Cupido por una vez

By YamiKriss

3.3M 394K 86.3K

Cuando Elizabeth Sagarra descubre que el hombre del cual estaba profundamente enamorada se ha convertido en s... More

Sinopsis
Orden De Los Libros
Capítulo 1 💘
Capítulo 2 💘
Capítulo 3 💘
Capítulo 4 💘
Capítulo 5 (Parte I) 💘
Capítulo 5 (Parte II) 💘
Capítulo 6 (Parte I) 💘
Capítulo 6 (Parte II) 💘
Capítulo 7 💘
Capítulo 8 (Parte I) 💘
Capítulo 8 (Parte II) 💘
Capítulo 9 💘
Capítulo 10 💘
Capítulo 11 💘
Capítulo 13 💘
Capítulo 14 💘
Capítulo 15💘
Capítulo 16 💘
Capítulo 17💘
Capítulo 18 💘
Capítulo 19 💘
Capítulo 20💘
Capítulo 21 💘
Capítulo 22💘
Capítulo 23 💘
Capítulo 24💘
Capítulo 25 ?
Capítulo 26 💘
Capítulo 27 💘
Capítulo 28 💘
Capítulo 29 💘
Capítulo 30 💘
Capítulo 31 💘
Capítulo 32💘
Capítulo 33💘
Capítulo 34 💘
Capítulo 35💘
Capítulo 36 💘
Capítulo 37 💘
Capítulo 38 💘
Capítulo 39 💘
Capítulo 40💘
Capítulo 41💘
Capítulo 42 💘
Capítulo 43💘
Capítulo 44 💘
Capítulo 45 💘
Zona de FanArts 💜
Capítulo 46 💘
Capítulo 47 💘
Capítulo 48 💘
Capítulo 49 💘
Capítulo 50 💘
Capítulo 51 💘
Capítulo 52 💘
Capítulo 53 💘
Capítulo 54 💘
Capítulo 55 💘
Capítulo 56 💘
Capítulo 57 💘
Capítulo 58 💘
Capítulo 59 💘
Capítulo 60 💘
Capítulo 61 💘
Capítulo 62 💘
Capítulo 63 💘
Capítulo 64 💘
Capítulo 65 💘
Capítulo 66 💘
Capítulo 67 💘
Capítulo 68 💘
Capítulo 69 ?
Capítulo 70 💘
Capítulo 71 💘
Capítulo 72 💘
Capítulo 73 💘
Capítulo 74 (Final) 💘
Nota De La Autora
Cupido Otra Vez 💝
Dioses (1)
Entrevista A Los Personajes (I)
¡Ya a la Venta!
Escenas De Cupido por Una vez
¿Cómo adquirir Cupido en Formato Papel?
Cupido En Goodreads
¡Cupido Ya Disponible En Formato Electrónico
Gana Cupido En Ebook
Ganadora Libro Electrónico + Leer Cupido Gratis En Kindle

Capítulo 12 💘

37.5K 5.2K 774
By YamiKriss

El centro comercial de pronto se sentía demasiado pequeño y nosotros, demasiado grandes para él. Fran y yo intentábamos disimular nuestra incomodidad, por más latente que fuese, aunque Victor estaba lo suficientemente nervioso como para notarlo. De alguna manera, el club de compras se había ampliado demasiado, no sólo Sandra y Ann se habían colado, sino también Nick y Agustín, solo por el placer de burlarse un rato de su enamorado amigo.

Fran rechazaba rotundamente cada opción que Victor presentaba, estaba muy molesta, y en ese estado era imposible que algo le agradara. Por mi parte, yo solo habría aceptado la primera propuesta de mi cuñado para poder largarme lo más pronto posible. Fuimos de tienda en tienda, como si estuviésemos descartando de una lista, y en el fondo tenía miedo de que nos acabarán las opciones.

De camino, los chicos se compraron una bebida, luego un helado, después un batido, unas papas fritas, y al final unos bocadillos para llevar, en un puesto de comida rápida. De modo que tuvieron que esperar afuera de cada tienda comercial, conversando relajadamente entre sí.

Casi al termino del día, llegamos a una sencilla tienda de accesorios, ya habíamos caminado mucho y estaba segura que faltaban pocas horas para que el comercio cerrara. Decidí hacer mis apuestas por este pequeño negocio, sabiendo que era uno de los favoritos de Fran.

Me detuve a observar los prendedores, irónicamente había uno de un arco con una flecha atravesándolo. Una mala broma del destino, supongo.

—Liz, ¿cómo se ponen estas cosas? —preguntó Nick, enseñándome un brasalete de metal, completamente cerrado.

Tomé el accesorio y lo deslicé en mi muñeca, sin dificultad.

—¿Ves? Te dije que era así —reprochó Agustín.

—No estábamos seguros, ahora lo sabemos —repuso el primero con orgullo.

—Era obvio, al menos pudiste disimular no saber algo tan simple.

Rodé mis ojos y me prometí no llevarlos jamás a cotizar maquillaje.

Fran estaba junto a Victor, inspeccionando el área de carteras. Ella me miraba de reojo de vez en cuando, mientras él estaba demasiado enredado entre cierres, broches, colores y diseños como para echarme siquiera un vistazo.

Al cabo de un rato, mi cuñado se me acercó para mostrarme un pañuelo magenta. Jane odiaba ese color. Definitivamente les tomaría trabajo convertirse en almas gemelas. No me mal entiendan, sé que la intención es lo que cuenta, pero tampoco es la idea andar regalando cosas que jamás va a usar, el punto de mi presencia aquí era ayudarlo con eso.

Finalmente se decidió por un delicado brazalete plateado, con flores en relieve. Era lindo y suficiente para hacerla feliz hasta el próximo aniversario, o lo que sea que estuviesen celebrando.

—Es tarde por qué no vamos por unas pizzas, hay un local muy bueno a tres calles de distancia —propuso Agustín al concluir nuestra misión.

La idea fue aprobada en forma unánime.

Llegamos caminando y nos detuvimos frente a las pantallas que pasaban las promociones, una tras otra, cambiando justo antes de poder terminar de leer, y obligándonos a esperar la siguiente vuelta para acabar.

Escogimos una mesa con suficientes sillas y nos instalamos ahí, ya eran cerca de las nueve, la tarde se había tornado fría, pero el negocio tenía calefacción, de modo que nos sacamos los abrigos y los tiramos junto a las mochilas, en una silla desocupada.

Fue ahí cuando una mirada de reojo a la ventana bastó para notar a una figura familiar paseando tranquilamente por afuera.

Intenté que mi buen ánimo no se viera perturbado, e hice un esfuerzo por ignorarlo, pero simplemente no podía despegar mi mirada del vidrio.

El teléfono de Fran comenzó a sonar, haciéndome saltar en la silla.

—Debe ser mi madre —supuso.

Contestó, pero en cuanto comenzó a hablar, se encontró con problemas de señal que le impedían comunicarse.

—¿Mamá? ¿Mamá? —repitió—. Espera un momento, te llamaré desde afuera. —Cortó el teléfono y se disculpó con nosotros por tener que salir un momento.

—¡Voy contigo! —exclamé rápidamente.

Mi amiga me miró extrañada, pero no se opuso.

Corrí detrás de ella, escalera abajo, y salimos del negocio. Eros aún estaba ahí disfrutando del paisaje que le ofrecían los semáforos.

—Estoy con unos amigos de la universidad... Sí, Lizzie también vino... No te preocupes, llegaré antes de las diez a casa...

Fran respondía el interrogatorio de su madre adoptiva con normalidad. Ya teníamos más de veinte años, pero supongo que para los padres nunca se es lo suficientemente mayor, la preocupación es natural.

En ese momento, Eros se volteó e hizo un gesto a modo de saludo. De inmediato me aparté de mi amiga, en lo que me parecía la mejor manera de mantenerla a salvo. Alejarla de él.

—¿Podrías explicarme qué rayos estás haciendo? —pregunté.

—Te equivocas, yo no soy el de los rayos. —Se defendió—. Esta bien, es una mala broma, lo acepto.

—Me equivoqué en un tiro, y no hiciste nada —recriminé.

—¿Y qué se supone que hiciera? —cuestionó—. Era imposible que lo hicieras perfecto a la primera, verás que con el tiempo mejorarás.

Su comentario me ofendió.

—¿Y mientras tanto? Solo me dejarás ir y arruinar la vida amorosa de la gente, así sin más —reproché.

—Puede ser —contestó desinteresadamente.

Abrí mi boca, estaba a punto de gritarle que era un dios negligente y maleducado, pero para mi mala suerte, Fran terminó con su llamada y se acercó a nosotros, de modo que me vi en la obligación de mantener la compostura y proceder con las presentaciones.

—¿De verdad te llamas Eros? ¿Igual que el dios griego? —preguntó sorprendida.

—El mismo, en persona —sonrió.

Su broma me causó escalofríos.

—De todas maneras, él ya se va. Tiene que volver al Olimpo —repuse.

—Es un viaje largo —dijo Eros, siguiendo el juego.

—Así que deberías partir —propuse.

Fran trató de reír con nosotros, pero al descubrir que en realidad nuestros ojos reflejaban un desafío, optó por hacerse a un lado.

—Yo creo... que iré a revisar si llegaron las pizzas —sugirió.

Con alivio, la vi girar y distanciarse de nosotros. Estaba a salvo, pero no por mucho.

—Me agrada tu amiga —comentó Eros—. Voy a darle un novio.

—¡No te metas con ella! —exclamé.

Sin prestar atención a mis advertencias, el desgraciado chasqueó los dedos, materializando una flecha que levitó frente a él. Indicó con su dedo la dirección a seguir, y simuló un disparo usando una pistola. Al instante, el dardo se desplazó, a gran velocidad. Ni siquiera tuve tiempo de parpadear antes que se incrustara en el pecho de Fran, provocándome una especie de Deja Vú.

Su mirada se perdió en algún punto oculto entre las sombras. Reconocí la figura de un chico, que salía por la puerta trasera para botar la basura, usaba el uniforme de los empleados, pero su rostro se encontraba cubierto por la oscuridad, de modo que apenas alcanzaba a distinguirlo.

No necesitaba más explicaciones. Ya había visto a alguien, por lo tanto Fran se había enamorado.

—¡¿Qué hiciste?! —grité, demasiado consternada como para medirme.

—Te estoy ayudando, es tu amiga, ¿no? —dijo Eros—. De seguro te dirá quién es el nuevo chico de sus sueños y tú solo deberás enamorarlo a él. Es fácil.

Creo que nunca en la vida habita tenido tantos deseos de golpear a alguien. 

Continue Reading

You'll Also Like

14.1K 740 44
¿Cómo te sentirías si por grabar un video en YT bailando un baile de BTS te haces Idol? - Historia Original - Nombre inventados - Primera persona
Todo en una foto By

Teen Fiction

352 85 13
Que pasaría si estuvieses tan aferrada a alguien que de un momento a otro todo termina, que sientes que tu vida ya no tiene sentido, que ya estás mue...
874K 53K 43
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
24.6K 2.6K 40
Desde que nacemos, estamos influenciados por las apariencias, por lo que dirán o pensarán los demás, por el futuro, y por si lo que hacemos está real...