Una Caja Musical me Llevo a Ti

By cameelacc

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En una época donde el mundo era gobernado por reyes, nació en una familia noble una hermosa niña llamada Lau... More

Capítulo N° 1
Capítulo N° 2
Capítulo N° 3
Capítulo N° 4
Capítulo N° 5
Capítulo N° 6
Capítulo N° 7
Capítulo N° 8
Capítulo N° 9
Capítulo Nº 10
Capítulo Nº 11
Capítulo Nº 12
Capítulo Nº 13
Capítulo Nº 14
Capítulo N° 15
Capítulo N° 16
Capítulo N° 17
Capítulo N° 18
Capítulo N° 19
Capítulo Nº 20
Capítulo N° 21
Capítulo Final
Capítulo N° 23
Capítulo N° 24
Capítulo N° 25
Capítulo N° 26
Capítulo N° 27
Capítulo Nº 28
Capítulo N° 29
Capítulo N° 30
Capítulo Nº 31
Capítulo N° 32
Capítulo N° 33
Capítulo N° 34
Capítulo Nº 35
Capítulo Nº 36
NOTA
Capítulo N° 37
Capítulo N° 38
Capítulo N° 39
Capítulo N° 40
Capítulo N° 41
Capítulo N° 42
NOTA
Capítulo Nº 43
Capítulo N° 44
Capítulo N° 45
Nota
NOTA II
Capítulo Nº 46
Capítulo Nº 47
Capítulo Nº 48
Capítulo N° 49
Capítulo Nº 50
Capítulo Nº 51
Capítulo Nº 52
Capítulo Nº 53
Capítulo Nº 54
Capítulo Final
Gratitude

Capítulo N° 22

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By cameelacc

**** Si desnudo mi alma?****

Austin se inclinó hacia abajo presionando sus labios con los suyos. Continuó con los besos recorriendo sus mejillas, acariciándole el cabello y susurrando palabras incoherentes en su oído antes de reanudar el camino de besos por el cuello y a lo largo de su clavícula. Ella lo envolvió con sus brazos alrededor de su espalda, tirando de él lo más fuerte que podía hacia su cuerpo que descansaba bajo el suave heno. El olor de la lujuria que se mezclaba con el olor del granero, eran las dos cosas que más amaba Austin. La luz del sol por la tarde, calentaban la piel de su espalda desnuda. Paseó un dedo a través de su brazo pálido.

- Vuelve aquí - dijo ella con voz seductora y se levantó.

Donde tenía que haber estado una mirada color Chocolate de Camila, estaban unos ojos marrones fuertes, ligeramente nublados. Donde debería haber piel morena, había una piel lisa y sin manchas por el sol. ¿Dónde había dejado entonces a Camila...

Austin se despertó sobresaltado. Al instante, el aire frío de la ventana abierta, le golpeó como un balde de agua helada. Todo su cuerpo estaba cubierto de sudor y arrojó las sábanas fuera de la cama. Frotó su cara con sus manos, luego se levantó y saltó cuidadosamente el barandal que separaba las escaleras y aterrizó en el heno. Abrió la puerta del granero y miró al cielo, era de noche pero se veía claro afuera. Usando la luz de la luna, caminó hasta el arroyo y arrojó agua en su cara.

No era la primera noche que soñaba con Becky. Desde que había regresado de la finca Watson y después del incidente con la chica, no podía conseguir sacarse a la noble de su mente. Siempre había sido lo mismo – siempre sus sueños comenzaban con Camila y terminaban con Becky. Comenzaba con lo que debía y siempre terminaba con lo que menos podía.

- Sólo fue un sueño - Murmuró para sí mismo cuando se arrodilló en el césped húmedo junto al arrollo. La primera noche, trató de pensarlo. La segunda noche, lo ignoró completamente. Pero cuando los sueños empezaron produciendo la cuarta y ahora la quinta noche, sabía que algo estaba mal. No era tonto, sabía que le atraía la chica Watson. Pero lo que le sorprendió fue cómo de repente vinieron esos sueños a por él. Había oído a criadas chismosas hablar sobre cuentos de la grandeza del amor, de cómo una mujer y un hombre podían caer profundamente en el amor a primera vista, casarse entre sí y vivir felices para siempre. Él siempre se burlaba de esas historias. Nunca le pasaría a él, pensó para sí mismo. Y allí estaba, pidiéndose explicaciones de por qué Becky estaba siempre en sus pensamientos y sueños.

Se avergonzaba y eso lo atormentaba. Pero era una noble y él era un simple pastorcito de hacienda. No tenía ninguna posibilidad en su vida.

Se preocupaba porque Camila ya estaba pasando a segundo plano en su vida. Becky no era Camila. Gimió y se dejó caer hacia atrás sobre el césped, mirando las miles de millones de estrellas que esa noche aparecían en el cielo. Estaba seguro de lo que quería. Le gustaba Camila, sí de eso no había duda y ciertamente quería acostarse con ella. Pero se preguntaba si realmente le gustaba, o si simplemente estaba jugando a la parte de que el amigo de la infancia se dejaba llevar por la belleza de su amiga. Era fácil pretender a Camila y ésta parecía estar dispuesta a actuar frente a él. De todas las mujeres que él había perseguido, nunca había sido a una amiga. En su mente, podía ver contrayendo matrimonio con Camila y sentar cabeza, pero eso iba a ser imposible porque se conocían desde mucho antes.

Austin suspiró y cerró los ojos. Becky se casaría con un hombre de su clase y que él haría lo mismo. Eso sería todo.

No muy lejos de allí, Lauren se despertó bañada en un sudor frío. Se frotó los ojos mientras se ajustaban a la oscuridad. Ella también había soñado con alguien que nunca podía ser para ella. Como si Camila hubiera salido de sueños de Austin a los de ella, Lauren aún sentía el cálido abrazo de su antigua criada tan claramente como si hubiera ocurrido hace algunos segundos. Podía oír el repique suave de la voz de Camila, a lo que susurró - te quiero - antes de morderse los labios.

Había luna y Lauren se levantó, torpemente fue buscando por toda la habitación con las manos donde estaba la puerta y una vez que la encontró, salió. Tan pronto como salió de la oscuridad de su alcoba, podía oír a su padre roncar ruidosamente en el dormitorio principal. Caminó ligeramente hacia afuera, por el pasillo; la luna brillaba en el lado opuesto a sus ventanas. Bajó las escaleras sin ningún inconveniente, pero de vez en cuando miraba hacia atrás, arremangando su camisón un poco para no tropezar al bajar. Hacía frío aquella noche, lo que provocó un verdadero contraste con el calor sofocante del día y que su cuerpo estaba cubierto de sudor y sólo sirvió para hacerla temblar cada vez que la más mínima brisa rozaba su cuerpo. Caminó hasta el jardín donde incluso las criaturas más nocturnas habían ido a la cama para hacer espacio y dejar que los grillos salieran a deleitar la noche con su canto. Tan pronto como sus pies tocaron la piedra que comenzaba el camino semicircular alrededor de la zona, se detuvo. Miró el banco castaño. Camila solía sentarse allí, siempre en el lado izquierdo como para poder resguardar cada paso que diera Lauren.

Exhaló el aire fresco, pasando enérgicamente por los asientos y aún más allá, el camino de piedra bien gastado. Vio una figura familiar acostada cerca del arroyo. Se detuvo por un momento, y una vez más se hundió en sus pensamientos. Era la clave para volver a ver a Camila. No había hecho ningún ruido, pero Austin parecía sentir que había alguien vigilándolo. Se sentó y miró hacia atrás. La vio, la reconoció pero no se molestó en hacer algún movimiento. Estaba muy cansado.

- Señorita - Reconoció educadamente - Es tarde, usted debería estar en la cama.

- Tú no eres mi padre - Lauren dijo - No tienes que decirme que hacer.

- Mis disculpas - Dijo antes de volver acostarse en el césped. Puso sus manos debajo de su cabeza. Se veía tan despreocupado tirado ahí, disfrutando de su libertad. No tenía el futuro ni la presión de su familia, ni preocuparse por presiones sociales. Él podía casarse con quien quiera, pero ella...

Lauren caminó hacia él como si estuviera en trance. Él oyó sus pasos pero no hizo ningún movimiento para mirar atrás. Sus pensamientos estaban sumidos en Becky y su mente sólo podía pensar en esa noble.

- Debe ser agradable estar libre de responsabilidades - Lauren comentó. La declaración debía sonar un tanto amargada, pero en cambio resultó algo lamentable. Austin sonrió, pero en la oscuridad Lauren no podía decir si fue más una burla o una mirada comprensiva.

- Debe ser lindo ser una persona de origen noble - respondió.

Eran las únicas dos cosas que definían de esa noche. Pensaban en las mujeres que no podían tener. Lauren pensaba en su amor por Camila, cómo era prohibido por la ley y la religión. Pensaba en cómo reaccionarían sus padres si les dijera o si se enteraran. Se preguntaba cómo respondería Camila y rezaba si algún día, perdía completamente la cabeza y le contara a Camila sobre sus sentimientos y que respuesta le daría la castaña.

Odiaba a Austin desde el primer día en que lo conoció. Pero al menos era buena compañía para el momento. No hablaba, sólo permanecía allí, perdido en su propio mundo. Se sentía menos asustada por la oscuridad y extrañamente menos sola. Adivinó que la agitación del chico era similar a la de ella, que los pensamientos de él, estaban dedicados a Becky. No podía tener a la chica de la misma manera en que ella no podía tener a Camila. Permanecieron juntos un rato antes de que Austin se levantara algo contrariado hacia el establo. Lauren se levantó poco después, viendo la encorvada figura y sintiendo lástima por él. Pero necesitaba alguna forma de contrarrestar el ataque de Becky y desafortunadamente, era la única opción disponible.

Era temprano en la mañana cuando Camila se despertó. Becky Watson dormía mucho más que su antigua ama; pero la castaña se había acostumbrado a despertar al amanecer para estar ahí cuando la necesitaran. En lugar de atender inmediatamente a su jefa, que dormía plácidamente en la habitación contigua, Camila abrió las ventanas para dejar entrar un poco de aire fresco antes de que se pusiera muy caliente el día. Inhaló la brisa húmeda y se sentó en la ventana, mirando hacia fuera. Habían pasado varios días y no había vuelto a ver más a Austin ni a Lauren y se preguntaba si algo había sucedido con alguno de ellos, pero se hubiese enterado ya si algo le hubiera pasado a Lauren.

Solo nombrar y pensar en su ex-ama, le hacía temblar el alma. Su mente voló inmediatamente a su último encuentro y cómo los ojos de Lauren la taladraban cuando bailaron sin ningún tipo de música.

Negó con la cabeza y los pensamientos se esfumaron. Los recuerdos de Lauren eran tan intensos que sentida ruborizarse. No era normal pensar mucho sobre una ex ama. En cambio decidió concentrarse en otra cosa. Pensó en Austin y se sintió un poco mejor. Su cuerpo y su mente se calmaron y se sintió cómoda una vez más.
Al momento en que Becky se despertó, ya era hora para asistir a sus clases. Su madre irrumpió en su habitación, quitándole las sábanas bruscamente. La chica se sentó sobre la cama, soñolienta y Camila esperó hasta que la Marquesa Watson dejara de gritar y saliera de la habitación antes de abrir la puerta. Becky se sentó en el borde de la cama, severamente. Camila se trasladó a su vestidor y lo abrió.

- ¿Qué va a llevar hoy, señorita? - preguntó.

- No importa que llevaré, fuera de mi camino - Becky dijo antes de empujarla a un lado. Camila suspiró. Becky no era remotamente similar a Lauren. Generalmente se vestía ella misma, con las excepciones de cintas o corsés. Pero Becky mantenía una distancia de todo el mundo, incluyendo a su sirviente personal. Camila observaba como la chica terminaba de vestirse y solo se movió para terminar de atarla al final.

- Estaré fuera todo el día - Dijo secamente - Mi padre va a llevarme a una de sus aventuras políticas. El hombre con que está reunido tiene un hijo y sin duda mi padre desea que desfile delante de él para ganar algún favor político.

- Sí, señorita - Camila dijo.

- Le permito visitar a su familia si así lo desea. regresaremos más tarde por la noche - Camila tiró suavemente del corsé y asegurarse que estaba bien puesto.

Cuando terminó, Becky enérgicamente se alejó. Camila estaba sola en la habitación. Sería un buen momento para visitar a su familia. Esperó en su habitación hasta que oyó el carruaje de caballos desaparecer en la distancia. Reunió sus cosas y se preparó para salir. Así cuando terminó de meter su monedero confortablemente lleno para darle dinero a su familia, otra de las sirvientas llamó a la puerta.

- Perdona mi intromisión - Dijo - Pero hay alguien que desea verla - Camila se puso de pie.

¿Por qué vendría Austin y entraría por la puerta principal? Ciertamente no tenía idea si la familia Watson completa estaba fuera de la casa o no.

- Déjalo entrar - Dijo y la sirvienta se movió dejando al descubierto la figura que estaba detrás de ella.
Al instante, Camila dejó caer su bolsito y jadeó por la sorpresa.

- Katia!! - Abrazando fuertemente a su vieja amiga mientras la dejaban sola con ésta - Dios mío, pero si ha sido mucho tiempo! ¿Qué haces aquí? - Ambas se separaron y Katia volvió a mirarla.

- ¿Qué estoy haciendo aquí yo? ¿más bien Qué haces tú aquí? - Ella exigió - ¿Tienes alguna idea de lo que es despertar una mañana y que una de tus amigas más cercanas haya desaparecido? ¡ No dijiste siquiera adiós! - Camila se sintió culpable por eso.

Uno de sus mayores pesares de esa noche, fue no decirle adiós a la mujer que había sido su compañera desde que ella llegó a la mansión Jauregui.

- Lo siento por eso - Se disculpó - Pero todo paso tan temprano en la mañana y no quería despertarte...

- ¡ Me valen tus excusas! - la mujer exclamó - Detendría hasta mi parto para despedirme de ti! - Camila se rió mientras imaginaba a Katia diciéndole a su hijo que se esperara mientras se despedía de ella - Pero debes explicarme lo que ocurrió ese día. Sólo he escuchado rumores y sé que no son del todo ciertos - Camila guardó su cartera. La visita a su familia podía esperar un día más, especialmente porque Katia había hecho un largo viaje solo para verla. Las dos se sentaron en la sala rápidamente mientras le contaba a Katia la historia de cómo Lauren y ella, fueron a rescatar a su hermana menor.
Katia escuchaba atentamente y su boca se abría ligeramente, cuando Camila llegó a la parte donde Lauren amenazó al Conde con su propia espada.

- Dios Mío...- Katia respiraba – Esto es mucho más emocionante que los rumores que he escuchado - Camila arcó una ceja, tenía curiosidad en saber exactamente cuál era el cotilleo, pero supuso que era mejor dejarlo en paz - Siempre pensé que Lauren era una noble auto centrada, al igual que el resto de ellos pero esto... esto cambia toda mi visión acerca de ella!

- Lauren es más amable de lo que nadie cree! - Camila repuso con brusquedad interrumpiendo a Katia. Se sonrojó por su propia reacción y se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja torpemente - Lo que quiero decir es...

- Yo creo, y no me mal interpretes - Katia dijo, poniendo sus manos delante de ella como en defensa –Pero es muy difícil para mí, imaginarla como alguien cálida y cariñosa y dispuesta a arriesgar su propia vida por alguien más

- Camila abrió la boca para explicar cómo, pero la cerró cuando no encontraba las palabras para hacerlo.

Lauren en realidad era alguien noble. No sabía cómo explicarle a Katia, pero sólo ella sabía lo que había en el fondo de su corazón. La mujer sintió como su amiga estaba incómoda y rápidamente cambió de tema.

- ¿No vas a preguntar cómo descubrí dónde estabas? - Preguntó descaradamente. Camila salió de sus cavilaciones.

- ¿Cómo? - Preguntó la castaña aunque sospechaba la respuesta.

- Sabes que me enteré a través de Austin. Le oí hablar con Boris, como ya sabes, él le gritaba otra vez.

Lo escuché gritar cuando decía: "vas a ver otra vez a esa joven sirvienta Castaña".

Sabía que era así y me enfrenté a Austin, Boris dejó de patearle la cara al momento. Me dijo dónde estabas después de "todo" - Katia sonrió maliciosamente - Dicen que te ha estado visitando bastante - Camila se ruborizó.

- Bueno, sí...

- Si hubiera sabido que te gustaba, nunca me hubiera metido con el... ¿Qué estoy diciendo? Sólo quería hacerte saber que yo nunca...

- Entiendo - Camila la tranquilizó, colocando su mano encima de la Señora - A decir verdad, no estoy segura de mi misma – dijo y Katia la miró, desconcertada.

- ¿Qué quieres decir ? pregunto

- Simplemente no estoy segura de mis sentimientos - Camila admitió - Me gusta mucho... pero...

- No es amor - Katia terminó a sabiendas que aquella respuesta sería más que un disparo en la cabeza de Camila, causando una sonrisa en la señora con simpatía. Ella acarició la rodilla de la Castaña.

- Querida, eres muy joven. Apenas has experimentado y tienes toda la vida para aprender. Si no es con él, entonces simplemente no está destinado para ti.

- Pero, ¿cómo? - Camila preguntó - Austin... siempre trae una sonrisa a mi cara. Me siento feliz con él. Es uno de mis mejores amigos.

- Los amigos no se hacen amantes - Katia dijo. Camila la miró fijamente, como si fuese la revelación más grande que hubiera escuchado. Katia sonrió y tomó de la mano a Camila.

- ¿Cómo dices? - Camila preguntó.

- Cuando estás con esa persona, simplemente no soportas tú misma estar tan lejos. Cuando te mira, es como si te arrancara el alma. Y cuando están lejos, todo lo que puedes hacer es pensar en él y hasta soñarle - La señora dijo con una mirada elevada en los ojos.

Camila pensó que ciertamente eso no era lo que sentía con Austin en absoluto. Tal vez Katia estaba equivocada. Tenía que ser.

- Creo que se equivoca – Camila rió ligeramente - Si eso fuera cierto, entonces estaría locamente enamorada... - Su voz se aguantó el nombre y el mundo dejó de girar a su alrededor. LAUREN.

Ella terminó su condena con el pensamiento. Su mano cayó inútilmente a su lado y se quedó fuera en el espacio. Abrió su boca en estado de shock y se sentía como si cada célula de su cuerpo se hubiese entumecido. Katia comenzó a llamarla por su nombre, pero Camila no la escuchaba. Imágenes de Lauren inundaron nuevamente su cabeza, pero éstas eran todas ensartadas por una sola palabra; AMOR.

- Es imposible. No, eso no puede ser - Camila susurró.

- ¿Camila, que es lo que es imposible, estás bien? Es el calor que está demasiado fuerte? - Katia preguntó preocupada.

- No!!!!!... no...No puedo estar... - Camila decía una y otra vez.

Katia le tocó la frente y el contacto físico trajo a Camila devuelta a la realidad. Miró a la señora con ojos asustados.

- Camila, ¿qué pasó?

- No es nada - Camila respondió pero su voz era quebrada y podía sentir como las lágrimas se amontonaban en sus ojos. Es.. Estoy enamorada de Lauren...Ella nunca había sido capaz de analizar las sensaciones que había experimentado. Nunca sabía lo que eran. Pero ahora ella entendía. Esa sensación incómoda llegó cuando Lauren le sonreía y el hecho de que no entendía todo lo que la ojiverde había hecho por ella. Estaba enamorada de Lauren Jauregui, su ex- Ama.

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