Domingo 17 de Junio del 2013.
Hoy he acompañado a tus padres a llevarte flores.
Pero no nos ha hecho falta.
Porque ya habían,
margaritas,
tus favoritas:
y tu lápida estaba limpia.
Y encontré una carta bajo el ramo
de las flores
que olían a la floristería
de la esquina.
Sólo había dos palabras,
en aquel papel
y lo firmaba
un tal Taemin:
«Te quiero»
Como si fueras a responderle (tarde).
Como si él pudiera tenerte (tarde).
Como si sólo te merecías ocho letras (jamás).
Como si mientras yo estuviera pensando en cuántas sonrisas hay en el mundo, y quisiera solamente besar una de ellas (la tuya) (siempre).
Quisiera (por siempre jamás).
Escribo esto entre espacios porque los espacios equivalen a infinito (amor por ti): y como dice John Green, a veces unos infinitos son más grandes que otros infinitos.
Y nuestro infinito (te quiero), no es digno de quedarse atrás.
Infinito significa siempre.
Y tú,
Park,
siempre vas a estar aquí (siempre voy a quererte).
O al menos en mí (a recordarte),
quizá.
Porque en realidad sólo estás ausente,
(o eso quiero creer [que no me estoy enamorando hasta los huesos]).