Una Caja Musical me Llevo a Ti

By cameelacc

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En una época donde el mundo era gobernado por reyes, nació en una familia noble una hermosa niña llamada Lau... More

Capítulo N° 1
Capítulo N° 2
Capítulo N° 3
Capítulo N° 4
Capítulo N° 5
Capítulo N° 6
Capítulo N° 7
Capítulo N° 8
Capítulo N° 9
Capítulo Nº 10
Capítulo Nº 12
Capítulo Nº 13
Capítulo Nº 14
Capítulo N° 15
Capítulo N° 16
Capítulo N° 17
Capítulo N° 18
Capítulo N° 19
Capítulo Nº 20
Capítulo N° 21
Capítulo N° 22
Capítulo Final
Capítulo N° 23
Capítulo N° 24
Capítulo N° 25
Capítulo N° 26
Capítulo N° 27
Capítulo Nº 28
Capítulo N° 29
Capítulo N° 30
Capítulo Nº 31
Capítulo N° 32
Capítulo N° 33
Capítulo N° 34
Capítulo Nº 35
Capítulo Nº 36
NOTA
Capítulo N° 37
Capítulo N° 38
Capítulo N° 39
Capítulo N° 40
Capítulo N° 41
Capítulo N° 42
NOTA
Capítulo Nº 43
Capítulo N° 44
Capítulo N° 45
Nota
NOTA II
Capítulo Nº 46
Capítulo Nº 47
Capítulo Nº 48
Capítulo N° 49
Capítulo Nº 50
Capítulo Nº 51
Capítulo Nº 52
Capítulo Nº 53
Capítulo Nº 54
Capítulo Final
Gratitude

Capítulo Nº 11

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By cameelacc

**hermanos y hermanas**

Cuando Lauren despertó, parpadeó mientras se frotaba los ojos y buscaba a su alrededor. Rápidamente recordó, trayendo a sus pensamientos de la noche anterior, que su sirvienta, la había acompañado hasta quedarse dormida.

Lauren, instintivamente miró hacia un lado de su cama, esperando ver a Camila junto a ella. Estaba extrañamente decepcionada cuando no encontró a nadie a su lado. Frunció el ceño y agarró la campana de la mesita de noche haciendo un agudo llamado. Ladeó un poco su cabeza para perfeccionar su oído, tratando de escuchar algún sonido en la otra habitación. Todo estaba silencioso. Lauren rebuscó de nuevo por toda la habitación, tal vez Camila dormía pesadamente. Al parecer no había nadie en la habitación de al lado.

Se deslizó fuera de la cama. Camila siempre había sido muy rápida al atender cualquier llamado que Lauren hiciera sin importar lo temprano o tarde que fuera. Se preocupó lo suficiente, se levantó de la cama y se dirigió hacia la habitación de Camila. La puerta hizo un ligero sonido mientras Lauren asomaba su cabeza. A parte de ver a su vieja niñera y escuchar sus ronquidos, la cama de Camila estaba intacta, como si no hubiera pasado allí la noche.

Lauren presionó sus labios " Dónde estarás Camila?" Miró hacia afuera. Era temprano aun, ni siquiera los sirvientes se habían levantado. Estaba bastante oscuro afuera todavía pero sólo se podía ver algo de luz a la distancia. " Camila estará dando vueltas a esta hora?" Su cama obviamente estaba desocupada y Lauren realmente quería saber el paradero de la castaña. Hacía un poco de frío y niebla afuera así que volvió a su habitación para conseguir un albornoz con que abrigarse.

Llegó hasta donde los sirvientes dormían. Llegar allí significaba caminar a través de la cocina y el comedor. Cuando lo hizo, casi le pasó por encima a Camila, dando un pequeño salto cuando la vio. La castaña estaba dormida prácticamente debajo de la mesa. Estaba sentada, apoyando su espalda contra la pared y su cara casi descansaba sobre su pecho, desde allí, a la ojiverde le parecía la posición más incómoda para poder dormir.

Lauren se cruzó de brazos.

Lauren: " Por qué estás aquí Camila?"

Lauren: Camila!! - dijo mientras avanzaba.

Camila murmuró algo mientras aun dormía. Había levantado su cabeza pero sus ojos aún continuaban cerrados

Lauren: Camila!! - al segundo llamado, la castaña abrió los ojos.

Camila: Lauren? - susurró.

La ojiverde miró a su alrededor buscando rápidamente con la mirada, preguntando si alguien más habría escuchado a Camila, llamarla casualmente solo por su nombre.

Lauren: Señorita Lauren - la corrigió.

Dio unos pasos más adelante tratando de reincorporarse un poco

Lauren: Qué estás hacien... - fue hasta que llegó alrededor de la mesa y vio el cuerpo que yacía al lado de Camila. Suspiró y sus ojos se abrieron como platos, llevando sus manos a la boca para ahogar cualquier grito. El chico que estaba allí, parecía que había estado en el infierno y había regresado. Camila parpadeó, miró hacia donde se encontraba Andres y volvió a mirar a Lauren. Su expresión era una mezcla de miedo y pánico.

Camila: Señorita, señorita puedo explicarlo.

Lauren: Qué..Qué es eso?. exigió.

Camila: Es un niño, señorita. Está muy mal herido.

Lauren: Qué hace aquí? - gritó, ya perdiendo totalmente la calma sin importarle a quien podría despertar.

Camila se puso de pie.

Camila: Señorita, es mi hermano - Ella admitió. La boca de la ojiverde se abrió de par en par en estado de shock. Sus ojos paseaban desde el niño hasta Camila que le daba un vistazo en ese momento. Éste gimió, posiblemente por el ruido y tosió. Camila se agachó y apartó un mechón del cabello que tenía sobre su cara. Cuando sintió su temperatura, miró a Lauren.

Camila: Señorita! Está ardiendo!

Lauren: Y qué esperas que haga? –.

Camila: No lo sé, señorita. Pensé que estaba mejorando. Lo estuve observando toda la noche! - Dijo histéricamente. Entonces miró para arriba agudamente, recordando un hecho importante
Camila: Por favor, señorita. Su padre, el Duque; es un médico, no? Por favor, sálvelo. Él es mi hermano. Necesito saber qué pasó. Por favor - le suplicó.

Sin más palabras, Lauren corrió fuera del recinto y subió las escaleras. Irrumpió en la habitación de sus padres donde Michael y Clara dormían profundamente.

Lauren: Padre! Padre ven rápido! - gritó. Su padre se levantó rápidamente.

Michael: Qué?... Qué pasa? - murmuró ligeramente aun medio dormido.

Lauren: Hay un chico en las dependencias del comedor! Está muy mal herido! - dijo, tirando de su manga.

Michael: Qué... qué!! Explícate! - le ordenó su padre.

Lauren: Por favor, padre, vamos - Él necesita de tu ayuda ahora mismo.

El Duque no apreció ser despertado con semejante alboroto, pero sinceramente estaba aterrado con la mirada que había en los ojos de su hija. Se levantó y siguió, ni se molestó en ponerse algo extra. Caminaba descalzo por las escaleras, un paso detrás de Lauren, aunque caminando lo más rápido que su edad le permitía.
Se apresuraron para llegar al comedor y cuando Michael vio al chico, se paralizó por un momento. Camila estaba doblada sobre él, las lágrimas rodaban por encima de sus mejillas llamando su atención para que esperara por la ayuda.

Lauren: Padre?- le susurraba - Por favor ayúdalo.

Como si las palabras rompieran su trance, él avanzó hacia adelante a pasos agigantados, haciéndole gestos a Camila para que se moviera. Recogió al niño en sus brazos y lo colocó sobre la mesa.

Michael: Camila, ve a mi habitación. Cerca de mi cama hay una bolsa grande. Tráemela - le ordenó. Los labios de Camila se estremecieron mientras trataba de ahogar su llanto de nuevo. Se dirigió a la habitación. 
Lauren: Él va a..? – se colocó más cerca de su padre.

Michael: No lo sé. Estas heridas son profundas. Parece que se cortó con una espada. Maldita sea... por qué Camila no me dijo antes? Se está infectando y consecuentemente tiene fiebre - Agarró al chico por la camisa y se la rasgó por la mitad. Lauren jadeó y llevó sus manos a la boca. Había múltiples cuchilladas por todo el cuerpo del chico. Parecía como si alguien lo había utilizado para practicar con la espada.

Michael: Por favor, vete, Lauren. No quiero que veas esto - ordenó.

Lauren caminó rápido hacia la salida casi chocando con Camila en la entrada. Esta ni siquiera le pidió disculpas y se apresuró a llevar la bolsa hasta donde se encontraba el Duque.

Michael le susurró algo en el oído a la castaña y ésta asintió con la cabeza. Lauren salió del recinto y se sentó en una de las sillas a esperar.

No había pasado mucho tiempo cuando Clara bajó las escaleras mirando a su alrededor muy enojada por todo aquel ruido.

Clara: Qué diablos está pasando? - preguntó.

Lauren: Un muchacho está tumbado en la mesa de ahí, madre - explicó - Está gravemente herido - Su madre la miraba desconcertada.

Clara: Bueno, bueno, cómo llegó aquí? - Preguntó.

Lauren: No lo sé, mamá. Pero mi padre está tratando de salvarlo.

Su madre no parecía muy interesada en la idea. Frunció el ceño y volvió a subir las escaleras.

Clara: Siempre he dicho que tu padre es demasiado amable para su propio bien - Dijo antes de desaparecer en su dormitorio.

Lauren escuchó un leve murmullo de parte de su madre y supuso que al día siguiente cruzaría algunos altercados con su padre. Pero Lauren sospechaba que a su padre no le iba a importar. Después de unos minutos, Camila salió de sus cavilaciones. Sus manos temblaban y parecía que quería llorar pero sentía que no tenía fuerzas. Lauren se movió un poco del banco donde estaba y Camila no dudo un segundo en sentarse. Cubrió su rostro con las manos.

Camila: Shawn... uno de los otros sirvientes... me encontró anoche y me llevó hasta él. Dijo que... que el chico estaba diciendo entre susurros mi nombre y el de 'Sofia'. Ella es mi hermana - explicó.

Lauren se volvió a sentar en silencio. Camila nunca hablaba acerca de su familia, probablemente era un tema bastante doloroso como para tocarlo.

Camila: Cuando lo ví...No lo reconocí. Cuanto más lo miraba, podía notar, cuanto más se parecía a mi madre. Le pregunté...Le pregunté cuál era su nombre. Él solo dijo Andres Cabello - Lauren solo miró los ojos chocolates repletos de lágrimas.

Camila: Ese es mi hermano, señorita, Andres Cabello es uno de mis hermanos - rompió a llorar y Lauren se sentó allí sin saber cómo consolarla.

Camila: He encontrado a mi familia... a uno de ellos al menos... - sollozó, limpiando sus lágrimas - y ahora siento que voy a perderlo.

Lauren: No vas a perderlo Camila - Mi padre es el mejor médico en todo el país. Salvó al príncipe Julian cuando ningún otro médico lo había hecho. Puede salvar a tu hermano, lo sé.

Camila: No quiero perder a mi hermano otra vez - se ahogaba en sus lágrimas y Lauren sintió que se le partía el alma. No había vuelto a ver a Camila llorando desde que eran niñas. Camila ya no lloraba, solo se dedicaba a ser feliz. Verla en ese estado, casi llevó a Lauren a llorar también.

Lauren: Camila... - le susurraba. Ella quería abrazar a su sirvienta, acariciar su espalda y su cabello y hacerle saber que todo iba a estar bien. Pero su propio orgullo le impidió hacer eso. Temía pensar que diría aquella chica de cabellos Castaños y de ojos color chocolate. Estiró su mano y alcanzó la de Camila colocando su meñique junto al de esta.
Camila detuvo un poco su sollozo y miró hacia abajo, sus dedos entrelazados. Volteó a ver a Lauren, pero esta solo veía la mano y sus dedos unidos en aquel simple gesto empleado para hacer sentir bien de alguna manera a Camila.

Lauren: Todo estará bien -

Camila se limpió los ojos. Saber que su ama la hacía sentir bien tanto física como emocionalmente, para ella era suficiente. Dejó de llorar y llevó su mano libre sobre su boca para ahogar algún sollozo.

Pasada una hora. Todos los sirvientes se habían levantado. Era difícil no notar al Duque alrededor de la mesa del comedor, oscultando a un chico. Pero Shawn y otro sirviente inmediatamente ordenaron a estos diciéndoles que se ocuparan de sus asuntos en la casa y que no tenían nada que hacer allí. Michael trabajaba en silencio. Camila estaba exenta de sus tareas matutinas y esperaba sentada junto a Lauren.

Finalmente se abrió la puerta y Lauren alejó su mano de la Castaña lo más rápido que pudo. El Duque salió de allí, limpiándose el sudor de su frente. Camila inmediatamente se colocó de pie con sus ojos aun nublados preocupándose un tanto por el silencio de Michael al aparecer frente a ellas. Suspiraba.

Michael: Me quedé con él hasta que la fiebre bajara y he curado todas sus infecciones. Va a estar bien; descansando un poco y comiendo. Camila, él puede permanecer aquí por el día de hoy si así lo desea. Si ves que algo cambia, no dejes de avisarme.

Camila: No sé cómo darle las gracias Sr. Jauregui - susurró.

Michael: Has salvado a alguien muy importante para mí - dijo el duque mirando a Lauren - estoy muy feliz por haberte devuelto el favor - Camila asintió con su cabeza y mirando a Lauren, ésta afirmó también asintiendo y entró al comedor.

Lauren inhaló profundamente y miró a su padre pacientemente.

Michael: tendrá que vivir con ella es su hermano - bromeó por debajo.

Lauren vio a Camila sentarse al lado del cuerpo de su hermano que dormía profundamente.

Michael: Qué vas hacer ahora?.

- Lauren dejó salir el aliento que había estado aguantando. Parecía preocupada y su padre inmediatamente lamentó las últimas palabras que dijo. Su expresión había cambiado a una más neutral.

Lauren: Me las arreglaré de alguna manera, padre - Ella respondió, con un semblante demasiado serio antes de alejarse hacia su habitación a vestirse.

Su padre, sólo la miraba con una expresión confundida. Sólo había hecho una broma. ¿Por qué le pareció cómo si su hija estaba llevando todo tan en serio?

Lauren se sentó en su cama. No podía dormir. Las palabras de su padre habían provocado un nuevo temor en su mente. Camila había encontrado su familia otra vez. Debería haber sido un encuentro y un momento feliz, pero Lauren sabía la implicación. Si Camila encontró a su familia, ella regresaría con ellos? se recostó en su cama y se acurrucó. Trató de imaginar la vida sin Camila, pero su sirvienta estaba tan arraigada en su vida que no pudo hacerlo. Ella llevó su mano hasta su boca como tratando de despertarse a sí misma de un sueño. Se mordió tan fuerte que dejó profundas huellas en la piel, luego las bajó dejándolas a un lado de su cuerpo. Ésta era su casa, ésta era la casa de Camila. Cómo podría ella dejarla?.

Lauren: Ella no puede - se susurró a sí misma - No me puede abandonar.

Al abrirse la puerta, Lauren se sentó inmediatamente sobre la cama. Por un segundo, pensó que era Camila quien había escuchado su agitación, en cambio; había sido otra sirvienta de mediana estatura, rubia y algo tímida que había entrado. Era dos años mayor que Lauren, pero pocas veces había hablado con ella.

Sirvienta: Señorita Lauren? Estoy aquí para cuidar de usted - dijo la chica tranquilamente.

Lauren se levantó erguidamente. Se dio la vuelta y esperó. Tomó un momento para que la chica se diera cuenta de que Lauren quería vestirse con ropa apropiada para el día. Pero sus toques eran extraños, la forma en que le levantaba las mangas eran distintas. No conocía a Lauren y viceversa. No supo cómo atar la parte posterior del vestido, lo había ajustado mucho. Lauren cerró los ojos y trató de imaginar que Camila estaba al lado de ella. Pero cuando la chica tiró demasiado la cinta, Lauren se giró hacia ella.

Lauren: No lo estás haciendo bien! - gritó. La chica retrocedió un paso con miedo - Hazlo de nuevo.

La chica deshizo el cordón y lo rehízo rápidamente. Esta vez lo amarró demasiado flojo y Lauren quería gritarle otra vez. Pero no era su culpa. Camila simplemente conocía como vestir a Lauren. Ellas habían crecido juntas. Camila la había visto crecer, como pasó de ser una pequeña niña a una mujer joven y hermosa y Lauren había hecho lo mismo con ella

Lauren: Eso es suficiente - dijo, su voz notaba más tranquilidad de lo habitual.

Lauren: Ahora por favor, vete - La chica se inclinó y salió corriendo de la habitación.

Lauren se sentó frente al espejo y miró su reflejo. Estaba tan acostumbrada a ver a Camila a su lado que le parecía extraño que no hubiera nadie detrás de ella contemplándola.

Lauren: Todavía tiene que tomar una decisión - se dijo a sí misma - Esta es su casa, ella no la dejará fácilmente - concluyó y comenzó a peinar su cabello.

Camila escuchaba el respirar constante de Andres. Ella hacía atrás su cabello y lo miraba. El chico había crecido desde que al fin había logrado detallarlo. Estaba todavía flaco, como se esperaba, pero parecía menos delgado que cuando les dejó. Se preguntó si su familia había estado bien después de que su padre la hubiera vendido. Se preguntó si él había utilizado ese dinero para llevarlos lejos y prosperar en algún otro lugar. Pero, qué hacía allí Andres? Estaba cerca de su familia entonces? Cómo y por qué llegó tan herido? Camila trataba de respirar lo más pausadamente posible. Una vez que Andres despertara, él iba a ser capaz de responder a todas sus preguntas.

- Hola! - dijo una voz desde afuera. Camila se quedó admirada. El chico estaba de pie apoyado junto al marco de la puerta. Detrás de él, la luz del día era mucho más brillante dejándole saber que había pasado mucho tiempo con su hermano allí dentro.

Camila: Austin.. qué estás...

Austin: Quería ver cómo estabas – respondió. - He oído...Pensé que eran sólo chismes. Pero luego me dijo Katia - asintió con la cabeza hacia Andres - He oído que es tu hermano.

Camila: Lo es - respondió - Estoy esperando que se despierte.

Austin caminó hacia ella y se sentó a su lado. Sus ojos estaban puestos sobre Andres así que no pudo notar el rubor por el que se arrastraban las mejillas de Camila. Olvidó por completo lo que Katia le había comentado el otro día. Su proximidad, su calor, el olor en su ropa y su piel. Miró hacia abajo, a sus brazos. Eran tan, un poco tosco, pero muy fuertes.

Austin: Cómo sucedió esto? - preguntó.

Camila: No sé. Espero que despierte pronto, hay mucho que le deseo preguntar - respondió.

Austin: Es bueno que hayas encontrado a tu familia - Estoy seguro que no habías perdido las esperanzas.

Camila: Los extraño todos los días y espero que estén bien - Camila acarició la cabeza de Andres otra vez - Tal vez llegue a verlos.

Austin se removió en su lugar. Él miró sus manos y luego a Camila.

Austin: Qué harás si los encuentras otra vez? Dejarnos y unirte a ellos? - Preguntó.

Ella permaneció callada. Un pensamiento cruzó por su mente, era cierto, pero no intentó pensar en ello

Camila: YO...No estoy segura - Ella respondió. Austin desvió su mirada al suelo.

Austin: Perdí a mi familia cuando era joven - Admitió - Murieron de una enfermedad. Corriendo mi padre, mi madre y mi hermana... con la mala suerte de esa enfermedad - Camila lo miró tristemente. Él levantó su cabeza y sus ojos se encontraron.

Camila: Lo siento - Susurró.

Austin: No había nada que se pudiera hacer. Yo era muy joven. Pero entonces... Boris me encontró en la calle y me llevó a su casa. Cuando se mudó aquí, cuando el Duque le asignó atender el establo, me trajo con él.

Camila: El Duque es un hombre muy amable y generoso - dijo.

Austin sonreía.

Austin: Lo que quiero decir es, si yo fuera tú y encontrara a mi madre y a mi hermana otra vez después de tantos años, estaría tentado a volver con ellos. El Duque no se opondría, como dijiste, es amable y generoso - agregó - Pero te extrañaremos.

Camila miró los ojos verde oscuros del chico. Pasó un momento y Camila sintió su corazón que empezaba a latir con fuerzas, pero Andres soltó un pequeño gemido y se quejó. Ella volvió la atención y lo miraba.

Camila: Andres, estoy aquí - dijo, tomando su mano. Él gimió otra vez y se volvió un poco.

Andres: YO...Necesito... - susurró débilmente. Saltó el pulso de Camila. Él le hablaba, se estaba despertando. Puso su mano en la frente. Su fiebre había casi desaparecido.

Camila: Estoy aquí - Ella dijo otra vez. Austin aprovechó esta oportunidad para levantarse y salir. No era el momento para estar ahí cuando despertara el hermano de Camila. Cuando salió, no se había percatado que Lauren estaba de pie en silencio contra la pared. Saltó un poco.

Austin: Señorita - Dijo secamente asintiendo con la cabeza y se apresuró a salir.

Lauren lo miró con una leve molestia . Ella no era ajena a su reputación. No estaba exento a las miradas que le había dado a Camila. Ella sabía lo que el sentía por ella y no le gustó. Iba a jugar con la chica, usarla y luego dejarla. Un criado con el corazón roto no era un sirviente productivo y no iba a permitir que eso pasara. Miró dentro donde Camila estaba completamente concentrada en Andres.

Clara: Lauren? - Su madre llamó. Ella giró su cabeza. - Tarde para tus clases de francés no?.

- Asintió con la cabeza y suspiró exasperadamente.

Lauren: Sí madre - Lanzó una última mirada al interior antes de caminar con su madre a la sala de clases.

En el comedor, Andres abrió los ojos y Camila sintió galopar su corazón.

Camila: Andres - susurró. Ella miró a través de sus ojos parcialmente abiertos. Estudió con paciencia su aspecto, respiraba con dificultad y cada tanto soltaba pequeños gemidos de dolor.

Andrés: ¿Quién... quién eres tú? - Preguntó. Los ojos de Camila se nublaron por las lágrimas y tomó su mano.

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