No es mi vida, es solo una mi...

By Nhela_

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Primera y segunda temporada! Esta novela NO esta permitida adaptarla. :D Todos los derechos de autor a su esc... More

No es mi vida, es solo una misión más
C & S
ⅫⅠ
ⅩⅠⅤ
ⅩⅤ
ⅩⅤⅠ
ⅩⅤⅠⅠ
ⅩⅤⅢ
ⅪⅩ
ⅩⅩ
ⅩⅩⅠ
ⅩⅩⅠⅠ
ⅩⅩⅠⅠⅠ
ⅩⅩⅠⅤ
ⅩⅩⅤ
ⅩⅩⅤⅠ
ⅩⅩⅤⅠⅠ
ⅩⅩⅤⅢ
ⅩⅩⅠⅩ
ⅩⅩⅩ
ⅩⅩⅩⅠ
ⅩⅩⅩⅠⅠ
ⅩⅩⅩⅢ
ⅩⅩⅩⅣ
ⅩⅩⅩⅤ
ⅩⅩⅩⅤⅠ
ⅩⅩⅩⅤⅠⅠ
ⅩⅩⅩⅤⅠⅠⅠ
ⅩⅩⅩⅠⅩ
ⅩL
ⅩLⅠ
ⅩLⅠⅠ
ⅩLⅢ
ⅩLⅠⅤ
ⅩLⅤ
ⅩLⅤⅠ
ⅩLⅤⅠⅠ
ⅩLⅤⅠⅠⅠ
ⅩLⅠⅩ
(2° temporada)
Ⅰ (2° temporada)
ⅠⅠ (2° temporada)
Ⅲ (2° temporada)
Ⅳ (2° temporada)
Ⅴ (2° temporada)
ⅤⅠ (2° temporada)
Ⅶ (2° temporada)
Ⅸ (2° temporada)
Ⅹ (2° temporada)
ⅩⅠ (2° temporada)
ⅩⅠⅠ (2° temporada)
ⅫⅠ (2° temporada)
ⅩⅣ (2° temporada)
ⅩⅤ (2° temporada)
ⅩⅤⅠ (2° temporada)
ⅩⅤⅠⅠ (2° temporada)
ⅩⅤⅠⅠⅠ (2° temporada)
ⅪⅩ (2° temporada)
ⅩⅩ (2° temporada)
ⅩⅩⅠ (2° temporada)
ⅩⅩⅠⅠ (2° temporada) FIN
Epílogo

Ⅷ (2° temporada)

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By Nhela_

●●●

— ¿Qué es esto? —repitió. — ¿Entraste en una residencia privada? —me escruto con la mirada. Mis piernas temblaban, mis manos sudaban en frío, mi corazón galopaba, nunca había estado tan asustada. —Esperaba que no tuvieran razón —se dijo a sí mismo.

Salió de mi habitación a paso rápido y corrió al primer piso.

Con manos temblorosas tome el pendrive y busque, con la mirada, un lugar seguro para guardarlo. Lo puse debajo de mi cama, en un intento estúpido de arreglar lo que había provocado. Mi curiosidad y mi estupidez me habían llevado al fondo de un gran hoyo.

No confiaba en nadie, excepto en Tyler, solo en él, pero a veces me preguntaba si en el también se podía confiar.

No sé de que es capaz Jared, desde saber la verdad sobre la A.S.I. me he preguntado: ¿De qué tipo de personas estoy rodeada?

No se llevo los papeles, pero de seguro vendrá después por ellos.

De pronto deje se sentir mis piernas y mis brazos. Mi cabeza palpitaba como si tuviera a mi corazón ahí dentro. Y en mi cuello tenía una leve molestia.

Toque mi cuello con una mano y lo sentí. Una estructura delgada, larga y pequeña. Mis ojos pesaban demasiado. Estaba casi segura de que eso era un dardo tranquilizante, si bien nunca había recibido uno, podía apostar que lo que estaba sintiendo era como me había dicho que son sus efectos. Me di la vuelta pero mis fuerzas no eran suficientes y caí el suelo.

Lo último que mis ojos vieron antes de cerrase por completo, fueron un par de botas negras.

Mi despertador sonó estruendosamente. Con una mano, a ciegas, intente apagarlo hasta lograrlo.

De pronto recordé todo lo que paso la noche anterior. Me levante de donde sea que estaba acostada y me puse en posición de defensa asustada del lugar donde podría encontrarme. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, vi que solo estaba en mi habitación.

Estaba tal cual antes de haber salido a la mansión Lewis.

Mi mochila con las cosas del instituto en el suelo, mi notebook con la ventana de reproducción de música abierta sobre el escritorio, donde también estaban algunos papeles. No había señales de los papeles o del equipo o de la mochila negra como tampoco de mi ropa. Llevaba mi casual pijama.

Extrañada baje las escaleras lentamente, se escuchaban ruidos en la cocina.

¿Cómo es que las cosas no estaban? No pudieron desaparecer. Tenía que llamar a Tyler, sacarle información de lo que había pasado en su casa la noche anterior.

Apoye mi espalda en la pared en diagonal a la cocina, mi pecho bajaba y subía rápido. Incline la cabeza hacia adelante para intentar ver quien estaba ahí.

— ¿Alexa? —dijo la voz de Jared. —Despertó —le dijo a alguien.

Con algo de miedo, di un paso hacia la cocina para encontrarme con una escena nada tranquilizadora.

Jared cocinaba huevos mientras Lauren, sentada en la mesa frente a él, me miraba sonriendo. ¿Hace cuanto tiempo estaba Lauren, a solas, con Jared?

—Hola —me dijo sonriente Lauren.

— ¿Hace cuanto que estas aquí? —dije con miedo mirando a Jared.

— ¿Diez minutos? —Lauren miro a Jared y este asintió afirmando su suposición.

—Ven —tome el brazo de Lauren y la arrastre por las escaleras hasta mi habitación.

— ¡Te dejare el desayuno aquí! —me grito Jared desde abajo, ignore su comentario. Iba a tener que votar un par de huevos.

Cerré la puerta de mi habitación con seguro.

— ¿Qué pasa? —dijo entre risas Lauren.

—Na-nada —la mire. —Siéntate mientras yo me ducho.

—Está bien, pero apresúrate, mi hermano tenía cosas que hacer y me pidió que viniera por ti, pero ya vamos tarde.

Asentí y entre al baño. Me di una ducha rápida, tratando de recordar lo que había pasado la noche anterior. Mis recuerdos estaban algo borrosos en algunas partes. Al parecer Jared se había llevado todas las cosas que logre sacar de la caja fuerte. Es oficial, no se podía confiar en él. No estaba segura quienes eran mis amigos y quienes mis enemigos.

Hasta ahora Jared estaba calificado como un enemigo.

Tyler era mi novio, pero ¿era mi amigo? ¿Puedo confiar en un agente de la S.I.S.?

Obviamente Lauren era mi amiga, ella no tenía idea de nada, por eso mismo no podía meterla en mis problemas.

¿Era Nathan mi amigo? El chico que me advirtió de todo, pero que luego la A.S.I. arrastro hacia un lugar que desconocía. Suponiendo que alguna vez fue mi amigo ¿Podía seguir contando con él? Con una persona que tal vez nunca más vuelva a ver.

Si la S.I.S. hace el bien como me dijo Nathan, ¿Sería suficiente como para perdonarme? ¿A mí? Una chica que toda su vida mato personas creyéndolas responsables, cuando en verdad, la mayoría, eran inocentes.

Al verme salir del baño, ya lista, Lauren intento pararse de mi cama pero se le hizo imposible.

Reí por lo bajo.

—Deja de reír y ayúdame —me ordeno.

—Preferiría ver cómo te las arreglas sola —me acerque a ella y la ayude a pararse.

—Este niño va a matarme —dijo sonriendo y se acerco a la puerta. —Si no nos apuramos llegaremos atrasadas.

Asentí y bajamos las escaleras.

Jared ya no estaba en la cocina, ni en la casa.

Entre a la cocina, tome los huevos y los di vuelta en la basura.

— ¿Por qué hiciste eso? —Lauren, extrañada, se acerco a mí.

—Estaban malos, Jared no lo sabía —mentí. —Bueno, vamos.

Al llegar afuera note que no estaba el auto de Lauren.

— ¿Tu auto? —pregunte mientras caminaba al mío.

—Ehm...yo...me vine en... —tartamudeo. —Taxi —completo.

—Aja —dije ya arriba del auto.

Un poco antes de llegar al instituto, el celular de Lauren sonó.

Al parecer ella estaba esperando esa llamada.

Todo el camino tuvo su teléfono entre sus manos, pasándolo de una mano a otra, algo nerviosa.

Yo solo me dedicaba a mirarla de reojo.

Apenas salió la melodía del aparato, ella presiono contestar y se llevo el celular al oído.

—Oye...si lo sé...cálmate —Lauren noto que la estaba mirando y me sonrió, para luego acercarse más a la ventana para hablar. Solo escuchaba susurros de su parte, había abierto la ventana del auto discretamente. Lo último que alcance a escuchar un poco, debido al ruido del tráfico que provenía de afuera, fue un: "Te veo luego".

¿A quién iba ver Lauren luego?

— ¿Quién era? —pregunte con la mirada en la calle.

—Una prima, nada importante —respondió.

— ¿Estaba bien?

—Si —suspiro. —Problemas con su novio, es todo.

—Llegamos —anuncie y apague el auto.

Lauren abrió la puerta, salió y se asomo por la ventana después de haberla cerrado.

—Te veo luego —dijo y se alejo a paso rápido.

Ya en los corredores aun me preguntaba quién era la persona con quien hablaba Lauren por teléfono. Definitivamente no era esa prima que ella decía. ¿Sería Tyler? No uso ninguna palabra como para diferenciar si era hombre o mujer. Pero si es que fuera Tyler ¿Por qué, al parecer, estaba tan alterado? ¿Sería por el allanamiento ayer en su casa? ¿Sabrá que fui yo?

De todas formas, ese allanamiento no me sirvió de nada, los papeles desaparecieron.

Yo ya había aprobado todos los exámenes, era un punto más para el viaje a Mónaco. Había personas que aun no los aprobaban o aun no los rendían. Para mí el resto del año estaba libre. De aquí al viaje, solo tenía que asistir a los entrenamientos y algunas pocas clases que nos ayudaban para luego elegir universidad.

Casi llegando a la entrada del gimnasio me encontré con Braeden. Caminaba a paso rápido haciéndose una bonita trenza en su cabello rojizo.

—Hola —salude de lejos.

Al verme sonrió y se acerco a mí.

— ¿Terminaste los exámenes? —pregunto.

Asentí.

—Tengo el día para los entrenamientos ¿y tú?

—También. Por mi nos vamos a Mónaco rápido —dijo algo entusiasmada. —Me rompí la cabeza tratando de aprobarlos todos.

—Y yo —mentí. Por detrás de Braeden, vi como Tyler avanzaba por el pasillo con la mirada pegada en un libro de Química, mientras movía sus labios repitiendo lo que decía el libro.

Justo cuando paso por nuestro lado, le cerré el libro de golpe provocando que saltara.

—Hola —le sonreí dulce.

Al verme sonrió y luego dirigió su mirada a Braeden para volverla a poner en mí.

—Oh claro. Braeden, el es Tyler, mi novio. Tyler, ella es Braeden, la capitana del equipo.

—Hola —Tyler le extendió la mano y Braeden la estrecho.

—Hasta que al fin conozco al famoso Tyler Lewis.

Tyler me miro y sonrió.

—No sabía que hablabas de mí.

—Y no lo hago Braeden está mintiendo —ambos se soltaron las manos y Braeden rió.

—Bueno debo irme —dijo. —Un gusto conocerte Tyler. Alexa el entrenamiento comenzara en diez minutos —se despido con la mano y entro al gimnasio.

— ¿Tienes el de Química ahora? —tome el libro en mis manos.

—Si —suspiro. —Toda la noche me la pase estudiando pero simplemente, no sirvo para esto.

— ¿Toda la noche? —pregunte tratando de sonar casual.

—Si —miro el libro. —Lauren intento ayudarme pero no hay caso.

— ¿Algo nuevo? ¿No se...tal vez en tu casa? —lo mire.

Tyler pensó un poco y me miro.

—A sí. Como Lauren volvió a subir sus notas, se graduara este año con nosotros —sonrió. — ¿No es genial? Ya rindió los exámenes y cuando entre en pre-natal no se perderá de nada.

—Que bien —suspire. 

No lo entendía. Mi habitación estaba normal. Jared estaba normal. Tyler estaba normal. Lauren estaba normal. Todo el mundo se comportaba como si nada hubiese pasado.

¿Y si eso es lo que en verdad paso? Nada. 

Mi mochila. Mi ropa. Todo estaba en perfecto orden, igual que antes de salir a la mansión. Tal vez solo fue un mal sueño.

Una jugarreta de mi imaginación.

Entonces, al parecer, iba a tener que acostumbrarme a que nada de lo que leí y de lo que vi, era verdad.

-Nhela

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