Karma Police //Ryden//

By _prescribed_pills_

7.2K 1.1K 1.6K

[04.12.34 | 1:36 AM] "Los placeres violentos terminan en la violencia, y tienen en su triunfo la propia muert... More

Parte Uno
I- Life's Like a Detuned Radio
II- All These Things That I've Done
III- A Bullet Through a Flock of Doves
IV- Hush, Don't You Say A Word
V- I'm Gonna Smoke You Out
Parte Dos
VII- A Taste Of Poison Paradise
VIII- I Will Take You Down
IX- Take Me To The Fire
X- The Sound Of Desire
XI- There's No Blood
XII- Got Me Looking So Crazy
XIII- Modern Day Cain
XIV- How Deep Is Your Love
XV- All The Lovers
XVI- Blank Space
XVII- This Is Kairos
Parte Tres
XVIII- Devotion And Desire
XIX- Curse My Eyes
XX- Sorry To My Unknown Lover
XXI- I'm Only Human
XXII- Make Me A Sinner
XXIII - In A Hail Of Bullets
XXIV- My Love Will Never Die
Epílogo: This Is What You Get
Agradecimientos
Añadido: Dudas y Extras

VI- I'd Love To Kill You

246 42 55
By _prescribed_pills_

Ryan dejó ir un suspiro entrecortado, liberando el aire dentro de sus pulmones.

—Fue fácil entrar, ¿No es cierto?—preguntó el hombre, como si estuviera hablándole al vacío—. Sabía que vendrías. ¿Eres un admirador secreto?

Ryan disparó, pero como si el hombre pudiera presentirlo, se agachó dentro del jacuzzi, lo que hizo que la bala fallara. El castaño se quedó en la oscuridad tratando de procesar lo que estaba pasando. ¿Se había dado cuenta de que él estaba ahí? ¿Cómo? Ryan Ross había fallado un tiro, por primera vez en su vida. Estaba atónito.

Boyd, como le habían dicho que se llamaba, se paró del jacuzzi, poniéndose una delgada bata encima. Ryan, quién seguía apuntando justo en el espacio entre sus ojos, suspiró. Lo iba a matar, sin dudas. Solamente quería saber qué es lo que el hombre tenía para decir.

El muchacho caminó hasta quedar en el borde de la oscuridad donde Ryan se ocultaba. Frunció el ceño. Sus ojos oscuros buscaban algo que se moviera, algo que reflectara la luz, pero no se veía absolutamente nada. La sombra era muy espesa. Se mordió el labio, mientras se cruzaba de brazos.

—Muéstrate.—ordenó, hablándole a la oscuridad.

—No sigo órdenes. Ni si quiera sigo consejos.—replicó Ryan, haciendo sonar el gatillo de su pistola.

—Si no sigues órdenes, entonces ¿Por qué deseas matarme?—preguntó el hombre de ojos oscuros, sonriendo maliciosamente.

—Te escondes de mí. No hay información de ti en ningún lugar. Les dices a todos que pretendan que no existes—contestó Ryan, en un tono monótono—. Sólo creas problemas.

Boyd sonrió para sí mismo, pasando sus dedos por su cabello oscuro.

—Claro que no. Además, si me matas, no habrá nada mejor en lo que trabajar ... Todos los demás casos serán inferiores,pequeños, irrelevantes.No hay  nada más importante que yo en Los Ángeles. Dime que no te has divertido buscándome.—rió, encogiéndose de hombros.

El hombre constaba con una tez blanca y suave, ojos redondos oscuros que atrapaban la luz y pestañas igual de oscuras que la noche. Sus cejas eran espesas y sus labios carnosos. Su cabello estaba peinado hacia atrás, mojado. Por un instante, hubo una chispa dentro de Ryan -que a penas pudo distinguir-, de familiaridad. Luego de medio segundo, se esfumó. No le tomó importancia. Más que familiaridad, era un deje de... deseo. Boyd era, efectivamente, un hombre muy atractivo, pero no. No podía distraerse con esas cosas.

 De todas formas, lo que decía era completamente certero. Si lo mataba, no habría nada más interesante que ir detrás. El Karma Police de donde él pertenecía se encargaba de todo el estado de California. Ellos, eran una red aún más grande. No cubrían todo el país, pero si casi la mitad, lo que era una cantidad significante. Si lo mataba, dudaba que alguna vez se le fuera asignado un caso de mayor importancia. Primero que todo, que el jefe de ellos estuviera en Los Ángeles era una estupidez. Estaba en el nido del Karma Police. Y si lo mataba ahora, no creía que volvieran a cometer un error así de grande. ¿Por qué harían algo así?

—Muéstrate.—repitió el hombre, con más fuerza esta vez.

Ryan dio un paso adelante, luego otro, hasta que quedó en la luz. Los ojos del hombre frente a él se abrieron más, dando un pequeño respingo. Pareció bastante confundido por unos segundos, como si estuviera pensando el algo. Se vio vulnerable hasta que recuperó su compostura y endureció su mirada, para hablarle al agente a los ojos.

—¿Ryan?—preguntó, algo en su voz que este no pudo distinguir. ¿A caso esperaba a alguien más?

—Lo último que vez antes de morir.—contestó, frunciendo el ceño. ¿Por qué sabía su nombre? Un deje de confusión se mostró en su rostro.

Boyd cambió su expresión fría rápidamente, riendo para sí mismo y murmurando cosas ininteligibles. Era como si no le importara en lo absoluto que le estuvieran apuntando con un arma. Además, no era difícil distinguir que estaba bien loco, pero las mentes brillantes siempre son las más locas. 

Ryan carraspeó, para recuperar su atención. Miraba cada detalle de su rostro con detención. Su rostro y su cuerpo... era muy atractivo. Y el deseo comenzaba a corromperlo ligeramente por dentro. Boyd habló otra vez, sacando al castaño de sus pensamientos. 

—Te tengo una oferta—dijo, acercándose más aún, posicionando el cañón de la pistola justo en su corazón con su mano, sin miedo. Ryan hizo un gesto para que continuara—. Puedo darte información. Sé que hablas con Pete. Al menos puedes deshacerte de las fuentes secundarias, ¿O no?

Ryan sonrió. Le daba gracia como el muchacho no sentía miedo de nada. Era una buena oferta. Y uf, si es que sabía de eso, Pete estaría en problemas por haberle dado información...

—No crees...—dejó que su bata cayera de sus hombros, para sujetarla a la altura de sus codos—. ¿No crees que es una buena oferta?

Ryan se quedó en silencio. Sabía que el muchacho estaba jugando con él, pero lo hacía terriblemente bien. Ya se había percatado de la manera en la que Ryan lo estaba mirando, anhelando su cuerpo y queriendolo para si mismo. Era bastante posesivo, después de todo, Y Boyd estaba usando eso a su favor. 

Aparte, tenía dos puntos muy importantes de su lado. Primero que todo, Ryan siempre necesitaba algo con lo que jugar, algo para buscar y entretenerse. Si lo mataba ahora, todo lo demás sería muy aburrido. Arruinaría todo el trabajo que había hecho para buscarlo. No valía la pena. Además, si es que hacía lo decía, podría de deshacerse de Pete, que siempre estaba hablando mierda y jugando a que no sabía nada. Pero, ¿Cómo iba a asegurarse de que no estaba mintiendo? ¿Cómo iba a asegurarse de que cumpliría su promesa?

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti? Has estado jugando conmigo por mucho tiempo...—dijo, sonando serio y autoritario.

—No puedes confiar en nadie.—dijo con un ademán.

Boyd tomó el arma de su mano, aprovechando la mirada pensativa del agente del Karma Police, arrebatándosela y ahora apuntando a su dueño. Ryan rodó los ojos. Genial, lo habían engañado.

—No pienso matarte; solamente me estabas poniendo nervioso, tanto tiempo apuntando.—aclaró.

—Y, ¿Cómo sé que no vas a traicionarme?

El muchacho de ojos oscuros se acercó, hasta tener su rostro frente al de Ryan, a un par de centímetros de distancia.

—Sólo lo sabes.

Soltó el arma, tirándola al piso y pateándola lejos. Su mirada parecía ida, como si no estuviera pensando con claridad o en su mente hubieran muchas tribulaciones. Volvió la mirada a Ryan, mirándolo a los ojos, en silencio. Su mirada era fría y distractiva. Se acercó hasta que sus frentes toparan, descansando sus manos en el pecho de Ryan. Lo estaba tentando, estaba claro. ¿Cuánto le estaba costando al mayor mantenerse quieto y no hacer nada a respecto...? 

El pelinegro se quedó en silencio por un minuto, quieto, respirando con calma. Luego, sonrió.

—Soy un juguete, ¿Acaso no lo ves?—susurró, abriendo su bata aun más, hasta su ombligo. Ryan ya no comprendía qué juego estaba jugando, pero no podía negar que le gustaba—. Si sólo me usas una vez, no será divertido.

Ryan dio un paso al frente, su mandíbula apretada mientras ladeaba la cabeza.

—Me refiero a que, por ningún motivo puedo hablar contigo de alguna manera que no sea cara a cara—explicó el pelinegro, sonriendo—. Si quieres un trato, tiene que estar completamente claro.

—¿Qué te beneficia a ti?—preguntó Ryan, relajándose y metiendo sus manos a los bolsillos de sus pantalones—. ¿Qué ganas con esto?—Estaba seriamente interesado en lo que Boyd estaba proponiendo, más aún con la mirada seductiva que le daba este.

—Seguir vivo.—se encogió de hombros el menor, pasando sus dedos por la corbata del agente, atractivamente.

—Así que, Boyd...

—Oh, no. Boyd es mi padre. Mi nombre es Brendon—explicó—. Debe haber habido algún malentendido. Pero tú puedes llamarme... Como quieras.

—Para mí, solo tienes que estar muerto.—respondió Ryan, indiferente.

Las palabras que decía el menor lo confundían. A tantas personas había engañado, a tantas personas les había mentido, ¿Por qué Ryan sería una excepción? Sin embargo, su mente ya se encontraba tan corrompida por el deseo que no podía pensar con claridad y lo único que lograba pensar era decir que sí al trato.

Las manos de Brendon subieron hasta el cuello del mayor lentamente, para después desatar su corbata y quitársela. Sus dedos desabotonaron los primeros botones de su camisa con igual lentitud, un vistazo de malicia en sus ojos. Estaba jugando, dándole una especie de Demo al mayor para que viera todo lo que podría hacer con él. Empezó a besar su cuello, mientras Ryan cerraba sus ojos.

Se sentía tan bien. Ya ni si quiera sabía qué es lo que estaba haciendo. Sus manos sujetaban al hombre frente a sí por la cintura, levemente. Entendía qué es lo que Brendon quería. Quería demostrarle de que aparte de lo que había dicho antes, podría tenerlo a él también, para sí mismo. Que si no lo mataba, podría utilizarlo tanto como él lo deseara. De alguna manera, eso también lo beneficiaba a él. Todas aquellas ganas de matarlo, toda esa ira que había sentido, parecía haberse esfumado en un segundo. Todo había sido solapado por el inconfundible efecto del deseo, de la lujuria. Pero sabía que no podía permitirse eso. Brendon era su trabajo, no su juguete. Todo eso se borró por la placentera y oh, tan provocativa sensación de sus labios en su cuello.

Se separó bruscamente, su vista fija en los ojos oscuros del menor. Era un buen negocio. Y como alguien una vez dijo, los buenos negocios son arte.

—¿Es un trato?

Brendon lo miró por un segundo, para después sonreír y extender su mano.

—Trato.—afirmó.

Después de sacudir su mano, Ryan se dio la vuelta y se marchó, con las ganas de quedarse con aquel hombre quemándole la garganta. Sin embargo, sabía que no debía. Al menos, no todavía. Sonrió.  Al fin, tenía lo que quería.

Al pasar, recogió su arma del suelo, y bajó las escaleras.

Continue Reading

You'll Also Like

226M 6.9M 92
When billionaire bad boy Eros meets shy, nerdy Jade, he doesn't recognize her from his past. Will they be able to look past their secrets and fall in...
55.1M 1.8M 66
Henley agrees to pretend to date millionaire Bennett Calloway for a fee, falling in love as she wonders - how is he involved in her brother's false c...
469K 31.6K 47
♮Idol au ♮"I don't think I can do it." "Of course you can, I believe in you. Don't worry, okay? I'll be right here backstage fo...
4.8M 255K 34
Those who were taken... They never came back, dragged beneath the waves never to return. Their haunting screams were a symbol of their horrific death...