Jimin
Estaba escondido detrás de una camioneta que se encontraba estacionada, desde ahí pude ver como mi hermosa _____ salía del colegio, decidí llegar por detrás de ella, rodee mis brazos en su cintura y sentí como su cuerpo se asusto. Es tan tierna.
—No soy tan feo para que te espantes— reí al ver su hermoso rostro espantado.
—Claro que no— respondió dándose la vuelta con una sonrisa
—Vamos— le guiñe un ojo tomando su mano para llevarla a nuestro lugar.
Comenzamos a caminar juntos mientras ella se dejaba guiar por mi, me agradaba demasiado que ella confiara en mi, y es que si, yo la protegería de todo y de todos, nunca dejaría que le hicieran daño. Al llegar a su casa le dije que fuese a dejar sus cosas de la escuela y que volviera a bajar por que la llevaría a un lugar muy especial para ambos.
—¿A donde iremos?— su curiosidad siempre estaba presente y eso me encantaba —¿Me vas a secuestrar?— vi de reojo que su ceño se frunció tiernamente. Sin poder evitarlo solté a varias carcajadas, me detuve y la voltee a ver aun con una sonrisa.
—Ganas no me faltan, pero no lo haré. Hoy no— le mostré una de mis sonrisas coquetas y al momento vi que sus mejilla se sonrojaron dulcemente.
—Que gracioso—
—Por el momento quiero llevarte a un lugar único. Ya sabes, es chico siempre lleva a su chica a su lugar favorito, y quise hacerlo también— reí por mis ocurrencias
—Que original— soltó esa risa que se había vuelto la melodia más hermosa de mi vida.
—Tal vez la idea no lo sea, pero el lugar si— sonreí ampliamente al llegar a aquel lugar. El río que parecía que nunca se secaria, aquella roca gigante y la naturaleza que nos rodeaba eran testigos de aquel día en que su mirada aterrorizada conecto con la mía, en donde supe que ya la amaba con sólo ver su alma por sus ojos. Este era el lugar más importante por que aquí nuestra historia comenzó.
—¿Este es tu lugar favorito?— pregunto sentándose en la roca con una amplia sonrisa
—Si, ya que aquí nos conocimos— sonreí ampliamente, pues la alegría que sentía en estos momentos nadie me la podía quitar.
—Jimin—
—Dime—
—¿Que ocurriría si yo no elijo a alguno de los dos?— su pregunta me desconcerto por un momento y un pequeño dolor inundó mi pecho pero no lo demostré.
—Nunca había pensado eso. Así que no tengo la menor idea, pero ya lo sabré y te dire— mentiroso. Me vi obligado a decirle tal mentira, claro que sabía lo que pasaría, al no tener a nuestra mate cuando ya la conocimos e incluso convivimos con ella, nos mataría lentamente a GD y a mi su rechazo. No le podía decir la verdad. Ella en respuesta solo asintió.
Quise dejar ese tema, por lo tanto le comencé a contar sucesos de mi vida, también nos conocimos más preguntándonos cosas y demás. No se por que la Luna me puso algo tan difícil para estar con mi mate, aun no encontraba la respuesta, pero lo que si sabía es que mientras viera esa sonrisa y esos brillantes ojos mi vida estaría completa, no necesitaría nada, solo a ella a mi lado.
—Tengo una dia. Hay que jugar— tome su pequeña y suave mano para ayudarla a bajar.
—¿Que juego?—
—Primero que nada tu lobo se hará presente y jugaremos a ver quien corre más rápido— empezó a reír haciendo un pequeño puchero
—Eso es injusto. Es lógico que tu—
—Yo trotare y tu correras—
—Esta bien—
Fui detrás de un árbol que estaba cerca y me quite mi pantalón junto con mi playera. Ya que cuando me convirtiera en mi forma de lobo mi ropa se rompería. Cambie mi forma humana dejando paso a un gran lobo negro. Salí y me acerque a _____ que me miraba con emoción.
—Primero las damas— escuche que dijo antes de salir corriendo.
Sonreí internamente antes de correr hacia ella, sus piernas trataban de correr lo más rápido, yo la alcance quedándome detrás de ella a unos pocos centímetros, su imagen me dejó impresionado, su sonrisa alegre y su cabello ladeandose de un lado a otro producto del viento. Su aroma tan dulce que dejaba me provocaba miles sentaciones. Su mirada volteo y se conecto con la mía. Si no miraba al frente ella se caería.
Reí por su acción al ver que no dejaba de mirarme, dirigí mi mirada al frente y mi corazón se detuvo por unos segundos.
Corrí como de verdad lo hacía, y mordi un poco su suéter deteniendome al momento, la velocidad en la que lo hize provocó que ella cayera encima de mi. Sus ojos mostraron sorpresa y algunas más emociones.
—¿Por qué hiciste eso?— me preguntó mientras se levantaba y sacudía un poco su ropa que se había llenado de pasto.
Hice una señal para que mirase al frente, y así lo hizo. Delante nuestro a unos pocos metros estaba un abismo, ese abismo siempre había provocado varias muertes pues de el no había salida al caer.
—Gracias— su voz fue un pequeño susurro, se acerco a mi cabizbaja y se abrazo de mi cuello. La subí a mi lomo en un ágil movimiento y comencé a caminar alejandome de ese lugar, llegamos de nuevo a nuestro lugar y la deposite con cuidado en el suelo quedando ella de pie.
Fui detrás del árbol en donde había dejado mi ropa y volví a mi forma humada, rápidamente me puse solo mi pantalón y corrí a ella tomándola en mis brazos, fundiendola en un abrazo.
—Casi me matas del susto— susurre, pues en estos momento solo la quería abrazar para saber que ella estaba bien
—No sabia que había un abismo aqui— susurro de igual forma rodeando mi cintura con sus brazos
—No te imaginas la preocupación que tuve al verte cerca de ahi— la abrace un poco más sin llegar a hacerle daño
—Pero tu me salvaste. Contigo nada me pasara, estoy bien— sonrió dejándome ver esos perfectos dientes, con esfuerzo la solté y mi preocupación volvió a mi al ver que sus mejilla se habían sonrojado mucho, la tomé de ellas y estaban calientes.
—¿Segura que estás bien? Tus mejillas están muy rojas— mi tono preocupado era evidente.
—B-bueno es que... tu no, tu no ti-tienes pla-playera— una tímida sonrisa se dibujo en sus labios mientras que sus ojos trataban de evadir mi mirada.
Sonreí ampliamente. Es tan tierna e inocente. No pude aguantarlo más y sin más tome sus labios con amor y pasión, esos labios que ya eran mi perdición.
Me encontraba ya en mi casa, claro, después de ir a dejar a mi bella _____ a su hogar sana y salva. Me recoste en mi sofá y al momento una notificación sonó en mi celular. Lo tomé y observe que era un mensaje nuevo, al abrirlo me di cuenta que era de un número desconocido.
Número desconocido
Al parecer ya te olvidaste de mí, mi hermoso ChimChim. ¿Recuerdas la promesa que te hice?, si, que volveríamos a estar juntos pase lo que pase, y ahora que te encontré, no te dejare ir jamás.
Att: Tu futura esposa
Esto tiene que ser una estúpida broma, no puede ser ella, ella no me pudo haberme encontrado. Se supone que ella... Ya estaba en un hospital psiquiátrico.