Palabras: 1100 aprox.
Personajes: HoWon, DongWoo; Yadong.
Resumen:
"Se había conseguido un trabajo esporádico en una aplicación móvil..."
N/A: Para la persona que me pedía un Yadong, no quedó tan bien pero lo hice con cariño.
HoWon siempre odiaba estar de pie tanto tiempo en el metro; se balanceaba de un lado a otro, su cuerpo era manoseado por unas manos curiosas en el trayecto e incluyendo los toques casuales cada vez que frenaba en una estación. Ni mucho menos le agradaba estar en la hora punta, donde todos iban de regreso a sus casas, pero no podía tomar el autobús a esa provincia, y debía llegar de todas maneras posible a esa sucursal en Incheon.
"Debería comprar un automóvil" Murmuró.
Si solo tuviera un poco de dinero sería diferente, pero no podía tener más gastos. Apenas había iniciado la universidad. Además, nunca había sido un excelente hablador -incluso detestaba las personas así- y su aspecto serio como era de esperarse, le había dado problemas para conseguir trabajo. Con suerte se había conseguido un trabajo de "Cliente oculto" en una aplicación móvil que había encontrado por casualidad, y había sido una oportunidad para salir del hoyo de la pobreza. Era la primera vez que la usaba, y tenía el temor de encontrarse con un andrajoso lugar que pudiesen robarle lo poco que tenía en su bolsillo -que eran menos de dos dólares-. "Tal vez no debí estudiar este año", pensó con desaliento.
"Y yo también, joven. Deseo lo mismo" Respondió el señor -sentado en frente de HoWon- interrumpiendo los pensamientos angustia-económicos de éste. HoWon sonrió avergonzado, limitándose a saludarlo con un movimiento de su cabeza.
Se quedaron en silencio hasta que el trayecto terminó, y el anciano se bajó. HoWon se sentó en un asiento libre cuando el vagón estuvo más vacío, y resopló. Le echó un vistazo al mapa que le indicaba la aplicación, indicándole que estaría allí en unos 15 minutos. HoWon guardó el móvil, y esperó que el túnel que había entrado el metro, se acabase pronto.
El metro se detuvo, y HoWon se bajó en la estación Incheon para irse por las escaleras hacia la superficie. Corrió unos cuantos, y llegó cansado, poniendo sus manos en sus muslos para recuperar el aliento. Volvió a chequear la calle de la sucursal y su tarjeta de crédito que le había entregado la empresa de la aplicación para comprar unos determinados productos. Memorizó tales productos, y se alegró cuando encontró la tienda de pollo asociada.
Las puertas se abrieron con normalidad cuando HoWon entró a la tienda, y miró de reojo el ambiente, viendo algunos clientes que disfrutaban la comida. Se acercó a la caja, sintiendo los nervios a flor de piel, acercándose poco a poco al timbre para llamar al dependiente. Un toque, dos toques... e iba a intentar con el tercero hasta que un chico con un pañuelo en la cabeza apareció con una amable sonrisa.
"Buenas noches, soy DongWoo de Chickenie. ¿En qué puedo ayudarle?"
HoWon se quedó aturdido por la belleza de ese chico, mirando por un tiempo más los labios gruesos que le llamaban ser besados. "Concéntrate, Howon. Aunque sea el tipo de chico ideal debes trabajar", se recriminó en su cabeza e imitó la sonrisa de la persona que le atendía, DongWoo. Aquel chico ignorante de sus perturbadores pensamientos.
"Quisiera pedir un pollo acaramelado, un pollo frito normal con mucho picante y... " HoWon recordó el pedido que decía en la aplicación, y quería añadir que si podía pedir al dependiente de postre, pero sólo lo hizo sonreír para sí mismo. "Una gaseosa de Cola, gracias"
"Claro, tu orden estará en unos minutos. ¿Lo comerá aquí o querrá para llevarlo para comer a su hogar?" Preguntó gentilmente, el dependiente.
"Lo llevaré" Respondió con prisa, HoWon. Necesitaba alejarse un poco de dependiente si no quería decir algo raro.
Deslizó la tarjeta por la máquina, y DongWoo le pasó un número de espera. Añadiendo que podía esperarlo en uno de los asientos, y HoWon se entretuvo mirando a DongWoo desde la ventana que daba a la cocina. Estaba babeando con la imagen seria y amigable que le proyectaba ese dependiente, parecía que disfrutaba su trabajo, tanto como HoWon disfrutaba observándolo a hurtadillas.
"Está listo. Aquí tiene" DongWoo le tendió una bolsa perfectamente arreglada, y HoWon asintió, dándole las gracias. "Y puede tener unas servilletas, aquí tiene" DongWoo sonrió de nuevo, y HoWon las aceptó con gusto.
Se despidió el guapo dependiente, estuvo en un trance con una estúpida sonrisa hasta que llegó a su hogar. Cerró la puerta de su hogar con un movimiento brusco, y se apoyó en ella por un momento, intentando despabilarse de ese efecto hipnótico que tenía ese chico. Miró la bolsa de pollo, y decidió que calificaría la grandiosa tienda de pollo.
Puso el pollo en su mesa, y probó un mordisco con una de las servilletas que le había entregado el chico. Tecleó su otra mano libre en el móvil, y terminó de calificar la tienda desde la aplicación. Dejó el móvil a un lado, y buscó otra servilleta, sintiendo un sabor raro en sus labios cuando volvió a probar el pollo. Frunció el ceño, y dejo el pollo para ir al baño para revisar su rostro, encontrándose que la zona de su boca y barbilla estaban manchadas con tinta.
Corrió hasta la zona de cocina, donde estaban sus cosas, y revisó la servilleta que estaba usando hace un rato. Tenía un número anotado junto con el nombre del dependiente a lo largo de toda la servilleta. HoWon comenzó a sonreír como idiota, pensando que esos sucesos solo ocurrían en una película o en un drama; se olvidó del sabor amargo de sus labios, y marcó el número de teléfono que le aparecía en una servilleta para certificar que el chico no estaba jugando con sentimientos.
"Jang DongWoo. Esperaré esperando tu llamada. :)
23895993- XXXX"
"¿El chico de la tienda?"
"Sí..."
"¿Qué tipo de tinta usaste en la servilleta?" HoWon preguntó mientras limpiaba su rostro, a la vez que sonreía, importándole poco si decía que había usado tinta permanente. "¡No me había mentido", era lo único que podía pensar. DongWoo tardó en contestar, y HoWon supuso por un momento que estaba confundido. No había sido bueno eligiendo los temas de conversación.
"Yo... usé la tinta de la oficina" Respondió avergonzado. "Es tinta china"
HoWon miró de reojo la servilleta con el número -que atesoraría más tarde-, y creyó que no le estaba mintiendo. Por eso el papel de la servilleta estaba tan mojada y había manchado su rostro. Era raro que no se haya dado cuenta antes de eso, DongWoo tendría que hacer dejado la servilleta en medio de las otras para que no lo haya notado hasta en ese momento.
"DongWoo-yah..." Dijo con más informalidad, sin abandonar su estúpida sonrisa. Hablando con un tono más seductor y feliz que nunca, porque el chico lindo también le había prestado atención. "¿Tienes tiempo libre?"