El entrenador los llamó a todos esa mañana, para dar un aviso importante. Hacía un tiempo que Yoongi se había unido oficialmente al equipo por lo que sus tardes con Jimin ya no eran necesarias, lo cual, en lo absoluto, impedían que se vieran.
-Este viejo, nos llama pero no llega -gruñó uno de los integrantes del equipo, Jimin rodó los ojos mientras jugaba con uno de sus piercing en la oreja y Yoongi lo observaba cada cierto tiempo, dándole una idea algo descabellada, pero que quizá era el inicio de todo. Y a pesar de carraspear la garganta para llamar la atención de todos los presentes, sus nervios le hacían la batalla a continuar preso de las miradas que sus compañeros le ofrecían. Era ahora o nunca, sin importar que se habían reunido por otra razón.
-Chicos... eh... bueno, sé que esta reunión es por algo mucho más interesante pero... emm -tragó saliva y corrió en busca de Yoongi, siendo atentamente seguido por los demás, le cogió la mano tomándolo por sorpresa y la alzó, entrelazando sus dedos- Quería aprovechar para dar un paso más grande... yo... estoy saliendo con Yoongi -realmente, casi se hace pís en los pantalones. Miró al chico que se encontraba a su lado y le dedicó una pequeña sonrisa tímida, él presionó el agarre de sus manos y besó su mejilla.
-Pues... sean felices, pero mantengan su amor lejos de mí -comentó un chico bastante alto, haciendo una mueca.
-Eso mismo, yo te apoyo Jiminie. Pero no me siento muy cómodo aún -se encogió de hombros el chico que una vez casi los encuentra besándose en la enfermería. Los demás asintieron y comentaron la situación en voz baja, hasta que el entrenador llegó.
-Eres genial, Jimin -le murmuró antes de que el viejo comenzase a hablar, estremeciendo a Jimin-, así que quiero pedirte que seas mi novio justo ahora -siguió susurrando sobre su oreja-. ¿Podrías ser mi novio? No quiero perder la oportunidad de hacerlo oficial, eres hermoso -sonrió ante los temblores del cuerpo de su ex entrenador personal.
-Los cité aquí porque se acerca un nuevo partido, como saben siempre nos vamos de viaje a algún lugar para despejar nuestras mentes y entrenar en mejores condiciones. Esta no será... -su discurso fue interrumpido por un gran grito. "Sí", se dejó escuchar a todo pulmón, todos voltearon a ver qué acontecía y quedaron boquiabiertos al observar aquella escena: Jimin había saltado a los brazos de Yoongi besando todo su rostro y abrazándolo.
-Jimin... bebé, todos están mirando -murmuró entre risas sin soltar el cuerpo entre sus brazos, pero este se dejó caer y se apartó mientras tosía, completamente avergonzado.
-Perdón, prosiga -murmuró, el entrenador asintió.
-Eh... como decía, esta no será la excepción e iremos a Jeju, así que les daré el resto de la semana para ajustar sus horarios y arreglar sus maletas