Los pétalos de margaritas y narcisos caían lentamente sobre la larga alfombra de esa iglesia cubierta por la naturaleza que alguna vez la creo, en el umbral hecho de hermosos tulipanes y orquídeas se encontraba la pareja a punto de casarse. Los votos ya fueron dictados, el cura da sus últimas palabras y el casamiento se cella con el beso de la pareja ante los testigos de su unión ceremonial, las personas se levantan aplaudiendo a la nueva pareja que sale tomada de la mano con sus anillos puestos en su dedos corazón. El auto con las latas amarradas y las palabras "Recién casados" en pegamento se aleja con los novios hacia la fiesta de casamiento que se haría cerca del lago de las escamas brillantes al otro lado del pueblo de los símbolos.
La pareja era constituida por un símbolo del Pino y un humano de rubios cabellos, algo fuera de la normal para los habitantes de dicho lugar.
Hace años los símbolos líderes de las infinitas ruedas habían tomado la decisión de mantenerse en paz con los habitantes del mundo terrestre, aunque estos no tenían idea de su existencia decidieron aun así mantenerse al margen con ellos en caso de su descubrimiento, algo que el chico Pino agradecía; su encuentro fue cómico de cierta manera, el de ojos ámbar, mejor conocido como Bill Cipher, había decidido explorar unas ruinas antiguas, Ta Prohm, un templo situado en Camboya que parece salido de un cuento, en dichas ruinas habían diversas cuevas subterráneas ocultas entre sus restos cubiertos de árboles en los alrededores, entre algunas malezas encontró unos árboles que resaltaban entre los demás por su parecido a los de cuentos de hadas, estos eran creados por un joven de piel de roble y hojas rodeando su anatomía que sorprendentemente no estaba desnuda, Bill estaba impresionado ante lo que el chico ante el hacía con sus manos, la impresión pasó a segundo plano cuando unas raíces se enredaron en su cuerpo dejándolo inmóvil en un estado de shock, el joven dirigió su mirada hacia él sorprendido y un tanto apenado por su irresponsabilidad con sus habilidades, cabe mencionar que tardó mucho en soltarlo ya que las raíces no querían ceder ante sus peticiones.
La música resonaba en las ventanas de las viviendas cercanas a la celebración de la unión de ambos seres que estaban felices de haber conllevado el matrimonio sin problemas, las chispas que saltaban de las manos de la joven chica fugaz alumbraban el lugar mientras las cosas se llevaban a cabo en el lago, las flores daban su canto ante la nueva vida que comenzaban los recién casados, los narcisos crecían a montón dando un sentimiento de gran alegría en las vidas de dichos jóvenes.
Ya han pasado dos meses desde aquella celebración, el matrimonio se había mudado a una casa alejada del pueblo con la intención de vivir tranquilos en su vida como casados. Los muebles y la casa parecían una rara combinación de la antigua vida de ambos, era una casa celestial a base de nubes y agua dando el efecto de paredes de cristal semitransparentes, los interiores estaban decorados al mismísimo estilo de la época victoriana, el suelo era de madera de un roble virgen sin cortar, dicho roble los mantenía en el cielo lejos de la mirada de los demás, algo que era perfecto para pasar lo que quedaba de su vida juntos.
Un símbolo podía procrear vida en un ritual en su elemento; la vida se daba cuando dicho símbolo migraba de su tierra natal a su elemento, despertando en lo que sería el inicio de dicho símbolo, de ser un símbolo que representaba algún tipo de planta este por igual deberá iniciar su ciclo de vida desde la semilla hasta cumplir su límite de vida de dicha planta, ya habiendo dejado caer antes las semillas de la misma en tierra fértil, de cumplir con esto el símbolo vuelve de su migración con la porción de vida fértil que logró obtener de esta, dicha porción tomará forma hasta ser, en este caso, una semilla de gran tamaño que canalizaría la vitalidad de la pareja para dar inicio a un nuevo símbolo o continuar el ciclo de vida de otro que ya haya perecido. La forma de procrear la vida en su mundo era más dura que la de los humanos. Si fallaban en el intento tendrían que esperar muchos siglos antes de poder volverlo a intentar.
Esto de la procreación entre símbolos era muy importante, ya que su raza estaba creciendo en masa y era mejor mantenerla lo más estable posible evitando percances en un futuro incierto.
El tiempo que dura la procreación de dicho símbolo duraba entre 11 y 15 meses, durante dicho tiempo se tomará a prueba la lealtad del que llevaba las riendas en la relación, algo que llegaba a deprimir al procreante de vida si llegaba a engañarlo. Una gran vergüenza y desdén se filtraría en la familia deprimiendo a ambos integrantes del matrimonio si llegase a pasar. Esto se debe a los votos en el altar, dichos votos al ser completados con éxito son tomados en palabras por plantas tulipán-fragancia, dichas flores expulsaban un hechizo mudo haciendo que la pareja se una en cuerpo y alma sin siquiera darse cuenta, su efecto hace que dicha pareja sienta lo mismo que su otra contraparte, sus sentimientos se mezclando haciendo que uno sienta lo mismo que el otro, siendo tanto una tortura como una bendición.
Los dolorosos y agobiantes once meses habían acabado dando pasó al regreso del chico Pino, sus facciones estaban cansadas y su cuerpo temblaba por la cantidad de energía que había agotado en el ritual, entre sus manos traía una pequeña semilla que parecía tan frágil en sus delicadas manos.
Su esposo lo recibió con gusto dándole la bienvenida junto a su futuro hijo.
Los meses pasaban y la semilla crecía cada vez más trayendo un deje de impaciencia en el joven rubio que deseaba criar con todas sus esperanzas al niño o niña que venía en camino, Dipper trataba por todos los medios distraerlo para que no se preocupara por la llegada del joven híbrido que criarían juntos.
La decadencia de alegría en las facciones del Cipher y su falta de energía preocupaba de sobre manera al de piel de roble, sus ojos siempre cansados y sus concurrentes desmayos a tan solo tres semanas del nacimiento del niño eran extrañas, al principio lo dejaron pasar como un efecto secundario de la absorción de vitalidad por parte del hijo no nato.
Lo tomaron como algo pequeño que se podría solucionar, pero no fue así.
Bill no parecía tener vida, la familia del símbolo del Pino le pidió a este que buscara ayuda de los altos protectores de su rueda, sin perder el tiempo tomó con sus habilidades el cuerpo sin fuerzas de amado llevándolo con los altos protectores que se mantenían en estado de reposo temporal en lo más lejano del bosque de gemas sin luz, al llegar al final de este, encima de un pedestal se encontraban los altos protectores, mejor conocidos como 'La Orden de la Gran Rueda', quienes estaban convertidos en estatuas para poder pasar su hibernación sin problemas, tras unas palabras sinceras de auxilio uno de ellos despertó mostrando su forma de viento, siendo los fríos vientos del Himalaya su símbolo, pidiendo perdón por su inesperado despertar pide una respuesta al estado enigmático de su marido que yace dormido a causa del inexplicable cansancio que alardeaba su cuerpo a simple vista.
Las palabras del miembro despierto de dicha orden fueron sencillas y sin palabras de por medio – Debes de llevarlo a sus tierras para que recupere sus fuerzas – Sin nada que agregar desapareció volviendo a su forma sólida como roca en su pedestal.
La incógnita del joven Pino no era si lograría llevarlo de vuelta a su mundo, era que no tenía idea de adonde llevarlo. El casi inexplorado mundo de los terrestres era algo nuevo para él, pero una cosa era cierta, no lo dejaría morir.
Tarde días pero logró dar con lo que los terrestres llaman hospital, a causa de temer la reacción de los involucrados tomó una forma que logró camuflarlo entre los demás terrestres que transitaban esos lugares a altas horas de la noche, aun con fuerzas tomó las indicaciones del rubio llegando a un hospital cercano a la zona por la que entraron para llegar a la superficie terrestre, los brillantes ojos del rubio perdían brillo en lo que se acercaban dando paso a un angustiado joven que pidió ayuda a la enfermera más cercana quien se llevó al rubio con ella junto con algunos doctores para tratar al joven que parecía morir en brazos del ahora castaño.
Los ojos avellana del joven casado y futuro padre veía a su amado irse por el pasillo hacia la sala de emergencias, no tenía idea de lo que le harían, pero confiaba en que lo tratarían bien y lo ayudarían para que mejorara.
El joven castaño se marchó sin dejar rastro de vida mientras las enfermeras trataban de dar con él.
Pasó un tiempo en que no hubo señales del chico Pino, no fue hasta un 22 de Octubre en que volvió con esperanzas de ver a su amado con mejorías, al llegar preguntó por el más la joven solo lo miró mal y le indicó de mala manera en donde se encontraba, el joven sin percatarse de dicha mirada de la encargada fue por donde la joven le indicó entrando a un cuarto de hospital en el cual estaba su amado conectado a miles de cables y tubos, el joven no tenía idea de que le habían hecho, el doctor a cargo de Bill entró preguntándole su identidad, la rutina de siempre antes de explicarle la situación al joven símbolo.
Su esposo tenía cáncer. Estaba en un estado muy avanzado, por lo tanto no podía tratarse.
El joven aun así preguntó por una cura para el de hebras rubias, pero no había tal cura, el cáncer no era tan fácil de curar en etapas tan avanzadas, y eso era lo que el joven castaño no quería creer, sucumbido por la depresión echó en llanto delante del licenciado en medicina, quien lo miraba con lástima por la sortija en su dedo, el pobre quedaría viudo a tan corta edad y eso le hacía difícil su trabajo por estas razones, ver a los familiares de sus pacientes llorar por las pérdidas de sus seres queridos le daba tristeza, pero su experiencia lo hacía poder disimularla lo suficiente.
Tras calmarse el joven agradeció al doctor por su sinceridad y simplemente se fue sin dar vuelta atrás. Necesitaba un momento a solas.
Su estadía en el mundo terrestre no era favorable para los de su especie, en algún momento podría dar cara suelta a su verdadero físico dando pasó al pánico entre los civiles de la zona. No podía arriesgarse, pero no era como si la depresión lo dejara pensar con claridad.
Los días siguen pasando, la ahora tía Mabel estaba en casa del matrimonio Cipher Pines esperando noticias de su hermano, pero no ha sabido nada de ambos desde hace tiempo, su sentido común le pide quedarse ante el miedo de ver la verdadera naturaleza de la especie terrestre que vive bajo sus pies, pero algo dentro de ella le pide arriesgarse pese a todo pronóstico que pudiera abarcar en la superficie. Su mirada da rienda suelta a su determinación cuando la idea de buscar a su hermano pasa por su cabeza, más una pequeña enredadera que crecía alrededor de la semilla de s hermano llamó su atención, distrayéndola de su determinada idea, dicha enredadera florecía a paso rápido y moderado a la vez dejando que las flores que la contrastaban florecieran dando paso a su inigualable brillo. Una de las flores, al abrir sus pétalos dando pasó a su canto esencial, dejó caer una nota perfectamente doblada, la joven fugaz tomó dicha nota abriéndola dando pasó a un mar de confusión ante el mensaje escrito.
El camino que recorrió la enredadera, desde la superficie hasta la semilla, comenzaba desde un laboratorio abandonado a manos de la naturaleza, dichas plantas estaban constituidas por flores, arboles de fuerte tronco y pequeñas Darnias brillantes que dejaban un camino hacia el núcleo de toda la vegetación del lugar: Un joven de piel de madera que flotaba en un tubo de vidrio polarizado rodeado de cables que trataban de mantenerlo con vida.
Dicho joven miraba a la nada con sus vacíos ojos que daban a rienda suelta los experimentos a los que fue sometido durante su tortura sentimental al dejar que sus raíces se marchitaran.
La raza humana no entendía su dolor ante su perdida, no tomaron en consideración sus plegarias y advertencias, lo llevaron contra su voluntad dando paso a toda clase de preguntas a su persona, su especie, su origen. No podía contestar, ni siquiera podía darles a entender que necesitaba volver a casa, los terrestres no se detuvieron, lo contuvieron haciéndole pruebas durante horas. Su cuerpo arto dejó salir su presencia cortando sus raíces, su rostro marchito no perdió su característico brillo aun después de muerto, su bello cuerpo seguía tal y como su amado lo había visto la primera vez, tan inocente y lleno de vida. Las plantas alrededor enloquecieron ante la pérdida del símbolo causando la abundante vegetación que rodeaba y se expandía por todo el laboratorio, ante esto los terrestres huyeron, no dando consciencia ante lo que hicieron, ni siquiera les importó que un joven herido moría en sus instalaciones.
Esa fue la gota que derramo el vaso, los símbolos lideres ante esto ardieron en furia y tristeza ante la pérdida de uno de los suyos. El contacto con terrestres y símbolos se había roto, borrando así cualquier recuerdo del chico Pino que aun permanecía en las instalaciones del laboratorio dejado a manos de Dios.
Yace una nota en el suelo ante la semilla que emerge mostrando ante los ojos de la chica fugaz al hijo huérfano del matrimonio Cipher Pines.
"Las raíces de nuestro amor aún permanecen en nuestro mundo, firmes ante cualquier golpe; ¿Por qué ha de estar triste si al menos lo mantuvimos a salvo? Tu amor hacia este pequeño será suficiente, mientras las estrellas dibujan un camino sin barreras hacia un nuevo comienzo. Yo descansaré de todo lo que me rodea, es lo que Bill hubiera deseado para mi bienestar, cuida a nuestro hijo por nosotros Mabel.
– Atentamente; Mason Cipher Pines."
Las risas del inocente ser sin nombre retumban por la casa en los cielos habitada por la familia del Pines que no está con ellos. El inocente niño nunca sabrá quienes le dieron vida al perder las suyas.
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En este momento me pongo a creer que escuchar Gorillaz me está haciendo daño