Suelto un largo resoplido y me dejo caer en la cama junto con ella, ambas mirando al techo sin decir nada.
Después del beso con Jason no he dicho ni una sola palabra, sigo en shock, él me dejó sola en la playa después de eso diciendo un «lo siento» que aún no entiendo, para el maldito colmo la hueca de Cristal miro todo y quiso saber todo con lujo de detalle, pero como dije, no dije absolutamente nada de nada pero ella no se sintió ofendida ni nada por el estilo, en cambio, se puso a hablar deliberadamente sobre ella y James. Sigue viva gracias a las chicas.
Pero quizá para mañana ya no haya más Cristal en esta casa.
Lo bueno es que hoy habrá una gran distracción en la playa, en unos minutos de hecho, no recuerdo la última vez que asistí a una fiesta... Creo que fue aquella vez en New Orleans, cuando pintaron al perro de la señora Trump y ese enano quedó en el horno de nuestra vieja casa, aún me pregunto cómo llegó ahí.
—Alissa, superalo.
Suelto un suspiro.
—Sólo fue un beso de ese tipo, no es como si te hubieras enamorado perdidamente de él—volteo a verla y ella a mí con las cejas arriba.—¿Verdad que no?
Aparto la mirada y me levanto de un brinco para ir al armario por lo que voy a ponerme para la fiesta a la que nos invitaron.
La verdad es que solo me deje llevar por el recuerdo de James con esa perra, Jason es más que atractivo sí, pero...Pero. Bueno sí, sentí cosas raras
—¿Alissa?
—¿Short o falda?—le muestro las dos prendas, ella me mira mal y se levanta cruzándose de brazos.
—No me cambies de tema, ¿Sentiste algo con Jason?
—Sí, creo que el short está mejor—lanzo la falda lejos y tomo una blusa para luego dirigirme al baño pero Perrie me toma del brazo.
—¿Te gusta Jason?—ruedo los ojos.
—No, Perrie, tranquilizate un poco, sólo fue un beso...—me suelto de su agarre y sigo mi camino.
Suelto un suspiro ya adentro y me quedo recargada en la puerta unos segundos. Es que no puedo superar ese beso, fue más que increíble he de admitir, pero en parte me siento mal porque se supone que eso no debía pasar, el plan era dar celos a James y los besos no estaban en ese plan ni mucho menos esas sensaciones.
Oigo decir a Perrie que me espera abajo, no contesto, me termino de cambiar y recoger mi cabello dejando algunos mechones de fuera, los cuales odio pero no puedo hacer nada con ellos.
Salgo del baño para buscar mis tenis pero me quedo paralizada al verlo parado en medio de la habitación, a cuatro pasos de mí y de repente me pongo nerviosa, como si supiera lo que pasó.
Que obviamente no debe saber, a menos que su zorra se lo haya contado, porque ella vió todo.
Nos miramos sin decir nada, yo no puedo hablar, no se él, pero yo estoy demasiado nerviosa como para abrir la boca y decir algo, porque lo arruinaría todo o me vería como una estúpida, más estúpida que ahora.
Se supone que debo hacer algo, como ignorar su presencia y seguir en busca de mis tenis para irme, pero no puedo.
Comienza a caminar hacia mi y yo por ende trato de alejarlo, hasta que mi espalda toca la puerta del baño, cerrada. Se detiene a unos centímetros de mi cuerpo y rostro, trato de no apartar la mirada de sus ojos y de mantenerme firme, lo más que puedo porque es difícil cuando estamos así porque maldición, quiero besarlo.
—James...
Me calla estampando sus labios con los míos, me toma por la nuca para profundizar el beso, un beso diferente, un beso desesperado, como si se lo hubiese guardado hace mucho tiempo y claro que yo no lo detengo, lo tomo por la nuca también y él baja sus manos hasta mi trasero dándole un apretón, jadeo ante eso y doy un brinco rodeando sus caderas con mis piernas.
Dios, no nos habíamos besado de esta manera tan apasionada. Y esto sería cinismo, pero el beso con Jason no fue nada comparado con éste.
Termina el beso mordiéndome el labio inferior, suelto otro pequeño jadeo por eso y abro los ojos para verlo, se encuentra con el ceño fruncido y sus labios rojos e hinchados, me reiría de él pero no es el momento.
Me presiona más contra la pared, no a tal punto de lastimarme sino uno agradable se podría decir, une su frente con la mía haciendo que nuestros labios se rozen, cierro los ojos por el tacto.
—¿Por qué?—pregunta en un susurro rozando mis labios con los suyos, respiro profundo sin abrir los ojos.
—¿Tú, por qué?
Poco a poco me va soltando hasta que siento el suelo bajo mis pies descalzos, pero no se aleja hasta segundos después para verme a los ojos.
—Lo siento—habla después de un suspiro.—estaba celoso, cegado...
—James, es la excusa más estúpida que me han dado. Además, sólo estábamos hablando ese día en la fiesta no hice nada de lo que tú sí—baja un poco la mirada.—y pareció no importarte cuando terminamos, porque volví a verte con ella—digo esto último con algo de dificultad.
—¿Y por eso te besaste con él?—pregunta en un tono más frío y vuelve a verme a los ojos.
—James, eso fue un error, no debió pasar es que yo...—me quedo a medias, él alza una ceja expectante. Por un segundo creí que me iba a interrumpir, aparto la mirada ésta vez yo fijándola en mis manos mientras me muerdo el labio.—mierda, sí estaba celosa, más que celosa—vuelvo a verlo.—no sabes las ganas que tengo de ir a golpearla en estos momentos y de asesinarte a tí—sonríe dejando de lado su semblante serio, yo frunzo el ceño.
—No sabes cuánto te quiero—besa mi mejilla y después me toma de las manos.—ya hablé con ella, ya le dejé clara nuestra situación, Alissa, quiero que terminemos con esta porquería y vuelvas a ser mi novia.
Una sonrisa se me logra escapar y me maldigo mentalmente por eso, se supone que no debía sonreír y contestar que no, a pesar de ese excitante beso de hace unos minutos.
No contesto, lo suelto de las manos para tomarlo del rostro y darle otro beso.
—Eso lo tomo como un sí—dice sonríendo y me abraza.
Estaba por decirle algo cuando la puerta de la habitación es abierta, ambos volteamos y nos separamos al instante.
—¡Qué demonios!
Sonrío nerviosa y veo a James, él me sonríe y me toma de la mano dejando aún más boquiabierto a mi hermano.
—¿Son novios?
—No grites Evan...—digo sonrojada.
—¡OH POR DIOS, CHICOS PERDIERON UNA JODIDA APUESTA!—grita mientras se va de la habitación.
James y yo nos miramos confundidos y reímos.
—A sí, ya nos vamos, apresurense—estaba a punto de irse de nuevo cuando señala a James.—luego hablaremos todos contigo mi amigo—dice serio y se va.
—Ahora estoy nervioso—volteo a verlo con una ceja arriba incrédula.
—¿James Malik nervioso por unos cuantos chicos?—me sonríe y besa rápido mis labios.
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—Todos alrededor de él, parece que van a matarlo—rio mientras niego.
—Tranquila, tu hermano va a estar bien—toco su hombro.
En cuanto llegamos a la playa, los chicos se llevaron a James y yo me quedé con las chicas contándoles todo, claro que Alice no estaba de acuerdo al principio, pero logró entender.
Cristal de encuentra más que molesta, principalmente conmigo y James, pero se desquita con todo el mundo.
Jason se encuentra distante, no sabe nada de nosotros, pero igual está así por el beso de la playa. Aún siento extraño al recordar.
—Sí, pero no quiero irme de aquí, y él no quiere quedarse—oigo decir a Alice y volteo a verla con interés. Porque con él se refiere a mi hermano Aidan.
—¿Hablas de Aidan?—asiente.
—Yo estoy estudiando en una escuela de artes, y él tiene los mismos gustos... Pero tiene planes fuera del país.
—¿Qué?—frunzo el ceño.
No ha dicho nada, al menos a mi no me ha dicho nada, ¿Piensa abandonarnos por quién sabe cuantos años?
—¿No lo sabías?—niego.—oh...—frunce el ceño.
—Hola chicas.
—Hola—sonrío.
—Perrie...—se rasca la nuca y todas volteamos a ver a la mencionada con una sonrisa.—¿Quieres ir a... Caminar?
—Claro—contesta ella con una sonrisa y se van.
Las chicas y yo nos tomamos de las manos para dar brincos de emoción.
El amor.
Qué bueno que las cosas entre ellos estén mejorando, se ven bien juntos.
Mi hermano pequeño aparece también.
—Los chicos están amenazando a James—dice divertido a lo que ruedo los ojos.—les robaré a Maddie
—Usen condón—les dice Daniela a lo que Alice, Oliv y yo reímos, y los pequeños se miran tímidos para luego irse.
Mi pequeño Tris, está creciendo.
—Tan lindos...
—Lo sé—sonrío y bebo un poco más de licor.—son muy tiernos
De repente, soy empujada de manera brusca, pero no lo suficiente para hacerme caer, me doy la vuelta molesta porque he tirado el contenido de mi vaso y me encuentro con la zorra de Cristal.
—¿Tienes algún jodido problema rubia?—digo molesta mientras lanzo lejos mi vaso ahora vacío.
—Sí, me quitaste a mí novio, ¡Zorra!—me da una bofetada. Para nada fuerte, creo que me han dado peores. La miro unos segundos, las chicas tratan de tranquilizarme pero aún así me lanzo sobre ella para golpearla.
—¡No vuelvas a llamarme zorra qué la única zorra eres tú!—le doy en el pómulo derecho a lo que ella suelta un quejido y me rasguña el rostro.
—¡Era mi novio!
—¡Cierra la boca!—le doy otro en la boca y comienza a sangrar y llorar.
—¡Alissa!
Me toman de la cintura apartándome de ella y veo a James levantarla del suelo. Qué bien, mejora las cosas.
—¡La voy a matar, sueltame!
—¡Tranquila!
—¡Me llamó zorra!
—¡Alissa, tranquilizate!
Me aleja de la multitud y de James con esa perra oxigenada.
Me deja en el suelo y me da la vuelta para que lo vea, me quedo paralizada de repente y todo enojo se esfuma.
—Tranquilizate, ¿Qué pasó?
—Ella comenzó, yo sólo me defendí—digo haciendo señas en dirección a la perra con James y todos los de la fiesta que presenciaron la pelea.
—¿Te das cuenta de que eres una salvaje?—lo fulmino con la mirada haciéndolo reír.
—¿Ya puedo regresar? Prometo no romperle el alma—niega sin borrar la sonrisa.
—Debo hablar contigo—y los escalofríos aparecen.—sobre... El beso.
—Sí, eso...J-Jason, yo...—me calla con sus labios sobre los míos, de nuevo, con ese remolino de emociones. Quizá el efecto del alcohol.
Cuando lo alejo, alguien más se lanza sobre él comenzando otra pelea. Demonios, esto nunca va a terminar.
—¡Te dije... Que te alejaras!—exclama molesto mientras le propina golpes por toda la cara.
—¡James basta, detente!—grito horrorizada al comenzar ver demasiada sangre, pero no se detiene.—¡James detente, lo vas a matar!
Me ignora y es cuando uno de mis hermanos y uno de los Malik aparece para interferir. William lo aparta de Jason y Logan levanta al herido para llevárselo de ahí, sin previo aviso comienzan a brotar lágrimas de mis ojos sin parar.
—¡Sueltenme!
—¡Tranquilo James! ¡Carajo! ¡Mi hermana está llorando!
Y es cuando deja de moverse y me mira, Evan llega a abrazarme y escondo mi rostro en su pecho sin dejar de llorar. Nadie me había visto llorar, solamente mi mellizo y Shawn, pero antes y después de eso no he dejado que me vean así. Creo que el miedo hizo que explotara todo lo que no he llorado.
—No, James, la llevaré a casa—no hay respuesta del rubio así que comenzamos a caminar atravesando la multitud y a mis amigas que me miran. Yo mantengo mi vista en la arena, no me gusta estar así frente a los demás.