Jungkook y yo comenzamos a caminar unos minutos, platicando de muchas cosas que aun no sabía de él y el de mi. Ya se había hecho tarde, así que decidimos irnos ya.
—¿Quieres que te acompañe a tu casa?— pregunto Jungkook
—No gracias. Tengo que ir a un lado antes— le brinde una sonrisa —Nos vemos mañana—
—Esta bien. Bye, cuidate— me sonrió y se fue caminando directo a su casa
Empeze a caminar, realmente no tenía ganas de ir a casa, no ahora con lo que pasó con mi mamá. No sé por qué pero no quiero a mi mamá cerca de mi por el momento, se que suena un poco cruel, pero realmente no estaba con ánimos de verla ahorita.
No sabía exactamente a donde ir, ¿Si voy con Jimin sería correcto? No me detuve a pensarlo, yo lo quería a mi lado y eso mamá no lo iba a poder cambiar.
Estaba enfrente de su casa, fui directo hacía la puerta y toque, a lo lejos se escucho la voy de Jimin diciendo "ya voy". A los pocos segundos abrió la puerta y al verme sonrió.
—¡____!— dijo para después abrazarme
—Jimin— le correspondi al abrazo
—Pasa— dijo haciéndose a un lado para que yo pudiera pasar —¿Y que te trae por aquí hermosa?— se sentó a mi lado después de que me sentará en el sofá tras entrar
—Quería verte— sonreí tímidamente
—Ven aquí pequeña— sonrió ampliamente viéndome con unos ojos brillosos, y me abrazo fuertemente.
—_____, quería preguntarte esto desde antes para aclarar lo que en realidad somos— sonrió y bajo la mirada rápidamente para después volver a verme —¿Quieres ser mi novia?— ¿Cómo decirle que no a este hombre?
—¡Claro que si!— respondí sin dudar, me abalance a el sonriendo ampliamemte, estabamos en una posicion en donde yo habia quedado encima de el.
Jimin comenzó a reír y yo lo seguí. El miro mis ojos y despues su mirada bajo a mis labios, y sin esperar más unió nuestros labios en un apasionado y tierno beso, tras pasar los segundos comenzaba a tornarse mas apasional, dejando de lado lo tierno, senti como sus manos bajaron con suavidad a mi cintura haciendo caricias en mi piel tras adentrarlas dentro de mi blusa, mi piel reacciono a su toque provocando que se erizara mi piel.
Jimin dejo mis labios y fue bajando hasta mi cuello. ¿Por que ahi? Comence a reirme levememte, era mi punto en donde mas me daba cosquillas con un solo toque.
—¿Por qué te ríes?— susurro levantando una ceja con un toque divertido
—Me da cosquillas si me tocan o me besan el cuello— reí levemente
Jimin solo río suavemente, dio un ultimo beso a mis labios antes de levantarse junto conmigo.
—¿Quieres comer algo?— pregunto con una sonrisa
—Claro— respondí sonriendo
Jimin se levantó y se dirigió a la cocina, yo me levanté y lo seguí.
—¿Quieres que te ayude?— le pregunté abrazandolo por la espalda
—Si— respondió
—Oye jimin— pregunté
—¿Qué pasa?— respondió
—Nunca había notado lo marcado que estas— dije tocando su abdomen
—¿En serio?— río —Haber ahora ve con tus propios ojos— sonrió y se dió la vuelta y se levantó la blusa que tenía dándome una hermosa vista de su bien marcado abdomen
—Uh— acerqué mis dedos tocando con suavidad
Jimin solo se limitó a reír.
—Bueno traviesa, comencemos a preparar algo para comer— sonrió
—Si— le sonreí con una pequeña risa
Jimin y yo preparamos un poco de ramen, al terminar empezamos a comer, era muy divertido y cómodo pasar el tiempo con Jimin, el me hacía olvidar todos mis problemas, era estar en un mundo de sólo nosotros dos, en donde nada ni nadie existía, en donde sólo la comodidad, la felicidad y el amor estaban ahí con nosotros, era tan afortunada de tenerlo a mi lado.
Cuando terminamos de comer decidimos jugar video-juegos, así pasamos la mayoría de la tarde jugando, platicanso y jugando.
Después decidimos ver películas, Jimin preparo las palomitas y yo elegí la película. Estábamos acostados en la cama de Jimin riendo por el trama que tenía la película, era cómica de verdad.
El tiempo paso demasiado rápido para mí, que cuando ví el reloj ya eran las 10 de la noche, ya tenía que ir a mi casa si no quería recibir una buena regañada de mi mamá, otra vez.
—Ya es tarde jimin, ya me tengo que ir—
—No, no, no— hizo un puchero
—Jimin— sonreí
—Bueno. Te llevo— dijo levantandose
—Gracias—
Recogimos el pequeño desorden que habíamos echo, y salimos después hacia mí casa.
Estábamos ya enfrente de mi casa después de unos minutos, notaba que algo estaba raro.
Las luces estaban apagadas cuando en realidad siempre hay una luz encendida en la casa, a mamá no le gusta que la casa este completamente oscura, y esto no era normal, no lo sentía que estaba del todo bien.
—¿Pasa algo?— pregunto Jimin al ver mi cara de confusión
—No, nada— le sonreí —Bueno, adiós Jimin te cuidas, nos vemos mañana—
—Bye ____— Jimin acerco su rostro al mío para darme un rápido beso en los labios.
Cuando entre a mi casa, no había señas de que alguien estuviera aquí. Que raro.
Todo estaba oscuro, sólo la tenue luz de la luna se colaba por las ventanas de la casa dejando ver muy a penas por donde pisaba, me acerqué al interruptor y encendi la luz, más sin embargo sabia que realmente algo no estaba bien, ¿Que rayos? Varios de los muebles estaban desordenados, fuera de su lugar, algunas decoraciones que habian encima de estos estan tirados en el suelo como si alguien estuviese...
—¡Mamá! ¡Papá! ¡Lili! ¿Donde están?— comencé a llamarlos esperando a que me contestaran. No, no, no, no.
Corrí hacia la cocina, pero algo detuvo que siguiera corriendo, detrás de la mesa, un hilo de sangre corria por el piso, mi corazon comenzo a bombear freneticamente, con pasos lentos me acerque y lo vi, mis ojos se abrieron de par en par, un sentimiento que nunca senti se instalo en mi pecho, un nudo se creo en mi garganta, ¿Quien?¿Por que? Queria saber.
Mis padres, ambos, yacian tirados en el piso con sangre bajo sus cuerpos y encima, tanta sangre, rojo carmesi, ellos estaban degollados, mis padres, no, no.
Encima de mi padre habia una carta, con dificultad la tome manchandome un poco con su sangre. No podia reaccionar, no sabia que hacer.
Abrí la carta en donde decia:
Te dije, sabías las consecuencias de esto y aún así lo hiciste.
Atte: Tu perdición
¿Qué significa esto? ¿Dónde está Lili? Obligue a mis piernas a correr fuera de casa, deseaba que Jimin no estuviera tan lejos. Corrí y corrí hasta que lo vi caminando con tranquilidad.
—¡Jimin!— grite llamando su atención, al verme fruncio su ceño y corrí hasta abrazarlo y ahí, en sus brazos me rompí en llanto, lágrima tras lágrima corria por mis mejillas, dolor, se quedaba corto a lo que sentía, mi corazón estaba tan dolido, y ni hablar de mi alma.
Jimin noto la sangre en mis manos —¿____que te paso?¿Por qué tienes sangre?— hablo demasiado preocupado
—Mi-mis pa-adres e-es-están mu-muertos— no podía articular palabra alguna, tenia miedo, angustia, desesperación y demas.
—¿Que?¿Co-como que tus padres están muertos?— Jimin me cargo en sus brazos y se dirigió de nuevo a mi casa
—¿En donde están?— pregunto bajandome, yo no podía pronunciar algo y tampoco queria volver a ver esa escena, me límite a señalar la cocina.
Jimin entro a la cocina, no se que hizo allí adentro pero después de unos segundos fue hacia donde yo estaba y me abrazo pegándome a su pecho.
—¿No sabes quién pudo ser?— pregunto
Yo solo negué. ¿Cómo podría saberlo? Mi mente en estos momentos no podía pensar con claridad.
—Tranquila ____. No guardes el dolor— Jimin me abrazo más fuerte a lo que yo comencé a llorar más.
—¿Y tu hermana?—
—N-no lo se— respondí, no sabía donde estaba mi hermana y ¿si ella igual estaba muerta? Comencé a llorar mucho más por pensar que aquello sea real. No, no, no, no. ¿Por qué a mis padres?
—Tranquila, vamos a mi casa, yo te protegeré de todo hermosa. Conmigo nada ni nadie te hará daño, antes me matan a mi a que te toquen tan siquiera. Lo prometo—