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Cuando KyungSoo cerró la pestaña de la aplicación de mensajería, con el ceño claramente fruncido y un nudo en la garganta que amenaza con expandirse para cortarle la respiración, se dio cuenta de que la había regado.
Suspiró mientras se acurrucaba sobre su cama, hundiendo la cabeza sobre las esponjosas almohadas mientras que emitía un sonidillo desgarrador desde sus recónditos, porque su interior estaba desmoronándose y no había sensaciones que pudieran describir lo mal que se sentía en esos instantes.
Do KyungSoo, que ya tenía la edad suficiente como para no hacer dramas y ser una persona que usa su raciocinio para evitar los problemas, se comportaba como un niño de secundaria que no terminaba de aprender la lección.
Celoso, posesivo y también un poquito loco de cualquier persona que se le acercara a su novio JongIn a un par de metros a la redonda. KyungSoo no estaba orgulloso de hacer berrinches por doquier y de malhumorarse solo porque JongIn decidió sonreírle a una persona normal. Por el contrario, se había repetido muchas veces que debía cambiar, que debía comportarse y ser una mejor persona.
Pero ese día, definitivamente las cosas habían llegado a un nivel mayor. Porque nunca antes su novio se había molestado tanto como para cortarle la plática y decirle que no quería seguir hablando con él.
El corazón acongojado del bajito estaba henchido de malas sensaciones, mientras que un montón de pensamientos negativos fluían libremente por su cabeza, maquinando telarañas para abrumarlo más.
KyungSoo se dispuso a cerrar los ojos después de estar un buen rato pensando, después de no llegar a ninguna otra conclusión que no fuese que el día siguiente, todo sería mejor.
Al menos, eso era lo que esperaba.
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Cuando los primeros rayos del sol se asoman por su ventana, la alarma comienza a sonar para hacer que Do KyungSoo abandone el mundo de los sueños y se ponga las pilas, porque debe de ir a trabajar.
KyungSoo se despierta como todas las mañanas, cansado, como si una aplanadora le hubiese pasado encima y con unas diminutas ojeras adornándole su bonito rostro. Se observa con curiosidad en el espejo y decide que debe comenzar bien el día, porque debe de ser mucho mejor que el anterior.
Después de pasar unos minutos en la ducha, comienza a secarse apropiadamente y elige su ropa del día, cambiándose mientras sus ojos vuelan hacia su dispositivo móvil que tiene notificaciones nuevas para él.
Sin embargo, es un martirio ver que ninguna de esas notificaciones le muestra una llamada perdida o un mensaje instantáneo de su amor, JongIn. Y se le oprime el corazón pensando si es que el moreno de labios bonitos seguirá molesto con él, pero después se recuerda que son las seis de la mañana y que JongIn suele dormir hasta un poco más tarde.
JongIn es menor que él, por algunos años, y aunque eso lo aflige algunas veces, siempre termina repitiéndose que no importa, porque los dos se quieren y siempre están juntos sin importar absolutamente nada.
KyungSoo no es el único celoso, son una pareja bastante estrafalaria, porque JongIn también le monta sus teatritos cada que puede, cuando alguien se acerca demasiado a KyungSoo, siendo que algunas veces el bajito ni siquiera conoce bien a esas personas.
Así que con el corazón haciendo estragos en su pecho y un revoltijo en el estómago, KyungSoo sale temprano esa mañana para comenzar su rutina, esperando que sea un poco más tarde para tener noticias de JongIn.
Pero la mañana pasa demasiado tranquila, y lo primero que KyungSoo ve en su teléfono cuando decide revisar es un mensaje de JongIn, y le tiemblan las manos al darse cuenta de que no es en su conversación, si no en un grupo donde él y varios amigos en común se comunican para pasar el rato o ponerse de acuerdo para salir a algún lado.
KyungSoo siente el mensaje de JongIn radiante, tanto como él mismo lo es, y se le borra la sonrisa en automático porque lo ha dejado en visto desde anoche, y no sabe qué hacer, así que decide seguir sumergiéndose en su trabajo para apaciguar las voces en su cabeza que le repiten una sola palabra.
"Ex novio"
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ㅡ Ex no...vio ㅡ susurra el bajito, observando la pantalla de su teléfono a la hora del almuerzo.
Se siente mal, nunca antes se había sentido así de afligido y no tiene idea de cómo debería de lidiar con ello. KyungSoo le advirtió a JongIn que lo más probable es que se enfadaría de él, pero JongIn siempre le sonreía y le decía que no sucedería, mientras lo abrazaba y le besaba las mejillas redonditas, con sus ojos chocolate brillando exclusivamente para él.
La palabra le suena mal, le sabe demasiado amarga, más cuando en la pantalla puede observar que JongIn ha visto sus estados estúpidos de Whatsapp y no se ha dignado a hablarle.
ㅡ ¿Y si me engaña? ㅡ KyungSoo frunció el ceño, dejando escapar un suspiro desde sus recónditos ㅡ ¿Y si me deja?
Las preguntas atacaban la cabeza de KyungSoo mientras sufría internamente porque no debía de haberse excedido tanto la noche anterior.
Habían discutido por lo que KyungSoo siempre decía era una tontería, como que JongIn mencionara en voz alta a todos sus amigos que sus gustos distaban mucho de los del bajito, y que no toleraba algunas cosas.
KyungSoo se había molestado por ello, y no hizo más que callarlo todo, esperando que se le pasara la molestia, pero todo le estalló en la cara cuando JongIn, claramente molesto, le cuestionó sobre su actitud, y sin necesidad de gritos, con palabras claras y sencillas, ambos habían comenzado a discutir.
Hasta que JongIn anunció su partida, dejándolo solo después de llevarlo a su casa.
El bajito salió de su ensimismamiento cuando escuchó una voz conocida, iba caminando hacia su casa, con el ceño fruncido porque el sol estaba arrasando con todo a su paso, incluyendo su bonita piel pálida, comenzaba a transpirar y eso lo exasperaba.
Pero escuchar aquella peculiar voz, solo hizo que se le revolviera el estómago y que sintiera que su corazón apretujado descansaba un poco en su interior.
ㅡ ¿Sabías que los homólogos tienen un centro de coacción gravitatoria?
KyungSoo se detuvo abruptamente, girándose lo suficiente como para observar a un recién llegado JongIn, que se inclinaba hacia él con una sonrisa de nerviosismo en sus bonitos labios gruesos.
El bajito tragó saliva inmediatamente para deshacerse del nudo que tenía en su garganta, sin saber qué hacer. ¿JongIn se había vuelto loco? O quizá él ya se había vuelto loco y estaba alucinando.
Probablemente era eso.
Pero las cejas de JongIn se arquearon con curiosidad, con el brillo en los ojos que le incitaba a responder, a abrir sus labios de corazón y a decir lo primero que se le viniera en mente.
ㅡ No tengo idea de qué es un homólogo, JongIn...
La voz le salió un poco apretujada, con el timbre casi rompiéndose por los nervios creciendo en su interior. Si JongIn estaba realmente ahí, si había ido a verlo, definitivamente no podía dar ningún paso en falso.
JongIn esbozó una diminuta sonrisa, de completo alivio en su interior cuando KyungSoo lo observó de esa forma, la misma en la que él lo estaba viendo.
Nunca habían estado separados por su propia decisión por tanto tiempo, y aunque había pasado menos de un día, para JongIn le sobraba y le bastaba. Sabía que KyungSoo era una persona insegura, y que necesitaba tiempo para pensar las cosas, así como él para que se le pasara el enojo, pero lo quería.
Lo quería por sobre todas las cosas, por sobre las miradas pesadas que le daba cuando creía que estaba haciendo algo mal, por sobre las discusiones pequeñas que siempre terminaban con un beso y miradas bonitas, por sobre todas las cosas.
JongIn era un chico brillante, y quizá su hyung también lo era a su manera, le había atraído esa onda intelectual que JongIn se cargaba, porque era un chico inteligente, con buenos promedios, recién graduado de una ingeniería, listo para entrar al mundo laboral. Mientras que KyungSoo, adoraba mimarlo como el hombrecillo que era.
Y se complementaban, podían estar separados pero no lo suficiente como para no extrañarse al momento, con el batir de sus corazones al máximo, siempre ahí sin importar la situación.
Así que JongIn había optado por ceder, después de revisar miles de veces su teléfono para corroborar que el bajito no le había hablado por ninguna red social, se había doblegado como esperaba que KyungSoo hiciera en ese momento. Porque lo quería.
ㅡ La relación que hay entre dos partes orgánicas diferentes cuando sus determinantes genéticos tienen el mismo origen. ㅡ JongIn sonrió con confianza, sin dejar de observar a KyungSoo.
El bajito parpadeó, tragando saliva mientras observaba como las chispas de brillo resaltaban el bonito rostro del moreno, que guiñó un ojo para él con confianza.
Amaba a ese hombre, adoraba cuando se ponía en su plan de "yo lo sé todo" y le daban ataques al corazón cada que lo escuchaba definir de aquella manera, hablar de algo aún si le parecía un poco inentendible.
ㅡ Entre tú y yo... hay homología. ㅡ JongIn se inclinó un poco más, para susurrar sobre el oído del bajito, que sintió un escalofrío recorrerle la espalda. ㅡ Te he extrañado un montón.
KyungSoo ni siquiera lo dejó terminar, porque se abalanzó sobre él de lleno, dejando que sus brazos se apoderaran de su cuello y lo atrajo hacia él más si es que eso era posible, acunando su rostro entre su cuello y su hombro que despedía un exquisito olor a perfume, de esos caros que él usaba, haciéndolo desprender una esencia varonil que KyungSoo amaba por sobre todas las cosas.
ㅡ También te he extrañado... JongIn ㅡ Fue el turno de KyungSoo para susurrar junto a su oído.
Con el corazón retumbando en su pecho mientras intentaba respirar, como si le hubiesen quitado un enorme peso de encima y sintiéndose que en cualquier rato saldría despegado del piso, echándose a volar.
Quería hacerlo, si era con JongIn. Se disculpó en silencio, una y otra vez, queditos "lo lamento" mientras sus labios se estiraban para darle besitos en el borde del mentón.
ㅡ Yo lo lamento, en verdad lo lamento ㅡ JongIn murmuró, cerrando los ojos mientras lo abrazaba más.
ㅡ Yo lo lamento, lo lamento mucho.
KyungSoo se aferró a su cuerpo con ambas manos y se perdió en la base de su cuello, con la frente recargada en él y las mejillas coloradas por la vergüenza. Ambos se disculpaban, porque ambos se querían.
Y sabían que era un piquito más en su historia, que no iba a detenerlos mientras uno de los dos estuviera dispuesto a ceder. No era la primera vez que tenían un problema y lo habían sobrellevado bien, pero necesitaban aprender.
JongIn respiró profundamente y se separó lo suficiente como para ver los brillosos ojos del bajito, mientras sus narices se encontraban alegremente, resbalando con cuidado en una caricia hacia un lado, dando paso a que sus labios se encontraran con sutileza.
No fue algo apasionado, fue un roce lleno de ternura, movimientos suaves rozando los labios del contrario, creando una conexión entre ambos, separándose lo suficiente como para verse a los ojos y mantener la promesa de que todo estaba bien.
De que estaban juntos y de que se querían sin importar lo que los hiciera diferente, que aquellas pequeñas cosas no harían más que unirlos más si ambos estaban de acuerdo en ello.
ㅡ No quiero marcharme.
ㅡ No quiero hacerlo, ni quiero que te vayas. ㅡ KyungSoo respondió ante la promesa con un beso más, lleno de calidez.
Y sonrieron, sonrieron como si lo ocurrido no tuviera importancia, porque sin importar lo vacío que se había sentido en su ausencia, estaba ahí, tomándolo por el brazo, entrelazando sus manos para comenzar a caminar de regreso a casa.
Y no le importaba ni el calor, ni la luz del sol, si llovía o es que repentinamente se nublaba, porque estaba con JongIn, y JongIn estaba con él. Y se querían, por sobre todas las cosas.
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Notas:
Se me ocurrió esto después de algo que pasó. Así que decidí hacerlo. Para Nini, con mucho amorsh. Gracias por todo, en verdad, gracias por todo ♥ Te quiero.
Si llegaron al final de esto, muchas gracias, son ustedes unos amores con pies ;O; Es una idea muy sencilla pero, especial. Al menos para mi.
Besos posholatosos.
🌠ary.