El verano pasó más rápido de lo que había esperado, pero no me quejo fue lo mejor. Venía una nueva etapa, la universidad, donde enfocaria toda mi atención, ánimos y fuerzas en ello.
Ya no tenia tiempo para él amor, menos para una relación, sino para ser una gran profesional.
Transcurrieron los meses todo iba a la perfección, en unos pocos días venían los exámenes finales para así poder cerrar el primer semestre, necesitaba aprobar cada uno de ellos.
Me despedí de mis amigas y caminé mucho, pasé por diferentes lugares, hacía mucho frío, empecé a mirar gorritos y vino un recuerdo a mi mente.
Julio del 2015
Estábamos en una tocata, rodeando una fogata y habían muchas personas a nuestro alrededor, estábamos cantando una canción que no recuerdo muy bien, pero tengo la melodía grabada en mi cabeza, me das la mano y ambos sonreímos, nos alejamos del grupo y empezamos a caminar, solo caminar ninguna palabra sale de nuestras bocas, ibas a decir algo pero te arrepentiste, escuchabamos el sonido del viento golpeando los árboles. Mi pelo estaba descontrolado por el viento, te reíste, me reí contigo y me pasaste tu gorro preferido, me quedaba grande, sonreíste y dijiste lo bien que me quedaba.
Salgo de mi recuerdo y vuelvo en sí, una señora me estaba hablando, preguntó qué necesitaba, le dije nada gracias, sonreí ante aquel recuerdo.
Apuré mis pasos sabía de debía llegar rápidamente al tren, ya se iba a ir, llegue a correr antes que se cerraran las puertas, necesitaba llegar estudiar, no era la hora punta así que alcancé a sentarme, eran esos asientos que no me gustaban donde tienes que mirarle la cara a otra persona directamente, parecía un cara a cara literal, lo bueno es que el asiento de en frente estaba desocupado, las puertas aun no se cerraban, corrí para nada. Dirigí mi mirada hacia la ventaja y observé el paisaje de afuera, se cerraron las puertas, siento que alguien se sienta en frente, ignoro completamente quién sea, sigo con mi mirada fija.
Siento unos ojos clavados en mi cara, comencé asustarme, me armé de valor y giré mi cara, nuestros ojos conectaron, que hacías tú en ese lugar, te saludé por cortesía y volví a voltear la cara, observo el paisaje que hay mas allá de la ventana, el tren ya estaba en movimiento.
Me seguías mirando y ya me estaba cansando de tu jueguito, tu intención era que me pusiera nerviosa o querías causar compasión en mi, pero no estaba dispuesta a caer tan fácil, ya no. No quería volver a escuchar y saber nada de ti y menos de tu novia.
Pasaron los minutos y tu mirada seguía intacta, decidiste empezar la conversación. Preguntaste que tal todo, como estaban los estudios y todos esos temas que uno pregunta solo por cortesía, respondí todo bien, creíste que mantendría la conversación y seguiría preguntando, no fue así, te equivocaste.
Seguimos el viaje, ahora era incomodo pero fingimos que todo estaba bien hasta que de la nada dices terminamos, te pregunté ¿Terminamos? Me corregiste, era en referencia con tu novia, más bien ex novia, no sabía que decir solo pregunté ¿Cuándo pasó? Respondiste, el día que hablamos, asentí entendiendo lo que decías.
La próxima estación era la que debía bajarme, me paré y me despedí de ti. Me fui sin más.