Crazy In Love

By Michelle_live28

9.9K 725 450

Tal vez el destino hace las cosas por algo, pero Percy Jackson no creía en el destino y las cosas que este de... More

Prefacio
Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capitulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Nota
Nota 2

Capítulo 20

328 22 21
By Michelle_live28


      Acuerdos y Condiciones

Realmente no sabía desde que hora estaba despierto, casi no he podido dormir.

Ayer cancele todos los pendientes del trabajo y comunique que me tomaría mas días de descanso.

Habían pasado tres días desde que vi a Annabeth en el Central Park, como es de suponerse la Listilla no fue al Starbucks como se lo pedí al día siguiente, ni el siguiente a ese, ni mucho menos el siguiente a ése, tres días me la pase esperándola cinco horas en el Starbucks pero nunca apareció.
Empezaba a conocer cuán orgullosa y obstinada podía llegar a ser.

Ya llevaba días sin poder dormir bien, el mismo sueño rondaba por mi cabeza, mi supuesta boda con Annabeth y su embarazo y en parte eso había abierto otra duda ¿Se trata de alguna especie de señal?

Me levante de la cama y baje las escaleras hasta llegar a la cocina, de repente sentía mi garganta demasiado seca, me serví un vaso con agua y pronto el líquido desapareció de su interior, caminé a la sala, no tenía ganas de permanecer acostado, Blackjack se encontraba dormido sobré uno de los sillones, me senté a su lado contemplando el horizonte nocturno a través de los cristales de mi departamento.

Observe el libro que se encontraba sobre la superficie de cristal de la mesita de centro. Lo tomé y lo abrí, en medió de dos páginas se encontraba la fotografía que tenía con Annabeth, la misma que nos tomamos en alta mar, en esa fotografía me veía diferente, me veía feliz y lo era cuando estaba con ella y de cierta manera observar esa fotografía todos los días era un incentivo que me motivaba a no rendirme con ella.

Y cómo por un acto reflejo me encontraba recordando nuestra primer noche juntos, la forma en que nuestros cuerpos encajaban a la perfección, el dulce sabor de sus labios, la suavidad y el delicioso aroma de su piel, su dulce mirada y rayos, me declaró caído.

Pero la misma duda volvió a mí, yo no había usado protección cuando estuve con ella, nunca era tan descuidado pero esa vez lo deje pasar y ahora realmente no dejaba de darle vueltas a eso, probablemente Annabeth tampoco haya tomando algún anticonceptivo, era su primera vez y ahora me siento verdaderamente mal, debí de ser cuidadoso no tanto por mi, si no por ella, la inquietud me carcomía por dentro y no lograba encontrarla de nuevo, necesitaba despejar mis dudas.

No es que me molestara la idea de ser padre, definitivamente no estaba en mis planes, pero en el fondo siempre lo había deseado, desde que Annabeth llego a mi vida, sabía las consecuencias que eso tendría y estaba dispuesto a enfrentarlas.

— ¿Te imaginas Blackjack a un mini Percy corriendo por toda la casa? sería tu hermanito o hermanita, lo enseñaría a nadar y comeríamos comida azúl. Probablemente si la Listilla esta embarazada terminé mi compromiso con Rachel y me case con ella, también mi padre podría molestarse al principio, pero vamos, ¿Quién no estaría feliz de tener un nieto?, también tendría que conocer a los padres de Annabeth, pedir su mano y probablemente ellos me odien por el embarazó de su hija y su padre quiera matarme, pero lo afrontaría y para estar preparado a recibir la paliza de mi vida debo encontrarla, debo confirmar mi sospechas, ¡Ella puede estar embarazada! —. Mi perro solo me miraba recostado sobre sus patitas.— ¿Lo puedes creer? ¡Puedo ser padre! Y yo... yo debo buscarla cuanto antes, debo saberlo —. Me levante del sofá y subí con rapidez las escaleras, me puse unos jeans y una sudadera azul, no me importó dejar mi cabello despeinado, tenía que buscarla, baje nuevamente las escaleras y cuando estaba por salir de mi casa me percate que eran las cinco treinta y tres de la mañana, por primera vez deseaba que el tiempo pasara rápido.

Llevaba minutos dando vueltas frente a la puerta, Blackjack se dedicaba a mirarme con atención, cada vez que miraba el reloj este parecía avanzar cada vez menos y empezaba a desesperarme.

— Si es así, Annabeth tendría cinco semanas de embarazó, eso podría significar mi sueño. ¿Donde podré encontrarla?

Mi mente viajo entre los recuerdos que tenía con ella, pero nunca me había dicho donde vivía, solo sabía que estudia en Vassar... Eso es, ¡Debo buscarla en Vassar!

Cuando por fin dieron las siete salí de mi departamento, conducía al Colegió de Annabeth. Aparque en el estacionamiento, odiaba que quedará demasiado lejos de la ciudad. Recargue la cabeza en el volante, estaba a punto de quedarme dormido cuando un Bentley negro se estacionó unos lugares más adelante. Un hombre de mediana edad con el cabello gris bajo y abrió la puerta trasera del auto, segundos después una larga cabellera rubia se asomó y fue como si volviera a vivir, era Annabeth, llevaba el mismo uniforme que cuando nos conocimos, el Blazer negro y esa fea corbata con cuadros, cargaba un maletín y un estuche para planos, esperé a que el hombre se retirará y baje del auto, el estacionamiento aun se encontraba casi desierto, corrí hasta alcanzarla y tomarla con delicadeza de la muñeca. Annabeth estaba congelada en su sitió, después de algunos segundos giro sobre sus talones y al verme rodó los ojos.

— ¿Que haces aquí? —. Cuestionó con calma, su expresión era neutral.

— Te lo dije, no me voy a rendir.

— ¿No entiendes que no quiero verte? Solo veté.

— No me iré y no te dejare entrar hasta que no me hayas escuchado y decidas perdonarme —. Retiré de su hombro el estuche y lo colgué en mi espalda, hice lo mismo con el maletín.

— Percy damelos, tengo que entregarlos, son muy importantes —. Dijo tratando de quitarme los.

— Te los daré solo si me escuchas.

— No tengo tiempo, por favor damelos.

— No.

— Por favor...

— Escuchame.

— Ahora no puedo, debo llegar a tiempo a mi clase, prometo que si me das las cosas te escucharse a la próxima vez que nos veamos —. Dijo mirando con impaciencia su reloj de mano.

— ¿Y esperas que te crea después que me dejaste plantado en el Starbucks? ¿Enserio esperas que te crea? —. Tan sólo segundos después de decir eso me di cuenta de mi error.

— ¿Cómo puedes ser tan cínico? —. Espetó con incredulidad y tenía razón.

— Annabeth yo no quería decir eso... Entiende me, solo quiero arreglar las cosas contigo —. Pasaba las manos por mi cabello con nerviosismo.

— Está no es la manera ¿sabes? —. Se quedo un momento en silencio antes de mirarme a los ojos y hablar de nuevo.— Mira si me das mis cosas, te prometo que te daré la oportunidad de hablar, pero no ahora, sólo te pido que no sea ahora.

— Annabeth yo necesito que me aclares una cosa, cuando estuvimos juntos ninguno uso pro... —. La listilla puso su dedo índice sobre mis labios.

— Ahora no, por favor, se me hace tarde —. Apenas me daba cuenta lo adorable que se veía con el nudo de la corbata demasiado ajustado, inconscientemente lleve mis manos al nudo, aflojandolo un poco, ella me miraba con atención.

— Demasiado formal —. Pude ver el rastro de una sonrisa en la comisura de sus labios, pero esta se borro rápidamente.

— Percy se me...

— Esta bien, solo con una condición.

— ¿Cuál?

— Que me beses.

— No, yo no haré eso —. Replicó con molestia.

— Entonces no llegaras a tiempo a tu importante clase —. Estaba dispuesto a conseguir un beso de su parte.

— ¡Agh! Esta bien —. Se puso de puntillas, retiro el cabello de mi rostro y depósito un suave beso sobré mi mejilla.

— Ya cumplí, ahora dame mis cosas.

— Ese no era el trató.

— Nunca específicaste donde debía darte el  beso, ahora dame mis cosas.

— Esta bien —. Aveces me resultaba irritante lo Listilla que podía llegar a ser. Le di las cosas pero antes de que avanzara sostuve su rostro entre mis manos y la besé, cómo despedida o al menos por ahora.

— Te esperaré mañana en el Starbucks —. Dije cuando término el beso. No recibí ninguna respuesta de ella, solamente observe cómo se alejaba y me dejaba con la duda.

Ahora tendría que esperar otro día.

                      •   •   •

Me había levantado temprano para ir al Starbucks y solo para que ella no fuera de nuevo, me sentía demasiado frustrado, mi móvil sonaba cada cinco minutos, las llamadas y mensajes del trabajo no dejaban de llegar, debía volver cuanto antes. El día estaba nublado y una suave llovizna caía, caminaba por la calle, no se encontraba transitada, tal vez por la tormenta que se avecinaba, pasaba justo fuera de una tienda de ropa interior para dama, por alguna extraña razón me detuve a observar, no es que fuera un pervertido pero ya llevaba mas de un mes de abstinencia. Un conjunto de encaje azul marino había llamado mi atención, no sabía cuanto tiempo llevaba observándolo, hasta que escuche su voz.

— Vaya y ahora eres un pervertido que se dedica a observar ropa interior —. Annabeth acababa de salir de la tienda.

— No, sólo... aguarda, ¿Tu que hacías ahí?

— ¿No es obvió?, compre algunas cosas.

— Pienso que deberías comprar el azul —. Dije señalando el conjunto de encaje azúl que observaba antes.

— ¿Para qué? Ni creas que me lo veras puesto —. Cruzo los brazos sobre su pecho, me acerqué hasta que mis labios estuvieron cerca de su oído.

— Si yo no te lo quiero ver puesto, yo te lo quiero quitar —. Annabeth se estremeció cuando mi nariz rozó su cuello. Perfecto, ella aún sentía cosas por mí.

— Idiota.

— Annabeth prometiste que hablaríamos y te espere horas en el Starbucks.

— Tenía cosas que hacer —. Observe como apreto los ojos con fuerza y se llevo una mano a la boca, si no me equivocaba tenia náuseas y eso significaba una cosa.

— Annabeth necesitamos hablar. Cuando estuvimos juntos ninguno uso protección... tu podrías estar embarazada.

— Eso no te interesa.

— Prometiste que me escucharías. ¿Annabeth necesito saber si lo éstas?

— ¿Que te hace pensar eso?

— Annabeth, tiene sentido, yo no...

— Vaya, gracias por recordarme lo idiota que eres y lo poco que te importo saber si yo estaba tomando algún tipo de anticonceptivo. De verdad gracias por preguntar idiota —. Annabeth comenzó a alejarse, ni siquiera me había dado cuenta que la lluvia caía con fuerza ahora, tomé su brazo sin delicadeza y esta me miro con furia.

— Annabeth yo necesito saberlo, también es mi hijo.

— No puedes estar hablando enserio.

— Pues para mí, es algo serio, no solo se trata de ti.

— Sueltame, me estas lastimando.

— No.

— ¡Sueltame!

— No —. Lo último que sentí fue un inmenso dolor en mi entrepierna, caí de rodillas sobre el asfalto, me encontraba completamente empapado y mientras la veía alejarse corriendo le grite.

— ¡No importa lo que hagas! ¡Yo seré el padre de tus hijos! ¡Quieras o no! ¡Y no sólo sera uno, tendremos el equipo de fútbol entero!

       
                     •    •    •

Otra semana ha pasado, otra semana de perseguirla e insistirle que me perdonara y de buscar una respuesta, que simplemente no llega, a este punto no dejaba de soñar con bebés e imaginar bebés por toda mi casa. Me había pasado los últimos días esperándola afuera del Colegió, había rechazado mis flores aventandomelas  en la cara, pero no me rendiría, mucho menos ahora que podría ser padre.

Hace un par de días había regresado al trabajo, no podía permanecer ausente mas días, los problemas con los Chase habían vuelto, ahora estaba seguro de que Atenea me odia y pensar que pudo haber sido mi suegra y gracias a los dioses no lo es, probablemente si lo fuera ya me hubiera asesinado.

Tenía demasiados pendientes y el estrés estaba matándome, tenía una jaqueca horrible y necesita mi expreso. Salí de la empresa y conducí al Starbucks, últimamente era recordado en ese lugar como el loco que se pasa cinco horas continuas sin hacer nada mas que mirar la entrada todo el tiempo.

Al entrar Annabeth estaba allí con Casino Fontanero y sentí  sangre hervir.

A no, mi hermano, consigue te la tuya.

Me acerque a la mesa que ocupaban y me senté en la silla libre entre mi listilla y el francés ese.

— ¿Que haces aquí? —. Dijo Annabeth con molestia.

— Pegcy, que gusto vegte de nuevo —. Lamento no poder decir lo mismo.

— Hola Casin... —. Estaba a punto de llamarlo Casino cuando Annabeth me dio un pisotón por debajo de la mesa. — H-hola Cassius.

— Los dejo un momento, igue a acicalagme —. No pude reprimir una mueca de desagradó y Annabeth me miro mal.

— ¡¿Que?! Ya nadie dice acicalarme en estos tiempos.

— Deja de ser tan inmaduro.

— La inmadura eres tú, tú eres la que se la ha pasado huyendo todo este tiempo, yo sólo quiero arreglar las cosas y que aclares mis dudas.

— ¡Es que no hay nada que aclarar!

— Annie, lo lamento, mi hegmana me necesita, nos vemos en un santiamén —. Casino se despidió de Annabeth.

— ¿Es enserio? Ya nadie dice Santiamén.

— Inmaduro.

— Annabeth, quiero arreglar las cosas contigo, ya no soporto un día mas sin estar sin ti, no me rendiré, aunque tu no lo intentes, te seguire una y otra vez, soportare todos los golpes que me des, pero no me retiraré, no me doy por vencido tan fácilmente, yo lucho por mis ideales y por lo que quiero y yo te quiero a ti, no hagas que me rinda porqué yo estoy dando todo por no hacerlo.

Annabeth soltó un largo suspiro y me miró con sus hermosos ojos grises.

— Si quieres arreglar las cosas ve a la Nueva Roma el sábado a las once, estoy lista para escucharte.

♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠

Nuevo capítulo, espero sus votos y comentarios.

Disculpen las faltas ortográficas esto fue con prisas.

La idea del capítulo la tome de una sugerencia anterior.

Ya saben, dudas, preguntas o sugerencias pueden dejarlas en los comentarios.

Gracias por leer.

Se despide Michelle.

Bye :'v

Continue Reading

You'll Also Like

90.8K 8.9K 65
👁️⃤ 𝘖𝘯𝘦-𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴, 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘢𝘴, 𝘏𝘦𝘢𝘥𝘤𝘢𝘯𝘰𝘯𝘴 𝘦 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴 con los personajes de la serie: «🇬 🇷 🇦 🇻 🇮 🇹 �...
7.8M 467K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...
76.6K 6.4K 62
Los cantantes son tan reconocidos que sus fans harian lo que fuera con tal de conocerlos incluyendo faltar al trabajo para ir a verlos. Karime Pindte...
103K 12.7K 30
Itadori descubre una debilidad del rey de las maldiciones. Su esposa Natsumi Pero para eso debería entender la historia de ambos que se remonta en la...