Sentir el Ardor | Larry Styli...

By louistiny

778 79 31

"Te besaré hasta acabar con tus labios. Te tocaré hasta dejarte débil y con el alma calcinada. Te abrazaré fu... More

Sentir el Ardor
Antes de Leer N/A
Guía Omegaverse

Capítulo 1: Salado y Vinagroso

169 23 18
By louistiny

La oscuridad de esta noche pesa.

El sonido de mis pies al caminar hace eco alrededor de la calle, es tan tétrico que mi piel se eriza. El frío cala mis huesos de una manera casi dolorosa y el viento se encarga de arrastrar las hojas y ramas secas; yo me siento arrastrar con ellas.

El señor Levi, mi jefe, me pidió que me quedara un par de horas después de cerrar para compensar mi impuntualidad estos últimos días. Así que pasé gran parte de la noche fregando vajillas y limpiando las baldosas del suelo de la cocina, asegurándome de dejar todo impecable; no sin antes haber descansado un poco, teniendo la oportunidad de estar a solas no la iba a desaprovechar ni aunque la ciudad se estuviera cayendo a pedazos allá a fuera.

Me dejaron las llaves del comedor en el mostrador principal. Aún sigo sin creer en cómo el señor Levi dejó su negocio en mis manos por un par de horas, yo no me confiaría de nadie en una ciudad como esta.

Ahora camino a las 12:00 de la noche por las oscuras calles de Rocky Bay, con el miedo de ser asaltado, otra vez.



Miro a mi alrededor por costumbre, las calles están vacías y todos los hogares tienen las luces apagadas y la mayoría de casa están abandonadas.

Una fuerte corriente de aire frio me azota, dejándome un desagradable ardor en el rostro. Saco las manos de mi desgastada y vieja chaqueta para luego frotar estas contra mis brazos, tratando de crear un poco de calor; aunque sé que es inútil, estamos a bajas temperaturas y vivir en la costa no ayuda mucho.

Un suspiro pesado bota de mi garganta y parpadeo dos veces sintiendo un bulto alrededor de mis ojos, dificultándome el estar despierto. Hago un lento movimiento hacia atrás con los hombros y siento como todos mis músculos se tensan al instante; sin poder evitarlo, el cansancio y el dolor de mi cuerpo hacen que una memoria —de hace un par de días— llegue a mi cerebro.


"Comienzo a llorar con desesperación. Mi omega se encoge y mi garganta se cierra con el exceso de mi propia aroma —al borde del pánico— ahogándome.

— ¡P-Por favor escúchame! —Digo en un medio grito. Mi voz sale temblorosa.

Me mira como si hubiera dicho la estupidez más grande del mundo y alza su brazo al aire, tomando vuelo para impactar violentamente su mano contra mi mejilla izquierda.

Un ardor se apodera de mi rostro. Rápidamente me cubro la zona afectada mientras escupo un grito de dolor. Ha sido tan fuete que mi oído empieza a chillar.

— ¡Eres un inservible! —espeta—, ¿eres idiota?, ¡¿acaso estas operado del cerebro?!

Lo miro con terror, tratando de mantener mis emociones a raya, pero no puedo. Su olor venenoso, su rostro fundido en enojo y su fétido aliento mezclado con el alcohol, hacen que esa conocida sensación vertiginosa controle mis sentidos, tumbándome.

— ¡P-Papá q-quería marcarme! —chillo.

— ¡TE HUBIERDAS DEJADO! —escupe en un grito—. ¡¿TIENES IDEA DEL MONTON DE DINERO QUE TIENE ESE ALFA?!

De nuevo, su mano choca con coraje contra mi mejilla de una manera inhumana.

Y otra vez.

Lo hace una vez más.

Lo hace hasta el cansancio."


Una vez más están mis pensamientos mofándose de mí.

Esa noche me llovieron golpes.

Un conocido picor hace su presencia en las palmas de mis manos y un torrente de agua salada amenaza con salir disparado de mis ojos con urgencia, pero lo detengo; apretando fuerte los dientes y los músculos de mi cuello, dejando como evidencia de mis lloriqueos una capa de agua brillosa en mis ojos, y ese tono rojizo de mierda en toda mi cara.

Me pasa tan a seguido que conozco a la perfección las reacciones que toma mi cuerpo. Los insultos ya son lo de menos... ya no puedo soportar cada paliza que ese alfa me atasca.

El nudo en mi garganta se estruja con fuerza, haciendo que reprima un quejido. Tengo miedo, estoy aterrado; voy tarde sin haberle avisado, no puedo dejar de pensar en lo violento que es.

"Tienes que aguantar, la vida te comería vivo... él... es lo único que tienes."

Hago la lucha por enderezar mi espalda, pero doy por hecho que sólo logré torcer mi postura. Continúo con mi camino a casa, faltan seis calles más para llegar. El poco tiempo que llevo viviendo en este barrio ha sido el suficiente para darme cuenta del peligro que corre una persona afuera, debería estar acostumbrado pero no; cada ruido y aroma me hace ponerme más alerta de mi alrededor.



Sumergido en la nada, me envuelve un olor muy salado y vinagroso. Me golpea el rostro, se sumerge en mi nariz y se deshace en mi paladar; de una manera natural.

Mis piernas tiemblan y siento un tirón en la base de mi estómago.

Alfa.

Alzo la vista en busca del propietario de ese olor. Piso con temblor al detectar una gran silueta masculina en mi borroso campo de visión. Maldigo por no traer mis gafas.

Está sentado en la acera a una distancia muy aproximada. Esta inclinado hacia atrás, recarga el peso de su cuerpo en sus brazos y su rostro esta apuntando hacia el cielo estrellado.

El miedo y la paranoia penetran mis huesos poniéndome la piel de gallina, y el corazón acelerado. Ya he vivido situaciones parecidas y no necesito de otra.

Me sujeto los pantalones mentalmente y ruego repetidas veces que mi olor no llegue hacia él. Intento caminar rápido pero mis pies parecen bloqueados, lo siento todo en cámara lenta.

Sus pesadas respiraciones, muy pausadas; su olor espeso, sus movimientos un poco lánguidos, el humo de ese cigarrillo escabulléndose rápidamente de su boca.

Agarro el suficiente aire para mis pulmones y como puedo flexiono mis rodillas para caminar, hasta que consigo pasarle de largo. En ningún momento me lanzo a posar mis ojos en él —pero sé que me mira.

Mis piernas flaquean débiles. De una manera inmediata mi cuerpo reacciona y se mueve sin mi permiso, volteando a ver a ese alfa, al dueño de esa presencia tan potente.

Comienza una turbulencia en mi cabeza, estoy tan asustado, pero ese olor... demonios ese maldito olor. No es un aroma delicioso, es todo lo contrario, da una sensación extraña en mi nariz, un cosquilleo para nada agradable.

Estoy tan perplejo y perdido que no me doy cuenta que me he quedado como estúpido aspirando el aire con torpeza. Estoy un poco más cerca de la luz y puedo apreciarlo mejor, pero aun así veo un poco borroso y no puedo ver su cara. La silueta ha dejado de absorber el humo de su cigarrillo y lo peor, ha dejado de levantar su mano para llevar este a sus labios.

Louis, que estás haciendo, ¡aléjate rápido, muévete!

Como si me prendieran fuego justo en ese momento, me volteo y camino rápido, con el corazón acelerado. Camino hasta pasar el parque cuando escucho otro ruido.

Un par de gruñidos y unos pasos aproximándose. Me tenso y mi corazón empieza a latir con fuerza contra mis costillas, taladrando mi pecho sin ninguna intención de parar. Una voz ronca dice a mis espaldas: —Oye pequeño, ven aquí.

Ni siquiera me da tiempo de estabilizarme y ponerme alerta, cuando ya me toman desprevenido. No tengo la menor idea de donde han salido.

La sangre se me hela en un abrir y cerrar de ojos, y mi pulso se acelera frenéticamente. El miedo me llega como ráfagas luminosas haciendo que mi cabeza de vueltas, cegándome totalmente. Una mezcla de olores se filtra en mi nariz. Dos alfas están contra mí y me toman a la fuerza. Un grito sale disparado de mi boca y comienzo a bracear desesperadamente, me siento pesado.

Eres un idiota, Louis. ¡¿Qué pensabas?!

— ¡Por favor suéltenme! —chillo asustado.

—No lo creo—dice, uno de ellos mientras me toma de los muslos obligándome a ponerlos alrededor de él—, ¡colócate detrás de él y tómalo por los brazos, Dylan!

Siento el pecho del otro alfa contra mi espalda, y también puedo sentir su...

Voy a vomitarle.

La bilis se atora en mi garganta. Quiero gritar y patalear pero sólo puedo encogerme y ceder ante las presencias de estos repugnantes alfas. Sollozos quedan desvanecidos en mi boca y sólo puedo pensar en aquel alfa sentado a unos metros de nosotros.

Grita, Louis. Muévete, ¡haz algo, maldición!

Comienzo a desesperarme al sentir manos tocándome, revisando mis bolsillos en busca de lo que yo supongo; algo de dinero o un objeto de valor. Susurran cosas a mi odio pero estoy bloqueado, no los escucho, mi mente se nubla; estoy tan agotado, adolorido no puedo procesar nada, me siento atrapado.

—No trae nada consigo. —Me empuja hacia el otro alfa.

—Me importa una mierda, sujétalo bien.

NO, NO, NO.

— ¡AYUDAME! —grito, de una vez por todas. Pidiendo que el desconocido del cigarrillo venga a salvarme.

Es inútil, Louis. No te hará caso.

Claro que lo hará.

— ¡POR FAVOR AYUDAME! —grito, desgarradoramente—, NECESITO AYUDA. —Me muevo con intenciones de topar mis ojos con aquel alfa, y cuando logro hacerlo lo veo sentado. No se ha movido.

Comienzo a llorar desesperadamente, estoy entrando en pánico. Grito un par de veces más pero el sigue sin moverse y comienzo a notar como el aire me falta. Lo único que escucho son los pies de estos alfas, arrastrándose en el pavimento, haciendo fuerza para no tropezarse conmigo en medio. Comienzo a sudar, el aroma comienza a marearme.

—No te pongas difícil para mi bebé, él no te ayudará. —susurra, en mi oído mientras me muerde el cuello con rudeza.

No tolero estar en mi piel en estos momentos, me siento tan usado y sucio. Siento los segundos pasar y me torturan lentamente, me pongo a pensar miles de cosas que pueden pasar; como terminaré después de esto, si lograré salir a salvo. No puedo gritar más, mi garganta me arde y mis pulmones no pueden trabajar correctamente para conseguir aire.

El alfa frente a mi comienza a meter la mano dentro de mis pantalones y yo no puedo hacer nada más que suplicar en voz baja, reteniendo sollozos. Se acerca a mis labios y me dice con voz firme acompañado de un gruñido: —Hueles demasiado bien.

Su aliento se siente como un puñetazo en el rostro, no pienso mirarlos a los ojos. Unos pasos lentos se escuchan, y de nuevo ese aroma picante llega a mí.

—Tu miserable vida va a costar si no lo dejas en este momento—dice, una voz rasposa y gruesa—. Los dos, suéltenlo ahora—deja escapar un gruñido.

Me tenso al escucharlo. Él está ahí. Los hombres parecieron reconocer esa voz porque rápidamente me soltaron. Se miran entre si y sueltan una risa, mirando al alfa desafiante.

Alzo la vista y lo miro desde el suelo, pero rápidamente aparto la mirada, estoy tan malditamente mareado por el olor tan fuerte de estos alfas, se están revolcando en su furia, pero ninguno mueve un dedo, toda esta batalla se basa en miradas.

El gran alfa permanece impávido, toma una gran respiración y dice: —No quiero perder mi tiempo con dos cerdos como ustedes, dejen al chico y lárguense de mi vista.

Silencio, uno eterno para mí. Sólo pienso en llegar a casa y llorar en mi almohada, ha sido un día muy aturdido y esto no me está ayudando en nada, me siento tan débil.

Los dos alfas se miran entre si, molestos, mascullan y abren la boca para decir algo, pero se quedan sin palabras. Hasta que uno habla.

—Todo tuyo—Dice, uno de los alfas, quien al parecer es Dylan.

Se miraron de nuevo entre si y me echan un último vistazo. Pasaron cada uno al lado del alfa, empujándolo levemente con los hombros. Ahora los miro alejarse, los puedo notar furiosos e impotentes en el aire.

Me paro rápidamente agradeciendo estar vivo y completo. Suelto un quejido cuando siento una punzada en mi costado derecho. Me quedo parado viendo a mis desgastados zapatos sin saber qué hacer o que decir, sobando levemente con mi mano izquierda mis adoloridas costillas.

La tensión aquí es bastante difícil de dirigir, escondo mis manos en las mangas de mi chaqueta y las llevo a mis mejillas limpiando un poco las lágrimas, sorbo por la nariz y bajo mis hombros, mostrando mi maldita naturaleza sumisa.

Estoy un poco más calmado, pero mi corazón no para de agujerarme el pecho, hasta creo que saldrá disparado. Siento unos pasos acercándose más hacia mí. Me debilito, mi olor está flotando por todo el aire.

Me obligo a mirarlo con pánico notorio en mis ojos. El me mira; sus ojos son de un verde oscuro, sus pupilas están muy dilatas, puedo notar que ha pasado noches desvelándose, hay unas grandes bolsas bajo sus ojos y estos se ven irritados. Su boca esta medio abierta y siento el aire entrar y salir pesadamente. Su pecho se mueve arriba y abajo rítmicamente, su ceño esta fruncido, no puedo apartar la vista de la ligera marca que se hace entre sus cejas. Su piel se ve apagada y sin vida.

Noto unos rulos oscuros caer hasta sus pómulos. Su cabello está un poco mojado y despeinado. No sé cuantos segundos o minutos han pasado. Él no deja de mirarme y recorrerme el cuerpo con sus ojos; me siento un poco intimidado.

Nuestras respiraciones están agitadas y se mezclan entre sí. Estoy más aterrado de lo que creía, estoy tan confundido.

—Aléjate. —Trato de ocultar el nerviosismo que emana mi cuerpo, pero fracaso. Soy un manojo de llanto.

Comienzo a entrar en pánico, soltando sollozos y él lo nota. Abre su boca, lo noto ojeando su cerebro en busca de algo para decir, frunce aún más su ceño y cierra la boca, aprieta sus dientes, haciendo resaltar más su mandíbula.

—Niño estúpido —dice, entre dientes y yo me sobresalto en mi lugar —, lárgate a tu casa. —Se da la vuelta dispuesto a irse.

Da un par de pasos y noto su espalda tensarse fuertemente; se detiene bruscamente, gira un poco la cabeza, mostrándome su perfil. Lo oigo tomar una bocanada de aire y dice: —Cuídate de todos los alfas, no solo aquí, en todos lados.

Se marcha y yo me quiero morir ahí mismo.

Continue Reading

You'll Also Like

39.3K 2.4K 8
El maldito NTR pocas veces hace justifica por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suc...
290K 45.8K 24
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
696K 74.3K 127
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
758K 91K 117
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...