Underlife: En el reino de los...

By Apowinter

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Versión escrita de mi historia de Apocalipsis Zombie, presentada en mi canal de youtube (links al final de la... More

Capítulo 1: la caída de la humanidad

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By Apowinter


-Malcom, ven, vamos a ese negocio, creo que vi algo que me encanto.

-Mary, espera, ya fuimos como a 7 negocios que tú querías, creo que me toca a mí.

-Está bien, de todas formas no iba a comprar nada, mejor vayamos por tu traje, ya quiero verte en él.

-Pues, podemos ir al negocio ese, que está frente a la heladería.

-Ah sí. No, no sé de qué lugar hablas.

-Lo imagine, ¿aún no te acostumbras a la ciudad cierto?

-Sabes que nunca lo are, este lugar es inmenso, con suerte se llegar a mi departamento.

-Ven, algún día te acostumbraras.-Dije tomándola de la mano para luego caminar hacia el local donde alquilaban trajes.

-Estoy tan emocionada, ya se casa tu hermana, y además no sabes la fiesta que nos espera este fin de semana en Jonson's Station por haberte recibido.

-Sé que será espectacular, Igna es muy bueno organizando fiestas, solo espero que no se pase como...

- Como en fin de año... te juro que si otra chica semidesnuda te toca la matare. Pero no te preocupes, ya hable con Igna y arreglamos un par de cosillas.-Dijo guillándome el ojo.

-Eso suena divertido, me estas entusiasmando.- Le dije dándole un beso.

Ambos entramos al local y un hombre nos atendió, quise hablar, pero Mary se adelantó y pidió todo mí, luego el hombre se fue y comenzó a buscar distintos trajes.

-Mary, siquiera me has dejado opinar.

-Tu eres un chico, no sabes de estas cosas, además, yo sé bien lo que necesitas.

-Está bien, mejor no abro la boca, sé que esto terminara mal.

-Gracias.-Dijo declinando la cabeza mientras me sonreía.

-Aquí están los trajes, si tienen algún problema solo llámenme, soy Carl.-Dijo alcanzándome los trajes, pero Mary se adelantó nuevamente y los tomo a todos.

-Ven Malc, allá hay un probador, vamos antes de que lo agarre otra persona.-Dijo algo entusiasmada.

-Está bien mi amor, vamos.-

Mary se apresuró y dejo los trajes en una mesa y comenzó a mirarlos todos.

-Este, este está bueno.-Dijo tomando un traje medio verdoso

-Pero, la verdad no me agrada mucho, mejor uno más clásico.-Dije con disgusto.

-Es verdad, este es muy extravagante para ti.

-¿y qué tal ese de ahí?

-¿Te quieres ver como un viejo?

-Bueno, me gusto su apariencia.

-Sabes, mejor déjamelo a mí. ¿Qué color te gusta?

-Bueno, el azul, pero preferiría un traje negro.

-Malc, no seas tan ordinario, ve con algo más llamativo.

-Pero no me gusta se llamativo, mejor me pruebo el de viejo.-Dije para llevarle la contra y reír un poco.

-¡Malcom!

De repente comenzó a sonar mi celular, era Igna.

-Salvado por la campana.-Dije guiñándole el ojo.

-No te durara mucho esa sonrisa.-Dijo cruzándose de brazos.

-¿Hola? –pregunte.

-Hola Malcom, ¿Qué haces?

-Estoy de compras con Mary.

-Eso suena mal, nunca vayas de compras con una chica, estarás todo el día dando vueltas.

-Lo sé, pero es mi novia, no voy a decirle que no.

-Por eso no pienso tener una, las mujeres son un problema.

-Ya lo creo, pero cuando te enamoras, piensas distinto.

-Déjate de cursilerías, vamos al punto, tu fiesta.

-¿Que sucede?

-Bueno, Mary me dijo que no quería que invite muchas extrañas, pero sabes que las fiestas con aburridas sin ellas, ¿puedes convencerla?

-No.-Le dije mirando a Mary, aun con los brazos cruzados.-No, no puedo.

-Dale amigo, inténtalo por favor.

-Igna, créeme cuando te digo que no puedo, además, no tiene que ser una gran fiesta, solo me recibí.

-Solo cállate, hace tiempo que nos hace falta una buena fiesta y esta excusa es buena.-Dijo riendo.-Esta bien, no hace... (Disparos)

Unos disparos provenientes de afuera interrumpieron a Igna, luego todas las personas que estábamos dentro del local salimos con cuidado para ver qué había pasado. Un hombre le había disparado a otro y se fue corriendo, la multitud rodeo al hombre que había fallecido en medio de la vereda.

-Llamare una ambulancia.-Dije sin pensarlo, marque el número, me atendieron y luego dijeron que estaban en camino, que ya los habían alertado del mismo caso.

-Malc, mejor vamos de aquí.-Dijo Mary tomándome de la camisa y la seguí.

Nunca había presenciado algo así, y estaba un poco shoqueado, pero no tanto como Mary, a ella se la veía mal.

-¿Te sientes bien Mary?

-Sí, solo vayamos a casa, volvamos después.

Nos dirigimos a hacia el departamento de Mary, hasta que de pronto una mujer se desmallo, cayendo a un costado de la calle. La fui a ayudar, cuando me acerque note una bilis rojo medio negruzca saliendo de su boca, acto seguido le tomo el pulso y noto que estaba muerta.

-Pero que está pasando.-Dije pensando en las personas que vi morir en los últimos dos minutos.

Cuando me levante, mire a mi alrededor y más personas comenzaron a desplomarse en el suelo, largando esa bilis. No sabía qué hacer, me quede duro mirando lo que pasaba en cámara lenta, todas las personas comenzaban a correr desesperadamente hacia todos lados y algunas comenzaban a caer. No lo pensé dos veces, fui en busca de Mary para salir lo antes posible, vaya a saber dios lo que estaba sucediendo.

Tome a Mary del brazo y comenzamos a correr, logramos hacer casi una cuadra cuando ella se detuvo.

-Mary, ¿qué pasa?

-Yo, me siento descompuesta.-Dijo antes de que se le emblanquecieran los ojos y callera hacia un lado.

-No, no, no, Mary, por favor reacciona, Mary, que sucede. No puede ser, que estar pasando.

Día 1: La caída

Estoy desesperado, no sé qué hacer, las personas siguen cayendo, Mary está muerta, hubo muchos accidentes de personas que conducían y se desmallaron, todo es un caos y está empeorando. Una sensación rara invadió mi cuerpo, una sensación de incertidumbre, y luego vomite, no podía soportar lo que veía, esperando a que me tocara a mí, por unos segundos la paranoia invadió mi mente, pero luego de un instante deje de darle importancia y procedí a llamar a Igna, pero no contesto, luego llame a otros amigos y obtuve el mismo resultado, llame a mis padres, quizás ellos no estaban en el rango de lo que paso, tengo que hablar con ellos antes de que algo pase. Logre llamar y mi padre me atendió, estaba llorando, dijo que mi hermana y mi cuñado había muerto y que mi madre había acabado de caer al suelo. Le dije a mi padre que iba directo a casa, pero no escuche una respuesta, en cambio, solo se hoyo el sonido del teléfono caer y rebotar en el suelo seguido de una especie de estática, como si se hubiera roto el celular.

Quede atónito, mi mente no soportaba lo que pasaba, volví a vomitar los últimos restos que tenía en mi estómago y me quede mirando el suelo.

-No, no puedo quedarme aquí, quizás mi padre un sigue vivo, tengo que llegar a su casa lo antes posible.

Corrí durante unos minutos, su casa estaba a menos de 12 cuadras, si me apresuraba podía llegar en unos pocos minutos. Cuando estaba corriendo, un dolo invadió mis ojos y mi cabeza se entumeció y luego me deje caer al suelo. Creo, que mi momento ha llegado. Estuve uno minuto tirado, esperando perder la conciencia, pero nada pasaba, el entumecimiento de la cabeza había cesado, pero el dolor en los ojos aun persistía, de repente, comencé a sentir la sensación de que el dolor se metía por la pupila hacia dentro del ojo y luego ya no sentía nada.

Me levante, me quede parado un instante y luego retome mi camino. Mientras corría, mire mi reflejo en una de las vidrieras de un local y pude apreciar un leve brillo de color azul en mis ojos, pero no le di importancia, quizás solo fue alguna luz o mi imaginación, no estaba en todos mis cabales.

Llegue a la casa de mis padres, intente entrar, pero la puertas estaba cerrada y no tenía la llave para ingresar, no lo pensé dos veces y la abrí a patadas. Al entrar, fui hasta el living, donde sabía que iba a ver algo que no quería, pero seguí, y así fue, encontré a mi hermana al lado de su prometido en medio de la sala, a mi madre sentada en un sillón caída para un costado, y a mi padre, en el suelo extendiendo la mano junto al teléfono.

Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, yo miraba toda la sala y mi mente estaba en blanco, no pensaba nada, no sabía qué hacer, todo era tan extraño, no podía imaginar que mis seres queridos ya no estuvieran ahí, era algo raro, lo tomaba como si fuera una broma, como que ya iba a despertar de una pesadilla horrible y todo volvería a la normalidad, pero en el fondo, lo sabía, sabía que todo era real.

Fui hasta el baño, la electricidad aún seguía conectada y el agua corriente fluía normal, pero hasta cuándo lo hará. Me acerque al lavabo, abrí la canilla y luego me moje la cara, tome una toalla, me mire al espejo y me sorprendí al ver mis ojos con una especie de brillo azul. No podía darle una explicación, pensé que estaba alucinando, pera era tan real y extraño a la vez.

-Solo quiero que este día termine. Bueno, no solo este día.-Pensé, considerando el suicidio.-No, no lo are, no podría y no lo pienso hacer, ya descubriré que paso, si yo estoy vivo, seguramente haya más personas vivas allí afuera.

4 Días después de la infección.

Ya se acabó la comida, la luz está fallando, en cualquier momento se cortara, como sucedió con el agua anoche, por suerte me avive y llene todos los recipientes que pude, pero ahora necesito salir en busca de alimento.

Después de que paso el primer día me sentí bien, como si con una noche de sueño hubiera recuperado todas las fuerzas, en cuanto a los ojos, aun no sé a qué se debe, pero he aprendido a controlar el brillo, es tan simple como desenfocar y enfocar la vista, pero aun no me cierra mucho la idea de tener estos ojos, es imposible que alguien pudiera experimentar algo así.

Salí de mi casa y me dirigí al centro, con el objetivo de encontrar algo de alimento y con suerte algunas personas, ya comenzaba a sentirme muy solo, sin nadie con quien poder hablar y ni cosas para hacer, creo que no mencionare lo de mis ojos, quizás si hay sobrevivientes experimenten lo mismo que yo, pero no hablare de ellos por las dudas, tal vez tire algunas indirectas, pero no quiero que piensen que hay algo raro conmigo.

Al salir de la casa de mis padres pude ver a muchas personas que yo conocía en la calle, vecinos, amigos de mis padres, amigos míos, todos inmóviles, pálidos, con los ojos blancos, pero algo me llamaba la atención, ninguno entraba en estado de descomposición, ya había pasado 4 días y seguían como si nada, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos.

Comencé a caminar hacia el centro sin dejar de mirar los cuerpos, me producían pena, pero no podía dejar de pensar en lo que sucedió, nunca había visto algo así, quizás fue un arma biológica, algún patógeno que escapo de un laboratorio, o simplemente un virus que muto naturalmente y comenzó a infectar a todas las personas, pero no sé si algún día lo sabremos. Por otro lado, también sigo pensando en porque no me afecto a mí y en que tiene que ver con mi ojos, pero también pienso que no nunca lo sabré.

Mientras caminaba hacia el centro, no pude quitar la vista de un cadáver que estaba en cuero, pude notar como del centro del su pecho, más específicamente en donde se encontraba su corazón, se produjeron unas protuberancias, como si fuera tumores, pero no era todo, también se podía ver muy bien como sus venas se estaban tornando negras y se esparcían hacia todo el cuerpo. Al principio pensé, quizás la descomposición haya empezado, pero nunca había visto esto, siquiera en animales mientras estudiaba veterinaria. De pronto vi a una persona y deje de prestarle atención al cuerpo, era un adolecente que corría con un par de objetos entre los brazos, creo que ahora a nadie le importa si uno roba. Quise seguir al chico para ver si podía hablar con él, pero desde la distancia pude ver que se juntó con un grupo de personas que no tenían muy buen aspecto, parecían pandilleros armados, y no me producía mucha seguridad conocerlos, así que solo seguí mi camino. Parece que no soy el único, aún quedan personas en este mundo, solo espero encontrar buena compañía, la soledad es un asco, creo que tarde o temprano me volvería loco.

Seguía dirigiéndome al centro, sin quitar de vista los cuerpos, fijándome si todos tenían esas protuberancias y venas ennegrecidas en el pecho, y así era, solo que en muchos no se notaba debido a la ropa que llevaban puestas.

Ya había llegado, me dirigí a un supermercado, no tuve en cuenta que pudo haber sobrevivido bastante gente, cuando entre note que la mayor parte había sido saqueada, pero aún quedaban varias cosas, entre ellas latas de comida, creo que las personas que llegaron antes que yo no pensaron en futuro, todas las latas están aquí. Fui hasta la sección de camping del supermercado, supuse que Wal-Mart tiene de todo y así fue, encontré lo que buscaba, una gran mochila verde con varios compartimientos, perfecta para cargar bastantes cosas. Comencé a llenarla de latas, tome una cantimplora y la llene con agua de unas botellas que encontré en unos estantes, luego tome un cuchillo que tenía buen aspecto, tengo un cierto gusto hacia ellos, no creo que nadie evite que me lo lleve y además nunca se sabe cuándo uno necesite un arma, supongo que las leyes ya no existen y debería tener más cuidado.

Al salir del supermercado volví a ver una persona a lo lejos, arrodillada en medio de la calle, sentado y hablándole a un cuerpo.

Pobre diablo pensé, quizás vio a alguien que conocía, y automáticamente pensé Mary, nuevamente lagrimas bajaban por mi rostro, pero las seque y me dirigí hacia aquel tipo. Cuando llegue lo salude, no me contesto y volví a intentar, pero no logre nada, el hombre estaba muy shoqueado, parecía que no le importaba mi presencia. Pude ver a quien le hablaba, era a una mujer con un niño al lado de ella, ambos habían sido dados vueltas y acomodados al lado del otro, creo que eran familia de este hombre, quizás esposa e hijo, que imagen triste.

-Hoye tú, el de la mochila grande.-Gritaron por detrás mío, era un hombre que me llamaba desde una ventana.-SI no tienes nada mejor que hacer ven, somos unos cuantos.

No me produjo mucha confianza, pero no parecía mala persona, sonaba carismático y de todas formas vine en busca de personas así que fui hacia él, solo esperaba que no me sucediera nada.

-La entrada es aquella de cristal.-Dijo señalando La puerta del edificio.

-Ya subo.-Le dije.

Al subir las escaleras el hombre estaba esperándome en la puerta de una sala ejecutiva, al entrar vi que había alrededor de 15 personas, entre ellas había un niño, dos ancianas y el resto eran personas que oscilaban entre los 20 y 50 años de ambos sexos, todo me miraron pero no dijeron nada y luego me ignoraron, me sentía raro, aunque no sé qué esperaba, seguramente todos están pasando por gran duelo y lo menos que quieren saber es sobre mí.

-Hola, soy Sebastián.-Dije el hombre que me había llamado extendiéndome la mano.

-Hola, soy Malcom.-Dije respondiéndole el saludo.

-Un gusto Malcom.

-¿Qué hacen estas personas aquí?

-Nada, todos estamos pasando por un mal momento, algunos están mejor que otros, pero nadie se ha salvado de perder un ser querido.

-Supongo que nadie tiene idea de que paso.

-Para nada, algunos aquí piensan que llego el apocalipsis, en especial esas ancianas de ahí, son muy religiosas. Otros piensan que estamos en medio de una guerra biológica y no falta el que dice que es un ataque alienígena.

-Y ¿tú que piensas?

-Yo soy el que cree que son las alienígenas. No mentira, solo bromeo, el que dice eso es el paranoico aquel.-Dijo señalando a un hombre sentado en una esquina mirando por la ventana.-Yo, la verdad no sé qué creer, pero tampoco me interesa mucho, pienso que la humanidad se lo merece, es la única especie capaz de acabar con el mundo y estaba a punto de hacerlo, quizás el mundo quiso pasar factura de ello y provoco lo que ocurrió, quien sabe.-Dijo Sebastián sentándose en un sillón.

Deje mi mochila en el suelo y me fui a sentar junto a Sebastián, creo que me quedare un rato.

- Sebastián ¿qué hay del hombre que estaba afuera en la calle cuando me llamaste?

-Está ahí hace dos días, deberías haberlo visto cuando encontró a su mujer y a su hijo, estaba devastado y en verdad le afecto. Nosotros quisimos que viniera con nosotros para que no estuviera solo, pero simplemente nos ignoró, Le hemos llevado comida y agua, pero tampoco la ha tocado, siquiera duerme, solo se queda mirando a su familia. En verdad es triste.

Me quede callado, no sabía que responder, ese hombre estaba muy mal, pero me dejo pensando, cuantas personas deben estar igual o peor que él.

-Y tú que piensas de esto Malcom, ¿cómo crees que empezó?

-Bueno, yo no pienso que fuera una guerra o un accidente, sino algo natural, hay millones de cosas ahí fuera que pueden haber hecho esto, hay patógenos que aún no hemos descubiertos, otros que están inactivos y otros que pudieron haber mutado.

-Entonces, en parte pensamos lo mismo.

-Sí, eso creo.

La habitación estuvo en silencio durante unos minutos, algunas personas caminaban por todos lados, las dos ancianas hablaban entre ellas, el niño estaba durmiendo en uno de los sillones, un hombre salía y volvía constantemente, todos sin nada que hacer, aburridos, sin un objetivo. La vida ya había cambiado, basta de la vieja rutina y las cosas cotidianas, ahora solo resta vivir hasta donde podamos, ojala encontremos algo para que vivir.

- Sebastián, ¿han experimentado algo raro durante este tiempo?, cuándo la gente moría.

-¿Como que cosas?

-Veamos, como malestar, vómitos, alucinaciones, dolores de cabeza... de ojos.-Dije tratando de ver si alguien padeció lo mismo que yo.

-Bueno, yo no he experimentado nada de eso, pero si mucho estrés y cansancio los primeros días, pero no se mucho de estas personas, no he hablado con todas, aún están muy calladas, pero algunos se están soltando de a poco, creo que he hablado más contigo que con muchas de estas personas, ¿porque lo preguntas, tu estas mal?

-No, por nada, solo por simple curiosidad. No hay mucho de qué hablar últimamente, salvo las desgracias que nos rodean.

-Eso es cierto, la mayoría de las cosas que escucharas aquí dentro están relacionadas con eso.

-Lamentable.

De pronto la luz se cortó, ya había llegado el momento, los servicios se habían acabado, no había más gente que los mantuviera en funcionamiento, habrá que arreglárselas de otra forma, adiós vida cotidiana.

-Parece que llego el momento de sacar las velas, nos hemos quedado sin electricidad.-Dijo Sebastián.

-Yo me iré yendo a mi casa, un gusto en conocerte Sebastián.

-Espera, si quieres puedes quedarte aquí, digo, si no tienes nada que hacer y quieres hacerlo. Nos haría falta estar en conjunto, el número hace a la seguridad y además estamos todos para ayudarnos.

-Bueno... está bien, la verdad no sé qué hacer. Me voy a quedar.

8 días después de la infección.

-Malcom, ven a ver esto urgente, los cuerpos, están raros...

-¿Qué sucede?-Pregunte exaltado.

-Mira, los cuerpos se están deformando, esas protuberancias crecen cada vez más rápido, las venas negras también están ocupando todo el cuerpo, en especial en la cabeza se ven que abundan.

-Es verdad, hasta su postura está cambiando y mira esa gran protuberancia que les está creciendo a todos por igual en la cabeza, ahí del lado izquierdo.-Dije señalando un cadáver.

-Sí, la mayoría lo tiene, aunque hay algunos pocos que no, por ejemplo el que está allá, las protuberancias son más grandes, es como si se estuviera hinchando, además parece que se está poniendo muy duro, y, ¿Qué es eso?, ¿una joroba?

-Sí, también estoy viendo otro, a aquel se le está deformando la cabeza, su cuello pareciera que quiere explotar, está hinchando y creciendo. Esto no está para nada bien, ¿qué es lo que está pasando?

-Esperemos que no pase nada más, ya veo que están engendrando bichos dentro de ellos y están buscando salir por cada protuberancia, esto es muy asqueroso.

-Quizás tengas razón, mejor vámonos de aquí para estar seguros, los veremos desde el edificio.

-Vamos.

Mientras nos dirigíamos al edificio escuchamos un disparo y me detuve a ver que paso, el hombre que había encontrado en la calle cuando vine en busca de comida había acabado con su vida y yacía tirado al lado de su familia.

-Sigamos, él ya estaba perdido desde el comienzo.-Dijo Sebastián y retomo el camino a la entrada.

Al entrar al edificio notamos que todas las personas estaban agrupadas en dos ventanas que daban a la otra calle, nosotros fuimos a ver que sucedía. Todos estaban viendo como un par de cuerpos se movían en el suelo débilmente, luego comenzaron otros y al rato se formó una cadena.

Con el tiempo se movían más rápido en el lugar que yacían, nosotros habíamos quedado atónitos, frente a lo que ocurría, era espeluznante presenciar esa escena.

De pronto el niño que estaba en el grupo llamo la atención de todos y señalo uno de los cadáveres, este intentaba pararse con movimientos erráticos, que provocaban que volviera a caer, al ver eso empezó a cundir el pánico. Pero 2 personas bajaron, no sé si son muy curiosos o es estúpidos, porque esto no tiene buena pinta.

Para cuando los dos hombres bajaron, la mayoría de los cuerpos intentaban levantarse y volvían a caer. Uno de los hombres se acercó a uno de ellos y le comenzó a hablar, pero no recibía respuesta alguna, siquiera parecía que pudieran escucharlo, volvió a intentarlo y otra vez no consiguió nada. El otro hombre pateo a uno de los cuerpos que estaba queriendo pararse, cayó y luego intento volver a pararse como si nada hubiera pasado.

-Son como bebes.-Dijo uno de los hombres.-Mejor dicho son como zombies inofensivos, porque estaban muertos y ahora quieren pararse.-Dijo el mismo hombre mientras el otro se reía.

-No sean imprudentes y suban.-Les dije pero no me hicieron caso.

Ahora los cuerpos parecían estar estabilizándose, podía mantenerse en pie, uno de los hombres comenzó a asustarse y le dijo al otro que subieran, pero este no quiso, entonces subió solo. El hombre que había quedado abajo empezó a chasquear sus dedos y el cadáver, o lo que fuese que sea, parecía escucharlo. En ese momento el rostro del tipo cambio, se lo parecía más asustando, pero de todas formas no quiso subir, en vez de eso intento hablarles, los cuerpos empezaron a mirar hacia donde estaba él, pero no respondían.

De pronto unos disparos se escucharon en la lejanía y todo comenzamos a mirar hacia aquella dirección a ver si notábamos algo, en eso, uno de los cuerpos se acercó al hombre que estaba abajo y lentamente extendió sus brazos para alcanzarlo, tomándolo por detrás de los hombros. El tipo se asustó, pego un grito que hizo que los cuerpos que se habían levantado miraran en su dirección, luego se sacó fácilmente el cuerpo de encima y salió corriendo hacia la entrada del edificio.

Cuando el hombre subió todas las personas comenzaron a hacerle todo tipo de preguntas y luego todos comenzaron a alterarse, se referían a ellos como zombies, y si, que más podían ser.

-¿Qué es ese ruido?-Pregunto Sebastián.

Miramos por la ventana y todos los cuerpos ya se habían levantado, y muchos ya estaban caminando lentamente, chocándose entre ellos y volviendo a caer, pero el sonido que escuchábamos era producido por esa masa de cuerpos, era como un gemido grueso y áspero, que resonaba en todos lados.

-Esas personas volvieron a la vida después de 8 días.-Le dije a Sebastián.

-Deja de decirles personas, llámalos zombies, porque es lo que son.

-Esa palabra no transmite seguridad.

-Te guste o no, ya estamos jodidos, parecen que de a poco recobran el movimiento y los sentidos, hay que irnos de aquí.

-Hoye, espera, ¿qué es eso?-Dije, estaba escuchando un sonido de algo que era golpeado. Baje las escaleras y el niño estaba viendo por la puerta de cristal como los zombies se querían llegar a él, golpeando la puerta con sus extremidades.

-¿Que fue eso?-Dije exaltado y subí rápidamente al segundo piso, una mujer estaba gritando descontroladamente, estaba viendo como los zombies estaban devorando el cuerpo del hombre que se había suicidado hace un rato.

-Listo, gente, tomen todo lo que necesiten ya, nos vamos de aquí.-Dijo Sebastián.

19 días después de la infección.

-Dana, corre más rápido que no están alcanzando.

-Eso intento, pero estoy muy cansada.

-Vamos, has un último esfuerzo, Sebastián nos está esperando con el bus.

-Está bien, está bien.-Dijo Dana cansada.

Nos estaban persiguiendo 3 zombies distintos a los demás, estos eran muy rápidos y nos estaban cazando uno por uno, ya habían logrado capturar a dos personas, ya solo quedábamos 5 corriendo, 3 en el bus y los demás habían muerto a manos de una horda cuando salimos del parque. Sebastián había salido antes para buscar un vehículo que nos permitiera irnos junto con un grupo de 3 personas más, con unos walkie talkies nos comunicamos y quedamos en encontrarnos en un punto, al cual estábamos yendo, pero ahora no se si lo lograremos.

Ya habían atrapado a otra persona entre dos de esas cosas rápidas, no teníamos nada con que defendernos, las armas que logramos conseguir cuando escapamos del edificio la primera vez las tienen Sebastián y su grupo, nosotros solo tenemos dos pistolas descargadas, no nos rindieron en ningún momento, entre los disparos que fallábamos, que eran la mayoría y los que impactaban, solo logramos derribar un zombie, que ni siquiera supimos donde le pegamos para matarlo, porque les hemos pegado en la cabeza y en el cuerpo, y de todas formas siguieron en pie.

-¿Qué es eso?-Dijo Dana.

Un zombie con la garganta hinchada llego por un costado y abrió su boca, expulsando gran cantidad de un líquido a 3 metros de distancia que impacto contra una persona, esta se detuvo y comenzó a gritar, el líquido le había entrado por los ojos y no lo dejaba ver nada, el zombie que le había vomitado se le acercó, lo tomo de los hombros y abrió la boca, para luego comenzar a devorar al hombre, luego empezaron a sumarse más y más zombies a hacer lo mismo, pobre hombre no me imagino lo que debe estar sintiendo.

-Malcom, Malcom, ¿estás ahí?-Sonó el walkie talkie.

-Sí, ya solo quedamos 3 y estamos muy cansados.

-Mierda, aguanten un poco más, ya hicimos arrancar esta cosa, estamos yendo hacia ustedes, nos acercamos por la avenida oeste.

-Está bien, nos encontraremos de frente, espera, creo que los veo, si, si son ustedes.

-Me acercare un poco más y luego me daré la vuelta una cuadra antes de llegar, para que podamos salir hacia el otro lado sin tomarnos con la horda que los persigue.

-Bueno, pero solo apresúrense, esos rápidos están volviendo.

Seguimos corriendo, ya faltaba muy poco para llegar al bus, Sebastián ya estaba haciendo una maniobra para girar y quedar de espaldas a nosotros. La otra persona que corría junto con Dana y yo estaba corriendo cada vez más lento.

-Dana, tu sigue, yo me quedare con ella.

-Bueno, pero no dudes en escapar si se ponen feas las cosas.

-No te preocupes, solo corre.

Disminuí la velocidad y me acerque a la chica para hablarle.

-Oye, no aflojes, mira, el bus está a menos de 50 metros, ya llegamos.

-No puedo más, enserio, tengo la garganta seca y me duele el vaso.-Dijo la chica un poco sufrida.

-No, no aflojes por nada del mundo, es solo un esfuerzo más.

Uno de los zombies rápidos salió de una calle lateral y salto sobre Dana, ella intento defenderse, utilizando su brazo para evitar que la mordiera en el cuello, pero el zombie comenzó a retorcerse y alcanzó a morderla en el hombro. Comencé a acelerar el paso y cuando llegue hasta donde estaba Dana patio al zombie en la cabeza, sacándoselo de encima, luego la ayude a levantarse y retomamos el camino al bus.

Sebastián y otras dos personas se bajaron y empezaron a disparar contra los zombies que se nos acercaban para frenarlos. Por fin habíamos llegado al bus, un hombre que estaba al volante comenzó a avanzar de a poco y nos íbamos subiendo apenas llegábamos, primero subieron Sebastián y las otras dos personas, luego Dana y yo me quede esperando en la puerta a la chica que había quedado atrás, los zombies se estaban acercando cada vez más y el conductor comenzó a acelerar de a poco, dificultando aún más a la chica llegar. Le dije que esperara unos segundos más, me miro como si no fuera a hacerlo, pero lo hizo, desacelero un poco el vehículo y la chica pudo llegar hasta la puerta, le extendí el brazo y la ayude a entrar.

-Gracias.-Dijo exhausta.

-No es nada, ve a descansar, fue duro pero lo lograste.

La chica me sonrió y luego se fue hasta los asientos de atrás para acostarse.

Se sentía como el bus chocaba contra unos zombies, pero a medida que nos alejábamos del centro iban disminuyendo la cantidad.

-¿A dónde iremos?-Pregunte.

-No lo sé, lejos de aquí.-Dijo Sebastián.

23 días después de la infección.

-Dana...

-Ya lo sé, no hay forma de parar eso, me duele demasiado el hombro y tengo miedo, estas protuberancias me asustan y sobretodo como se esparcen las venas negras, realmente tengo miedo de lo que vaya a pasarme.

-Estamos todos aquí para ayudarte en lo que necesites.

-Sabes que estoy perdida, me pasara lo mismo que el hombre infectado que encontramos hace 2 días, no quiero terminar como él.

-Dana, no pienses así, quizás no te pase nada, ya van 4 días y aun no has presentado alucinaciones.

-En realidad, empezaron ayer al atardecer, no dije nada para no preocuparlos más, y es cuestión de tiempo para que me ponga agresiva y luego me convierta en una de esas cosas.-Dijo Dana comenzado a vomitar sangre.

-Sofi, trae un poco de agua, estaba vomitando otra vez.

-Sí, voy por ella.

-Malcom, hazme el favor de terminar con esto, quiero terminar de sufrir, solo soy una bomba del tiempo, todos estaremos mejor si muero ahora.

-Deja de decir estupideces, buscaremos la forma de ayudarte.

-Tú deja de decir estupideces idiota, no escuchas lo que dices, no tengo esperanza.

Lo siento Malc, no quise tratarte así.

-No te preocupes, no es tu culpa.

-Aquí está el agua, ten Dana.-Dijo Sofi alcanzándole una botella a Dana.

-Gracias Sofi.

-Oigan chicos, tenemos un problema.-Dijo Sebastián.

-¿Qué paso?-Pregunte.

-Tengo malas y buenas noticias, la mala es que los otros tres se fueron con el vehículo, les dije que no dejaríamos a Dana sola, no les permití llevarse el bus, pero me golpearon por detrás y me desmaye, para había despertado ya se lo habían llevado.

-No puede ser, ahora como saldremos de aquí, las armas y el alimento estaban en el bus, solo nos queda esta pistola.

-Bueno, eso no es del todo cierto, la buena noticia era que había sacado las mochilas con el alimento.-Dijo Sebastián sonriendo.

-Al menos eso tenemos.-Dijo Sofi.

-De todas formas estamos en una mala posición.

Dana comenzó a toser sangre otra vez, pero de una forma más intensa, se notaba su cara de mal estado y enojo al mismo tiempo.

-Dana, ¿necesitas algo?-Pregunto Sebastián.

-No.-Dijo Dana conteniéndose.

-Está bien, como quieras, hay un carro al frente, estoy seguro de que funciona porque el dueño murió dentro, seguramente están las llaves, iré a ver, ustedes preparen las cosas para irnos.

-Bueno.-Dijo Sofi.

Nos pusimos a acomodar las cosas con Sofi, Dana permanecía sentada, me daba lastima verla así, parecía tan alegre cuando la conocí.

Pasaron unos minutos y Sebastián entro a la casa.

-Las conseguí y el vehículo funciona a la perfección, aunque me costó matar al zombie.

-¿Cómo lo mataste?-Pregunte.

-Comencé a pegarle en la cabeza con un caño, pero no pasaba nada, se me ocurrió clavarlo en esa protuberancia que tienen en la zona izquierda de la cabeza, cuando lo hice dejo de moverse y pude sacarlo.

-Eso es interesante, creo que lo anotare cuando pueda, pero ahora, vámonos de aquí, este pueblo no me da buena espina.

-Pues entonces vamos.-Dijo Sebastián.

Cuando todos nos preparamos para salir por la puerta, Dana se me acerco y tomo el arma de mi funda, dijo que lo sentía, y antes de que yo pudiera decir algo, ella se puso el arma en la boca y gatillo.

Sofi cayó de rodillas y luego comenzó a llorar, yo no podía dejar de ver a Dana tirada en el suelo, mis ojos comenzaron a humedecerse hasta que una lágrima cayó y Sebastián dijo que así era mejor, si ella lo decidió así, era porque ya no aguantaba seguir sufriendo. Ya estaba hecho, no se podía hacer nada. Le extendí la mano a Sofi para ayudarla a levantarse, cuando se paró me abrazo y siguió llorando. Luego me miro y puso una cara de confusión.

-Malc, tus ojos están brillando, de color azul.

-Chicos, apresúrense, ese disparo alerto a muchos zombies. Enserio lo digo, estoy viendo una horda llegando por el sur.

-Después te cuento Sofi, ahora tenemos que salir de aquí.

-Está bien, solo espero que no sea grave.-Dijo acomodándose la mochila.

Ambos salimos corriendo con las cosas al automóvil, nos subimos y Sebastián arrancó.

-No podemos vivir de esta manera, tenemos que encontrar un lugar seguro para quedarnos.

-Lo sé, pero por ahora pensemos donde pasar la noche.-Dijo Sebastián.

Conducimos por una hora, llegamos a otro pueblo más pequeño, pero nos quedamos en las afueras para no llamar la atención y entramos a un cobertizo.

-Este lugar parece una buena opción, hasta hay paja para poder dormir cómodos.

-Sí, me parece bueno y tranquilo, creo que me instalare por haya.-Dije caminando hacia una montañita de paja, donde me tiré cuando llegué.

¿Qué es eso? Pensé, era como escuchar un elefante caminando afuera del cobertizo, los tres nos despertamos asustados y nos quedamos cada uno en su lugar sin mover un musculo. De repente se escuchó una especie de grito potente, que hizo reaccionar a Sofi, gritando. Al escucharla se me helo el cuerpo, sentía que algo malo iba a pasar, y así fue. Golpes se escucharon en la entrada del cobertizo, uno tras otro, la puerta parecía no resistir por mucho más, hasta que cayó. Una bestia que media más de dos metros y medio, con trazos gigantes, piernas chicas y su cuerpo lleno de protuberancias y recubierto por venas negras entro lentamente, se quedó quieto, y volvió a gritar, luego de eso el gigante arremetió contra Sebastián.

-¡Sebastián!, ¡cuidado!

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