Apenas podía escuchar mis pasos contra los charcos provocados por la lluvia en la calle. Los trenes y sus locomotoras retumbaban por toda la estación del tren. Corría a toda prisa y jadeaba a todo pulmón. Por poco no llego al puesto de correos.
Estaba abierto, abrí la puerta de cristal y me adentré.
-¡hola! Edd, llegaste por milésimas- habló John.
-ya lo creo ¿tienes las cartas?- pregunte, seguía jadeando y apenas se me podía entender.
-claro, siempre. Están junto a la paquetería- señaló hacia el mencionado lugar.
-gracias- asentí.
-para la próxima, intenta llegas más temprano, sabes cómo se pone el jefe- advirtió.
- lo intentare, no prometo nada- le dirijo una calurosa sonrisa, a lo que él respondió meneando su cabeza.
Recogí las cartas del suelo y las metí en una bolsa con correa, y sin mirar atrás, salí corriendo al estacionamiento. Ahí estaba mi bicicleta, abrí el candado que la cuidaba y subí a ella dándome un golpe en el tobillo con uno de los tubos, me encogí y revise la "herida", solo un moretón, estaré bien. Empecé a pedalear y a revisar la dirección de las cartas.
El sol salía, la lluvia se iba. Pude sentir como aquel deslumbrante sol secaba mis ropas empapadas, el viento me daba en plena cara y no me dejaría ni ver si no fuera por mis gafas.
Termine un largo recorrido por la ciudad en unos treinta minutos, estaba sudando y el sol ya no ayudaba, ahora extraño lo mojado de mi ropa. Última carta, un tal "Matthew" recibía una carta y un paquete con el. Suspiré y empecé a pedalear, ¡vaya que estaba lejos!
Sin darme cuenta mientras leía la carta para revisar la dirección, caí. Una valla está en mi camino, haciendo que me golpeara y cayera encima de mi brazo - auch, auch, auch, auch- empecé a gemir de dolor. Todo mi antebrazo estaba sangrado, pequeñas lágrimas empezaron a caer de mis ojos, sentía cómo caían directamente a mi brazo y podía ver pequeñas gotas de sangre ir al rasposo suelo.
- ¡Oh por dios! ¿Estás bien?- Preguntó una voz que no reconocía.
Un chico más o menos de la misma edad que yo, cabello naranja, mentón cuadrado, ojos verdosos y tupidas pecas; se acercó a mí casi corriendo, socorriéndome de la terrible caída.
- n...no, por favor ayúdame, duele mucho- dije jadeando.
- ya veo ¿puedes caminar?- preguntó mientras fruncía el ceño.
- c...creo- limpie algunas lágrimas de mis mejillas con el dorso de mi mano.
- vamos, te cargó- en eso, el chico paso una mano por mi espalda y otra por debajo de mis piernas.
Casi corriendo, me dejo en un sillón café de tela, para luego volver a irse y volver con un botiquín de primeros auxilios.
-extiende el brazo- con timidez acerqué el brazo hacia aquel chico, seguía llorando sin control alguno.
El chico envolvió mi brazo con una venda, no sin antes poner encima de la herida una gasa con agua oxigenada y limpiar la herida.
-¡ya está! ¿Alguna herida más?- fue ahí cuando recordé el moretón de mi pie
- en mi tobillo derecho, creo qué hay un moretón- el chico asintió.
Subió el pantalón, me quito el salado y el calcetín para ver la herida. Estaba morada e hinchada, debí de haber revisado bien antes de irme, me pregunto si seré más tonto.
El chico puso una pomada y luego con un simple curtida tapo la herida.
-ya está ¿algo más?-
- no realmente, muchas gracias-
-¿hacia donde ibas con tanta prisa que no viste la valla?- preguntó mientras se ponía de pie.
- venía a entregar una carta-
- ya me imaginaba que eres un cartero, tu ropa te delata- río arqueando una ceja.
- supongo que si...¿de casualidad conoce a un tal Matthew de por aquí?- el chico se sorprendió para luego reírse en bajo.
- yo soy Matthew, por favor, llámame Matt- sentí como los colores se me subían.
- tengo una carta, está dirigida hacia usted- dije para luego sacar la carta de mi bolsa y entregarla.
- muchas gracias, Edd-
-¡¿Como sabe mi nombre?!- pregunte asustado.
- lo dice en tu pecho, tienes una mini placa en tu pecho- volvió a reírse.
-¡oh! Claro, había olvidado que eso estaba ahí, disculpe- pase la mano por mi nuca.
- bueno Edd, supongo que tienes que ir a entregar otras cartas- me dio la mano, ayudándome a levantar.
- de hecho la última era la suya-
- espectacular, así será mejor, para que vayas a descansar.
- lo aré- el chico sonrío.
Algo tenía el, que me gustaba. ¿Su sonrisa? ¿Su amabilidad? ¿Sus ojos? Por un momento, pensé que era atractivo y sonreí.
Salimos de la casa, mi bicicleta estaba en el pavimento de la casa, me alegro de que no se haya roto o que se la unieran robado. Me acerqué y levante mi bicicleta para luego subirme con ayuda de Matt.
- ¿estás seguro de que puedas manejar con un brazo?- preguntó preocupado, pude notarlo en el tono de sus voz.
- si puedo leer cartas mientras manejo, puedo manejar sin un brazo-
- te caíste- puso una cara seria
- pero no está vez- sonreí para luego verlo reír.
- vale, cuídate y ve por dónde vas-
- ok, mamá- sonrió.
Después de eso, pedalee. Me sentía, feliz...mi corazón palpitaba fuertemente y no sabia el porque.
---------- AL DÍA SIGUIENTE ----------
Volvía llegando tarde, siempre lo hacía. Esta vez, no llovía, solo hacía un frío infernal. Sentía que mis manos se congelaban y apenas sentía mi nariz.
- ¡John!- grita al entrar al correo.
- de nuevo tarde Edd - refunfuñó.
- disculpa ¿donde está el correo? - pregunté, estaba temblando en mi lugar.
- detrás tuyo, ahora corre...¡espera!- corrió hacia mi
-¿pasa algo?- alce la vista
- ¿que le pasó a tu brazo? ¿Estás bien?-
-estoy bien, me caí de la bicicleta, eso es todo-
-¿alguien te ayudo? ¿Que hiciste?-
- luego te cuento todo, tengo que irme-
-tienes razón, disculpa ¡Corre!-
Asentí y recogí el correo del suelo para luego meterlo a la bolsa. Corrí al estacionamiento y recogí mi bicicleta, quite el candado y pedalee como si no hubiese un mañana. Termine con mis cartas y volví a ver si quedaba alguna.
"Para: Matt. De: Tord"
Otra vez aquel Matt. Pensé en el, y en lo que hizo por mí ayer. Vaya sujeto.
Mire por mi camino, me dirigí hacia la dirección apuntada y pedalee. Estacioné en la cera y encadene la bicicleta para luego acercarme a la entrada de la casa pasando por encima del pavimento.
Toque la puerta dos veces, espere pacientemente enfrente de la puerta, esperando escuchar algo. Pasaron minutos, horas y me quedé dormido en la puerta. Supongo q je no estaba en casa.
...
...
...
-Edd, Edd vamos, despierta- escuche una voz familiar, algo me movía por mis hombros y una sombra tapaba la luz del sol. Gemí hacia el molesto movimiento para luego abrir mis ojos.
-¿Matt?-
- lo siento tanto, debí de haberte dejado una nota o algo, apenas estoy llegando a casa, disculpa por hacerte esperar-
- está bien, no te preocupes, siempre eres mi última carta- me levante mientras me estiraba después de aquella siesta.
-¿quieres pasar? Compre provisiones- mire sus manos, traía una bolsa de supermercado, pero de esas que usan para reciclar.
- uh...¡claro! ¿Por que no?- Matt sonrió y abrió la puerta para permitirme la entrada.
-¡Wow! Tu casa es preciosa, que lastima que no la vi bien la última vez-
-ponte cómodo- miraba hacia todas partes, la chimenea, la sala, el comedor, las escaleras ¡todo!
Pasamos un largo tiempo hablando en el comedor, ya que me invito una comida, yo acepté. Hablamos de muchas cosas: ¿como estaba mi brazo?, ¿de donde venía?, ¿donde trabajamos?, etc. Tenía toda su atención, miraba sus ojos y el los míos. Me miraba de forma curiosa y aveces tentadora. Cuando me fui, deje la carta correspondida para luego ir a casa.
Así se fueron los días, todas las tarde iba a casa de Matt, ya sea si tenía cartas o no, siempre me recibís con una sonrisa. Siempre fuimos amigos. Cada día pasaba algo nuevo, normalmente a mi. Un vez me robaron la bicicleta, otro día me enseñó su música y empezamos a bailar, otro día me hablo del chico que mandaba las cartas y que venía de Noruega, y así. Me encantaba estar con el, cuando me di cuenta, estaba enamorado de el. No dejaba de ver sus pecas y sus ojos verdes, no soportaba dejar de estar con el. Siempre era el. Le conté todo a John, sabia de mi amorío con Matt. Aún así tenía bajas esperanzas.
Nos hicimos cercanos, muy cercanos.
Todo paso en una sola noche, una noche en la que...nos excedimos. Lo olvidamos o más bien, el lo olvido. No recuerda nada, yo...lo recuerdo todo.
----------3 MESES DESPUÉS---------
Estaba en casa de Matt, estábamos viendo una película de acción, al parecer a Matt le encantan.
Mi teléfono empezó a sonar. Matt pauso la película.
-disculpa, es de la empresa-
-por su puesto, contesta- asentí.
-¿hola?-
-si, soy yo-
-aha-
-no-
-¿por qué?-
-¿tan lejos?-
-¿recibiré algo?-
-estoy bien donde estoy-
-ya veo-
- ¿tengo opción?-
- comprendo-
-¿cuando?-
-¡¿Mañana!? ¿Tan pronto?-
-está bien-
-hasta luego-
Baje la mirada y colgué la llamada.
- ¿paso algo?- se acercó preocupado.
-tengo que irme a Noruega, por unas cartas que no se pudieron enviar- suspiré.
- ¿mañana?- preguntó.
-mañana- reafirme.
Empecé a llorar, serían muchos días los que estaré fuera. Tenía miedo, nunca había ido tan lejos. No quería alejarme de Matt. Sentí los brazos del pelinaranjo enrollarse en mi cuerpo, me acurruqué en su pecho y sollocé en el por varios minutos, él nunca me abandono. Siempre estuvo ahí.
- todo va a estar bien, lo prometo-
----------A LA MAÑANA SIGUIENTE----------
Las locomotoras retumbaban en toda la estación, un frío agudo me envolvía de pies a cabeza. Pero tenía a Matt en la estación, tomando mi mano y deseándome hermosas cosas en mi viaje. Mis lágrimas caían sobre mis mejillas, Matt me tranquilizaba.
- Edd, tranquilo...todo estará bien-
-Matt-
-¿si?-
-tengo mucho miedo-
- yo también, pero estás bien-
-nunca he ido tan lejos-
- mírame- me tomó por las mejillas -todo estará bien-
- Te amo - se escapó de mi boca
Matt me vio sorprendido, yo corrí con vergüenza al tren. Sentándome en el asiento más cercano a la ventana para ver a Matt, él sonreía. Mi corazón palpitaba fuertemente, mi mente estaba por los cielos y mis manos sudaban desenfrenadas.
Desde la ventana del tren, pude ver a Matt acercarse, tocó la ventana y la abrí desde adentro. Trague saliva.
-¿si?-
Cuando menos me di cuenta, beso una de mis mejillas.
- yo también te amo-
Mis ojos se abrieron como platos, el tren se empezó a mover y Matt se quedó a verme ir. Vi como su figura se iba cada vez que me alejaba más y más.
Por lo menos me confesé.
---------- DOS DIAS DESPUÉS -----------
Las cartas estaban recogidas, estaba en Noruega y ya era hora de volver. Pero antes tenía que hospedarme un día más para esperar el tren hasta mañana. Antes de irme a dormir, envíe una carta a Matt. Y desee que llegara, sana y salva.
----------A LA MALANA SIGUIENTE----------
Me levante, sacudí mi pelo naranja y baje hasta la sala.
Una carta se asomaba por debajo de mi puerta, sin pensarlo dos veces recogí la carta y espere para leerla en el desayuno.
Prendí el televisor, las noticias.
INFORMAMOS DESDE LA ESTACIÓN 234
UN TERRIBLE ACCIDENTE DESCARRILO UN TREN DIRIGIDO DESDE NORUEGA HASTA REINO UNIDO CON 84 PASAJEROS A BORDO, 14 HERIDOS 70 MUERTOS. ENTRE ESTO...EDWARD GOULD...LAMENTAMOS AQUELLAS FAMILIAS QUE TIENEN UNA PÉRDIDA.
Estaba destrozado, roto, vacío. No podía creerlo, no podía... baje la mirada hacia la carta.
"Para:Matt. De: Edd, con amor"
Mi pecho dolía, apenas sentía aquellos latidos que antes palpitaban por Edd, estaba frío.
Abrí la carta y leí.
Querido Matt
Probablemente leas esta carta cuando esté llegando a la estación 234, se que es una tontería mandar una carta cuando ya voy a llegar, pero, tuve un presentimiento.
Matt, no sabes lo feliz que me has hecho todo este tiempo, no me importa si éramos amigos, compañeros, novios. Nunca me importó, solo me importó estar contigo. Hablar, caminar, comer, ver , escuchar. Todo se volvía mágico si lo hacía contigo.
Se que no recuerdas aquella noche, pero, créeme...me hiciste el hombre más afortunado del mundo. Cada vez que te veía, sentía mi corazón enrollarse, sentía una luz, una esperanza. Cuando besaste mi mejilla, mi mente se fue hasta el infinito y mi corazón volaba con el viento cuando a tu sonrisa. Lo siento por decirlo tan tarde, pero, demonios Matt! TE AMO!
Atentamente...Edd.
Ni siquiera...ni siquiera.
Ni siquiera pudimos culminar nuestro amor.