Detrás de lo desconocidos a veces
Se pierde el susurro de la vida
El titirineo Del amor, de la edad y la flor.
Cabalgue errante, pulsante camino,
En el semiento de un montaña busque
En el alba de la llanura, en las cautelosas aguas
De mi corazón, en mi canto alegre, en mis manos blancas.
En el principio de la noche, la luz de
Las estrellas guiaron a este ambicioso caballero
En busca de todo a veces de nada.
Desnude mil veces la sombra
La viví en su máxima expresión
La abrace, la bese, la mire
Y en el ocaso de la noche
Preparo sus maletas y se fue
Asesine el camino y el negro verdor de mis ojos
Arribe mi vida en las sombras del olvido
Y así pasaron mis días con montones de cofres de oro
Pero en tristeza, soledad y olvido.