La boca de Byron insiste en tocar una y otra vez mis labios. Cierro los ojos con fuerza, cuando noto que mete su lengua ¿Qué está haciendo? Hace calor ¿No lo siente? ¿No va a soltarme? Debería alejarse, la temperatura es alta, siento que me quemo.
Apenas se separa, sólo unos centímetros, abro los ojos. Respiro agitada y me siento aturdida. Se muerde el labio inferior y me observa de una manera confusa para mí.
Acerca su boca otra vez a la mía y grito, intentando retroceder mi cabeza.
—Es... Espe... ¡Espera...!
Sonríe de lado.
—Vale, espero —me avisa y se queda en silencio mirándome —. Eres muy linda ¿Sabías? —acaricia mis mechones rubios sin separarse de mí.
—¿Por qué me dices eso? —mis mejillas arden, aún siento calor.
—Porque es verdad —acerca nuevamente su rostro al mío.
—¡No! —le pongo la mano en la cara —¡No quiero! —digo nerviosa y agitada.
De repente se separa de mí y quedo más confundida que antes.
Bufa.
—Ni que te fuera a violar, cálmate —se gira —ya me voy, esto es una pérdida de tiempo.
No sé por qué, pero lo que dijo me dolió ¿Por qué se enfada? ¿Qué quiso decir con violar? No entiendo, me frustra.
Lo sigo y se gira al detenerse, cuando lo agarro de la chaqueta.
—Exijo que me digas qué hiciste —expreso firme, frunciendo el ceño y mirándolo directamente a lo ojos.
Levanta una ceja.
—¿En serio no sabes? —hace un bufido como de indignación mientras sonríe molesto —estás peor de lo que pensé.
—¡No estoy peor de nada, te estás burlando de mí! —aumento la voz.
Se queda tildado mirándome otra vez.
—Aprendes rápido —expresa seriamente y luego sonríe señalando su boca —si haces lo mismo que te hice, te diré como se llama —se acerca hasta mi oído y me sobresalto —pero antes quiero saber una cosa ¿Si te gustó?
El calor ha vuelto a mi cuerpo y no me ha tocado un pelo ¿Si me gustó lo que hizo?
—¿Eh? —Retrocedo —yo no sé de eso.
—Lo que vayamos a hacer en el futuro, depende de esa respuesta, yo que tú, la pienso con calma.