólo pude suavizar mi tensión.
—Ni al monstruo de tu abuela —Insung dijo más bajo y no pude evitar reír.
Porque efectivamente era un monstruo, si mi padre era un demonio, la abuela era Satanás.
Lo llevaban en la sangre, por desgracia.
Cuando se fueron Kyungsoo me fío un ligero codazo.
—¿No te molestó?
—No dijeron nada que no sea verdad, ambos, la abuela y papá, en irritantes.
—Es raro, el padre de Baek... Siento que conoce más a mi madre de lo que aparentan.
—No hagas telenovelas en tu cabecita—di un par de golpecitos en su cabeza y me miró con las mejillas infladas.
Tomamos el tren y luego seguimos caminando hasta su casa.
—¿Cómo se llama tu madre?
—Hyojin.
—Me suena familiar... —medité un poco, tratando de recordar, pero nada venía a mí en ese momento.

Chanyeol se quitó el abrigo y la bufanda, mientras yo sacaba del refrigerador la comida de la noche anterior.
Tomó asiento en una silla tras de mí y me observaba en silencio mientras encendía la estufa.
—Deja de mirar, pervertido. —dije en voz baja y pude escucharle reír bajito.
—Kyungsoo-yah~
—¿qué?
—Te amo.
—Qué cursi eres, Park.
—Eso no es lo que debías contestar —expresó infantil.
—Yo también.
—¿Qué?
—Te amo.
Soltó un falso grito de niña y aplaudió de forma exagerada. Como cada que él se emocionaba.
Chanyeol actuaba como un niño cada que le decía mis sentimientos, se ponía todo feliz, como si hubiera logrado algo realmente importante.
Dejé en la mesa un tazón de arroz para él —Sientate bien Park. —le advertí con un golpe en la cabeza.
Me sostuvo de la mano y la pegó a su mejilla, cerrando los ojos, como un perro disfrutando del toque de su amo.
—Realmente te amo Kyungsoo-yah. —abrió los ojos al final de la frase y sonrió sin mostrar los dientes.
—También te amo. Ya te dije. Ahora come. —salí por la tangente.
—Aguafiestas.
—Tsk, nada te parece. —me alejé para servir mi porción y llevar a la mesa los condimentos y la carne.
—También me es difícil decirte lo que siento. —dijo acomodándose en su asiento.
Me mantuve en silencio, supongo que notó que me sentí mal por escucharlo y se acercó a mí.
—No soy bueno en éste tipo de cosas, pero créeme que te quiero, no, te amo, así que aunque no lo diga tan seguido como tú o sea tan cariñoso... no sé cómo hacerlo, perdón por no decirlo de forma apropiada, pero yo realmente te amo.
—Lo sé y esa parte de ti... Me gusta.
Me gusta todo de ti, hasta cuando el arroz te queda salado.
Abrí bien los ojos con preocupación y lo ví sonreír. Porque estaba bromeando para hacerme calmar.
Me besó en la boca y lo alejé.
—Tarado. —le obligué a sentarse de nuevo.
Tomé asiento frente a él en la mesa y metí un trozo de carne a mi boca.
—Oye, entonces sigueme hablando de la fiesta de anoche.
—Tengo la ligera sospecha de que Sehun quiere algo con Baek.
—Uh, ¿Eso te pone celoso? —bromeó.
—No seas tonto, ¿O debería decir que sí, para que el que se ponga celoso seas tú? —contraataqué y me señaló con sus palillos.
—Te vigilaré de cerca Do.
—¿Qué tan "de cerca"? —insinué.
—Muuuuy de cerca —dijo relamiendo la salsa que había quedado sobre su labio inferior —bueno, deja de coquetearme y sigue contando.
—Chanyeol es una vieja chismosa
—Tsk, anda, sigue. Encontraré el modo de desquitarme.
—Bueno, Sehun... —comencé a decir, pero le miré metiéndose una envoltura de lechuga enorme en la boca y no pude evitar reír alto.
Balbuceó "no te rías" mientras intentaba masticarlo.

Continue Reading

You'll Also Like

139K 10.2K 44
Solian llamarle, Joven amo Solian respetarlo. Solia ser libre Una apuesta, un alfa en extremo dominante y un amor equivocado fueron suficientes para...
24.3K 2.6K 17
Zack no podía odiarlo más, Kieran parecía ser el bastardo mas frío sobre la tierra. Ni siquiera mostró reacción cuando la familia dijo que tenían que...
420K 45.2K 106
En una sociedad que rechaza a los omegas varones, Mateo logra cumplir su sueño de ser profesional y entra, después de muchos años, a enseñar en una e...
9.3K 650 29
Entonces, busco de dónde venía esa extraña energía que tanto le inquietaba dentro del pecho, sus ojos lo guiaron hacia un pequeño chico de cabellos...