Woman (h.s)

De oceanharryx

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Colección de historias cortas y one shots de Harry Styles. (+18) Mais

woman
{chocolate}
{Sex shop}
{From the dinning table}
{Realeza demandante}
{Sex Bomb}

{Juegos}

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De oceanharryx




Mi jefe ha estado coqueteando conmigo, lo ha hecho en el plan indirecto con la intención de no arriesgar su reputación. No ha sido un coqueteo sexual e imprudente, me ha regalado anónimamente bombones para después preguntarme si me ha gustado y la otra vez una flor mientras trabajamos. Es incómodo y he tratado de rechazarlo de la manera más educada posible porque no es mutuo y por varias razones:

1- Es mi jefe y me niego a arruinar mi credibilidad laboral.
2-Es más de diez años mayor que yo.
3-Realmente me gusta mucho alguien más.

El tercer punto es el más importante, me muero por los huesos de otro hombre. Su nombre es Harry Styles, él es un socio de la compañía, su posición es de gerente de ventas, y tiene cierta relación amistosa con mi jefe.

Deben pensar que soy hipócrita por relacionarme con Harry cuando claramente también hay cierta conexión laboral pero realmente traté de resistirme, siempre pensé que era guapo pero jamás iba a dar el primer paso yo. Él tomó la iniciativa y en ningún momento se me pasó por la mente que yo podría ser de su gusto. Traté de alejarme pero es como un imán para mí y mis intentos de lucha fueron en vanos. Con él es completamente distinto, nunca me he sentido de esta manera con un hombre antes, es una sensación totalmente inexplicable. Su presencia nunca pasa desapercibida, tiene un rostro potente, facciones talladas por los dioses y está bien trabajando físicamente. Como resumen: Es atractivo por donde se le mire.

Él me saca completamente de órbita, su picardía, su sonrisa coqueta, sus dulces hoyuelos que lo hacen ver tan joven, la manera en qué me toca, lo mucho que me hace sentir deseada y lo poderoso que es Harry en el sexo. Me ha situado en un terreno parcialmente nuevo para mí, explorando con parejas antiguas sabía que me gustaba un lado más carnal, pervertido y oscuro del sexo. La mejor coincidencia y el bonus picante fue que Harry también estuviera interesado en lo mismo que yo y mucho más.

—Sierra ¿estás escuchando?

La voz de un hombre destapa mis oídos, subo la vista y mi jefe está con las manos sobre la mesa inclinándose hacia mí. No llega a estar tan cercano pero es una posición incómoda principalmente si estamos en medio de una reunión. Me vuelvo hacia los demás asistentes, mis nervios floreciendo y acrecentándose en mí ante la inesperada atención.

Me detengo al intercambiar miradas con Harry, está cómodamente apoyado en el respaldo de su asiento, con una expresión inescrutable, su dedo jugueteando su labio inferior y sus ojos jades casi perdiendo el color porque tiene las pupilas dilatadas más de lo normal. No parece muy complacido y me pregunto si será por el negocio.

— ¿Estás bien Sierra?

Trago saliva audiblemente, devuelvo la vista a mi jefe y asiento con la cabeza.

— Sí jefe, disculpe... ¿Qué decía?

Mi jefe relata otra vez lo que no escuché, como su secretaria personal atiendo con él a todas sus reuniones, tomando nota de lo importante y encargada de la programación de toda su vida laboral. Aparte soy traductora, he aprendido Mandarín por lo que soy fundamental para las reuniones internacionales con los orientales.

Anoto todo lo que me dice en la laptop frente a mí. Trato de no soñar despierta y me mantengo lo más ligada posible en la reunión.

Mi jefe se acerca susurrando bien cerca de mí pidiendo una copia de unos informes urgentes. ¡Qué incómodo! Me aparto rápidamente y me retiro del salón para obedecer su petición. Busco el archivo en su escritorio y los fotocopio. Regreso minutos después con los documentos y empiezo a entregarlos.

Styles está sentado en el extremo de la mesa. Me sitúo a su lado dejando el documento y ahogo un grito al sentir su gran mano acariciar mi pierna por debajo de la mesa. No lo miro, sigo avanzando para seguir repartiendo, agradezco al cielo que ninguno se ha percatado del atrevimiento de Harry sino estaríamos en muchos problemas.

— Gracias Sierra, eres un cielo— dice mi jefe, en un tono bajo pero suficiente para que alguien más pueda escucharlo.

No sonrío, asiento con la cabeza y vuelvo a tomar asiento.

El resto de la reunión transcurre con normalidad, los ejecutivos toman un receso y deciden ir por café. Voy a mi puesto de trabajo para preparar los papeles necesarios para la segunda parte de la reunión. Me bebo mi café mientras estoy fotocopiando papeles y acomodándolos en las carpetas de la empresa.

Voy a la pequeña cocina que está en la puerta tras mi escritorio y cojo del refrigerador las rosquillas que encargó mi superior para la reunión. Dejo los dulces sobre una vajilla elegante y sitúo todo lo más ordenado posible sobre la mesa. Me devuelvo a la sala fotocopiadora para recoger los papeles restantes, una vez todo organizado en las carpetas correspondientes me devuelvo a la sala de reunión. Esta vez me pillo con una sorpresa, la sala no está vacía, Harry ya está acomodado en su asiento y de espaldas a mí. Reviso el reloj de muñeca y todavía queda diez minutos para el reinicio de la reunión.

—Cierra la puerta Sierra—ordena él, su voz ronca y su tono lento como a mí me gustan.

Obedezco, cierro la puerta y me acerco a la mesa, en el extremo contrario, para empezar a repartir carpetas en cada asiento. Cruzo miradas con él mientras hago mi tarea, me mira impasible con el índice jalando de su labio inferior.

— ¿Por qué estás tan serio? ¿Los números no han estado buenos hoy Harry?

—No tan buenos como esperaba.

Cuando me toca dejar la carpeta en su puesto su mano atrapa mi muñeca aclamando mi atención.

— ¿Por qué no me das un beso preciosa? —Pide esbozando un ligero puchero.

Obedeciendo con ansias presiono mis labios sobre los suyos, nuestras lenguas se masajean y sus labios trabajan en mí de una manera que me quita el aliento. Mis dedos acarician su cuero cabelludo y sus manos vagan por mis muslos, subiendo con descaro terminando con sus dedos agarrándose a mi trasero.

Se separa de mí dejándome con deseos de más, mi boca cosquilleando y mi respiración acelerada. Me arregla la falda y planta un beso en mi entrepierna por encima de la tela.

—Deberías seguir trabajando Sierra, la reunión ya va a empezar—indica tranquilo antes de darme un azote.

Suelto un chillido ante su atrevido movimiento pero decido seguir trabajando.

— ¿Sigue en pie nuestra reunión privada de hoy?

—Claro que sí Harry—asiento con la cabeza ansiosa y él sonríe complacido.

"Reunión privada" en su lenguaje significa ir a su apartamento para follar. Nuestra relación es estrictamente sexual pero el gran problema es que ahora estoy desarrollando sentimientos por él y me regaño a mí misma porque no quiero arruinar lo que tenemos debido a mi empedernido y estúpido lado romántico.

Los ejecutivos ingresan minutos después y se retoma la reunión, la hora y media que dura pasa velozmente y me ocupo de tomar notas tecleando lo más rápido posible. Cuando se ha acabado mis dedos están entumecidos.

Me despido educadamente de todos, Harry estrecha manos conmigo más largo de lo necesario y con una mirada de expectación por lo que nos depara la tarde. Le sonrío abiertamente antes de volver a mi puesto de trabajo. Michael, un compañero, se acerca enseguida para hablarme y comparte conmigo una caja de bombones que ha traído. Su gesto me parece muy amable. Nos devoramos los dulces mientras yo ordeno unos documentos y me pillo con la mirada de Harry cuando sale de la oficina del jefe, sus ojos viajan hasta Michael y su boca se tuerce en una mueca de disgusto. No vuelve a mirarme y se marcha rápidamente junto a los otros socios.

*

Las puertas del ascensor se abren revelando el piso 20. Mis tacones hacen eco en el tranquilo pasillo mientras hago mi camino, me detengo frente a la puerta del apartamento '2008' y toco el timbre. Respiro profundamente cuando escucho el clic del seguro y luego la puerta se abre.

Mi corazón se golpea contra mi esternón ante la visión del hombre frente a mí, sus facciones perfectas descansan en una expresión relajada. Ojos esmeraldas gatunos me miran y un suspiro se libera de sus labios carnosos.

—Hola Harry—sonrío.

—Hola preciosa.

Su mano encuentra la mía, tira de mí hacia adentro y cierra la puerta. Sus dedos se enredan en mi melena y sus labios se estrellan contra los míos. Me hace retroceder hasta chocar contra la puerta.

—Estoy tan contento que estés aquí —confiesa pasando su lengua por mi labio y me tiemblan las piernas en respuesta ante su confesión.

Su beso apasionado me quita el aliento pero le respondo con el mismo fervor. Este hombre es la personificación de la masculinidad y sensualidad y me gusta el hecho de que es bruto conmigo.

Nos separamos con los pulmones agitados, nuestras respiraciones son el único sonido en la habitación.

Él se echa hacia atrás pasando la lengua por los labios y presionando las cejas debido al ceño fruncido.

—Estoy molesto contigo, creo que mereces un buen polvo que te deje sin sentido.

Su promesa dispara una corriente eléctrica que termina en mi entrepierna.

— ¿Por qué estás molesto conmigo?

Eleva ambas cejas en sorpresa y una sonrisa a medias aparece en sus labios mientras niega con la cabeza.

—Deberías saberlo preciosa.

Ladeo la cabeza, mi cerebro sin ideas ni posibles teorías de la razón de su irritación. Me preocupa, nunca se ha molestado por algo y ahora que lo hace no tengo idea el por qué. Estoy por preguntarle para tratar de conseguir más información pero él habla primero:

— ¿Estás coqueteando con tu compañero?

— ¡Ja! ¿Qué? ¿Michael? —Ahogo una risita porque su semblante es serio y amenazador—. ¿Estás celoso Harry?

Piensa en la respuesta por unos segundos, con la punta de la lengua en el labio superior en señal de concentración. Cuando regresa sus ojos hacia mí asiente con la cabeza.

—Sí, lo estoy. Mucho.

¡Vaya! Esta debe ser la primera vez que esta celoso porque nunca me había dicho esto antes.

—Podemos hablar de eso después ahora mismo te quiero desnuda en mi cama, realmente te deseo Sierra—dice él mirándome directamente a los ojos.

Bajo la vista cuando veo su mano acomodar su entrepierna, su erección ya es notable a pesar de la ropa.

—Vale, será un placer Harry...

Me toma de la mano para guiarme a su habitación, a mitad de camino sus labios húmedos ya están sobre los míos, mis zapatos, mi bolso y mi chaqueta son despojados en pleno pasillo.

Mis piernas chocan contra el borde de la cama, él separa sus labios de los míos y sus dedos ansiosos llegan al escote de mi camisa antes de tirar y abrirla, los botones se quejan al caer en el suelo. Debería molestarme porque es ropa de trabajo pero ahora me importa un bledo.

— ¿Ansioso?

—Siempre.

Nos deshacemos de la ropa, las prendas se acumulan en el suelo y pronto solo quedamos de ropa inferior.

—Joder, eres preciosa—gruñe cuando mi sujetador desaparece—. Tengo una sorpresa para ti. Súbete a la cama y quédate de rodillas, desnuda Sierra.

Asiento con la cabeza ansiosa y obedezco. La expectación por lo que puede suceder empieza a humedecer mi zona que está pulsando a la espera de más.

Harry desaparece por unos instantes dentro de su amplio armario. Regresa hacia mí sujetando un objeto que me resulta familiar y a la vez desconocido.

—He comprado está pinza para pezones y clítoris, quiero que lo usemos preciosa.

Mis ojos caen sobre las pinzas, es de color celeste, contiene tres cadenas unidas por un anillo principal, son una combinación, veo las cadenas con las pinzas para pezones y estas desembocan en una sola cadena larga que termina en una pinza oscura para la parte inferior. Hasta ahora con Harry solo hemos utilizado la de pezones pero una para el clítoris resulta extremadamente tentador y estoy seguro que será placentero. Tengo que apretar las piernas en busca de cierta fricción y Harry sonríe ante mi reacción inclinándose para besarme con pasión.

—Sí Harry, puedes hacer lo que quieras conmigo —murmuro en su boca y él gruñe satisfecho en respuesta.

Sus manos me masajean los pechos, que se vuelven pesados ante su caricia y se endurecen sólo para él. Se aparta de mis labios y yo lo miro excitada. Ahogo un gemido cuando las pinzas me pinchan los dos pezones, endureciéndolos todavía más en respuesta.

— ¿Está muy apretado? ¿Quieres que lo suelte un poco preciosa?

Siento que la piel de mis pechos está pulsando mientras se adapta, las pinzas enviando olas de dolor pero más placer a través de mí. Niego con la cabeza.

—Te pondré la última cuando follemos ¿sí?

Asiento con la cabeza. Harry acerca su boca a la mía una vez más y le correspondo con fervor. Su mano aprieta uno de mis pechos de manera posesiva antes de propinar una suave bofetada, la vibración de la pinza por su acción me hace liberar un gemido en su boca.

— ¿Te gusta?—Inquiere, ahora me amasa ambos pechos. Muerdo fuerte su labio inferior en respuesta y él maldice.

Styles se echa hacia atrás enderezándose. Su mano vuela a su entrepierna para acomodarla, me fijo que un montículo prominente ya está completamente formado y su excitación es la mía.

—Creo que todavía queda un trabajo por hacer —dice él con una sonrisa coqueta.

Ansiosa por más obedezco su implícita petición. Me acerco hacia él permaneciendo en mis rodillas, mis manos tiran su calzoncillo más abajo de sus rodillas y cuando elevo el rostro su miembro queda a la altura de mi barbilla.

Mis labios succionan la punta y decido usar mi lengua para expandir humedad a través de su longitud. Mantengo el contacto visual mientras saboreo su virilidad y mi excitación se eleva al presenciar cómo su respiración se acelera, su rostro adaptando una expresión lujuriosa: Labios entreabiertos, pupilas dilatas, ceño levemente fruncido y una característica vena en su cuello. Harry emite palabras dándome aliento para que yo prosiga.

Lo tomo completamente en mi boca después de mucho jugueteo y uso una mano para bombear, esta combinación es la que le gusta y pronto tengo sus dedos tirando fuertemente de mi cabello mientras me guía en el vaivén de mi boca. Aterciopelado, suave y caliente dentro de mí, me encanta poder proporcionarle este placer a Harry y me gusta verlo disfrutar.

—Joder, eres...eres tan buena—un gemido profundo se escapa de su garganta—. Mi chica es tan increíble.

Me detengo por unos segundos ante sus palabras, nunca antes me había etiquetado como su chica, posiblemente debe ser por la lujuria y el sexo genial que tenemos pero esto es lo que quiero ser: Su chica.

Me saca de mis pensamientos cuando jala suavemente de las pinzas, la tensión crea un tirón placentero y suelto un gemido antes de tomarlo en mi boca con más ímpetu.

— ¡Mierda! Sierra para—ordena minutos después, jalándome hacia atrás desde el cabello.

Obedezco, echándome hacia atrás, mi cuerpo descansando sobre el colchón y dispuesto hacia él. Harry trepa hacia la cama y posa los labios sobre mi tobillo, reparte besos hasta que llega al punto ente mis muslos.

Dejo la cabeza caer sobre la almohada mientras su lengua trabaja en mí y suelto un fuerte gemido cuando su pulgar comienza a estimular mi dulce montículo.

—Oh Dios mío—exclamo con los dedos jalando su cabello.

—Preciosa, estás tan mojada, me encanta— dice Harry contra mi sensibilidad, la vibración de su voz expandiéndose desde mi entrepierna por todo mi cuerpo—. ¿Estás lista? Esto será placentero.

Apoyo mi peso con los codos sobre el colchón, nos miramos y yo asiento con la cabeza, ansiosa, jadeando y excitada.

Él agarra la cadena restante acercándola a mi entrepierna, contengo la respiración cuando siento la pinza sujetarse a mi zona más sensible. No es fuerte ni doloroso, pero se nota la constante presión y se siente increíble. Me dejo caer una vez más sobre el colchón liberando un sonido de satisfacción.

—Maldición Harry, me vuelves completamente loca, tus juegos...oh Dios mío, me hacen sentir tan bien...—confieso cerrando los ojos con fuerza.

El colchón se hunde a mis costados, me coge las muñecas entre sus manos y siento su erección palpitante sobre mi estómago. Abro los ojos para encontrar su perfecto rostro a centímetros del mío. Me toma de la barbilla para aprisionar mi boca, compartimos un beso necesitado y apasionado.

Siento una combustión expandirse en toda mi pelvis y por todo mi cuerpo. Este hombre me puede llevar a niveles de placer que no creía posible.

—Dios, eres exquisita—murmura repartiendo besos por mi cuello—. Yo te deseo Sierra, sólo a ti—admite, su rostro volviendo a aparecer en mi línea de visión.

Sus palabras provocan escalofríos por mi piel y no pensé que fuera posible pero deseo este hombre en carne y hueso mucho más de lo imaginable.

—Necesito que me folles, como te plazca Harry, por favor—pido en un jadeo.

Mis palabras son su perdición, cierra los ojos momentáneamente y cuando vuelve a abrirlos veo el hambre y el deseo inundando sus pupilas.

Me da la vuelta dejándome sobre mi estómago, doy un respingo y me acomodo en mi posición cuando me propina un duro azote. Mis dedos se hunden en el colchón al sentir el segundo azote, sólido y sin piedad. El temblor con cada movimiento tira de las pinzas y empieza a nublar mi mente.

—Tus deseos son ordenes Sierra.

Ambos soltamos un gemido cuando se une a mí, ingresando totalmente y sin delicadeza. Me aferro todavía más fuerte al colchón mientras me embiste, sus movimientos implacables y duros. Lo único que escucho son nuestras respiraciones y el sonido de nuestras pieles al chocar.

El vaivén agresivo sigue tirando de las pinzas, creando catástrofes en mí y empiezo a perder la razón. Harry agarra mi cabello en un puño, tirándome hacia atrás a medida que se cierne sobre mí, su pecho rozando mi espalda y su respiración cosquilleando mi cuello.

Mis paredes lo aprietan y su miembro se endurece todavía más. Lo recibo gustosa y me llena completamente. Él es tan implacable, me quita el aliento y me deshago con cada dura y deliciosa embestida. Su gemido ronco y rasposo es música para mis oídos y presiento que está cerca al igual que yo.

—Voy a correrme preciosa—gruñe dejando un mordisco suave en mi hombro—. Estoy tan cerca, te sientes increíble.

Murmuro un 'yo también' y Harry acelera sus embestidas, tan incesantes y fuertes que me ponen en órbita. Mi cuerpo comienza a flotar y mis nudillos se vuelven blancos mientras mis uñas se entierran en las sabanas.

Suelto un grito cuando me azota, este tercero y último me lanza al precipicio liberando mi orgasmo. Tiemblo bajo de él mientras sigue, tres implacables embestidas más por parte de Harry también lo llevan a su libertad, su orgasmo potente mientras gime mi nombre y muerde mi hombro. Dispara su contenido en mi interior mezclándose con lo mío.

—Jo-der—gruñe él con sus labios en mi omoplato.

No quiero apartarme pero no tengo fuerzas, me dejo caer sobre la cama boca arriba. Styles todavía sobre mí me mira por unos segundos, se echa el cabello hacia atrás y limpia el sudor de su frente. Suelto un gemido cuando Harry retira con delicadeza las pinzas, mis zonas afectadas pulsan en protesta y en alivio y vuelven a recibir circulación.

Este precioso hombre se deja caer a mi lado, con el pecho agitado como el mío. Su brazo fuerte envuelve mi cintura y apoya su mejilla en mi hombro. Permanecemos en silencio, nuestros cuerpos relajados por la increíble sensación post-orgasmo. Lentamente vamos recobrando el sentido y suspiro en satisfacción al sentir sus labios viajar por mi hombro, cuello hasta aterrizar en mi boca. Ahueco mis manos en sus mejillas para perdurar el momento, nuestras lenguas bailando lentamente como en veneración y agradecimiento.

—Sí, estoy celoso—murmura contra mi boca.

Me echo hacia atrás para mirarle la cara, ojos verdes brillantes, mechones pegados en su frente sudada y sus labios están húmedos, es una vista memorable.

— Tu jefe te está coqueteando Sierra, no me gusta, lo detesto para ser honesto—comenta en un gruñido.

—Lo he rechazado, no me interesa.

—No veo que tu rechazo lo afecte, te miraba descaradamente, me tomo bastante autocontrol no levantarme y volarle la cara con la carpeta.

— ¡Harry!

— ¿Quieres que hable con él?

—No, yo lo arreglaré, de verdad—respondo con tono apaciguador. Acaricio sus pectorales y le planto un corto beso.

—Hazlo, sino se comporta lo haré yo, lo juro. Eres mi chica Sierra, que quede claro—confiesa, dándome un azote en el cachete derecho. Doy un respingo pegando mi cuerpo al suyo.

— ¿Soy tu chica? —Inquiero con una sonrisa, evito demostrar la emoción que me causa sus palabras, por dentro estoy lanzando confeti.

—Sí, mi chica—admite con decisión—. Como tu compañerito tonto ese te trajo chocolate yo también te compré una caja de bombones.

— ¡Harry! ¡No era necesario! —le doy un empujón juguetón en el hombro.

—Sí, lo era.

Rebosante de felicidad y emoción por su inesperada declaración acerco mi boca a la suya y trepo encima suyo, moviendo las caderas en un vaivén contra su miembro semi-duro.

— ¿Quieres la revancha? —Inquiere en mi boca. Suelto un chillido al sentir otro fuerte azote, la piel me cosquillea con intensidad.

—Sí, quiero jugar contigo.

Harry cierra sus ojos momentáneamente saboreando mi permiso, noto la profunda respiración por la elevación de su pecho. Cuando abre sus ojos veo la decisión y el hambre en sus pupilas dilatadas.

—Bien. Date la vuelta, quiero saborearte mientras tú me saboreas a mí.

Un escalofrío excitante me recorre toda la columna vertebral, este hombre me pone al cien en cuestión de segundos. Me gusta esa posición, estoy lista para más.

—Tus deseos son ordenes Harry.



*

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Gracias hasta ahora por la buena recepción que han tenido los one-shots, trabajamos para usted jajaja.

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