Mates (Camren G!P)

By turningpages97

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El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 19

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By turningpages97

N/A: ¡Lxs extrañé! Capítulo interesante, ¡disfruten! ;)

Lauren's POV

No era capaz de comprender cómo o por qué una tontería como aquella podía ponerme nerviosa, pero lo estaba. Las sutiles patadas por debajo de la mesa de Zayn no ayudaban ni un poco, mucho menos sus constantes carraspeos, incitándome a hablar de una vez por todas. Vero y Jeremy mantenían la conversación viva mientras almorzábamos y cada vez que la lejana e igualmente ansiosa mirada de Camila se cruzaba con la mía, me hacía tensar la mandíbula, no tenía idea de cómo abordar el tema. La morena me asintió disimuladamente desde su lugar y estuve a punto de sonreírle, pero me detuve para no ser tan obvia. Cualquiera podría vernos y creer que estábamos silenciosamente acordando encontrarnos para tener sexo en algún lugar secreto del instituto o después de clases.

Farfullando, arremangué las mangas de mi chaqueta de cuero, percibiendo cómo un grupo de muchachas me admiraba a unos metros. ¿Acaso no tenían mejores cosas que hacer?

"¿Y qué hay de ti, Laur? ¿Alguna nueva conquista?" Preguntó Jeremy, masticando su alita de pollo. Tosí, me había tomado por sorpresa. Zayn me alzó ambas cejas y gruñí internamente.

Aclaré mi garganta y lo miré, esperando a que confirmase que no había nadie más que nosotros prestando atención a la conversación. Movió su cabeza.

"Necesito que ambos me escuchen y prometan no alborotarse." Vero entrecerró los ojos, Jeremy simplemente sonrió, probablemente esperando una gran noticia. No estaba tan lejos de conseguirla. Tragué saliva e intercambié vistazos con los dos.

Sólo dilo.

"Hay... Una chica." Presioné mis labios al finalizar la frase. Los ojos del rubio se abrieron como platos, no obstante el rostro de la castaña no demostró sorpresa alguna. "Jer, no seas ruidoso, te patearé el trasero si alguien oye y comienza a esparcir rumores." Movió las cejas e hizo la mímica de cerrarse la boca como a una bragueta. Seguido a eso, vi medio inquisitiva a Vero.

"¿Qué? No puedes esperar que no note lo repentinamente cercana que eres a la traga-libros." Iba a refutar algo en contra de cómo la había llamado, pero no me dio tiempo suficiente. "Compartimos clase de biología avanzada, se la pasa escribiendo tu nombre al borde de la hoja." Rodó los ojos. Una calidez nueva se instaló en mi pecho y tuve que contenerme para no sonreír. "Lo que importa aquí es las posibles consecuencias que traería esto a... Ya sabes, empezará en poco tiempo y debemos estar listos. No podremos bajar la guardia ni un segundo y ella no podrá defenderse sola." Desencajé la mandíbula, pensando en ello. Vero llevaba la razón, Camila no podría quedarse sola, tendríamos que cuidar de ella constantemente, pero no me importaba en tanto estuviese a salvo.

Permanecí en silencio, seria, analizándolo.

"Esperen, entonces..." Jeremy rascó su nuca. "¿Es cierto eso de las 'almas gemelas' o 'compañeros de por vida'? Creí que era un cuento de mis padres para que consiguiese una novia estable." Zayn apartó su bandeja y se limpió la boca con una servilleta.

"Pues, para nosotros sí, es nuestra naturaleza." Descartó el papel sucio junto con las sobras de su comida. "Sin embargo, dudo que lo sea para humanos. Por eso creo que deberíamos estar al pendiente de Cabello más que nada, otros clanes podrían sacar ventaja de ello si lo descubren." Vero resopló.

"Genial, ahora ya no seremos el clan sin punto débil." La fulminé con la mirada. Reconoció su error y apretó los labios. "Lo siento. No tengo nada en contra de ella, sólo me preocupo." Largó un suspiro pesado y giró su cuello para ver la mesa a unos metros de la nuestra. Sivan contaba algo que parecía tenerlas muy entretenidas.

"¿Cómo estás segura de que es ella? Tal vez sólo es un-"

"Hermano, ya cállate." Sugirió el pelinegro frente a mí, pero por alguna razón sentí que sería bueno demostrarles mi punto. La pregunta era; ¿cómo lo haría?

Tragué saliva. Quizás habían sido solamente alucinaciones mías, pero juraba que la 'conexión' iba más allá de lo que cualquiera entendiese por la simple palabra. Se me ocurrió, que podría tan solo seguir mis corazonadas. Logré presentir el incremento de brillo en mis irises cuando miré a la morena, un par de mesas a la distancia. Esperé unos instantes por ello, y muy en el fondo recé por que funcionara, por eso cuando la vi dar un leve respingo en su lugar y darse la vuelta para observarme, no frené la sonrisa de lado formándose en mi cara. Me veía a mí, no a la porrista hablando sobre cosas banales detrás, ni a algún objeto cercano. Sus ojos habían dado a parar con los míos y esperaba que así fuera siempre.

Las mejillas de la morena tomaron color y acomodó un mechón detrás de su oído antes de regresar su enfoque a la altamente sonora discusión que llevaban Hansen y Kordei.

"Bien, eso fue algo... Interesante." Acotó Jeremy, haciendo sonreír a Zayn. "Entiendo, es más que tu chica."

"Mucho más." Agregué, apartando mi propia bandeja y poniéndome de pie. "Díganle al profesor que estoy en la biblioteca." Hice mi camino fuera de la cafetería, oyendo el timbre que indicaba el fin de almuerzo. Entré al baño pasándome ambas manos por el pelo, alborotándolo. No habían transcurrido más de dos minutos cuando la puerta volvió a abrirse y esos ojos con pinta de hogar, cálidos, tranquilizadores, aparecieron bajo una fila de extensas, gruesas pestañas. Sus dedos juguetearon inquietos frente a su vientre, aquel suéter dejaba a la vista su ombligo y el color beige oscuro le daba un toque sensual a su cándida apariencia.

"¿Q-qué fue lo que pasó allá? Sentí como si llamaras mi nombre-" Porque eso era exactamente lo que estaba haciendo en mi cabeza, sin parar. Mis manos fueron a su cintura, atrajeron su cuerpo al mío, pegándonos, y la besé poniendo todo de mí en ello, moviendo mis labios con habilidad, rapidez. Arqueó su espalda, amoldándose perfectamente a mí, encajando.

"A veces sólo lo necesito, ésto." Me detuve para hablar ya agitada, pero enseguida nuestras bocas se encontraron una vez más y su lengua jugó animosamente con la mía. Envolvió mi cuello con sus brazos.

"¿Besarme?" Emití un ronco 'Mhm', alzándola y sentándola sobre el lavabo.

"A ti, cerca, pegada a mí." Mi aliento caliente chocó con su oído y la piel se le erizó. Fuera lo que fuese aquella conexión, conoceríamos juntas, poco a poco, sus implicaciones.

Comencé a plantar besos en su cuello, pero hasta entonces había estado tan entretenida con ella que casi no oigo la suela de una zapatilla dando contra las baldosas, a la vuelta de los lavabos. "¿P-por qué te detienes? ¿Lern?" El aroma no me era del todo familiar, pero sabía de quién se trataba.

"Tenemos compañía." Ensanchó los ojos, mirando hacia su costado, donde una tos confirmó mis sospechas. "Hansen." Asomó la cabeza, rogando disculpas con una sonrisa incómoda.

"Uh, lo siento, sólo quería comprobar que ustedes..." Alcé una ceja. "No importa, sigan con lo suyo, ya me iba." Finalizó y salió a prisa del baño.

La mueca confundida y todavía ruborizada de Camila me causó gracia, pero no reí.

"Pude olerla." Aclaré y besé su cuello, causándole cosquillas.

"Ajá..." Sus piernas temblaron. "C-creo que será mejor ir a clases." Deposité otro beso en sus labios y cuando iba a separarme, ella lo profundizó, reafirmando su agarre en mi nuca. Se alejó de mí sonriendo. "Ahora sí." Reí y le tendí la mano para ayudarla a bajar.

-

El profesor terminó de escribir las palabras 'TRABAJO EN PAREJAS' en la pizarra y se volteó a vernos.

"Bien, como ven ahí, el próximo trabajo será en parejas y con nota. Tendrán tres calificaciones importantes a fin de semestre; la participación en clase, el examen que tomaré en unas semanas, y este trabajo." Los sonidos de estudiantes comiéndose las uñas de los nervios se podían oír hasta fuera del salón, claro, todos excepto por Camila y yo. La más baja irradiaba calma, sentada en su pupitre, luciendo espléndidamente esos anteojos para leer. Si había algo que me debilitaba eran las chicas con anteojos, y Camila estaba a otro nivel.

Se empezaron a nombrar los apellidos de toda la clase, el profesor armaba las parejas.

"Cabello, ya que colocarte en pareja con cualquier otra persona conllevaría a que hicieras todo el trabajo tú sola, estarás con Jauregui." Preferí mostrarme indiferente para que nadie se alborotase, pero por dentro sonreí complacida.

El chirrido de los pupitres llenó el salón mientras todos se cambiaban de lugar para charlar con su compañero de proyecto. Camila apoyó sus libros junto a los míos y se sentó a mi lado, arrimándose.

"Tenemos diez minutos restantes, p-podríamos aprovecharlos para escoger el tema del trabajo." Asentí, guardando mi libreta y dejando solamente un lápiz y una hoja para tomar apuntes.

Para cuando el timbre sonó, ya teníamos el proyecto entero planeado y estábamos listas para huir de ahí. Se colgó la mochila al hombro y salimos, caminando a la par rumbo al estacionamiento.

"¿Tienes planes?" Destrabé las puertas del vehículo con el mando a distancia. Ralentizando la marcha, negó mordiendo su labio inferior. "Sube." Abrí la puerta del co-piloto y agradeció en voz baja. Mi casa quedaba a poco más de un kilómetro, que serían diez calles yendo por la ciudad, pero yo ya conocía un buen atajo en medio del bosque, le llamaba la 'ruta privada', nadie más sabía de ella. Sólo Zayn, Vero, Jeremy, yo, y ahora Camila.

"¿Estás segura de que está permitido conducir por aquí?" Preguntó preocupada, agarrándose del cinturón de seguridad.

"Estoy segura de que NO está permitido conducir por aquí," Me vio a los ojos como si fuese la película de terror más horrible de todos los tiempos. "pero nadie nos dirá nada, tranquila." Reí.

"¡Eso no es lo que me tiene así! ¡Podemos estrellarnos contra un-" Cambié la estación de radio. "¡Lauren, ponle atención al camino! Oh dios, no quiero morir así." Al escucharla, frené bajo el techado de mi sitio para estacionar al costado de la casa. Tensando la mandíbula, la miré con severidad.

"Dije que nada malo te sucedería conmigo." Separó los labios para hablar, pero salí del auto y fui al otro lado para abrir su puerta. "Vamos, hay costillitas con picante en el refri."

"¿No habías almorzado ya?" Se apresuró para igualar mi posición.

"Siempre hay lugar para más comida."

Entramos y lo primero que hice fue asaltar la heladera. Comí tres sándwiches de costilla de cerdo con salsa BBQ picante, todo mientras Camila se tapaba la boca para que no la viera reír. Al terminar, lavé el plato y encendí el calefactor de mi cuarto desde el panel en la cocina.

"¿Terminaste?" Asentí y tomé su mano, arrastrándola escaleras arriba conmigo.

"¡No es necesario que me lleves así a todos lados!" Exclamó a mitad de las escaleras. Exhalé, tomando en cuenta su opinión. "¿Lauren..?" Coloqué un brazo detrás de sus rodillas y otro alrededor de su torso, alzándola y continuando mi camino hacia la planta más alta. "¡O-oye, tampoco así! ¡P-puedo sola!" Se contradecía a sí misma al aferrarse a mí.

"Da igual, ya estamos aquí." Hizo un mohín mientras la bajaba. "No habrá nadie hasta la noche, no hace falta que cierre la puerta." Se sentó en la cama, ojeándola y tanteándola, impresionada con su gran tamaño. "Empecemos." Le lancé mi laptop.

Cuarenta y cinco minutos después, Camila todavía no paraba de marcar sitios web con información acerca del tema como favoritos. Mi espalda descansaba, recargada contra el respaldo acolchonado de la cama. Para no morir del aburrimiento le daba vueltas a una moneda, pasándola entre mis dedos, desde el índice hasta el meñique.

"Será suficiente con eso, Camila." Agitó la cabeza, concentrada al máximo en la pantalla. Rodé los ojos, bufando.

"No, aún debo buscar información sobre los métodos de ejecución en ese entonces, claramente no son como los de ahora. Eran mucho más tradicionales y primitivos. La horca, la guillotina y la hoguera son ejemplos típicos que datan de los años-" Quité la MacBook de sus muslos y jalé su pequeño cuerpo a mi regazo. Su frente tocaba con la mía y su respiración ya había acrecentado en ritmo. "Lauren, no. No podemos, n-no ahora..." Rocé la punta de mi nariz por su cuello.

"Sabes que nos pondrá una buena calificación de cualquier manera, seremos las únicas en hacerlo." Planté un besito en su garganta.

"Tal v-vez otros lo hagan..." Suspiró cerrando sus ojos.

"Relájate cerebrito, has hecho suficiente por hoy. Terminaré el resto luego." Susurré, repitiendo el beso, descendiendo a sus clavículas.

"Nngh... O-okey." Llegando a la tela de su suéter, metí mis manos bajo la prenda para acariciar su cintura. Al masajear la piel con mis pulgares, su agarre en mi cabello se estrechó y jadeó. "Siento... S-siento lo que dije antes."

"Sólo no vuelvas a decir algo como eso." Aspiré su aroma dulce a fresa y besé la zona entre sus pechos por sobre la prenda. Mis manos ascendieron a sus costillas y gimió de forma entrecortada. Se acomodó en su lugar, fundiéndonos juntas más de lo que ya estábamos, y de un momento a otro, el suéter que cubría la mayor parte de su torso voló por los aires. Seguí su trayectoria hasta que cayó en el suelo y luego vi a la morena a los ojos, sorprendida. Pensé que al menos vestiría una blusa corta además de aquel suéter, el frío no estaba a favor de nadie en Campbellville.

"Es más sencillo q-que me toques así." Demonios, no me quejaba. Volví a atacarla a besos, pero ahora que el obstáculo de algodón ya no se interponía en medio, mis labios tocaban directamente la suave piel de su pecho y abdomen. "H-hah..." Tiró la cabeza hacia atrás y lamí todo rastro de su transpiración.

"¿Te gusta eso?" Sus manos fueron a parar a mis abdominales, donde rasgó levemente con sus uñas, como si tratase de sostenerse de algo, dándome eso como respuesta. "Mi turno." Dije y me despojé de la camiseta que llevaba puesta. Estuvimos así quizás por más de media hora, tan solo besándonos, explorando el cuerpo de la otra con manos ansiosas, su abdomen plano restregándose contra mis ligeramente abultados, marcados abdominales, las diminutas gotas de sudor rodando de mi cuello a mi pelvis por culpa de la calefacción, sus abruptos jadeos cada que las yemas de mis dedos hallaban un punto especial en el mapa que había creado de su espalda, minúscula en comparación con la mía, todo me atrapaba, desde su actitud sabelotodo hasta sus pucheros de niña chiquita cuando no comprende algo.

La sensación de su delantera y la mía juntándose era de otro mundo, expandía un calor nuevo por mi sistema, un sentimiento de pertenencia que jamás había experimentado antes. Ninguna chica me hacía sentir como Camila. Me preguntaba si ella también podría sentirla, esa calidez entrañable invadiéndola, anunciando la apertura de un nuevo rincón en su corazón, adónde tumbarse y poder estar como en casa. 

La erección presa de mis bóxers pedía a todo pulmón ser liberada, entonces, contra mis deseos, tuve que tomar sus manos y moverlas lejos de mi abdomen, apartándome del ardiente beso que compartíamos. Soltó un quejido disconforme, inclinándose para intentar besarme otra vez, pero apreté sus manos, captando su curiosidad.

"Camz, si no nos detenemos ahora, no podré controlarme después."

"¿Qué quieres decir con eso..?" Ladeó su rostro.

"Que te lo haré aquí y ahora, hasta que alguien llegue y tenga que soltarte." Sus mejillas se calentaron, coloreándose de un rosado claro. "Te llevaré a tu casa." Declaré mientras ella se salía de mi regazo, re-acondicionando torpemente su cabello. Levanté el suéter a tiempo para cuando ella se puso de pie y sin permitirle rechistar, hice señas para que alzara los brazos. 

"Gracias." Musitó y guardó su libreta en el bolsillo de su mochila a cuadros, al mismo tiempo, yo me enfundaba la camiseta de vuelta. 

Afortunadamente, todavía no había nadie en casa cuando bajamos. Conduje sin apuro, observándola de reojo de vez en vez, detallando en sus gruesos labios, su fina nariz y sus grandes, reveladores ojos chocolate. En combinación con su barbilla, su perfil no era menos que perfecto.

¿Lo verían todos así o era eso sólo un efecto secundario del enamoramiento? La segunda opción se me hacía mucho más agradable.

Estacioné a unos metros de la casa, había dos bicicletas atadas a un árbol, una mediana y la otra pequeña. Aún sentada en su asiento, Camila jugueteaba con sus dedos, evitándome. En esos instantes era cuando anhelaba poder leer sus pensamientos. Ya no quería guardármelo para mí misma, ese cúmulo de sentimientos hechos palabras, tenían que salir. Y así, hablé.

"Mira, nunca he hecho esto antes, así que no sé cómo hacerlo especial, ¿captas?" Asintió, de repente interesada en lo que tenía para decir. "Yo te... te quiero, y-y me gustaría salir contigo, ¿sí?" Me centré en un punto fijo al frente para no descarrilar y parecer una idiota. "No es necesario que respondas ahora, te daré tu tiempo para pensarlo y puedes hacerlo cuando lo... Uhm, creas correcto. No te presionaré ni espero que aceptes si no..." Una sutil risita me hizo girar el cuello para mirarla. "¿De qué te ríes?" Fruncí el ceño, ocultando la vergüenza. La risa duró unos pocos segundos más, hasta que se esfumó y sólo quedó una sonrisa en su lugar. Balbuceé entre dientes, odiando el hecho de haber enrojecido frente a ella. "No es gracioso." Afirmé molesta.

"No, no lo es." Se relamió los labios. "Es lindo." Situando las manos en la parte de atrás de mi cuello, haló y me dio un breve, pero profundo beso en los labios, con lengua incluida. Abrazó su mochila al alejarse. "También me gustaría salir contigo." Y con eso, repleta de dudas cuidé que entrase a su casa a salvo, para luego dar una vuelta en U e irme. 

-

Limpié el sudor de mi frente con una toalla, lista para entrar a darme una merecida ducha de agua fría. Boté la toalla en el cesto de la ropa sucia y retiré otra más grande del estante, mi camiseta ya descartada. 

Seguía dándole vueltas a la respuesta de Camila. Era clara como el agua, sí, y no pretendía que me regresara el 'te quiero', ¿entonces por qué me sentía tan ansiosa? ¿A qué le temía? ¿Al rechazo, tal vez? Pero en este caso no era factible, la morena había aceptado ser mi novia, ¿o no? 

Sacudí la cabeza, tallándome la cara con las manos.

"Colapsarás si no descansas un rato." Bromeó la voz proveniente de la puerta. 

"Ja, ja." Devolví neutralmente. 

"¿Ya la llevaste a su casa?" Moví la cabeza afirmando, quitándome los pantalones. "¿Sabes? Tendrás que contarle sobre los... 'enfrentamientos' tarde o temprano." Hizo comillas con los dedos, sabiendo cuánto yo odiaba el gesto.

"Se pondrá paranoica, Z." Se recargó contra el umbral, cruzando sus brazos con esa expresión soberbia tan característicamente suya.

"Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad?" Zayn siempre era el corazón de la manada, mientras que yo era la razón, el cerebro. Sin embargo, no era tonto. Sabía cuándo admitir que yo estaba en lo cierto. Éste no era el caso. Era posible que si no le estuviésemos tan encima a Camila, ningún enemigo se molestase en ver más allá dentro de nuestra relación, y le ahorráramos así varios problemas a la ojimarrón. Pero también estaba la alternativa de que se percataran de todos modos, e igualmente tuviéramos que mantener un ojo en ella todo el rato. Era Zayn el que llevaba la razón ahora, pero yo tenía una mejor idea. 

"No tan pronto, esperaré. No quiero asustarla, sé que puedo cuidar de ella." Alzó sus dos manos, rindiéndose. 

"Sabes que respeto tus decisiones, puedes llamarme si lo crees necesario." Le ofrecí una agradecida sonrisa y presioné el botón con la inscripción 'F' en el tablero de control de la ducha. 

-

Camila's POV

12:30 AM, todos en casa dormían y yo me daba una ducha a pesar de las quejas de mi madre, advirtiendo que no tendría suficientes horas de descanso. 

Me revolví el cabello con las dos manos, enjuagando el shampoo. Tarareando al ritmo de una canción de Beyoncé, recordé a Dinah, Normani y Troye, y su obsesión con la cantante, lo que consecuentemente me hizo recordar la conversación que habíamos tenido en la biblioteca antes del almuerzo. 

*Flashback*

"¡Lo sabía, looo sabía!" Exclamó la polinesia realizando su baile de la victoria. Normani chocó palmas con Troye y Ally simplemente se carcajeó contenta. 

"¡Pero no es oficial!" Siseé, encogiéndome en mi lugar. "Sólo... Es como si hubiéramos hecho un acuerdo silencioso de no vernos con otras personas."

La rubia bajita aplaudió. "Wooh, se están guardando una para la otra." Añadió con una sonrisa de oreja a oreja. 

"Uhm, podría decirse, sí." Admití apenada, colocando un mechón de pelo detrás de mi oído. "No sé qué tenga en mente Lauren, pero..." 

"Si te pide que seas su novia le dices que sí, ¿me oyes?" Decretó Dinah como dueña de la última palabra. Me atraganté con mi propia saliva.

¿Por qué siempre tiene que ser tan directa?

"¡Eso! ¡Dile que sí, dile que sí!" Alentó Mani. Troye asentía sonriendo pícaramente. 

"Chicas," No me molesté en mencionar al castaño porque él ya se había acostumbrado y en realidad, le hacía gracia. "ella ni siquiera me lo ha preguntado aún. No quiero adelantarme o hacerme falsas ilusiones, tal vez no lo haga hasta dentro de unos meses." 

O tal vez no lo haga jamás.

Hice una mueca, chistándole a mi yo interior.

"Oh, par favar, es obvio que la tienes en la palma de tu mano, Mila." Puso los ojos en blanco.

"N-no lo sé, no creo q-que sea exactamente así." Tiré de la manga de mi suéter, intranquila. Por el rabillo de mi ojo pude ver cómo la portadora de unos brillantes irises verdes se pasaba por los corredores con su manada. 

Bufé.

Sólo queda esperar.

*Fin de flashback*

Desenredé los nudos con mis dedos, quitando el sobrante de acondicionador. 

Era algo increíble cómo solamente unas horas después de haber tenido esa charla con las chicas y Troye, Lauren, como habiendo adivinado, me pidió que fuera su novia. Mi cabeza aún no lo procesaba completamente. 

Di vuelta la llave del agua y corrí la cortina, retirando la toalla del gancho en la pared. Me sequé el cuerpo y vestí con unas bragas color rosa bebé, tenían un moño blanco en medio al igual que el sostén, pero no iba a usarlo para dormir, nunca lo hacía. 

Mierda.

Me maldije a mí misma al darme cuenta de que había olvidado mi camiseta en la silla del escritorio. "Estará helado ahí afuera." Gimoteé, refiriéndome a mi cuarto, donde el vapor no estaba presente para protegerme del mal funcionamiento de la caldera. Tendría que rogarle a papá para que consiguiese a alguien que supiera cómo repararla. Rodé los ojos, mojando mi cepillo con la pasta ya puesta. 

Quince minutos luchando con el corto y poco práctico cable del secador de pelo después, mi cabello ya se encontraba decente como para dormir y no pescar un resfriado letal o anginas. Abrí la puerta del baño y cubriéndome los pechos con el antebrazo derecho, corrí hasta la silla pisando sólo con la punta de los pies, tiritando en anticipación al frío. 

"Rayos, vamos, por favor." Peleé con un estúpido hilo que no había tenido mejor idea que la de engancharse en la silla. 

¡Ugh, ugh, ugh!

"¿Necesitas ayuda con eso?" Pegué un salto casi olímpico, volteándome, y jalé de la camiseta para taparme, lo que resultó en el hilo estirándose hasta que un agujero gigantesco se formó en uno de los extremos inferiores. La voz rasposa emitió una risa divertida y achiqué los ojos en su dirección. Sentada en mi cama, actuando como la reina del palacio, estaba el motivo de mis suspiros y de que mi camiseta de Goofy fuera más un hoyo con tela que, bueno, una camiseta. 

"Es mi favorita para dormir." Lloriqueé abrazándola. 

"No llores, puedo conseguirte otra igual." Se acercó a mí y negué haciendo un puchero triste, caprichoso.

"No quiero otra." Tomó aire y lo largó sonoramente. Terminó por asentir.

"Bien, ten la mía, yo no tendré frío." Se quitó la chaqueta y la camiseta, extendiéndome la segunda. El olor a su perfume emanaba de ella y me vi obligada a acceder, no podía rechazarla. Le di la espalda para ponérmela. Por unos instantes temí girarme y que todo fuese un sueño, que ella no estuviera conmigo y que el repentino calor en el ambiente fuese una ilusión. Mordí mi labio, insegura, hasta que habló nuevamente. "La respuesta que me diste en el auto, ¿fue un sí?" Agaché la cabeza, mirándome las manos. ¿Cómo era posible que me sudaran con aquel gélido clima azotando al pueblo? "Camila..." Insistió, devolviéndome al mundo real, apaciguando mis dudas.

"Sí, quiero ser tu novia." Dije sin más, confiando en mi decisión. Un aliento caliente dio con mi cuello y mis piernas flaquearon. 

¡Idiota! 

¿¡Por qué no lograba decir esas dos palabras!? ¿¡Las heladas habían por fin congelado mi mente o qué!? El sabor a hierro en mi labio me daba una enorme impotencia. 

"Camz," Con una calma asombrosa, sus brazos rodearon mi cintura, sus manos acariciaron mi vientre, y por dentro de mí un muro se derrumbó a pedazos, mostrándome al otro lado un sendero desconocido hasta el momento. "está bien tener miedo a veces." No podía descifrar qué ni cómo, pero entonces vi una chispa, la sentí, iluminando el recorrido. 

Me volví para verla a los ojos, el miedo persistía, pero ahora no me acobardaría ante él.

"C-creo... que también te quiero." 

En silencio, sus ropas fueron cayendo una a una al piso, armando una pila. Tiró de mi brazo hasta que ambas nos desplomamos en la cama, ella debajo de mí. Mis manos acabaron en su pecho y las suyas en mi espalda, recorriendo, de vez en cuando también tanteando mi trasero. Sus besos me derritieron por completo, burlándose del frío, y mis piernas no tuvieron de otra más que dejar de temblar, pues ya no quedaba pretexto para hacerlo, no mientras sus dedos acariciaban mi cuerpo como si estuviesen venerándolo. Cuando el cansancio fue fuerza mayor y mis labios estaban hinchados como tomates, alcancé a darle un último beso de buenas noches en el cuello. 

El invierno nunca había sido tan cálido.

-

Nota: ¡Capítulo revelador! No todas las dudas van a ser aclaradas todavía, habrá que esperar para ciertas cosas ;)

PD: ¿Ustedes me extrañaron? *emoji pensativo*

Si les gustó, por favor voten, comenten, compartan, pásense por mis otras obras (que pronto voy a actualizar), y tengan un muy bello día/noche *heart emoji*

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