¡Señor, sí, Señor!

By 1TorettoM

6.8M 469K 194K

"-¿Qué tú hiciste qué?- grito.-Estas demente, hombre." Hannah Crowell tenía la vida perfecta. Todo lo que pud... More

La vida es bella.
¿Feliz Cumpleaños?
Bienvenida al campamento.
Castigada.
Los ingresantes.
El peor día de la vida.
La odiosa.
Trabajo duro.
¡Esto es la guerra!
Más problemas.
Día de visitas.
Entrenamiento de verdad.
Pelea de chicas.
Tratos especiales.
Nuevo entrenador.
4 de Julio.
4 de Julio.
Trampas.
Equivocado.
Una noche de copas.
Realmente sola.
Soluciones.
Una charla con él.
Mi nuevo amigo.
Alice.
Conflictos celosos o celos conflictivos.
Devoluciones.
Nadando.
Impulsos.
Sincericidio.
Confusiones y confesiones.
¡No lo puedo creer!
A la luz de la luna.
¡Sorpresa!
La noche perfecta.
Subteniente Miller.
Guerra.
La Realidad.
Carta para Jonathan.
Carta para Alice.
Carta para Vittorio.
Frente de Batalla.
Muerte.
Estado de Shock.
Visitas.
Reencuentro.
Charla.
Nueva vida.
Epílogo: Mamá.
Nota de autor (?
Nueva Portada.
Nota de autor 2 ahre
Secuela: Ángel Guardián.
100 k
Nota de autor 3. ahre
Penúltima nota de autor.

Vitto.

118K 8.6K 2.2K
By 1TorettoM

Asegurándonos de que ya estamos bastante lejos del Sargento, comenzamos a reírnos por la expresión que puso.

Sí lo sé, debería darme vergüenza pero fue tan gracioso que Alice y yo no podemos para de reírnos y por otro lado, mucho mejor que eso haya pasado así a Alice se le quita esa idea tonta de la cabeza de querer suicidarse.

-Estas cosas sólo suceden contigo, Hannah.

- Bueno, veámosle el lado positivo: nos hemos reído, hemos zafado de un castigo, y le hemos visto la espaldota bien formada al Sargento Miller.-Enumero con los dedos.

-Yo no me he fijado en su espalda...

-¡Ah, qué no, Alice!

-Por favor, vuelve a llamarme Morti, Alice se llamaba mi abuela.

Dios no, otra vez no.

Cruzo mi brazo por su hombro y la apretujo un poco.-Está bien, Morti.

Cuando llegamos a la barraca, ella se recuestaen su cama y me aseguro de que se duerma profundamente antes de poder pegar un ojo yo. Por suerte lo hace rápido, pero por más que intento dormirme, no puedo, porque siento un perfume peculiar y ese perfume viene de la prenda que estoy usando.

Debería quitarmela, si es que quiero conservar la poca cordura que aún me queda, pero no nace de mi levantarme y buscar entre mi ropa otra remera.

***

Me despierto sobresaltada. Lo primero que hago es mirar a mi izquierda. Ahí está Morti, durmiendo despatarrada como siempre. El alma me vuelve al cuerpo, porque ésta es la tercera vez que me despierto en la noche pensando en que podría despertar en la mañana y encontrarme con la noticia de que Morti se ha suicidado.

Me tiro de nuevo en la cama y suspiro de alivio. Es entonces cuando siento movimientos a mi derecha.

Giro mi cabeza y ahí está Vitto mirándome con su cara de sueño mortal.

-¿Qué le ha sucedido?

-Se ha lastimado sin querer.- miento.

-Le debe haber pasado algo muy feo como para que estés preocupándote por alguien que no seas tú.- murmura mientras vuelve a acostarse.

Quedo mirándolo atónita y la adrenalina se convierte en rabia. Me levanto de la cama y me paro a su lado. Tomo las sábanas que lo cubren y tiro de ellas hasta dejarlo sin nada.

-¿Qué caraj...?

-Escúchame una cosa, grandísimo idiota, Alice está sufriendo y pasando por un momento malo. Por supuesto que me preocupo, soy humana, tengo sentimientos. Que mi personalidad sea una de las más detestables del mundo, no significa que no tenga alma. Así que métete tus palabras en donde no te llegue la luz.

Dicho esto, tomo mi ropa y mis cosas y salgo de la barraca. Por más que quiera volver a dormir, no creo poder hacerlo.

Después de asearme y vestirme, vuelo a la barraca para ver a Morti dormir y quedarme tranquila. Pero cuando vuelvo Vitto ya no está en su cama. Al parecer le he quitado el sueño.

Salgo y me voy al campo a correr y dar un par de vueltas para quitarme el sueño de una vez por todas. Falta una hora para que todos se levanten y la verdad que es reconfortable estar unos minutos a solas con el silencio de la noche.

Sí, noche, porque aún el Sol sigue durmiendo.

Termino un poco agotada, ya me es costumbre salir a correr y hacer flexiones sin desayunar y con pocas horas de descanso. Se ha hecho mi rutina. Y pensar que mi rutina antes de venir aquí era completamente distinta.

Acomodo mi cabello despeinado. Ahora vivo despeinada, porque en esta porquería de lugar no te dejan ni si quiera sacarte las lagañas de los ojos, así que peinarme como la gente sería un privilegio. Ahora comprendo por qué Joiner debe usar ese fijador de cemento industrial para su cabello.

La verdad que si extraño un poco mi rutina, eso de ser coqueta fue desde que nací, eso si que es natural en mí. Pero por más de que extrañe los lujos, siento que tampoco quiero volver a casa.

Sí, quiero irme, pero no volver a casa.

Mientras estoy pensando en cosas que probablemente le tendría que estar contando a un psicólogo, o a un psiquiatra, no lo sé. Sigo dando vueltas hasta que me choco con un cuerpo duro y probablemente más grande que yo.

Me alarmo y cuando levanto la mirada pensando en que podría ser el Sargento Calvin Klein, porque esa es su costumbre; llegar sin hacer un ruido y matarme del susto, me doy cuenta de que es Vitto quién me mira serio.

-¿Qué quieres?

-Quiero hablar contigo.

-No tengo ganas de hablar.- frunzo el ceño y doy media vuelta para irme.

Es en vano, porque antes de que haga un paso, él toma mi brazo y me detiene:-Lo siento. A veces tengo muchos prejuicios con la gente.

Me giro a mirarlo y añado:-No sólo eres tú, es la sociedad. Creo que no hay ni una persona que al conocerme no haya pensado que soy como lo que ven en las películas de comedia norteamericana.

-Bueno, ahora sé que me equivoqué. También quiero que sepas que nos dimos cuenta de que tú nos liberaste del castigo.

-¿Fue muy obvio?- pregunto arqueando una ceja.

-Demasiado.-sonríe él.

Nos quedamos unos segundos callados y luego me cuelgo de su cuello dándole un abrazo. Lo tomo por sorpresa, pero luego él me corresponde y me levanta cuál pluma de patito bebé.

-Qué idota eres.- le digo sin soltarlo.

-He extrañado sus maltratos, principessa.

El alma me vuelve al cuerpo al saber que por fin las cosas han quedado saldadas con los dos. Vitto, a pesar de que es un pequeño capullo, es el hermano mayor que nunca tuve ni quise tener y la vida me lo encajó a propósito cuando llegué aquí y a pesar de que lo miré con malos ojos el primer día, era cuestión de horas para que él se volviera el segundo amigo de verdad que pude hacer a lo largo de estos bellos diecinueve años.

Mientras Vitto aún me tiene abrazada, por encima de su hombro puedo ver al Sargento Miller, quién por esas casualidades va pasando mientras acomoda su camisa, y encima de todo eso, mira hacía aquí.

Sé que estamos lejos, pero aún así lo saludo con la mano.

Él sólo mira y luego sigue caminando haciendo caso omiso a mi saludo.

Muy bien, parece que nos hemos levantado de mal humor hoy.

-¿Quieres que vayamos a desayunar?- pregunta dejándome en el suelo.

-Primero quiero ir a ver a Morti, cuando se despierte podré desayunar tranquila.

-Bueno, supongo que me vas a contar qué le pasó, porque no te creo de que fue "sin querer"- cuando dice: Sin querer, trata de hacer voz afeminada, cosa que me da gracia.

-No sé si corresponde que te lo cuente, pero lo haré para que no metas la pata.

Obviamente le cuento la situación de Morti y cómo la encontré en el baño y las cosas que me dijo, me limito a decir sólo eso y a dejar como un secreto entre amigas lo que pasó con Miller. La cuestión es que le dije que necesitaba mucha atención y cariño por parte de nosotros, en cierto modo, creo que sé lo que es sentirte sola y que nadie te brinde el cariño que necesitas en esos momentos.

No he sufrido la muerte de nadie en mi familia. Mis abuelos murieron mucho antes de nacer. Pero sufrí al separación de mis padres a una edad crítica y siendo única hija la cosa no es muy liviana. Se termina juntando todo y creando el pequeño y glamouroso monstruo que ven ahora. No digo que a Morti vaya a pasarle lo mismo, no creo que ella se convierta en yo y ni mucho menos se puede comparar la muerte de alguien que amas con la separación de dos personas completamente egoístas, pero si le demuestras que no está sola y que hay alguien que la va a seguir apoyando, superar esta fase será mucho menos dolorosa que superarla sola.

Vitto queda completamente de acuerdo conmigo y me jura que no halará sobre el tema hasta que ella quiera hacerlo y desahogarse. Así que, terminada la charla, me vuelvo a la barraca y le hecho un vistazo de vuelta. Me siento unos minutos en mi cama, mirándola dormir, hasta que ella de apoco va desperezándose y me mira con cara somnolienta.

-Buenos días, Morticia.

-Buenos días, Hannah.- bosteza.

***

Mientras estamos desayunado, mi mente está en otro lado y mi cuerpo está sentado en la cafetería.

Además de eso, mi mente no sólo está en la estratosfera sino que se dive en dos: uno para seguir pensando en Morti y otro para pensar en por qué el Sargento Miller no me ha mirado ni si quiera para regañarme en lo que va de la mañana.

Lo de ésta mañana fue un pista. Defenitivamente está de mal humor, no mira ni a su padre quién le charla tan animadamente como siempre. Toma su café sin decir una palabra y sin sacar su vista de lo que es la bandeja que tiene.

Tal vez se ha enojado por lo de ayer y porque tuvo que darme su camiseta, pero no creo que sea para tanto mal humor impreso en su cara. De verdad ahora está como el primer día, con esa chispa de viejo cascarrabias que no quiere que le pisen el cesped de su patio delantero.

La hora de preguntarle que le sucede llega después de entrenar con Holt. Realmente es el hombre más odioso que he conocido, es como Joiner pero con un toque Nazista, no lo sé. Es terrible, se la agarra conmigo por cualquier cosa y eso que ya he mejorado bastante en cuanto a los ejercicios y con él ya hemos comenzado los circuitos de combate, en los que creo que me va bien. Cuestión que parece que no le agrado y no tiene piedad conmigo.

Cuando me reúno con Nathan en el lugar de los muñecos para golpear, él ya está ahí parado.

-Hola.-digo alegremente.

Él me mira serio y no contesta. Me da miedo.
-Mira, he traído tu camiseta, lo sien..

-Quédatela, no la necesito.-dice con una voz cortante.





Continue Reading

You'll Also Like

808K 46K 100
Hola, mi nombre es Caroline y comencé a rehacer mi vida de a poco luego de algo que afectó notablemente está. Entré a la universidad en la ciudad don...
22.7K 1.1K 56
Hero y Josephine cruzaron sus caminos de una forma poco conocida. Se amaron profundamente pero el destino les tenía preparadas demasiadas pruebas que...
3.7K 250 40
Aome era la capitana de su propia nave espacial, junto al apoyo de su hermano y su mejor amigo se vio envuelta en una encrucijada que pone en riesgo...
12.4K 1.4K 35
🅻︎🅸︎🅱︎🆁︎🅾︎ 🅸︎🆅︎ ۞ "... "𝗩𝘂𝗲𝗹𝘃𝗲 𝗮 𝗺𝗶" 𝗽𝘂𝗱𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗼 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗘𝗱𝗺𝘂𝗻𝗱 𝗮𝘀𝗼𝗺𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗹...