Introducción a la paternidad con padres dramáticos
Al final, Harry tuvo que cortar la llamada de su hermana. Si por ella hubiera sido, habría pasado toda la tarde hablando con Cameron, pero el niño necesitaba comer sin estar pegado a una pantalla.
A pesar de que Hanna había ayudado a cocinar, su familia no se quedó a comer, para desconcierto de todos.
—Tenemos que visitar a su mamá todavía — había dicho la mujer, haciendo referencia a su suegra—, desde que regresamos nos ha pedido que comamos con ella y hoy habíamos quedado en pasar la tarde en su casa. No te preocupes, mi amigo, todavía tenemos muchas comidas que compartir.
Cameron se había puesto triste al ver partir a su nuevo amigo, pero la promesa de que Jeremy lo visitaría seguido le levantó un poco el ánimo.
Los que sí se quedaron fueron Liam y Zayn, siendo que su amigo quería recuperar el tiempo perdido a causa de su malentendido. Era curioso ver como Zayn y Louis estaban por un lado, platicando animadamente entre ellos, mientras él y Liam hacían exactamente lo mismo. Cada uno estaba tan inmerso en su conversación que casi olvidaban la presencia del otro.
—Ahora que recuerdo— dijo Liam, interrumpiéndose a sí mismo en su plática chasqueando los dedos—. ¿Sabes a quién me encontré el otro día?
Le causó intriga el tono venenoso que usó, así que lo miró con una ceja alzada, instándolo a seguir.
—¿A quién?— preguntó en voz baja no queriendo despertar a Cameron, que se había quedado dormido en sus brazos.
—Al idiota de tu ex— contestó con desprecio, casi escupiendo las palabras.
Involuntariamente sus hombros se tensaron al recordar la intrusión de Ryan en su casa. Todo el asunto de Cameron había mantenido su cabeza ocupada, pero ahora que la adrenalina comenzaba a bajar, los sentimientos negativos que lo habían estado aquejando empezaban a volver paulatinamente.
—Ah— apenas había atinado a responder, pero se vio obligado a añadir algo más para no levantar sospechas—. Yo también lo vi, sigue siendo el mismo imbécil.
Liam rodó los ojos, totalmente de acuerdo.
—Ni siquiera fue capaz de verme a la cara— se burló desdeñoso—. Se hizo a un lado en cuanto me vio, intentando alejarse con su novia lo más que pudo. Como si yo fuera capaz de hacerle algo a ella, mi enemistad es con él.
Se encontró mirando a Liam con el ceño fruncido, confundido por lo dicho. Eso no sonaba para nada como Ryan. El idiota que él conocía habría caminado con la cara en alto y era tan cínico qué incluso se habría acercado para saludar.
—No creí que tuviera novia— dijo mantenido una voz neutra—. Aunque no me sorprendería, Ryan siempre ha sido un sinvergüenza. ¿Puedes creer que se atrevió a decirme que yo seguía siendo suyo?
Su amigo tosió abruptamente, ahogándose con su propia saliva. Con su rostro completamente rojo y sus ojos saltones, lo miró alterado. En shock. Tanto Louis como Zayn pararon su conversación para ver en su dirección.
Harry siseó molesto, el ruido había molestado a Cameron.
—¿El hijo de perra de Banks regresó?— cuestionó Liam casi con agresividad—. Ah, maldita sea, mi día acaba de arruinarse.
—¿De quién hablabas, entonces?
—¡De Jordan!— su amigo cerró los ojos intentando calmarse—. Dios, casi estoy deseando que te hubieras encontrado con él en lugar de ese imbécil.
Ah, Jordan. Su segunda y última relación que también lo dejó con el corazón roto. Jordan era un beta con el que había tenido una relación seria apenas un par de años atrás, cuando decidió que los alfas eran todos unos idiotas y que no quería tener nada con ninguno. Creyó que Jordan sería diferente por ser un beta que no sucumbiría ante los instintos, pero que no resultó bien para ninguno de los dos. Sí llegó a enamorarse de él, Jordan era como un enorme oso de peluche al qué podía apapachar con gusto. Al final, su amado novio no pudo soportar tener una relación con un omega y lo dejó por una mujer beta.
Desde entonces no había vuelto a tener noticias de él hasta ese momento.
—Aunque lo hubiera hecho, de todas formas Ryan habría buscado una forma de acercarse a mí — dijo encogiéndose de hombros—. Esta vez entró a mi casa, la próxima podría abordarme cuando salga al súper o algo.
Eso no pareció tranquilizar a Liam, al contrario, incluso las venas en sus sienes se sobresaltaron por el enojo.
—¿Él te hizo eso?— señaló sin fuerza su cuello. Asintió un poco—. ¿Por qué estás tan tranquilo? Ese idiota es un loco obsesivo y no se rendirá hasta obtener lo que quiere. Y no sabemos que es lo que quiere.
—No sirve de nada entrar en pánico— contestó —, y ya no estoy solo, te tengo a ti, a mis amigos y a mi familia. Antes me jodió la vida porque me hizo depender de él, pero ahora tengo un esposo que amo y me ama.
Agradeció que Louis estuviera nuevamente inmerso en su conversación con Zayn y no escuchara la cosa cursi que acababa de decir. Liam pareció ignorar eso último porque siguió quejándose.
—Debiste llamarme— dijo de mala gana —. Esta vez no dejaré que te haga nada, le pondré una orden de restricción. Haré que se pudra en la cárcel si se vuelve a acercar a ti.
Esa no era una mala idea, ahora todos eran adultos y podían proceder legalmente más fácil que aquella vez.
—Pero no es bueno que te quedes tanto tiempo solo en lo que hago todo el papeleo— continuó, más para sí mismo, haciendo planes en su mente—. Puedes quedarte de mientras en el departamento que acabo de comprar, la seguridad del condominio es buena y nadie sin autorización puede entrar.
—No voy a huir, Liam— aseguró—. Hacerlo sería lo mismo que decirle en la cara que tengo miedo. Y no estoy solo, ahora tengo un hijo ¿recuerdas?
—¿Y crees que un niño va a detenerlo? Él no tiene conciencia alguna...
Liam se detuvo, con los ojos fijos en Cameron. Extrañamente se veía confundido.
Bajó la mirada, intrigado por la reacción de su amigo, encontrándose con un Cameron despierto que miraba a Liam fríamente. Era discordante el rostro infantil de Cameron con esa mirada tan madura, como si entendiera cada palabra a la perfección y era triste que alguien de tan corta edad fuera capaz de razonar tal situación.
—Soy perfectamente capaz de cuidar a mi familia, Payne— habló la voz fría de Louis detrás suyo. No notó el momento en el que la platica ajena se detuvo.
—No estoy diciendo lo contrario, Louis— respondió Liam—, pero tú no conoces a Ryan Banks como yo. El hecho de que en estos momentos esté en la ciudad ya es un peligro para Harry y cualquiera que él considere un obstáculo. Él no acepta un no por respuesta.
Bueno, en eso Liam tenía mucha razón. Si aquella relación tóxica había llegado a su fin, fue porque Ryan decidió que ya no quería estar con él y simplemente tomó sus cosas, le mandó un mensaje diciéndole adiós y que iría a París a reencontrarse a sí mismo porque estar con él lo hacía perder su enfoque. Como si Harry fuera la causa por la que tenía mierda en lugar de cerebro.
En punto era que siempre se hizo lo que Ryan quiso, como quiso y cuando quiso. Varias veces Harry intentó terminar aquello, pero terminaba desistiendo porque Ryan lograba manipularlo (ahora era capaz de ver cuánto fue manipulado) y las cosas volvían al mismo punto.
Pero Louis no lo tomó de buena manera, el ambiente se tensó cuando en el aire comenzaron a sentirse feromonas territoriales.
—No te lo vas a llevar — dijo Louis con voz hostil, era posible notar la amenaza bien oculta.
El cuerpo de Harry reaccionó al momento, sintiendo como si sus huesos se hubieran vuelto gelatina. Era la primera vez que escuchaba al alfa de Louis hablar. Y fue tan jodidamente caliente.
Sin darse cuenta, sus pies lo había llevado donde su esposo y se encontró rodeado en un abrazo posesivo que rodeaba su cintura y lo apretaba contra el pecho de Louis. Cameron seguía en sus brazos, pero lejos de estar incómodo casi podía jurar qué estaba ronroneando.
—Gracias por la oferta, pero no iré a ningún lado —rechazó cortés—. Como dije, ahora tengo un esposo que me cuida y un hijo que cuidar. Estaré bien.
—Harry...
Zayn, que hasta el momento se había mantenido al margen, se acercó a Liam y tomó una de sus manos.
—Harry ya tomó una decisión — dijo con suavidad, acariciando el dorso de la mano com su pulgar —. Como amigo, debes respetarla.
Liam hizo una mueca inconforme, pero no volvió a insistir.
=°=
Los siguientes en irrumpir en su casa para conocer a Cameron fueron, sorprendentemente, sus padres. Des y Mark aparecieron en su casa unos días más tarde, apenas el sol brilló en el cielo. No los despertaron, Louis ya se estaba preparando para ir a su oficina y Harry lo acompañaba como siempre mientras Cameron dormía plácidamente rodeado de sus peluches.
Lo extraño fue que ambos hombres se presentaron con los brazos llenos de bolsas con regalos y sin sus esposas acompañándolos.
—¿Dónde está mi nieto?— preguntó el hombre Tomlinson ni bien abrió la puerta. El impulso de no contestar y cerrarles la puerta en la cara latió firmemente, pero lo ignoró.
—¿Qué hacen aquí tan temprano?— Louis le ganó la pregunta, acercándose con un gesto de desconcierto.
—Vine a conocer a mi nieto— se apresuró a contestar Desmond.
—Papá, son las seis de la mañana — dijo Harry poniendo los ojos en blanco —, está durmiendo.
—Esperaré a que despierte — aseguró su padre —. ¿Puedo pasar? Esto pesa.
No tuvieron más remedio que dejarlos pasar.
Se sentaron en la sala, cada uno en un sofá diferente y se ignoraron por completo, para desconcierto de Harry. Sabía que habían sido mejores amigos desde hacía mucho tiempo y era extraño el comportamiento que tenían el uno con el otro.
Como si hubiera sido programado, un llanto rompió el silencio tranquilo del ambiente. Harry se apresuró a subir; Cameron lloraba aterrorizado sentado en el centro de la cama, aferrándose a un osito de peluche. Al verlo entrar, el pequeño se bajó de la cama y corrió a él.
—Tranquilo— dijo levantándolo en sus brazos, acariciando su espalda—. Estás a salvo.
—Soñé que Pat venía por mí— dijo entre hipidos—, y me encerraba en una caja muy pequeña para que ustedes no me encontraran.
Sus entrañas se revolvieron en dolorosos retortijones por el enojo que nació en él. Incluso lejos, ese hombre seguía haciéndole daño a su hijo.
—Nadie podrá apartarte de nosotros, Cam— susurró con cariño, meciendo su cuerpo para arrullarlo. El llanto de Cameron poco a poco disminuyó hasta desaparecer por completo, pero no volvió a dormir—. ¿Quieres conocer a tus abuelos?
No le agradaba la idea de que Cameron estuviera despierto tan temprano, pero el niño se negaba a dormir.
—¿Qué son abuelos?— preguntó Cameron separándose un poco para mirarlo a la cara.
—Los abuelos son los papás de tus papás — respondió, dándole un golpecito a su nariz—, abajo está mi papá y el papá de Louis.
Los ojos enrojecidos por el llanto de Cameron brillaron con curiosidad, asintiendo tímidamente. Aún con el niño en brazos, bajó para encontrarse con su padre y suegro, quienes seguían en su guerra silenciosa, escuchando a Louis advertirles en un tono sutilmente amenazador sobre no atosigar a su hijo.
Al verlo, ambos se levantaron con rapidez y se acercaron casi corriendo a ellos. La abrupta cercanía tensó a Cameron. Una mirada fue suficiente para hacer retroceder a los nuevos abuelos.
Se quedaron a unos cuantos pasos, mirando con ojo crítico al niño que les regresaba la mirada de igual manera. Al final, fue su padre quien habló primero, tras soltar una risa de alegría.
—Este niño tiene todo el porte de la familia— dijo con el orgullo rezumando en su voz—. Será un Styles de pies a cabeza. Cameron Styles, ¿te gusta, niño?
El niño no respondió, sino que lo miró curioso. Pero su suegro no parecía muy contento con eso.
—El niño será un Tomlinson — refutó Mark—, es lo natural.
Des bufó con desdén.
—Mi hijo es un Styles, es natural que su hijo sea un Styles también.
Ahora fue el turno de Mark de burlarse.
—Harry es un Tomlinson ahora, si él apellido de ambos padres en Tomlinson ¿no sería lógico que Cameron fuera uno también?...
—¿Vinieron a ver a mi hijo o a pelearse entre ustedes?— interrumpió fastidiado por la pelea necia entre los hombres—. Si vinieron a pelar, les invito a que lo hagan fuera de mi casa.
Traa darse una mirada asesina, los dos se presentaron ante su nieto. Cuando Cameron entró un poco en confianza con ellos, su padre y Mark le dieron sus regalos.
Tanto él como Louis casi se desmayan al ver lo que sus amados padres le obsequiaron a su hijo de cinco años. Un SmartWatch de última última generación, el Ipad más reciente del mercado con todos sus accesorios, una McBook edición limitada, así como una cantidad copiosa de ropa y zapatos de diseñador. También habían varias facturas de jugueterías para que después fueran a buscar las compras (los gastos excedían de los cuatro ceros).
Solo no le regalaron un maldito auto porque no tenía la edad para conducir.
¿Qué iba a hacer Cameron con tantas cosas? Estaba seguro que no cabrían todas en su casa. ¿Dónde iba a meter un inflable más grande que su patio trasero?
Así comenzó la competencia de quién era el mejor abuelo que duraría años.
=°=
Establecer una rutina que se ajustara a la presencia de Cameron fue más fácil de lo que había pensado.
Al principio estaba preocupado por que le resultara complicado atender a Cameron al cien por ciento él solo, él estaba acostumbrado a estar solo y por ello había veces en las que no tenía prisas por hacer esto o aquello. Pero Cameron era un niño muy tranquilo y silencioso que su presencia podía pasar desapercibida. Mientras él aseaba o cocinaba, su hijo jugaba en la sala con sus juguetes sin hacer el más mínimo ruido que constantemente revisaba qué estuviera bien, pero Cameron solo sonreía y seguía en su mundo.
Los primeros días durmió con ellos en lo que su terminaban su habitación y todo estuvo tranquilo, las pesadillas desaparecieron después de esas dos primeras noches y Cameron dormía en paz desde la noche hasta el amanecer. El problema apareció cuando su habitación estuvo lista y él tuvo de dormir solo en su propia cama. Su sueño tranquilo se volvieron aterradoras pesadillas que hacían que Cameron se despertara gritando, donde para calmarlo era necesario arrullarlo y cantarle canciones de cuna hasta que el niño se convenciera de que ya no estaba soñando.
La psicóloga les dijo en su primera consulta que llevaría tiempo superar los terrores nocturnos y que debían tener paciencia. Años de trauma no se irían de la noche a la mañana. Con el pasar de las semanas, el semblante enfermizo de Cameron fue cambiando a uno saludable. Las inhibiciones del niño fueron desapareciendo paulatinamente y comenzaba a comportarse como un niño normal de su edad.
El proceso de adopción iba muy bien, afortunadamente habían aprobado todos los exámenes y pruebas requeridas hasta el momento y, según la trabajadora social, pronto les darían una fecha para el juicio que determinaría el futuro de los tres. Estaban muy emocionados, pero también tenían cierto temor. ¿Y si el juez rechazaba la adopción?
Por otro lado, Cameron había comenzado a conocer a su demás familia poco a poco. Todos quisieron conocerlo de inmediato en cuando supieron de él, pero tanto Harry como Louis limitaron las visitas de sus parientes para no abrumar al niño. Una vez cada semana, un nuevo grupo iría para conocer al niño.
Primero fueron Anne y Gemma las que visitaron, adorando al pequeño. Luego fueron Jay y sus hijos más pequeños, quienes congeniaron de inmediato con su sobrino y pasaron toda una tarde jugando. Y así fueron hasta que todos, incluidos amigos, tuvieron su oportunidad de mimar a Cameron.
(Que, por cierto, tuvieron que limitar la cantidad de regalos para su hijo. Estaban a nada de llenar uno de los cuartos vacíos con ellos)
Fiel a su palabra, Hanna y su hijo eran una presencia constante en su casa. Jeremy y Cameron eran inseparables, podían pasar horas y horas jugando y no se aburrirían. Era tierno ver como una amistad inquebrantable comenzaba a formarse entre ellos.
Finalmente, unos días antes de terminar julio se llevó a cabo el juicio y el juez aprobó la adopción. Cameron sería legalmente un Tomlinson, hijo de Louis y Harry Tomlinson (si Desmond lloró cuando lo supo, nadie opinó nada).
Para celebrar el gran acontecimiento, los nuevos padres organizaron una reunión en su casa, donde ambas familias y amigos cercanos fueron invitados. Era un ambiente muy ameno, con los niños jugando en el patio y las madres se dedicaron a compartir experiencias y anécdotas a quienes quisieran escuchar (extrañamente Niall estaba muy interesado en el tema). Mientras que los padres advertían lejos de sus esposas.
Si Harry estaba con ellos, era porque tenía curiosidad de saber qué dirían.
—Tienes suerte Louis, ahora tienes un hijo y no tuviste que soportar todo un embarazo— comentó Mark en voz baja, como si estuviera compartiendo un gran secreto—. Tener que aguantar antojos extraños a media noche, masajes a cada rato, cambios de humor... Tuve que soportar eso cinco veces.
—Bah, mi hijo es dramático y problemático, no necesita un desorden hormonal para ser insoportable — dijo su padre con aburrimiento, pero sus ojos miraron a Louis fijamente para ver su reacción. Al no ver ninguna que valiera la pena, añadió:—No sé de donde sacó lo dramático.
Compartiendo una breve mirada con su hermana, Harry supo que no desaprovecharían la oportunidad para burlarse de su padre.
—¿De quién será?— preguntó burlona Gemma, adoptando una postura qué imitaba a la de su padre—. "Nadie en esta casa me respeta", "estoy seguro que harán una fiesta en lugar de un velorio cuando muera", "parece que estoy pintado".
El rostro redondo de su padre adquirió un tono rojizo por la vergüenza. Harry no estaba dispuesto a quedarse atrás.
—Que no se te olvide el "cuando tengan hijos se van a acordar de mí"— se burló con saña—. Yo no soy dramático, padre.
Pero Des no pretendía quedarse callado.
—Durante tu adolescencia fuiste un mocoso malcriado que si alguien te decía que no, encerrabas en tu habitación y no salías hasta que te cumplían tu capricho. Una vez me dijiste que te suicidarías si no te conseguía boletos VIP y pases exclusivos para el M&G de tu banda favorita del momento. Si eso no es ser dramático, ¿qué es?
Hizo un puchero infantil cuando su padre exhibió ese vergonzoso momento de su vida (aunque sí le consiguió los boletos, Des usó ese suceso como chantaje). Entonces, nadie podía culparlo por usar su arma secreta.
—Te acusaré con mamá que me estás molestando.
Y salió de la cocina.
Su madre estaba sentada junto a Jay, escuchando a Hanna hablar sobre su proceso de destete y para no interrumpirla, se agachó junto a su madre y en un susurro le contó las calumnias que su padre estaba diciendo de él.
Con un suspiro, ella se excusó y se encaminó a la cocina, donde los alfas hablaban, con él siguiéndola de cerca.
Casi rompe a reír cuando vio la expresión aterrorizada de su padre al ver a su esposa.
—Deja de molestar a tu hijo, eres un adulto — su madre era sutilmente amenazante, con una afable expresión en su rostro—. Si vuelvo a escuchar una queja de ti, haré que no veas a Cam por un mes entero.
Así, el imponente alfa, sin importarle que hubiera gente a su alrededor, hizo un puchero. Mirando directamente a su padre a sus ojos, alzó una ceja triunfante.
—Sí, querida.
Sin más que decir, Anne regresó a su plática. Nadie se rió, aunque en los rostros de todos era evidente el esfuerzo por no reír.
Un débil jalón en su pantalón lo hizo bajar la vista, encontrándose con Cameron completamente sudado.
—Papi, ¿me das un poco de agua?— preguntó en voz baja.
Tarareó mientras se hacía espacio para buscar un vaso. Escuchó a su suegro llamar al niño; de reojo lo vio cargarlo para sentarlo en la superficie de la isla.
—Mi querido nieto, si un día quieres o necesitas algo, dime y te daré todo lo que desees.
—Abuelito Des dice que no te hable porque eres un tarado y que eres un ladrón de familia — dijo Cameron en un susurro, pero todos lo escucharon.
Harry miró a su padre de mala gana cuando le dio el agua a Cameron, pero el obstinado hombre se encogió de hombros como si no hubiera hecho nada malo.
—¿Cuándo vas a superar eso?— Mark señaló a Des, acusatorio —. No te robé nada, así es como funcionan las cosas.
—Mi hijo es un Styles y aunque se case con mil hombres eso no va a cambiar.
Como si no fuera suficiente tener a dos hombres adultos discutiendo, Louis intervino para echarle más leña al fuego.
—Harry ahora es mi esposo y lleva mi apellido como tal, así como lo harán todos nuestros hijos— dijo con desdén —. Es mejor que lo acepte. Si desea nietos que lleven su apellido, tendrá que esperar a que Gemma tenga sus hijos.
Su hermana rechistó divertida, cruzándose de brazos.
—A mí no me metan.
—Una palabra más y dormirás en el sofá, ¿entendiste?— murmuró cerca del oído de su esposo.
Louis le dedicó una sonrisa radiante y asintió.
—Ya dije lo que quería decir.
Su padre intentó defenderse, pero el timbre lo interrumpió. Harry intercambió una mirada de desconcierto con su esposo, no esperaban a nadie ya que todos estaban presentes en casa en ese momento.
Al abrir la puerta, el pánico se apoderó de él al ver quién era su inesperado visitante.
—Escuché que había una celebración, ¿llegué tarde?