Pov' Liam.
He de creer que el que Christian me pidiera venir a conocer a Megan me sería muy fácil de rechazar sin embargo cuando tienes a una chica que se llama Sophie, castaña, inteligente y muy amorosa amenazándote con afeitarte la cabeza sino aceptas se te es difícil inventar escusas. Pobre chica, negándose a sí misma a admitir lo que siente. En cuanto a Megan, es guapa, sí, ¿Sufre de celos? Extra confirmado, y por ello ha de ser la mujer menos compatible con Christian.
— ¡Liam mueve la mano de una vez por todas! —Refunfuña Sophie, vuelvo a la realidad donde estamos en las posiciones más incómodas del mundo, Twister, era eso o seguir perdiendo contra Sophie en el Monopoly— ya no aguanto la cadera.
—No eres la única preciosa —Max se bambolea—danos una buena Christian.
Este gira la ruleta con la única parte del cuerpo libre que Megan no está agarrando como una Psicópata. Lo único bueno de estar jugando esto es que estoy en la mejor posición para comenzar mi plan de separación.
—Pie izquierdo en amarillo —responde este sabiendo que en vez de ayudar lo ha empeorado.
— ¡Es en serio! —Sophie posiciona la mano perdiendo el equilibrio a cada minuto— ¡lanza un pie derecho en verde por favor!
—Sophie eres la mujer menos elástica que he conocido —digo al darle un empujón con la cadera— un poste tiene más elástico incluso.
— ¡Así no decías anoche! —Réplica esta agitando el cabello en la cara de Max.
— ¿Cuánto tiempo llevan tú y Sophie de noviazgo? —Pregunta Megan petulante.
—Sophie y yo no somos novios porque ella es la madre de mis sobrinos —digo rodando los ojos—. Mis sobrinos serán las cosas más bellas del mundo. Solo mira a Christian y a Sophie.
Megan en vuelve los brazos alrededor del cuello de Christian y le da un beso en la mejilla, que visión más aterradora.
—Christian es mi mejor amigo, Megan, aunque no creo que me quiera mucho ya que no me ayuda a ganar —Max se ríe por lo bajo, mientras Christian se queja.
—Lo dice la chica que me quebró en el Monopoly —responde Christian sonriente.
— ¿Te dignaras a girar la ruleta? —Me entrometo antes de que Megan pueda hablar.
—Pie derecho en rojo.
Sophie levanta el rostro y mira directamente a Christian. — ¡No podías de decir que en verde!
—No es su culpa Sophie —lo defiende Megan mientras deja un camino de besos en su cuello.
—Sí, lo sé —responde esta con una voz diferente a la usual, como si estuviera cargada de incomodidad.
—Sophie en esta posición se te ve el trasero como la cosa más gloriosa del mundo —afirma Max con un silbido—. No sabes cuan tentador es.
Sophie se sonroja hasta parecer un tomate, y Christian pone cara de pocos amigos ante el comentario—Max deja de mirarme y juega— Christian vuelve a girar la ruleta, en esta ocasión se asegura de que sea pie derecho en verde. El aire está cargado de tensión.
— ¿Y entonces Sophie hace cuánto que eres mejor amiga de mi novio?
—Hace 4 meses y 15 días —responden Christian y Sophie al unísono.
—Es muy poco tiempo para considerarse tan unidos— asegura esta.
—Sí, no son tan unidos, comen juntos, estudian juntos, salen todo el tiempo junto, se hacen mimos, se toman de la mano a cada rato, y más en las salidas... Sophie tiene miles de sus camisas las cuáles le encantan para dormir... Para hacerlo juntos con poca ropa; muy poca la verdad, casi sin ella, —comienzo a enfatizar en juntos y a exagerar sí es necesario.
— ¿Mimos? —Ahora sí estoy haciendo que la serpiente salga de su escondiste— ¡Dormir juntos con poca ropa!
— No le hagas caso a Liam, el blanco lo confunde —asegura Sophie nerviosa. —Además ahora tiene novia.
—Si dormimos juntos, es algo normal en nosotros —Christian no parece notar que Megan mira a Sophie de una manera despreciable.
— ¡Oh se me olvidaba! A Christian le encanta dibujarla, lo hace sin parar. Hasta es su modelo de desnudos —Al decir esto Megan parece haber estallado en furia. Mi propósito ya está empezando a cumplirse. — Y tienen centenares de fotos; es la única chica que logra que se tomé fotos con filtros. Sin mencionar que ambos se aman tanto que darían su vida por la del otro. Además el tiempo no mide con la intensidad con la que se quiere a una persona, solo mira mi ejemplo; llevo casi 18 años conociendo a Christian ¿Y sabes? El chico no me permite dormir en su cama mientras que a Sophie la deja desordenar su cama; bailar en ella, comer... Ella tiene privilegios que ni siquiera tú como su novia conseguirás.
Christian me mira como sí quisiera matarme, yo también lo querría ¿A quién quiero engañar? ¡Todo el mundo me ama! En especial las chicas
— ¡Eso no es cierto! —replica Sophie incomoda—. Lo de que lo quiero mucho si lo es pero lo de que tengo privilegios no.
— ¿Qué no tienes privilegios? Te permito despertarme a las 8:00 am sin asesinarte ¿No te basta?
—Tienes razón pero...
—A mi no me deja ni tocar su puerta cuando ya me está lanzando un Kame Hame Ha.
—No seas mentiroso Liam —murmura esta— tu también tienes privilegios.
—Nómbrame tres.
—Liam déjate de juegos —Sophie me pide con los ojos que no siga empeorando la situación, lo siento Sophie, luego me lo agradecerás.
— ¿Max recuerdas aquella vez que fuimos de fiesta los cuatro? —Pregunto con toda inocencia.
— ¿Cómo no recordarlo? Sophie estaba más hermosa que nunca con ese vestido rojo acentuando sus caderas —este se lame los labios.
—Sí, y más cuando nos despertamos y solo traía la camisa de Oliver —le guiño a Sophie. —Ya entiendo porque Christian no quería que nadie durmiera contigo sino solo él.
—Cállate...—dice entre dientes Sophie irritada.
—Y nos hizo un rico desayuno, nos cuido durante la resaca, dejo que Christian durmiera en su regazo...
—Eso no es chistoso Liam —dice Christian sin paciencia—. No deje a nadie dormir con ella por sus razones.
— ¿Me refrescas la memoria?
—Tú tenías cama, Max también y Sophie no. No vi conveniente incomodarlos a ustedes.
—Estaba el sofá —me inclino aún más—. Y recuerdo que también dijiste que ninguno se atreviera a tocarla ¿Cierto Max?
—Si, en especial puntualizo que no lo hiciera yo.
—Es mi mejor amiga y no quería, ni quiero que ella sea su juego de un par de horas.
—Aja —respondo sin creerle nada—. Olvidado el tema de Sophie. ¿Megan cómo es qué terminaste aquí?
— ¡Oh! La verdad es que mis padres querían un respiro de la ciudad...—ruedo los ojos sin discreción alguna.
—Y yo que pensé que había sido porque te ligaste hasta a tus profesores. Bueno me he llevado una sorpresa gigante, claro que no te juzgo por abalanzarte como una fiera hacía mi primo, digo, es totalmente todo lo opuesto a lo que estás acostumbrada. —Me levanto del suelo y me sacudo las manos—. Iré por una cerveza ¿Quieren algo?
Salgo de la sala sin darles tiempo de responder nada, tomo una cerveza y un refresco de la heladera, doy un largo suspiro, ojalá estos se den cuenta de lo que hago para verlos felices, juntos ¿Acaso es mucho pedir que no hagan las cosas más difíciles? Salgo de la cocina, al volver a la sala me encuentro a Sophie y a Christian teniendo lo que parece una conversación, Megan me mira como si quisiera sacarme los ojos, le devuelvo la mirada entretanto Max parece estar metido en su celular.
— ¡Hey Sophie! ¿Refresco? —Pregunto levantándolo como prueba.
—Liam me llevará no hay problema ¿Cierto? —Sus ojos café dicen más de lo que sus labios pronuncian.
—Lo que sea por ti nena —digo de manera sensual como siempre.
—Aún no entiendo porque Abby no me llamo para decírmelo —insiste Christian.
—No quería interrumpir nada, por eso mismo Liam me llevará hasta mi casa y luego vuelve con ustedes —Sophie toma su celular—. ¡Vámonos Liam!
—Ya no pelees princesa —digo al tomarle de la mano y salir de la casa. Hecho un vistazo atrás y Christian parece no comprender lo que acaba de pasar, como si yo acabara de robarle su lugar. Sophie es una chica fantástica no lo niego, pero por él jamás me juntaría con ella.
Fin del Pov'
Nos encontramos sentados en un modesto cafetín del pueblo, en una mesilla redonda antigua, esté es acogedor, con paredes pintadas de color marrón chocolate, algunas fotos de uno que otro paisaje a blanco y negro, lámparas viejas y una vitrina donde se muestran distintas galletas, tartas, bizcochos... El olor a repostería embriagando, una chica joven de unos 20 años atiende alegremente; vestida con unos jeans oscuros y una camisa rosa con un muffin,el cabello amarrado en un complejo moño y su piel morena suave.
—Gracias por alejarme de esa chica.
—Eres cruel Liam. No lo hice por ti sino por él —pruebo mi late de vainilla.
— ¿Cruel? Sophie, lo que no soy es hipócrita, no soporto a la chica, es la mujer que menos me gusta en el mundo y no fingiré lo contrario por Christian, lo siento, pero no.
— ¡Eres tan egoísta! — le doy un golpe a la mesa sin darme cuenta, por suerte el cafetín está casi vacío, gracias a esto no muchos ven mi numerito—él solo quería que la conocieras porque te quiere y eres probablemente una de las 5 personas por las cuáles daría su vida, aunque ambos sabemos que este considera su existencia insignificante, y que nosotros hacemos hasta lo imposible para demostrarle lo contrario.
— ¿Crees que en todo este tiempo no he tenido la dicha de conocerlo? —Hace una mueca de enfado—. ¿Quieres saber algo, Sophie? No eres la única que vendería su alma al diablo por él, algunos también tenemos nuestras deudas.
Sonrió irónica— ¿Qué sabes tú de secretos y deudas? —Tomo un rollo de canela—si ni siquiera eres capaz de hacer algo tan básico como soportar a la novia de a quién dices querer.
Da un suspiro triste, agotado y cargado de culpa—hice algo que casi le cuesta la vida y él no sabe —calmo mi malhumor dispuesta a escucharlo.
— ¿Qué le hiciste?
—Cuando tenía 8 años solía pasar demasiado tiempo con Christian, me encantaba que me viera como un héroe; que me admirara, el caso es que nuestros padres solían dejarnos a cargo de Oliver a excepción de Max, a quien se llevaban a todos lados. Y Oliver nos dejaba solos por ir detrás de chicas. Yo quería pasar tiempo con él, te juro que pasaba tanto como mi egoísta personalidad me dejará sin embargo como dije era, soy, soy un egoísta, entonces salía con mis amigos y lo abandonaba, este iba tras de mí, no se apartaba, estaba ahí sin importar cuanto lo insultara para que se fuera. —Liam se detiene con el odio brillando en sus ojos.
— ¿Liam?
—Estábamos peleando, yo no paraba de gritarlo e insultarlo y él solo se disculpaba —una sonrisa amarga se forma en sus labios—. En su habitación había una ventana. Una a la cuál le temíamos. Lo empujé con fuerza y callo por ella —se pasa las manos con nerviosismo por el cabello—Sophie yo yo... No tuve el valor para decirle que yo era el culpable, vi como todos lo gritaban cabreados pensando que era un niño tonto y no hice nada, 12 años le he ocultado la verdad, había tanta sangré... Le he ocultado tantos secretos que a veces me avergüenzo de mirarlo a la cara, soy un asco de persona Sophie.
—Liam fue un accidente, eras un niño asustado —lo tomo de las manos y las beso con intención de reconfortarlo— los accidentes pasan y sé que si se lo dices ahora solo se reiría hasta más no poder.
—Él no se merece muchas de las cosas que le han pasado Sophie —sujeta mis manos—. En años no lo había realmente feliz, y te lo debo a ti, lo comprendes de una manera en que yo no puedo, en que nadie puede, lo miras y le das vida Sophie, incluso lo hiciste cambiar.
— ¿Cambiar? —Respondo con la mirada en sus manos.
—Si, tus sentimientos los hacen cambiar —me sonríe sin sensualidad alguna, algo bastante raro en él.
—Liam, ya lo hablamos, lo que paso el otro día no fue nada —alejo las manos desanimada—. Tenía miedo de perderlo, nada más
—El que aún lo niegues solo me afirma que temes a la verdad —esté mira su celular y su rostro cambia de ser un chico sensual de cabello café, ojos grises y cuerpo de sueños a ser un fantasma— ¡Carajo! Esto no es bueno
— ¿Qué sucede? —Tengo los nervios de punta.
—Digamos que Christian ya sabe que lo dejamos plantado por venir a conspirar aquí —dice este con una risa de psicópata.
— ¡Qué! —De inmediato me siento terrible, ¿Qué acabó de hacerle a mi mejor amigo? Me levanto con la boca temblando al igual que las manos— ¿Liam qué hice? —No puedo imaginar cómo lo he hecho sentir, no lo apoye en esto, solo salí huyendo como una cobarde por no poder verlo junto a Megan; yo, su mejor amiga...
—No pasa nada Sophie, nos vamos ahora mismo, te dejo en tú casa y nada paso —Liam deja la propina en la mesa y me saca corriendo del lugar.
Camino de un lado al otro del porche, miro el árbol de cerezos y tengo que admitir que Abby está haciendo un excelente trabajo con el jardín, rosas rojas decora la mayor parte y por ese breve momento olvidó mi sentimiento de culpa. La camioneta de sus padres aparca y mi corazón llega al piso, un Christian con la mirada carente de sentimientos y los puños apretados sale del auto.
— ¡Hey Chris! ¿La arpía te dejo libre? —Liam se levanta de las escaleras—. No sabes cuánto me alegro de que lo hiciera...
— ¡Estoy harto de ti Liam! — Esté leda un empujón con fuerza—. ¡Me jodes y me jodes la vida cuando se te viene en gana!
— ¡Oh! Lamento no venerar a la bruja que tienes como novia —Liam levanta las manos a la altura de sus hombros.
— ¡Solo quería que me dieras tú maldito apoyó! , ¿Y qué recibo? Tú maldito egocentrismo como es normal de ti imbécil —Christian respira con dificultad y aprieta los puños constantemente. —No te pedí nada complicado Liam.
—Pídeme que me saque los ojos y los coma —se encoje de hombros—. Pero soportar a Megan sería como perder mi orgullo y mi orgullo vale más.
— ¡Liam basta! —Le pido antes de que Max me sujeté por los hombros.
— ¡No metas a Sophie en esto Liam! —Christian lo mira y por primera vez veo odio real en sus ojos.
—Cuando dejes tú maldito dramatismos y actúes como un hombre lo discutimos ¿Vale? —Liam se vuelve hacía su auto—. Nos vemos preciosa.
— ¡Christian no!
Nota: No saben cuando quiero a todos los que se animan a leer lo que escribo, de verdad no saben cuánto, Christian, Sophie, Abby... Y por supuesto Liam, los ama, aunque Liam solo se ama a él mismo.
También quiero decirles que he estado pensando mucho en cuanto a todo lo que se viene y por ellos he decido que mi mejor amiga quién siempre meda su apoyo y ayuda sea como mi Co-escritora.