Yunho observaba el resultado de una prueba de embarazo que Jayden, con una sonrisa de triunfo, había puesto en sus manos. Su rostro palideció al tiempo que sus ojos se abrieron al máximo. Si aquello era verdad perdería a su esposa para siempre. Movió la cabeza de un lado a otro, negando la realidad que se revelaba ante sus ojos. Miró a Jayden con rabia, estaba seguro que lo había hecho adrede. Pero una vez más la culpa era suya por dejar aquella responsabilidad únicamente en sus manos.
─¡Esto tiene que ser mentira! ─exclamó en voz alta, se notaba su desesperación─. Con este tipo de cosas no se juega.
Jayden le arrebató el resultado de las manos.
─No estoy jugando Yunho ─dijo seria─. Vamos a tener un bebé.
─¡Maldición, Jayden! ─Yunho apretó los dientes para no levantar la voz─. ¿Qué diablos esperas con todo esto?
Ella le miró desilusionada, no era esa la reacción que esperaba de él.
─Pensé que estarías feliz.
─¿Feliz?
─Vas a ser papá, se supone que eso hace felices a las personas.
─Eres muy joven, Jayden... demasiado joven para comprender las implicaciones de traer un niño al mundo.
Yunho pensó en BoA, si hubiese sido ella quien le diera esa noticia, su felicidad no tendría límites. Pero que fuese Jayden, tan solo añadía más problemas a los ya existentes.
─No me importan las implicaciones, con tal de saber que voy a tener un hijo tuyo.
─Jayden... Jayden... Jayden... ─repetía Yunho frustrado.
Se hallaban sentados en la banca de un parque. Ella le había citado y para evitarse tentaciones, él prefirió verse en un sitio público.
─Yunho, ahora quizás te sientas así, pero cuando el bebé nazca seguro pensaras diferente.
─¿Y qué se supone debo hacer ahora?
─Dejar que BoA siga con los trámites de divorcio, así podemos casarnos antes de que nazca el bebé.
─¡Ese es el problema Jayden! ─gritó Yunho sin importarle que otros transeúntes pudiesen escucharlo─. ¡No quiero casarme contigo!
Jayden lo miró horrorizada, Yunho sabía que la estaba lastimando, pero no rectificó lo dicho, aquella era la verdad. La única mujer con la que deseaba seguir casado era BoA. Entonces notó la extraña palidez de su rostro y un instante después, se desvanecía entre sus brazos.
─¡Jayden! ─le hablaba intentando que recobrara el conocimiento─. ¡Jayden!
Cuando despertó lo hizo en la camilla de una clínica, había una privada no muy lejos de allí.
─¿Qué... me pasó? ─preguntó a una enfermera que se hallaba cerca─. ¿Cómo llegué aquí?
─Se ha desmayado ─dijo la mujer─, es normal en algunas mujeres durante el embarazo.
─Ya despertó ─dijo el médico, que venía en compañía de Yunho─. ¿Cómo se siente?
En cuanto Jayden se encontró con la mirada de Yunho, el motivo de su desvanecimiento vino a su mente y empezó a llorar.
─No llore ─le aconsejó el médico─, cualquier tipo de emoción fuerte puede afectar al bebé.
─Escucha al médico ─dijo Yunho con expresión culpable─. Respira profundamente —le sugirió agarrando su mano.
Tomó aire varias veces y poco a poco fue tranquilizándose. ¿Qué le estaba pasando? Si bien era cierto que las palabras de Yunho le habían dolido, la respuesta de su cuerpo era exagerada. Jamás había sufrido un desmayo hasta ahora.
—¿Por qué me siento así? —le preguntó al médico.
—Es por causa del embarazo ─contestó éste.
─¿Hay algo malo conmigo?
—No, todo está bien, tranquilícese, su cuerpo está sufriendo cambios físicos y hormonales, por lo que es posible que las emociones estén a flor de piel ─luego se dirigió a Yunho─. Necesitará cuidados prenatales y como padre del bebé debe brindarle su apoyo.
El médico había notado el anillo de matrimonio en la mano de Yunho y como no viera uno en la mano de la joven, sacó sus propias conclusiones.
Cuando llegaron al apartamento, subió con ella para cerciorarse de que llegara bien; pero no se atrevió a entrar. Embarazada o no, quería mantenerse firme en su decisión de terminar su relación con ella. Se haría cargo del bebé pero hasta allí.
─Contrataré a alguien para que se haga cargo de la limpieza y de todo lo que necesites.
Jayden le escuchó en silencio, ya no estaba tan segura de que tener un bebé fuese una buena idea, se sentía terriblemente mal. Aquella noche se durmió con las palabras de Yunho resonando en su mente de manera repetitiva.
"No quiero casarme contigo".
Yunho casi no pudo conciliar el sueño, se quedó dormido pocas horas antes del amanecer y despertó cuando el reloj apenas marcaba las seis de la mañana. Lo primero que vino a su mente fue el embarazo de Jayden. Tenía la esperanza de que se tratase de una pesadilla pero no, era cierto, había embarazado a su amante.
¿Cómo se lo diría a BoA? Porque debía decírselo antes de que se enterara por otros medios. Pero... si se lo decía entonces jamás iba a perdonarle. Quizás lo mejor era mantener aquello en secreto. No sería el primer hombre casado con un hijo fuera del matrimonio, había muchos tipos en su situación.
BoA despertó con muy pocas ganas de trabajar, desde que se separa de Yunho éste había estado insistiendo en que le perdonara; pero se sentía demasiado cansada y decepcionada para darle otra oportunidad. Sin embargo, esto no evitaba que le extrañase, porque a medida que avanzaba el tiempo, las ganas de verlo y estar con él iban en aumento. Tomó su móvil y empezó a ojear las fotografías de él, que aun conservaba.
Amaba su sonrisa, en el pasado esta podía cambiar su mundo entero.
Recordó su noviazgo, los primeros años no pasaron de besos tiernos y agarraditas de manos, fue todo muy inocente e infantil. Las cosas no avanzaron hasta que entraron a la universidad. Yunho se quejaba de que era el único virgen entre sus compañeros de fraternidad y fue así como pasaron al siguiente nivel. Se hospedaron en un hotel de campo, él quería que fuese especial. Tenían en aquel entonces veinte y veintiún años. Lo que ella conocía de sexo se resumía en las clases de educación sexual y lo que le contaran sus amigas. También había leído algo en la web. Yunho por su parte, tenía mucho material pornográfico a su disposición. Los chicos de la fraternidad tenían una verdadera colección. Aunque, luego le tocaba recurrir al juego en solitario.
Yunho abrió la puerta de la habitación, BoA esperaba detrás de él, bastante nerviosa.
─Pasa ─le dijo dándole espacio.
Ella asintió, avanzando.
─Es bonita ─dijo observando la habitación.
Yunho entró detrás de ella.
─La cama es cómoda ─exclamó sentándose en esta─, y grande, ¿quieres probarla?
Ella sonrió, se le hizo gracioso que lo primero en lo que se fijara, fuese la cama.
─Veré que tal está el baño ─dijo BoA abriendo la puerta de éste─. ¡Tiene una bañera!
Yunho se sonrojó.
─Pedí una habitación con bañera.
Ella le miró con las cejas levantadas.
─Al parecer piensas en todo.
Yunho había visto algunas películas donde lo hacían en la bañera y se le había antojado que quería hacerlo en una. Aunque claro, primero en la cama, sus amigos le aconsejaron que la primera vez se centrara en lo romántico, que las fantasías las dejara para después.
─¿No quieres probar la cama? ─insistió Yunho.
BoA asintió, acercándose para ocupar un lugar a su lado.
─Es cierto, es cómoda.
Pasaron algunos minutos sentados uno al lado del otro, BoA esperaba que Yunho guiara la situación; pero él estaba tan nervioso que no sabía por donde empezar. No quería ser tan directo, aunque se estaba muriendo de ganas.
─¡Pondré algo de música! ─exclamó, como si se le hubiera ocurrido de repente.
Sus amigos le habían dicho que era un buen modo de romper el hielo.
"Pon algo de música romántica y dale algo de beber".
"Embriágala".
"No, no la embriagues, solo dale un poco de vino".
"Sí, has que beba, así se suelta un poco".
Después de poner la música, tocaron a la puerta, era servicio a la habitación. Había pedido una botella de vino y algunos bocadillos para después del sexo. Le habían dicho que tener sexo abre el apetito.
─¿Quieres algo de beber?
BoA asintió y cuando tuvo la copa en la mano, la bebió casi hasta la mitad.
─Está delicioso.
Yunho probó el vino.
─Sí, sabe bien ─reconoció, había valido la pena gastar en un buen vino─. ¿No vas a beberte el resto?
BoA miró su copa, no estaba segura de cómo reaccionaría al licor, en casa no le permitían tomar bebidas ni siquiera con bajo contenido de alcohol. Sus padres eran bastante anticuados, ya que en su país natal la juventud se manejaba diferente.
Él volvió a sentarse a su lado induciéndola a terminarse el resto del licor. Luego se acercó a su cuello, rosando su piel con sus labios húmedos y tibios. BoA cerró los ojos, sentía su piel erizarse, al tiempo que un cosquilleo placentero atravesaba su vientre como una corriente eléctrica. Desde su cuello se deslizó hasta sus labios, los atrapó profundizando el beso, al tiempo que colocaba una de sus manos sobre su muslo. Después de eso, se tumbaron en la cama, continuaron besándose, como habían hecho muchas otras veces, solo que esta vez BoA permitió que él la acariciara por debajo de la ropa. Podía sentir su mano metiéndose debajo de su blusita para atrapar uno de sus pechos. Lo acariciaba por encima de la tela del sostén. De repente, soltó el sostén y levantándole la blusa atrapó uno de sus pezones. Aquello le impulsó a seguir, porque segundos después la blusa y el sostén descansaban en alguna parte de la habitación.
─Son hermosos ─susurró Yunho observando sus senos, mientras ella intentaba ocultarlos de su vista─. Déjame verlos.
Yunho apartó sus manos y permaneció algunos segundos observando sus pechos, era la primera vez que los veía, eran pequeños, redondos y firmes. Sorbió unos de sus pezones, sacándole un gemido, que hizo aumentar el tamaño de su erección... Ella realmente disfrutaba de aquello, así que se concentró en esa zona durante algunos minutos. Complacido de ver como la expresión de su rostro iba cambiando. Se alejó unos segundos para quitarse la camiseta, ella lo observaba entre temerosa y avergonzada.
─¿Vas... a desnudarte?
─No del todo... ¿por qué? ¿te asusta verme?
─Un poco ─aceptó BoA─, aunque... también me da curiosidad.
─Pues yo muero de la curiosidad ─susurró Yunho bajándole el cierre de la falda, para luego sacarla por sus caderas y arrojarla al suelo con el resto de la ropa.
Ella llevaba un pequeño biquini blanco de florecitas rosas.
─¡Eres tan linda! ─exclamó él sin dejar de mirarla, su cuerpo era realmente delicado, esbelto, de piel tersa y blanca, toda ella le encantaba. No podía esperar para verla completamente desnuda, metió sus dedos dentro de su biquini, la sintió temblar ante el rose de piel... pero decidido lo deslizó por sus caderas, dejándola completamente expuesta ante sus ojos. Se mordió el labio inferior, deteniendo su mirada en la fina mata de bellos de su entrepierna. Deseaba tanto entrar en ella, pero debía ser paciente.
Ese fue el único consejo en que coincidieron sus amigos.
Se tumbó sobre ella, besándola apasionadamente, al tiempo que ella lo abrazaba. Se alejó para apagar la luz pero dejó la puerta del baño abierta para no quedar completamente a oscuras. Había notado que la luz la cohibía.
─¿Así te sientes mejor?
Ella asintió.
Aun podía ver la silueta de su cuerpo, pero la luz tenue les brindaba mayor seguridad. Fue así como entre besos, caricias y la impaciencia de un par de amantes inexpertos, se entregaron mutuamente. Al inicio fue doloroso para ella y hasta le suplicó; pero él estaba demasiado excitado para escucharla.
─¡Duele demasiado! ─chilló intentando apartarlo─. ¡Sal por favor, sal!
─Dicen que así es la primera vez ─respondió sin apartarse, a duras penas podía aguantarse, se sentía demasiado rico, jugar en solitario no era nada comparado con estar dentro suyo.
─¡Yunho, por favor!
Éste terminó de hundirse, dejando que el peso de su cuerpo cayera sobre ella.
─Solo duele al principio.
BoA notó, que efectivamente, el dolor iba desapareciendo.
─¿Ya no te duele?
BoA negó con la cabeza.
─No ─dijo─, ya... no duele, no como hace un momento.
Yunho cerró los ojos y empezó a moverse, entraba y salía con movimientos circulares, como había leído en un post sobre orgasmos femeninos. BoA poco a poco fue relajándose, hasta que empezó a dejarse llevar por su instinto.
─Esto se siente increíble ─reconoció él con voz ronca, al tiempo que sus penetraciones se hacían cada vez más enérgicas─. Estás demasiado rica.
No podía creerlo, finalmente BoA era suya, su mujer.
BoA rodeó su espalda, buscó su boca y empezó a menearse, sus movimientos eran torpes pero lo suficientemente buenos para su inexperto novio, quien intentaba controlarse para no terminar antes de tiempo.
─Yunho... ─suspiró ella después de unos minutos en los que él se concentrara para darle placer─... Yunho... ah... ah...
Él estaba sorprendido, ¿acaso lo había logrado? ¿estaría ella teniendo un orgasmo?
El juego en solitario le había servido, porque al menos podía aguantarse. Aumentó el ritmo y la profundidad de sus penetraciones, haciéndola gemir aun más.
─Oh... oh...
La expresión de su rostro era de total abandono, de absoluta lujuria.
─BoA, mi amor ─él podía sentir que también estaba llegando al clímax─. BoA...
─Yunho... te amo...
─Yo también te amo, mi cielo ─decía él besándola─. Te amo, nunca habrá nadie más que tú.
Ella cerró los ojos y se dejó llevar por el último estallido de placer, luego... lo sintió dentro de ella... como su semen iba llenándola. Cuando terminó, él la miró a los ojos y la besó, para luego tumbarse a su lado, su pecho subía y bajaba agitado.
─¿Te gustó? ─preguntó de repente.
Ella se sorprendió con la pregunta.
─Sí ─respondió abrazándose a él─, fue maravilloso. ¿Y a ti... te gustó?
─¿Bromeas? Me gustó demasiado, creo que podría pasar toda la noche haciéndolo. De verdad, no se porque no lo habíamos hecho antes.
─Bobo ─dijo ella dándole un golpecito en el hombro, luego lo besó, sellando esa primera vez con sus labios.
El móvil de BoA sonó en ese instante, regresándola a la actualidad.
Era él, Yunho.
─Lo que tengas que decir, díselo a mi abogado.
─BoA por favor, no cierres.
─Pero no tengo nada que decir, ni quiero escucharte.
─BoA... por favor perdóname, perdóname...
─Vuelves con lo mismo, ¿acaso no entiendes que aunque te perdone, no voy a regresar contigo? Nuestro matrimonio es insalvable.
─No digas eso... recuerda todos nuestros buenos momentos, han sido mucho más que los malos, eso debe pesar algo. Si es cierto que te engañe, pero jamás volverá a pasar.
─Eso dijiste la vez anterior y en lugar de terminar con Jayden, le montaste un apartamento.
Yunho quedó en silencio, sorprendido de que ella manejase esa información.
─¿Quién te lo dijo?
─No importa quien me lo dijo, el punto es que es verdad, le montaste un apartamento e incluso, le compraste un auto. Y aun así tienes el descaro de seguir llamándome. Lo mejor que puedes hacer es firmar los papeles de divorcio y casarte con ella.
─¡No voy a firmar nada! ─exclamó Yunho molesto.
─Existen demasiadas pruebas de tu infidelidad, así que conseguir el divorcio no será difícil.
Dicho aquello BoA cerró la llamada y apagó su móvil para evitar que Yunho siguiera llamándola. Pero pocos minutos después escuchó que alguien abría la puerta, corrió hasta esta para pasarle el seguro interno; pero llegó tarde, Yunho abrió la puerta antes de que lo consiguiese.
─¿Qué demonios haces aquí? ─BoA dio un paso atrás─. Si no te vas, llamaré a la policía.
Él ignoró sus palabras y avanzando hasta ella la atrapó entre sus brazos.
─BoA... por favor... no me dejes... no me dejes...
Ella estaba por forcejear con él para que la soltase; pero en ese momento las lágrimas de él se escurrieron por su cuello.
Estaba llorando.
─Yunho ─ella sentía un nudo en la garganta─... no hagas las cosas más difíciles de lo que ya son. Acéptalo... todo terminó.
─Nunca lo aceptaré BoA, nunca.
NOTA DE AUTOR
Sé que he tardado un poco, pero sucedieron algunas cosas a mi mejor amiga, que no mencionaré para no empañar la historia. Pero tengo que darle mi apoyo a largo plazo.