Salgo del baño y giró para tomar mi ropa interior, pero me detengo. No recuerdo haber abierto la ventana camino a la ventana, así que con cuidado voy hacia ella y la cierro al igual que las cortinas.
Suspiro y nuevamente voy por mi ropa interior pero esta vez con música. Una vez me la coloco procedo a ponerme un pants con una camiseta y dejo secar mi cabello, me siento en la cama preparada para tomar una posición cómoda hasta que algo amarillo resaltaba en encima de esta.
—¿Pero qué demonios?— murmuré para mí, tomándola en mis manos.
"¿Por qué es que me gustas tanto?."
—Malditos enfermos— arrugue él papel y lo aventé a alguna parte de la habitación a la vez que me ponía de pie colocando el seguro a la ventana.
Sin pensarlo dos veces decidí acostarme en la cama. Me siento tan jodidamente cansada y a decir verdad me frustra el no saber porqué y eso, es una total mierda que me preocupa.
Decido no pensar más y sólo me coloco los auriculares poniendo Asking Alexandria y mientras miro el techo, la imagen de un chico con googles aparece en mi cabeza.
¿Quién es él y por qué mierda aparece en mi cabeza?
Mi cabeza empezó a punzar levemente y nuevamente esos malditos goggles.
Como si fuese una especie de manifestación mi celular sonó y vibró con un mensaje de un número desconocido sacándome de mi trance. Un vídeo.
Con curiosidad y un poco de miedo abrí el mensaje y reproduje el vídeo.
En el se veía un bosque de noche alumbrando un sendero con una linterna apuntando hasta que la cámara se voltea y una silueta parece aparecer y ahí es donde termina.
No pude apreciar el rostro, así que con el brillo al máximo volví a ver el corto y como si hubiese visto un puto fantasma. Es el mismo chico de googles de mi puta cabeza y esto en definitiva tenía que ser una puta y estúpida broma de alguien.
Automáticamente bloqueo el número y dejo el celular en la cama.
Mi coraje y mi miedo se mezclan haciendo una mierda de mí, ¿qué putas es lo que está pasando?
Con mis emociones latiendo a más no poder decido bajar y salir a tomar un poco de aire en el patio trasero de mi casa.
Salgo apresurada bajando las escaleras, no me fijo y sin querer choco con mi padre.
—Dylan, ¿estás bien?— dijo tomándome de ambos brazos y mirándome de forma preocupada.
—Estoy bien, sólo quiero aire, me siento abrumada. — contesto su pregunta y él solo me suelta dejándome ir.
Él más que nadie sabía que había veces en las que necesitaba espacio y simplemente me lo daba, después de la muerte de mamá, mi papá se puso más comprensivo de lo que era. La mayor parte del tiempo creo que solo lo hace más para aliviar su culpa ya que él no estaba en casa ese trágico día, al igual que aplica lo mismo para casarse con Isabel, digo, ya llevan un rato en ello y siguen en un "veremos".
Inhalo con fuerza y exhalo de la misma forma, una y otra vez hasta que por fin me calmo.
Nunca me había sentido tan extraña como ahora y me asusta la causa y el causante de esta patética basura.
Me siento en el pasto y miro hacia el cielo nocturno.
¿Qué es todo esto?
Después de un rato de calma decidí entrar de nuevo. Mi papá estaba en la sala junto con Isabel viendo la tele.
—¿Todo bien cariño?
—Sí, voy a dormir.
Decidida subo a mi habitación y me acomodo para poder dormir.
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Despierto al siguiente día por los movimientos constantes de papá en su intento de levantarme de la cama.
—Dylan, levántate por favor, ya es mediodía.— dice levantándose de mi cama para ir y abrir las cortinas y la ventana.
Con una cara de la mierda me adapto a la luz entrante y me siento en mi cama. No dije nada y sólo me levanté mientras papá salía de mi habitación.
Me dirijo al baño y después de asearme me cambio.
Bajo y todo está tranquilo, mi papá haciendo el almuerzo, Isabel preparando la mesa y Alice siendo una perra como es costumbre.
—Te guardé tus hot cakes en el microondas, desayuna. — comentó papá y ni modo de no hacer caso.
Después de eso, desayuné y almorcé, nuevamente estando en mi habitación y luego de horas me puse a pensar que tiene tiempo que no voy al parque.
Era tarde ya, más o menos las 3 o 4 de la tarde, perfecto para no estar en mi abarrotada casa.
Avisé a mi papá y me despedí de una vez de él ya que tenía que irse con Isabel ya que mañana tenían trabajo; salí en camino, llevaba un short negro con una sudadera gris y una simple riñonera junto con mi par de tenis favoritos y sin olvidar mis auriculares.
Caminaba tranquila mirando todo a mi alrededor, todo iba bien un domingo cualquiera donde gran parte de las personas están descansando.
Crucé la calle y seguí caminando mientras observaba todo.
Llegué al parque y tomé asiento en una banca y como era obvio, la calma era verdaderamente satisfactoria.
Mi celular comenzó a sonar avisando un mensaje, el cuál vi desde mis notificaciones.
''Te vez linda de atrás, solo una cosa, no voltees''
Iba a reaccionar hasta que sentí un golpe de nuevo, haciendo de mi visión aparte de borrosa, nula.
Estaba claro que sólo mierdas podrían pasarme sólo a mi.
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Estaba en el bosque, una figura masculina se hallaba al frente de mi, mis manos estaban atadas hacia atrás del árbol.
—Que bien que despiertas, no será divertido contigo durmiendo— mencionó, la voz de Alex.
—¡Alex, maldito hijo de perra!
Ese maldito bastardo era el puto enfermo que envió la maldita nota entrando en mi habitación, la rabia y la impotencia se apoderaban de mi y en unn intento de movimiento de partde mía, él se levanto y luego me pateó en el abdomen, y si no era el maldito colmo, con una de sus sucias manos tomó mi cara en un intento de hacer que lo besara.
Me alejo bruscamente y escupo en su cara. Quiero que este maldito se muera y se aleje de una puta vez de mí.
Y de nuevo volvió a golpearme. No iba a dejarme quebrantar pero esto tenía un límite y yo iba al mío.
Sin pensarlo dos veces me colocó una mordaza y se montó encima mío. No podía moverme mucho, al menos en lo que buscaba una manera de quitarme la cuerda de las manos.
Empezó a tocar mis piernas, iniciando por mis pantorrillas y apretando mis muslos mientras que colocaba su cabeza en mi hombro y empezaba a lamer mi cuello. No hace falta mencionar el asco que sentía, quería llorar y simplemente matarlo, que no hubiera ningún rastro de él en el mundo.
Sus asquerosas manos subieron por mi abdomen introduciéndose en mi sudadera intentando tocar mis pechos mientras empezaba a besar mi cara de igual forma. Movía mis piernas intentando quitarlo, mis manos intentando desatarme, mi cabeza intentando alejarlo de mí y también intentando deshacerme de la puta mordaza.
Mientras tocaba mis pechos pude sentir su puta erección en el abdomen, creí que aquí acabaría mi lucha hasta que pude aflojar un poco la cuerda, al parecer un imbécil es uno hasta para todo.
Para este punto estaba ya llorando, de rabia, de impotencia pero sobre todo porque no podía aguantar las ganas de cortarle su maldito pene y meterlo en su jodida boca.
Viendo el momento justo, lo golpee con mi cabeza proveche y logro medio desatarme. Alex se gira, y como hace rato solo me moví, hasta que por fin logro desatarme, tome una piedra y como si nada golpeo su cabeza.
Me levanto y con Alex en el suelo quejándose del golpe que le di.
—¡¿Qué no lo entiendes Dylan?!— gritó levantándose.—¡Yo te deseo! ¡Te deseo! Desde que te vi por primera vez, ¿acaso no entiendes?
—No tengo porque imbécil, aparte ¿por qué te haría caso? eres el puto ex de la persona que detesto y más aún eres el maldito que intentó abusar de mi.— Respondí
—No tengo opción Dylan, debes morir—dijo el ahora con lágrimas en los ojos, sacando un cuchillo de atrás de él. Corrió hacia mí y con suerte esquivo su ataque, aunque no tan bien ya que el logró rasguñar mi mano, se calló, y el cuchillo había salido disparado.
Tomo el cuchillo, y cegada por mi ira y la furia del momento me coloqué encima en el haciendo difícil que el moviera y sin pensar lo apuñalé. Una y otra y otra y otra puta vez, tanto así que aunque ya estuviese muerto seguía clavándole el cuchillo.
Una vez tranquila, me quité de encima y me observé, ¿y ahora cómo se supone que llegue así a mi casa?
Me levanté e intenté orientarme para poder esconder lo que queda de Alex, estaba temblando, sé lo que pasó y sé que no es bueno si lo encuentran o me ven así.
Tomé mis cosas y con mi celular busqué el pozo del bosque, que para mi suerte no estaba tan lejos. Lo llevé y con cuidado de borrar los rastros me deshice de él y el arma y me largue de ahí en dirección hacia el lago para lavarme.
—¿Acaso no sientes nada?—dijo alguien desde atrás mío.
Giré y era el maldito loco de goggles y bozal.
—¿Quién eres?— Al hablar unos flashbacks rápidos inundaron mi memoria, yo ya lo había visto, sabía quién era.
✔ c o r r e g i d o y e d i t a d o