Habían pasado dos semanas desde el encuentro que tuvieron los miembros del Servicio Secreto contra los Yakuza, desde entonces, las cosas en la agencia habían estado relativamente calmadas, para ser más exactos, el crimen en la ciudad se había reducido a nada. Obviamente recibían llamadas, pero nada más allá de crímenes menores, un par de asaltos o quejas de los vecinos por adolescentes con fiestas ruidosas.
Ushijima se encontraba en su oficina revisando informes de la noche en que cayeron en la trampa de los mafiosos, gracias a eso pudieron saber que los Yakuza tenían a alguien con una mente brillante, pues crear ese tipo de distracciones y más aún, estar seguros de que funcionaría requería de un gran valor o de una gran indiferencia, y si de algo podía estar seguro era de que el autor de esa trampa tenía una de esas cualidades a su favor.
La puerta de su oficina se abrió, mostrando así a los hombres con los que se había pasado investigando las últimas dos semanas, se podía decir que todos ellos formaban parte de la elite de la agencia, eran los mejores agentes en lo que a sus respectivas áreas se trataba y justo por eso, es que Ushijima no había dudado en integrarlos a esa misión. ꟷLlegan tarde, ¿estaban teniendo algún tipo de cita quíntuple?ꟷ El pelioliva habló con calma mientras continuaba tecleando en su computadora, no tuvo que levantar la vista para saber que tipo de expresiones habían puesto los contrarios, todos los hombres tomaron asiento alrededor del escritorio de su jefe, no sabían con certeza para que los mando a llamar pero suponían que tenía relación con la mafia.
ꟷY bien... ¿Para qué nos llamaste? Dime que tienes novedades sobre los bastardos que nos tendieron la trampa...ꟷ Kuroo se dejó caer en uno de los sillones mientras observaba a su jefe teclear con rapidez, el pelinegro había estado de un humor de perros las últimas dos semanas, era demasiado perfeccionista y por ende, odiaba que una misión saliera mal.
ꟷYa vas a empezar, sabemos que estas molesto pero, ya supéralo Kuroo, lo único que vas a ganar haciendo berrinche es que te dé una buena patada en el trasero. ꟷ Iwaizumi habló con algo de diversión en su voz, llevó sus dos manos a su nuca y cerro sus ojos mientras recargaba su espalda en la pared.
ꟷSi tanto quieres mi trasero solo tienes que pedirlo... Aunque, debo admitir que Oikawa me cae demasiado bien como para quitarle a su hombre.ꟷ Kuroo sonrió con burla mientras observaba al azabache fruncir el ceño ante su comentario, los demás integrantes se mantuvieron en silencio y negando ocasionalmente por el intercambio de palabras que había entre ambos chicos.
ꟷSi ya terminaron, me gustaría empezar con esta reunión. ꟷ Ushijima hizo un pequeño ademan que ocasiono que la habitación quedara en completo silencio, a pesar de que todos llevaban una buena amistad dentro y fuera del trabajo, en la oficina el pelioliva seguía siendo su superior y por lo tanto, sus órdenes eran algo que tenían que respetar. ꟷBien, tal y como pediste Kuroo, esta reunión es para hablar acerca de los Yakuza, porque en efecto, ellos fueron los responsables del intercambio y de la trampa. Asahi ha estado investigando al respecto, les pedí que vinieran porque el creyó conveniente decirles lo que ha sabido hasta ahora. Asahi, por favor. ꟷ Asintió en dirección al castaño para así cederle la palabra, se recargo en su escritorio y cerro un momento sus ojos, no había dormido mucho los últimos días, el trabajo lo estaba consumiendo además de que, por alguna razón que desconocía, desde aquella noche, no había podido dejar de pensar en el alegre pelirrojo del bar.
ꟷBueno, tal y como dijo el jefe, las últimas dos semanas he estado exprimiendo toda información posible en la red. La verdad es que, incluso aunque estamos hablando de los criminales que encabezan la lista de los más buscados, nadie conoce con exactitud la apariencia física de sus miembros principales. Me refiero, hay personas que aseguran haber tratado con ellos, pero sus descripciones no son más que las de sus miembros secundarios... Antes de que comiencen a quejarse, no, no los reunimos aquí por nada, la verdad es que, después de pasar 72 horas seguidas en el mercado negro de internet, conseguí un par de nombres que nos pueden ser de utilidad. El primero es de un joven ruso llamado Lev, al parecer es uno de los miembros mas recientes de la mafia, un polluelo, si, pero resulta que también es el chico que nos tendió la trampa, no se si es él autor principal, lo dudo mucho pero, por algo se empieza.— El castaño se acercó a cada uno de los presentes y les tendió una carpeta, con un pequeño ademán les indicó que la abrieran para así revisar su interior. —Como dije, no es mucho, aun así, es más que nada. El otro nombre que pude conseguir en realidad no es de un miembro como tal, pero creemos que puede estar relacionado personalmente con alguno de ellos. Se trata de Shirabu Kenjirō, un joven periodista del periódico local, a simple vista puede dar una buena impresión, pero, casualmente él es quien ha escrito todos los artículos relacionados con las bandas de criminales más sonadas de Japón, lo cual es extraño porque, en ningún momento ha comentado sobre nuestros amigos Yakuza.—
—Lo que dices es que posiblemente este cubriendo a alguien... ¿cierto?— Daichi, quien se había mantenido atento a la explicación se encontraba ahora observando fijamente las fotografías que se encontraban en la carpeta.
—Es lo más probable, si. El joven tiene una apariencia callada, el perfil perfecto si hablamos de alguien que guarda secretos.— Asahi se encogió de hombros y tomó asiento junto a Tsukishima en el sofá, a decir verdad, se sentía un poco frustrado por no conseguir algo de mayor calidad, se notaba que estaban lidiando con profesionales, después de todo, era como si estuviera buscando a una brigada fantasma.
—En ese caso, deberíamos ir a visitar al joven Kenjirō, tal vez Lentes-kun podría invitarle un café.— Kuroo le lanzo un guiño al rubio mientras reía ligeramente, justo ahora, comenzaba a sentirse más relajado, la información, si bien era poca, les daba una pista de donde comenzar y eso era más de lo que pudo esperar.
—No es mala idea, pero seguro que esta bien que yo lo haga, es decir, esa es su especialidad después de todo... ¿No, Kuroo-san? — Tsukishima acomodo sus lentes con un gesto elegante y sutil, una pequeña sonrisa apareció en la comisura de su labio, los demás hombres comenzaron a reír ante el comentario del rubio, normalmente solo intervenía en la conversación cuando lo creía prudente y eso usualmente sucedía cuando el moreno lo llegaba a hartar.
—Antes de que comiencen a matarse unos a otros, déjenme darles las últimas indicaciones. — Ushijima interrumpió el pequeño momento de risas poniéndose de pie, rodeo su escritorio para quedar enfrente de los demás miembros y se cruzó de brazos. —La prioridad actual es investigar a esos dos sujetos, no sabemos si el enemigo tenga información sobre nosotros, de cualquier forma, intenten ser lo más precavidos que se pueda. No les diré como trabajar, eso será cuestión de cada uno, sin embargo, me gustaría que estuvieran en constante contacto, entre ustedes y conmigo. Azumane seguirá investigando y cualquier información que consiga se las enviara a sus correos. Ahora sí, pueden ir a matarse o golpearse, pero fuera de mi oficina por favor. — Dejo escapar una pequeña sonrisa por su ultimo comentario y observo como los hombres salían del lugar, Kuroo aun iba discutiendo con Iwaizumi y al mismo tiempo molestaba al pobre de Tsukishima, Daichi negaba suavemente y Asahi solo sonreía, fue en ese momento que cayó en cuenta de cuan bueno era su equipo, todos ellos habían estado a su lado en los momentos más difíciles de su vida y pese a que, sabía que todos se culpaban, el no podía sentir otra cosa que gratitud hacia sus personas.
Cuando la puerta de su oficina se cerró por completo su mente abandono el lugar, toda su memoria comenzó a llenarse de recuerdos, buenos y malos, alegres y tristes. Desde el día que vio nacer a su hermano hasta el día en que lo vio morir, ese último recuerdo en especial, era algo que lo atormentaba cada día que pasaba, aun podía recordar el llanto de su madre y las maldiciones de su padre acompañados de los gritos de desesperación por parte de su hermano menor, fue la primera vez que probo el sabor de la derrota, fue la primera vez que Ushijima supo lo que era no poder hacer nada.
Aquella noche se repetía en su memoria una y otra vez, era como si tuviera un reproductor de video programado para repetir infinitamente los detalles de ese horroroso recuerdo, era como si la vida quisiera reprocharle una y otra vez que no pudo hacer nada para salvar a su familia. Fue un martes por la noche cuando todo pereció, la noche era fría y el cielo estaba nublado, por las calles se respiraba el suave olor a tierra mojada y a humedad, Ushijima se encontraba corriendo a toda velocidad en dirección a su hogar, su respiración estaba agitada y podía sentir como su pecho era presionado ocasionándole bastante dolor. Cuando recibió la llamada todo a su alrededor se congeló, se negó rotundamente a escuchar a los demás, Kuroo quien se encontraba en una misión le rogó por teléfono que lo esperará, cosa que obviamente no había hecho, Asahi por otra parte, intento convencerlo para que lo dejara investigar más a fondo sobre la situación pero, siendo sincero, nada de eso importaba, lo único realmente relevante en esos instantes era que estaba a punto de perder todo lo que más amaba en la vida. Salió disparado de la agencia, no quiso escuchar a nadie, incluso golpeo a todo aquel que se interpuso en su camino, aún así, para el momento en que llegó a su hogar, ya era demasiado tarde... Recordaba que en alguna clase le mencionaron cuanta sangre contenía un cuerpo humano, sin embargo, nunca dejo de sorprenderle como era que un cuerpo tan pequeño como el de su madre o él de su hermano contuviera toda esa cantidad.
La vida daba muchas vueltas, y si algo había aprendido esa noche, era que, realmente no importaba si un día lo tenías todo, pues podía ser que al día siguiente ya no tuvieras nada. Aquella noche su familia murió y una parte de él había muerto también; su vida entro en un estado de pausa, todo se había convertido en una escala de grises pues cuando se pierde a alguien, se torna en tu interior un vacío inaguantable que a veces es difícil soportar. Siempre es terrible sentir como pierdes a alguien importante. Y aún peor cuando sabes que ya no hay vuelta atrás, porque simplemente, hagas lo que hagas, las cosas no volverán a ser iguales nunca más.
~~~~Quedo más corto de lo que me hubiera gustado y a mi parecer es un capitulo bastante chafa pero, realmente quería actualizar ya. Me demore bastante por cuestiones escolares, además de que tuve algunos problemas de salud. Afortunadamente ya estoy de vacaciones así que podre subir capitulo más seguido y tratare de que sean mejores. Enserio una enorme disculpa 👉👈 u.u