Hace unos pocos días, me vi obligada a recordar las situaciones por las que he pasado durante mi vida.
Y mi mente me ha dictado que lo escriba, tan solo como mero desahogo.
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Recuerdo que tuve diversas dusputas en mi vida escolar.
Me dejaban de lado en infantil. No sé por qué, pero siempre acababa jugando sola. A lo mejor era culpa mía. Pero ya no lo recuerdo.
Me ignoraban en primero y segundo. Intentaba acercarme. Ser como ellos para integrarme. Pero acababa igual. Sola.
Un repetidor me acosaba, me seguía a todas partes y no dejaba de insultarme. Muchas veces tuve que esconderme tras la espalda de mis compañeros. Su familia pensaba que era todo culpa mía. Lloraba días enteros, y nadie era capaz de solucionarlo. Incluso los mismos jefes tardaron dos cursos en alejarlo de mí aún viendo lo que hacía conmigo.
En quinto y sexto todos se fijaron en mí, era la más débil. La única a la que podían herir. La única que lloraba siempre, que nunca reaccionaba de forma agresiva. La poco atlética que tenía que quedársela en el pilla pilla para frustrarla. La sensible que se venía abajo pronto. La de las buenas notas, "Porque eres una empollona".
Mi familia materna me pegaba. Una vez ne arrojaron contra una silla. Me repetían que era una inútil. Que nunca llegaría a nada y que nunca hacía las tareas. Mi madre también sufría por ello, pero estaba atada. Gracias a sus padres, mis abuelos.
Me entró miedo a salir a la calle. Miedo por haber escuchado en mi colegio sobre violaciones, de boca de una alumna que dijo que habían intentado hacer eso. Ahora, miro varias veces hacia atrás cuando camino, pero a la vez, no me creía que me pudiera pasar. Era plana, bajita, gorda, con gafas y callada. Nadie lo haría conmigo.
Era esa a la que en la eso le tiraban cosas al pelo. A la que criticaban aún sabiendo por lo que había pasado.
Soy esa la que separó a su madre de su familia porque a una prima se le ocurrió llamarme chiquilla de mierda solo por tardar en comer. La hija de una madre desquiciada que cortó de raíz profundos lazos familiares para que me dejaran en paz de una vez.
Pero, ya no sufro eso. Ahora tengo otros problemas, pero no hay manera de que eso se pueda curar. Mucha gente dice que es fácil olvidar el pasado y seguir adelante.
No saben de lo que están hablando. ¿En serio creéis que es fácil olvidar todo eso? Eventualmente pasará, pero hasta entonces voy a vivir con esa carga, para toda mi vida.
Nadie sabe nada de mí. Nadie sabe cómo soy, de verdad. Ni siquiera sé si existe una "yo" de verdad. Ya no queda nada.
{ Absolutamente nada. . . }
...Sufrí cuando corté mi primera relación. Me dolió cuando ella me trataba como si mis problemas no fueran con ella, ignorándome como mis compañeros en un pasado. Viví una pesadilla en seis meses, seis meses en los que tenía miedo porque una persona me dijo que me iba iba a hacer sufrir. Meses en los que concentré tanto odio que ya no queda nada de lo que fui.
Me arrebataron mi inspiración y mi creatividad.
Me arrebataron las ganas de estudiar por siempre sacar las mismas notas. No importaba lo que hiciera.
Se me agotó la emergía por discutir con mi madre, cuando ni ella ni yo tenemos la culpa de que ella haya sufrido ataques de pánico, ansiedad y de vez en cuando se pone nerviosa si no se toma su pastilla.
Estoy...Cansada. Pero nadie se da cuenta. Lo repito cada día. Nadie lo quiere ver.
Y al final...He acabado llenando el papel de esta carta de lágrimas...