Es un gusto conocerte Ⓒ (PAUS...

By Christi-Dragneel

1.6K 320 378

Rose Valencia es una chica de diecisiete años que, visita a su madre durante las vacaciones de verano para po... More

PRÓLOGO
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18

Capitulo 4

104 21 13
By Christi-Dragneel


—¿Ustedes dos ya se conocen?

Nathan mira a Jake con una sonrisa y le explica la situación.

Yo la verdad, sigo un poco en shock al saber que será él quien me enseñe la ciudad. Tendré la oportunidad de agradecerle por lo de ayer.

—Por cierto—dice Nathan, y me percato que los dos me miran fijamente—No sé tu nombre.

Antes de poder contestar, Jake habla por mi—Se llama Rose. Su madre vive en el misma casa dondé vivo, así que desde ahora somos vecinos.

Yo asiento tras sus palabras. La verdad es que no sé que decir. Y por alguna extraña razón, no me quiere salir la voz.

Recorro mi vista hacia Nathan mientras Jake le comenta como debe ser el recorrido y las zonas que debe mostrarme. Los ojos castaños de Nathan miran con atención a su amigo, esta totalmente concentrado, como si se lo tomara muy enserio.

Mi teléfono comienza a sonar desde el bolsillo de mi pantalón. Me disculpo ante los dos chicos que me observan por la llamada y me alejo un poco para por fin contestar.

—¿Aló?

Esa voz, solo esa voz tan suave y áspera, podría alegrarme tanto los días.

—¿Abuelo, eres tú?

—¡Oh!—puedo lograr visualizarme su sonrisa tras el teléfono—¿Cómo estas? ¿Cómo fue tu día ayer?

En mi cabeza, se me hacen presentes imágenes de lo ocurrido ayer. Mi madre con una actitud indiferente. Las lagrimas que recorrían mis mejillas sin parar. Nathan y sus palabras, palabras que lograron que parase de llorar.

Antes de contestarle, trato de ordenar mis palabras en mi mente y tranquilizarme. No quiero pensar que mi abuelo este triste por mi. Así que le miento, aun que me duela.

—Estoy bien. Justo iba a dar un recorrido por la ciudad–logro justo lo que quiero, que mi voz sea serena.—Ayer, pues...todo bien.

Termino de hablar y me muerdo un poco la lengua. No puedo hablar más del tema o me delatare yo misma. Que sería lo peor.

—¿De veras?—dice detrás de la linea junto con una tos—Disculpa, no pude llamarte ayer porqué justo comenzo a llover aquí. El lado bueno, es que no hace tanta calor.

¿Una lluvia en pleno verano? Bueno, ya es probable en estos tiempos. El clima ha cambiado mucho últimamente. Pero, eso no es lo que me importa ahora mismo, si no más bien la tos de mi abuelo.

—¿Estas bien? Escucho que estas tosiendo.

—No, no. Tranquila. Solo es un pequeño resfrío–noto un leve animo en sus palabras. Lo cual me tranquiliza.

Confío en sus palabras. Siempre lo he hecho.

—¡Hey, Rose!

El llamado de Jake me sorprende y volteo con el teléfono pegado a la oreja. Al verlo, logro notar como agita su mano mientras se despide de los dos. Nathan hace el mismoo gesto que yo al despedirnos de él. Mi mirada se dirige hacia la única persona que tengo a mi lado. Entonces y sin aviso, él ya me estaba observando; se rasca la nuca incomodo y me señala con su mano libre que me apresure.

—Rose, ¿Estas ahí?

Avergonzada. Desvío mi mirada ante la de Nathan. Y le contesto a mi abuelo rápidamente.

—Si, si. Papá, Aquí estoy... pero ya debo irme. Te llamare más tarde, ¿vale?

—Vale, mi niña. Ten cuidado y diviértete.

—Lo mismo digo, cuidate. No quiero enterarme de que tu resfrío es peor. Si es así, me regreso a casa.

Su risa se escucha fuerte tras la linea telefónica. Logro sonreír, esperando que se diera cuenta, aunque se que no me ve.

—Esta bien, Rose—dice entre carcajadas—Hasta luego.

Cuelga y yo también lo hago.

Guardo mi teléfono en el bolsillo y le indico a Nathan que ya estoy lista. Se le ve nervioso, aunque no creo que este más nervioso que yo.

—Bueno...—comienza a decir, y se frota el cabello con su mano—Según Jake, debes comenzar en el Balneario.

—¿Balneario?—pregunto curiosa—¿Esta lejos?

Nathan mira en dirección al sur y piensa unos segundos, no tarda en contestar.

—Esta solo a unos minutos, pero creo que demoraremos si es que no tomamos el autobús. Como desearía tener mi propio auto ahora mismo—ríe un poco y logro notar que se les forman dos hoyuelos tras su sonrisa.

Le digo que no me molestara en tomar el autobús en absoluto, así que tras mi respuesta, me explica que caminemos hacia la parada de autobuses más cercana. No tardamos en llegar, ni en esperar el transporte. Pero para nuestra desgracia, estaba lleno. Nathan me deja subirme primero y luego él subo detrás de mi, le entrega el dinero al chofer y este se lo agradece.

Todos los asientos estaban ocupados tanto de adultos como niños y jóvenes los ocupaban; Niños, que jugaban en sus asientos pensando que irán a una gran aventura; Jóvenes, que charlaban entre si sobre sus propios exámenes; adultos, que miraban sus teléfonos cada vez que les llegaba una notificación o simplemente, algunos miraban desde sus ventanas el paisaje que se les mostraba.

Mi estatura me impidió sujetarme desde arriba, en el pasamanos. Si, era bastante baja, no superaba el 1.60 m. Nathan con lo bastante alto que es, para él esto era sencillo. Y si esto no podría ser peor; el autobús se detuvo con una frenada horrible para recoger más pasajeros, ahora si que estaba más lleno de lo normal.

El poco espacio que tenia entre Nathan y yo, desaparecido rápidamente...hasta el punto de estar sumamente pegados uno con el otro. Nathan seguía afirmado desde arriba, levante la mirada para poder verlo, aunque no se de donde saque el valor para hacerlo, el hecho de estar ya muy pegados me puso los pelos de punta. Intenta decirme algo pero con ruido que hace el motor del autobús no logro escucharlo.

Para mi sorpresa, mientras que con su otra mano se sostenía desde arriba, su otra mano libre me agarra de la cintura al momento en que otra vez el chofer frena bruscamente. Su brazo cubre toda mi cintura y siento nuevamente ese cosquilleo recorrer en todo mi cuerpo y en como mis mejillas toman color.

—No te muevas, podrías caerte. Puedes sujetarte de mi, si quieres—susurra levemente. Esta vez, escuche cada palabra que salió de su boca.

—Gra-Gracias—balbuceo. Rodeo su espalda con mis brazos para poder agarrarme bien. Siento que esto es tan vergonzoso y a la vez incomodo, no sé si para él es lo mismo. Me gustaría saber que piensa en este momento.

Ahora sólo quiero que lleguemos a nuestra parada lo más rápido posible.


Finalmente llegamos a nuestro destino. Nathan me ofrece su mano al bajar los peldaños del autobús y le agradesco por el gesto. Es bastante caballeroso. Levanto la mirada una vez que bajo y mi encuentro con una playa que resalta por su gran estado de animo que se ve en las personas. Arena blanca, el sol ilumina con suavidad y unas olas fantásticas; así es como siempre me han descrito una playa perfecta.

—Este es el Balneario. Es una playa muy bien reconocida y esta cerca de restaurantes como puedes ver ahí—me señala con su dedo hacia algunos de ellos—La mayoría viene en familia para poder relajarse o divertirse. Es un ambiente bueno.

Escucho con atención a sus palabras y miro hacia mi alrededor. Veo a familias disfrutando del paisaje. Por alguna extraña razón, me imagine estar con mi madre así de feliz como esas familias. Retiro esa imagen en mi cabeza y me vuelvo a concentrar en la realidad.

—Al otro lado de ese restauran, se encuentra el parque llamado: ''Las almejas''—continua informándome Nathan, mientras apoya su mano en mi hombro y esboza una sonrisa—Es tranquilo estar aquí, hay mucha seguridad vigilando, ya sea por si algún tonto intenta hacer algo inadecuado.

—Me dieron hasta darme un chapuzón en el mar—le menciono con una sonrisa también.

—Podríamos alguna vez pasar el día aquí, si quieres.

Lo miro extrañada, ¿Se refiriere a que solo estemos los dos?, no dudo en preguntárselo.

—¿Solo... tú y yo?

Su semblante cambia totalmente y desvía la mirada de la mía. Un sonrojo leve se asoma en sus mejillas.

—Quiero decir, que quizás podríamos estar con Jake y unos amigos más.

—Ya veo. En ese caso, me encantaría. Si es para no estar encerrada en mi habitación y escuchar la voz de mi madre, iré.

Mi respuesta es fría y no trato de ocultarla. Nathan me observa como si quisiera saber porqué reaccione así. Trato de cambiar el tema.

—¿Cual es siguiente lugar en la lista?

—La portada. Es el monumento natural que tenemos aquí—me toma de la mano y me lleva a la parada de autobuses más cerca otra vez. Me sorprende que nuestras manos encajen tan perfectamente—Tenemos que verla si o si, te encantara. Así que vamos.

La portada; había escuchado de aquel monumento, se dice que es un pedazo de roca en forma de arco. Algunas personas quedan impresionadas, mientras que otros piensan que es solo un pedazo de rocas sin ningún sentido alguno.

—¿Alguna vez la has visto? Me refiero en fotos—me pregunta, mientras nos sentamos en la espera del autobús.

—Si, sólo en fotos—respondo con timidez. Tomo un mechón de mi cabello y lo pongo detrás de la oreja.

El transcurso fue largo, duro unos 45 minutos para ser exactos. Y ya sin más rodeos, habíamos llegado. Lo primero que ven mis ojos nuevamente es el Océano, y como no, era tan inmenso que cubría toda la costa pacífica; desierto, también nos rodeaba y un pequeño museo, bastante pequeño diría yo. El sol  ya se estaba escondiendo, dejando ver un tono rosa en el cielo. El viento soplaba fuerte mientras nos acercábamos al monumento. El calor abundaba en esta zona, así que sujete mi cabello en una cola sin dudarlo.

Nathan caminaba delante mío con una distancia larga, se le veía agotado, incómodo o tal vez molesto, su expresión de alegre había cambiado un poco en el  transcurso de balneario hasta aquí. ¿La razón? Ni yo lo sé, pero me gustaría saberlo.

Cada vez nos acercábamos más al monumento, y cada vez sentía que él no quería estar aquí.

—Rose, por aquí—me indica señalándome con su dedo indice. Su tono de voz animada, decía lo contrario a la actitud que pensé antes. Quizás sólo era mi imaginación.

Si... debe ser mi imaginación.

Me acerco lo bastante y un sendero superior de una altura elevada me llama la atención. La portada entraba frente a mis ojos; apoyo mis manos en el pasamanos para observarlo con determinación. Sin duda, era algo hermoso que sólo la naturaleza podría crear.  Puede que sea pequeño, pero eso no le quita la chispa de asombro que causa en mí.

Mi acompañante se posa a mi lado, su mirada es traviesa y ríe al ver mi reacción.

—Es hermoso—digo finalmente, después de estar unos minutos callada observando el gran arco de rocas.

—Lo sé. Yo dije lo mismo cuando lo vi por primera vez.

Sus palabras captan mi atención, haciendo que volteara a verlo. Debido que no esta el sol, no logro visualizar bien su mirada en mi y un tono rosa del cielo cubre toda su piel, mientras que sus ojos brillaban como las estrellas que comenzaban a hacerse presente.

—¿No eres de aquí?—pregunto al instante. Fue lo primero que pensé.

Como respuesta, entre una sonrisa y una risa cantarina, dice:

—Así es, Rose.


Nota de la Autora: Espero que les haya gustado ♡^▽^♡
Me gustaría que dejaran sus comentarios respecto a la historia. Me he dado cuenta que hay lectores fantasmas y prefería que den su opinión 💕 por favor.

¡Nos vemos!

Continue Reading

You'll Also Like

31.5K 5.2K 53
Lin An, aquejado de una severa ansiedad social y una limpieza obsesiva, rara vez se aventuraba a salir y prefería pasar los días en casa, comprando a...
8.5K 1.2K 33
--- **Mi Vida en el Mundo de Ranma** Nunca pensé que mi vida tomaría un giro tan extraño, pero aquí estoy, renacida como la hermana gemela de Akane T...
9.1K 788 24
Si tenemos suerte aveces en la vida tenemos un amor de oro y un amor de plata, el amor de oro es esa persona a la que vas a amar toda la vida, así se...
40.3K 2.3K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...