Fantasías Eróticas

By UKnowLis

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Quisieron llevar a la realidad sus más oscuros deseos; pero... todo se les fue de las manos. ¿Qué sucede cua... More

1. Buenas intenciones.
2. Esperando la cena
3. Deliciosa negociación
4. Encuentro forzado
5. Lanzando el anzuelo
6. ¿Piscina nudista?
7. Inocencia perdida
8. Tu corazón es solo mio.
9. Amantes
10 ¿Descubiertos?
11. Consecuencias
12 Arrepentimientos
13 ¿Una nueva vida?
14. ¿Quieres ser mi amante?
15. Sí, acepto
16. Solo para mí
17. ¿Ella sigue aquí?
18. Quédate conmigo
19. Quiero ser tu prioridad
20. Te odio, ¿lo sabes?
21. ¿Ya no me deseas?
22. Ya me perdiste
23. Dime que me amas
24. Malas nuevas
25. Latidos
26. Manipulación
27. Acorralado
29. Malditos celos
30. ¿Secuestrada?
31. Esperanza disipada
32. Matrimonio disuelto
33. Desesperada
34. Tan solo un error
35. Quitando obstáculos
36. Cayendo otra vez
37. Cambio de juego
38. De mujer a mujer
39. ¿Oportunidad o venganza?
40. Amor a primera vista
41. ¿Dulce venganza?
42. Separación definitiva
43. ¿Nuevo amor?
44. ¿Podemos hablar?
45. ¿Por qué viniste ahora?
46. Eres mi todo
47. ¿Tú de nuevo?
48. El intercambio
49. Decidido a todo
50. El rescate
Capítulo Final

28. ¿En la calle?

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By UKnowLis

Ni aun los más allegados a Yunho, con excepción de Joo Won y su fiel secretaria, imaginaban que aquel hombre de aspecto tan serio, aquel hombre tan enamorado de su mujer, tenía una amante a la cual no solo le pagaba apartamento, auto y tarjetas de crédito, sino que además, había embarazado.

Porque ni siquiera en eso había sido cuidadoso.

Jeffrey Williams, su jefe y socio principal de la firma, era un hombre conservador, proveniente de una respetable familia del sur de Estados Unidos. Yunho imaginaba la cara del anciano, si aquel vídeo con el que le amenazaba Jayden, llegaba a sus manos. Literalmente sería su fin.

–Me echará en menos de lo que canta un gallo –dijo mirando su reloj, apenas le quedaba poco más de un minuto para que Jayden arruinase lo único que le quedaba, su carrera.

Sentada en la sala de espera, ella observaba el cronometro en su móvil, sin despegar los ojos de este, no quería regalarle ni siquiera un segundo de gracia.

─¡Buenos días, señorita! ─Escuchó su voz de detrás de ella, justo cuando faltaban dos segundos para enviar el vídeo a todos sus contactos─. ¿En qué puedo servirle?

Jayden detuvo el cronometro y se giró para mirarle. Llevaba un traje Dolce & Gabbana azul marino, de corte y simetría perfectos, que realzaba de una manera sutil su innata elegancia.

Las recepcionistas permanecieron atentas a la conversación, ¿sería cierto que aquella jovencita era su novia o mejor dicho, su amante?

─Siento haber mentido, diciendo que soy su novia ─dijo Jayden en voz alta─. Pero de otro modo usted no me habría atendido sin una cita previa. De verdad necesito que tome mi caso, es cierto que mi madre está enferma y no tenemos mucho dinero para pagarle; pero en todo caso, siempre podemos vender la casa.

Yunho dio un paso atrás sorprendido por sus dotes de actriz y ella dejó escapar algunas lágrimas para darle más dramatismo a su actuación.

─Te lo dije ─susurró una recepcionista a la otra─, esa chica no podía ser su novia.

—No le prometo nada —respondió Yunho fingiendo tranquilidad, aunque por dentro quería apretar su delgado cuello─. Pero revisaré su caso.

—Gracias licenciado Jung, no sabe lo agradecida que estoy con usted —dijo secándose las lágrimas con un pañuelo que sacó de su bolso—. Sé que es mucho mi atrevimiento, pero podemos hablar en su oficina, quisiera contarle personalmente de mi caso, quizás así usted me entienda mejor.

—¡Pues claro! ─aceptó Yunho, guardando una serenidad que sorprendió a Jayden, seguro era algo aprendido en su oficio.

—Muchas gracias, le prometo que no le quitaré mucho tiempo.

Yunho le indicó el camino y avanzaron juntos hacia su oficina, cuando llegaron a la antesala, Jayden fue objeto de una minuciosa inspección por parte de su secretaria. La encontró bonita, pero no el tipo de mujer que podía encajar en la vida de un abogado que aunque joven, prometía mucho.

—No estoy para nadie —le dijo Yunho cuando pasó a su lado.

Ella era el último filtro hacia su oficina.

─¿Qué demonios pretendes con todo esto? ─preguntó Yunho entre dientes cuando la puerta se cerró detrás de ellos─. ¿De verdad crees que vas a conseguir algo?

Jayden sonrió, disfrutaba verlo entre la espada y la pared.

─¡Wao...! ─exclamó inspeccionando la oficina─. Nunca imaginé que trabajaras en un sitio tan elegante. ¿Cómo conseguiste un trabajo así?

—Soy egresado de una de las diez mejores universidades del país —respondió él al instante─. Pero no estamos para hablar de mí, dime de buena vez que demonios quieres, no estoy para tus jueguitos.

—Por lo pronto, como dije, quería conocer tu oficina ─agregó, sentándose en un enorme sofá que descansaba en un extremo de la habitación.

─Ya la conociste ─respondió Yunho, observando que ella había soltado su bolso.

─Pero no del modo que quiero conocerla ─continuó ella, acercándosele.

─Jayden, si crees que voy a caer en tu juego estás equivocada.

Ella se alejó rápidamente hacia su escritorio, era un mueble enorme, que se prestaba perfectamente para lo que deseaba.

—Quiero que lo hagamos aquí, ¿no te parece excitante?

—Quiero que borres el vídeo.

─Claro, lo borraré... pero después de que lo hagamos sobre tu escritorio.

—Eso no va a pasar —dijo Yunho con firmeza.

—Claro que va a pasar, porque ese vídeo que te mandé no es el único que tengo, guardé suficiente material para hacer una película porno de larga duración.

—Ah, ¿sí? —preguntó Yunho casi fuera de quicio─. ¿Y para qué diablos estuviste grabándonos?

—¿Podemos dejar las discusiones de lado e ir al grano? ─exclamó Jayden, quitándose las botas, para poder deshacerse de su pantalón─. Ve quitándote la ropa.

Yunho dirigió su mirada hacia la cartera abandonada en el sillón.

—No te conviene intentarlo ─dijo ella tranquilamente.

La mandíbula de Yunho se notaba tensa, Jayden sonrió al percibir su rabia a medida que iba desnudándose. Cuando terminó, se sentó en el escritorio en una pose sensual y atrevida, tan solo llevaba sus pequeños interiores de encaje negro. Sus pechos, esos que enloquecían a Yunho, se mostraban erguidos ante su vista.

Yunho sonrió con sarcasmo.

—No puedo creer que hagas todo esto por sexo ─dijo moviendo la cabeza negativamente.

─Será mejor que te apures, porque tengo el vídeo programado para autopublicarse en... ─miró su reloj de pulsera─ veinte minutos. Creo que esto te dará tiempo suficiente para complacerme.

─¿Autopublicarse?

─Sí, es increíble lo que ofrecen algunas redes sociales. Estoy segura que ese vídeo se volverá viral.

─¡Maldita sea, Jayden! ─Yunho estaba furioso─. Borra eso de una vez y luego negociamos, te lo prometo.

Ella movió un dedo negativamente.

─Las cosas se harán como yo digo, así que o te apuras o verás cómo tu vida se hunde.

Yunho sentía como la sangre se agolpaba en su rostro, estaba furioso, pero no solo con Jayden, sino consigo mismo, por ponerse en una situación tan vulnerable, teniendo una profesión como la suya.

Cerró los ojos y se acercó a ella.

Jayden dejó escapar un suspiro, el simple roce de su respiración sobre su cuello le provocó un escalofrío de placer tan intenso, que hasta resultaba doloroso en su parte más íntima.

─Te necesito, Yunho, te necesito dentro de mi ─dijo halándolo por la corbata, para besarlo.

Ya con sus labios rozándole la boca, Jayden llevó sus manos hasta su pantalón para soltar su correa. Él la detuvo un instante, como si mantuviese una pelea interna, luego la dejó continuar. Las manos de Jayden trabajaban laboriosamente, primero en deshacerse de la correa, luego en bajar el cierre de su pantalón para finalmente liberar su miembro, que por primera vez no estaba listo para la acción. Pero eso tenía solución inmediata, empezó a masajearlo hasta que fue sintiéndolo crecer en sus manos. El escalofrío que hizo estremecer todo su ser, le revelaba la intensidad con la que lo deseaba. 

Él era su hombre, aunque no tuviesen un papel de por medio que lo constatara, aunque él mismo lo negase.

─¡Hazme tuya Yunho, hazme tuya!

Yunho la agarró por la cintura con mucha fuerza, casi como si quisiera lastimarla. Sus ojos reflejaban una ira abrasadora... Ella nunca lo había visto tan enojado, tan intensamente frustrado... pero, curiosamente, aquello solo avivó su deseo, esa mirada iracunda, sus manos lastimando su frágil piel le excito aún más.

—Vas a pagar esto Jayden.

─¡No me importa, solo hazlo, hazlo ya!

Un segundo después, Yunho empezó a besarla sin dejar de apretar sus pechos, era áspero, brusco, posesivo, hacia aquello con rabia, con ira, con odio, pero todo aquello entremezclado con placer.

Con el más salvaje y absoluto placer.

La habitación se llenó con los gemidos de Jayden, cuando se sumergió en ella, obligándolo a taparle la boca para callarla. El placer se evidenciaba en su rostro.

─Recuerda donde estamos ─susurró él con voz ronca.

Ella asintió como una niña obediente, en su rostro había una expresión de sumisión total, a pesar, de que era quien llevaba la batuta.

En el enorme ventanal, se reflejaban ambos cuerpos de una manera erótica, ella desnuda, pálida, recostada sobre el escritorio, y él de pie frente a ella, aun vestido con su elegante traje, pero con los pantalones abajo, sumergido en el interior de su ser.

Yunho se estremeció, al sentir sus músculos apretados, rodeándolo a todo lo largo de su erección, aun cuando sentía mucha rabia, no podía dejar de sentir placer.

Incluso la experiencia era más intensa.

Empezó a moverse dentro de ella, podía ver su rostro cambiar cada vez que la embestía, y lo hacía con mayor potencia, con saña, con rabia, masajeando sus pechos con brusquedad, llegándole al punto que a ella le enloquecía. Podía verlo en la intensidad de su mirada, en lo difícil que le resultaba ahogar sus gemidos para que no traspasasen las paredes de su oficina.

─Te van a escuchar ─susurró él, tapando su boca por segunda vez, mientras percibía en su mirada, el coctel de emociones que estaba viviendo.

Cuando terminaron, él se apartaba casi al instante y sacó una caja de toallitas húmedas de una de las gavetas, para limpiarse. Luego la arrojó sobre Jayden.

─Ya tuviste lo que querías, ahora vístete y lárgate.

─¡No me hables así! ─exigió ella, tomando sus cosas para vestirse─. No olvides que tengo las armas para hacer tu vida miserable.

Yunho subió el cierre de su pantalón.

─Tú no tienes nada.

─¿Quieres comprobarlo? ─Jayden se vistió deprisa y corrió hasta el sillón en busca de su móvil, pero no lo encontró. Volteó todo el contenido de su cartera, pero ya no estaba, sintió que su rostro se ponía rojo─. ¿Qué pasó aquí? ¿Dónde está mi teléfono? En qué momento tú...

─Digamos que tengo una secretaria muy eficiente.

Ashley llevaba de trabajar en Williams & McKenzie la misma cantidad de años que Yunho. Le había servido desde sus inicios, cuando en lugar de la oficina que ostentaba en la actualidad, trabaja en un pequeño cubículo.

Más que su secretaria era su mano derecha.

─¿Qué...? ─Jayden estaba sorprendida─. ¿Cuándo?

─¿Cuándo tú crees?

Minutos antes

"Ashley se quitó los zapatos, y con sumo silencio entró a la oficina de su jefe, miró de reojo hacia el escritorio, el tenía los pantalones abajo y se movía, embistiendo de manera violenta a su amante. Se sintió un poco avergonzada, pero tenía un trabajo que realizar. Revisó el bolso de Jayden y tomó su celular, luego le hizo una señal a su jefe, a través de su reflejo en la ventana y salió tan silenciosamente como había entrado. Fuera de la oficina, le entregó el móvil a un chico rubio, de no más de veinticinco, llamado Randall. El formaba parte de un equipo especial de la firma, que se encargaba de limpiar cualquier tipo de evidencia potencial que pudiese comprometer a alguno de sus clientes, en millonarios casos de divorcios".

Jayden no había terminado de procesar lo sucedido, cuando tocaron a la puerta.

─Adelante ─dijo Yunho con tranquilidad.

Era Ashley, traía de vuelta el móvil de Jayden.

─Aquí tiene ─se lo entregó a Yunho─, está limpio.

─¡Tú maldita estúpida! ─Jayden intentó golpearla, pero Yunho la atrapó por la cintura antes de que le pusiera una mano encima, luego con un gesto le indicó a Ashley que saliera de la habitación.

─Cálmate, recuerda que eres una mujer embarazada.

─¿Qué fue lo que hiciste? ─Jayden tomó el teléfono, tenía ese y varios vídeos guardados en diferentes sitios de internet, entró uno a uno y no encontró rastro de ninguna de sus cuentas. No solo eso, todos sus contactos habían sido eliminados─. ¡Me engañaste!

Una vez más tocaron a la puerta, esta vez un hombre enorme, vestido con un traje oscuro, entró a la oficina.

─Escolte a la señorita a la salida por favor.

¡La estaba sacando a la fuerza!

─Esto no se va a quedar así, Yunho, en cuanto llegue a casa...

─¡Cuando llegues a casa, nada! ─le interrumpió él, en un tono amenazador─. Hablaremos cuando salga del trabajo. Ahora retírate, que tengo mucho que hacer.

Jayden apretó los puños furiosa, pero se retiró sin hacer escándalos, intimidada por el enorme tipo que caminaba amenazador detrás de ella. Pero las cosas no terminaronallí, cuando llegó al estacionamiento su auto ya no estaba. El encargado le informó que el licenciado Jung había enviado a alguien por este. 

¡El muy maldito!  pensó ahora mucho más enojada. 

Tomó un taxi hacia su apartamento, dentro de ella tenía la sospecha de que Yunho había llegado mucho más lejos. Y así fue, cuando ingresó la clave de la puerta, esta le marcó error. No importaba cuantas veces lo intentara,  no reconocía su contraseña. 

Yunho la estaba dejando en la calle. 

CONTINUARÁ 

NOTA DE AUTOR

Hola a todos, en especial a aquellos que comentan, o me regalan una estrellita y a la nueva lectora que comentó la leyó en un solo día mis saludos también. 

Tengo una preguntita para todos.

¿A quién le van? ¿A BoA o a Jayden? he leído algunos comentarios a favor de Jayden, aunque la mayoría parece odiarla y esperan que solo BoA tenga un buen final.  

Por cierto, me encanta leer esos comentarios donde debaten los pro y los contra de los personajes, son interesantes. 



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