SIEMPRE HAS SIDO TÚ ◇ (Kookmi...

By goldencloset113

1.5K 245 181

Antes de partir de este mundo, Jeon Jungkook decide contarle a su hijo su historia de amor con Park Jimin. ◇H... More

Siempre fuiste tú ~

1.5K 245 181
By goldencloset113

Uno nunca sabe qué es lo que le tiene preparado el destino.

Nunca podremos adivinar que será de nosotros en un futuro, o con quién estamos destinados a pasar el resto de nuestras vidas.

Poder llegar a conocer a esa persona.
A aquella a la que te entregues en cuerpo y alma.
A quién le des todo de ti sin importar que.

Esa persona de la cual te enamoras perdidamente, sin saber si serás correspondido o no, cuando solo sucede y ya.

Aunque... Tal vez la mayoría de nosotros hoy busca ir solo por el camino fácil.

Planean su futuro, y lo hacen de la manera que sea fácil y conveniente para ellos, sin complicaciones, solo les interesa buscar o encontrar alguien físicamente bello o con demasiado dinero.

Pero...

¿De esa manera logran llegar a lo que todo hombre por naturaleza aspira?

¿Logran ser felices?

Tal vez si.

Pero, ¿verdadera y completamente felices?

En verdad, eso no lo se. Pero yo creo que esas personas que solo buscan su beneficio, y aunque vivan perfectamente bien y sin ningún problema, no logran la completa felicidad.

No conocen lo que es amar sin límites, caer profunda y ciegamente enamorado de esa persona en especial, así como yo lo hice, así como me sucedió a mí.
Tan de repente, de la nada, sin siquiera darme cuenta de lo que me estaba sucediendo, pero de lo que no me arrepentiría jamás en la vida.

Sí, tal vez antes era como esas personas en un principio, un maldito egoísta y egocéntrico, que no le importaba nadie más que solo yo mismo y quería ser mejor que todos los demás, tenerlo todo, cuando en realidad, no lo tenía nada.

Hasta que lo conocí a él.

Esa pequeña y frustrante personita -reí tristemente-, qué logró llevarse todo de mí.

¿Cómo fui tan estúpido de no darme cuenta antes de lo hermoso que era? De ser así lo hubiese tenido más tiempo junto a mí, hubiese aprovechado cada uno de los momento que hubiese podido tener junto a él. Tantas cosas que le hubiese dado, tantas que me faltaron entregarle; aunque de todas maneras no perdí ni un segundo del tiempo que nos quedaba juntos, haciéndole saber a cada instante lo mucho que lo amaba.

...》《...

"Miren al nerd."

"Hola virgencito."

"La niña puritana viene para aquí."

Nunca fui capaz de detener todos esos horribles comentarios hacia él cuando pasaba por los pasillos de la escuela, no cuando yo también formaba parte de ellos, juzgándolo, hiriéndolo sin siquiera conocerlo un poco, sin saber que muy pronto él iba a convertirse en lo más importante en mi vida.

Hasta que llegó ese día...

"¡Jeon! ¡A la sala de castigos!"

Creo que nunca en mi vida pensé que amaría tanto que me castigaran, porque gracias a esa tarde, en ese salón, iba a cambiar mi rutina por completo.

Nunca entendí una mierda de matemáticas y por discutir con la profesora tuve que ir con un particular.
Tampoco nunca se me cruzó por la cabeza quien sería la persona que me ayudaría.

Nunca pensé que sería él.

Cuantas burlas de mis amigos me llevé por eso, y a mí tampoco me agradaba la idea de estudiar con el nerd puritano.

Pero, día tras día, tardes y hasta noches que pasaba junto a él, me explicaba temas nuevos y otros que nunca jamás había entendido, me daba ejercicios de práctica y me prepararme para los exámenes. Siempre estaba tan dispuesto a ayudarme en todo, a sacar lo mejor de mí, a mejorar siempre un poco más sin importarle todo el daño que yo le había generado muchas veces.

Y me hizo sentir algo que jamás nunca nadie pudo hacerme si quiera pensar.

¡Yo quería cambiar!

Quería cambiar mi estupida forma horrible de ser.

Quería hacerlo por él, ser mejor, y no solo en matemáticas, quería ser lo suficientemente bueno para él, una mejor persona, hacerlo feliz y darle a entender que gracias a él podía avanzar y seguir adelante de esa manera; ser digno de su aceptación.

Cada vez que me alentaba cuando algo me salía mal, cuantas veces tuvo que explicarme todo de nuevo, más de una vez sin reprochar nada cuando no lograba comprender.
Se aguantaba cada uno de mis enojos, esos días en los que llegaba con un humor de mierda y le respondía muy mal, sin tener él la culpa de nada.

Cuantas veces lo hice sentir tan mal en mis ataques de ira. Pero él... él sin embargo, a pesar de todo seguía ahí conmigo, queriendo siempre hacerme sentir bien, comprendiéndome y sin dudas cambiándome la vida por completo sin ser consciente de ello.

Lo llegue a admirar tanto.

¡Y es que por dios! ¡Ya no podía pasar ni un segundo sin él!

Tan solo un día sin verlo, sin ver esa sonrisa tan hermosa, dedicada solo para mí cuando se emocionaba al yo lograr hacer todo bien, aquella que también me hacía sonreír a mí al verlo tan feliz, y como sus ojos desaparecían al hacerlo, no aguantaba ni un segundo sin tenerlo cerca, sin tener su presencia junto a mí.

Parecía que había encontrado a un hermoso ángel caído del cielo, al más divino de todos, que había llegado a mí para salvarme, y no puedo estarle más agradecido a dios por haberlo dejado en mi camino.

Era la persona más perfecta que había conocido en toda mi vida.

Y cuando menos lo acordé, ni siquiera llegué a analizarlo o comprenderlo porque ya era algo obvio y lo había aceptado a penas me di cuenta de ello.

Me había enamorando de él.

Me conquistó sin siquiera intentarlo. Logró lo que nunca nadie puedo llegar a hacer antes. Logró encontrar la llave de mi corazón, aquella que tenía bien guardada bajo llave, y lo hizo sin problema alguno, instalándose allí y ganando su permanencia por siempre, ocupándolo a todo para no darle lugar a nadie más que quisiera adentrarse en él, porque solo él era el dueño de mi corazón, y eso nadie lo iba a cambiar.

Y como no enamorarse así, con alguien tan perfectamente bello y único como él, tan bueno y dispuesto a todo bien. Sin dudas era un ángel, tan puro e inocente, tan hermoso tanto por dentro como por fuera...

Ciegamente perdido en su forma de ser, todas las emociones y sensaciones nuevas que me hacía sentir y que nunca había experimentado antes.
Junto a él, nada era malo, no existía ningún mal, no más Jungkook primero que todos, era primero Jimin, mi prioridad, y luego el mundo, ya no importaba ni yo ni nadie más.

Me había cambiado en todos los sentidos y me sentía tan completo a su lado, me encantaba sentirme de aquella manera, me gustaba tanto sentirme así por él y por nadie más que él.

Y me enamoré completamente, sin darme cuenta, así como cuando te vas quedando dormido, primero lentamente y luego tan de golpe.

Nada ni nadie podía compararse con él, ni siquiera asemejarse un poquito, porque todo de Jimin era perfecto, increíble, y siempre lo fue, solo que antes había sido un total idiota sin cerebro, sin la capacidad ni el razonamiento para darme cuenta de lo que mi destino me estaba ofreciendo en bandeja de oro para mi futuro.

Siempre fue él, siempre estuvo frente a mí, esperándome. Pero por suerte pude darme cuenta lo suficientemente a tiempo y ser la persona más feliz viviendo a su lado, al menos durante el tiempo que me lo permitió.

Pero el problema fue, ¿cómo iba a hacer para decírselo? ¿cómo me confesaría ante él?
No iba a dejarlo ir luego de saber que era mi más grande tesoro en este universo.
Pero también tenía miedo de que todo saliera mal, no quería perderlo nunca, por nada en el mundo, sin él todo iba a ser miserable y sin sentido alguno, nada valdría la pena si no lo tenía.

Hasta que recordé.

La obra que hacían todos los años en la escuela.

Una de amor, en la que él siempre se ofrecía para actuar y rellenar los lugares faltantes, pero ese año él cumplía el papel del protagonista principal, y para mi suerte necesitaban al otro personaje y yo no iba a desaprovechar esa oportunidad que se me estaba dando.

Sabía que me haría quedar en total ridículo frente a todos, y que ya no sería aceptado por mi grupo de amigos.
Pero eso ya no me importaba en lo absoluto, ya no me importaba nadie más que él, no me importaba perder a toda una bola de insulsos; si con eso ganaría a la persona que estaba resguardada en mi corazón.

Entonces sin dudarlo entré al grupo y tomé el segundo papel principal.

El gran día llegó pronto luego de tantos ensayos; recuerdo la cara de sorprendido que puso al verme allí.

Ya ambos siendo los protagonistas de una hermosa historia de amor que estaba por comenzar, no solo en la ficción, sino tambien en la realidad. Y al final de la obra, nuestros rostros tan cerca, declarándonos amor eterno el uno al otro, finaliza el acto, más nunca separamos la cercanía entre nosotros. Se cerraron las cortinas rojas del escenario, y cuando ya nadie nos veía, y solo quedábamos nosotros dos, me acerqué aún más, terminé de acortar la distancia ente ambos, y al fin lo besé.

Sin dudas aquel fue el mejor día de toda mi existencia.

Había esperado tanto tiempo por ese momento, y hasta fue aún mucho mejor de lo que me imaginé. La inexplicable sensación que recorrió todo mi cuerpo al poder por fin probar sus preciosos labios, todo un conjunto de sentimientos y emociones mezcladas brotó dentro de mí, sin dudas no podía estar mas alegre.

Me separé lentamente, y lo observé sonreír tímido, agachó su cabeza bajando la mirada, con un leve rubor en sus mejillas.

"Lo siento Jimin, lo siento tanto, pero ya no puedo más, no puedo ocultarlo más. Te amo."

Y así fue que tomé valor y se lo dije, me declaré a él.
Acuné su delicado rostro entre mis manos y nuevamente lo volví a besar, dulcemente, sin apuros, disfrutando de la textura de sus deliciosos labios y de todas las sensaciones que fluían en mí.

No duró mucho, ya que cortó aquel beso y se abrazó tan fuerte a mí, escondiéndose en mi pecho, y comenzó a llorar sin parar.
Me puse demasiado tenso al darme cuenta de aquello y me asusté cuando levantó su vista y me miró entre lágrimas.

"Jungkook te amo, desde siempre lo he hecho, toda mi vida y no puedo estar más feliz ahora sabiendo que te sientes de la misma manera y soy correpondido, pero no podemos estar juntos, perdóname por favor."

¿Que?

Esa mirada triste, con sus ojitos rojos e inundados en llanto; acarició mi mejilla suavemente y se alejó corriendo.

La tristeza me invadió.

Nunca en mi vida había tenido esa horrible sensación. Todo dentro de mí se había destrozado. Había escuchado mi corazón romperse, pero no iba a darme por vencido, no dejaría todo así sin ninguna explicación ni un por qué de su respuesta.
Así que daría pelea, y lucharía contra todo lo que quisiera separarme de él, porque estábamos destinados a ser felices juntos y de eso no tenía ninguna duda, nada ni nadie lograría apartarme de él ahora.

Entonces, esa misma noche luego de pensarlo lo suficientemente bien, me dirigí corriendo lo más rápido que pude directo hasta a su casa.

Cuando llegué a su hogar, golpeé tan fuerte y sin parar su puerta que su padre salió demasiado enojado, dispuesto a gritarme un sin fin de groserías por molestarlo a esas horas de la noche, pero sin embargo no lo dejé modular ni una palabra.

"Por favor, ¿dígame dónde está Jimin?, necesito hablar con él y es urgente."

"El no puede hablar con nadie ahora." Me respondió secamente.

"Señor, amo a su hijo. Lo amo con toda la fuerza de mi corazón y mi alma. Por favor, usted es su padre y sé que el me ama a mí de la misma manera, pero nose que fue lo que sucedió porque me rechazó así. Necesito una explicación, de lo contrario no me daré por vencido, todo lo que tenga que hacer por él lo haré y eso implica arriesgar mi vida lo haré sin dudar, porque lo amo tanto que no se da una idea, y sin él nada va a tener sentido para mí, nada valdrá la pena ya, y no estoy mintiendo, soy totalmente sincero, lo juro... Por, por favor."
Rogué.

Me arrodillé frente a él, y cuando levante la mirada Jimin cruzaba por el costado de su progenitor, dirigiéndose hacia mí.

"Déjanos un momento papá."
Jimin lo miró y el hombre solo asintió con la cabeza no muy seguro.
Nos dirigió una última mirada y entró a la casa cerrando la puerta, dejándonos solos.
Jimin se agachó frente a mí.

"¿Por qué me haces esto aún más difícil Jungkook?"
Me preguntó con una tristeza notable en su rostro.

Juntó nuestras frentes, acunó sus pequeñas manos en mis mejillas, cerró fuertemente sus bellos ojitos y juntó suavemente nuestras bocas en un delicado y suave beso.

"¿Qué se supone que es lo que estoy haciendo mal Jimin? ¿El amarte como loco?"
Le pregunté desesperado.

"Jungkook, tengo leucemia."
Soltó sin escrúpulos.

Cuando mis oídos captaron aquellas palabras, fue como que si un balde de agua congelada cayera sobre todo mi cuerpo.

Cuando escuche eso salir de sus labios, fue como que si el fin el mundo estuviese pasando frente a mis ojos, llevándoselo todo, arrastrando todo a su paso, y dejándome solo allí, sin nada ni nadie.

Me quedé mirándolo sorprendido. No había escuchado mal, por más que quisiera haberlo hecho.

"¿Qué, qué has dicho? Es mentira, ¿verdad? Dime que lo es, por favor no me mientas con algo así Jimin."
Comencé a llorar desesperadamente, negando con mi cabeza y llevando mis manos a mi cabello, tirando de ellos como un maníaco.

Estaba agonizando, sin saber que hacer para poder ayudarlo, porque en realidad sabía que no podía hacer nada contra ello, no podía hacer nada para mantenerlo por siempre a mi lado, y eso me estaba matando.

"Kookie, no por favor, no hagas eso, detente."
Jimin agarró mis manos, apartándolas de mi pelo para que no siguiera tirándolo.
Él también había comenzado a llorar, y me di cuenta de que actuando de esa forma lo único que lograba era empeorar la situación y hacerlo sentir aún más mal de lo que ya estaba, cuando era lo que menos quería hacer.

"Jimin, por favor, déjame amarte. Quiero amarte, quiero hacerlo durante el resto de mi vida sin importar lo que pase. Quiero dártelo todo, y que tú me des todo de ti. Quiero que seas mío, y únicamente mío, de nadie más, y yo seré solo tuyo. Yo no elegí que camino seguir, pero sí junto a quien, y es contigo, y no me arrepentiré nunca de la decisión que estoy tomando, pero por favor no me rechaces, no me dejes, podemos mantenernos juntos hasta el final, prometo que te haré la persona mas feliz de todo el universo y que nunca, pero nunca dejaré de sentir esto que siento por ti, eso dalo por hecho."
Rodeé su cuerpo fuertemente con mis brazos en un abrazo.

"Jungkook... ¿Entiendes que no tengo idea de cuanto tiempo me queda de vida? Podría morir mañana, como podría hacerlo en unos días, algunas semanas, meses o años, no lo sé, pero no hay cura."
Habló escondido en la curvatura de mi cuello.

Lo apreté aún más contra mí, si es que eso era posible, abrazándolo todavía más fuerte.

"Lo sé, y lo entiendo, lo comprendo. Pero por esa misma razón no quiero perder ni desperdiciar ni un segundo más del tiempo que nos queda por vivir juntos. Te quiero conmigo para toda la vida, así sean días, semanas, meses o años, solo quiero estar a tu lado, y demostrarte que mi amor por ti es real y ninguna maldita enfermedad cambiará eso Jimin."
Le respondí seguro de mis palabras.

Deshicimos el abrazo y nos miramos a los ojos, nublados en lágrimas por el angustioso momento; pero finalmente nos volvimos a besar.

"Está bien, pero te advierto que tendrás que aguantarme de ahora en más."
Dijo con una dulce y tierna sonrisa, mientras se secaba las lágrimas con el dorso de su mano.

"Será un placer, desde ahora serás solo mío, mi novio y te consentiré en todo lo que pueda. ¿Aceptas precioso?"
Pregunté repitiendo su anterior acción.

"Acepto"
Asintió con la cabeza.
"Ahora sé hombre y entra y dile a papá lo que somos."
Se burló de mí.

Okey, estoy muerto.

~

Luego de ese día, todo fue más que genial, aunque era algo incómodo para él por las miradas cargadas de odio que mis ex-amigos nos dedicaban cuando pasábamos caminando de la mano por los pasillos del instituto, estúpidos con los que me terminé peleando cuando se enteraron de que me gustaba su punto de burlas, pero ya no lo sería más, si se burlaban de Jimin, se metían conmigo, y sabían que no podrían jugar con mi persona , así que los malos comentarios hacia el se detuvieron.
Pero a pesar de todo, eso ya no me importaba. No me importaba perder a toda una bola de idiotas, si todo lo que necesitaba lo tenía en Jimin y nada podría hacerme más feliz.

Llegó el 13 de octubre, el día de su cumpleaños.
Organicé toda una cena romántica lo más perfecto que pude hacerlo a las afueras de la ciudad, para ser más específico, en una cabaña cerca del mar.
Tenía que ser total y completamente especial para él, pues ya habíamos hablado de eso antes, y me había dicho quería entregarme algo muy preciado para él.

Su virginidad.

Nunca había puesto tanto esfuerzo y dedicación en algo como lo hice ese día, tenía que sacar absolutamente todo lo mejor de mí para que nada salga mal, y todo sea increíble e inolvidable.

Cuando me habló de aquello, todo salto dentro de mí. Una sensación indescriptible que se sentía tan bien, una felicidad increíble que se adueñó de todo mi cuerpo y que no me permitía borrar la estúpida sonrisa que formó en mi cara.
Quería entregarse a mi de todas las maneras y formas posibles y eso era algo de lo que esta orgullosamente feliz, me sentía el chico más afortunado suertudo entre todos al poder ser yo a quién quería dárselo. Y por eso debía de ser de lo más especial y único para él, algo que recordara toda su vida como el momento mas feliz, único e inolvidable de todos, donde se sintiera total y completamente amando por mí.

Y así fue como lo hice.

Aquella noche besé cada rincón de su hermoso y perfecto cuerpo.
Mis manos viajaron por toda su figura, acariciándolo como si de porcelana se tratase y pudiera romperse al más mínimo contacto.
Hice un camino por toda su delicada piel, escabulléndome y conociendo hasta los rincones más íntimos y ocultos de él.
Fui lo más gentil que pude, nunca antes había sido tan cuidadoso y detallista, pero con él, era necesario serlo, no lo quería lastimar ni hacerlo sentir mal, lo menos que quería hacer era eso.
Pero sí lo hice delirar de placer.
Le hice conocer sensaciones y emociones completamente nuevas para él, que nunca antes había experimentado en su vida.
Escuché mi nombre salir de sus labios en gemidos descontrolados, y hasta a veces vergonzosamente pidiendo por más mientras se aferraba a mi espalda con sus brazos, y con sus piernas en mis caderas.
Una imagen que jamás en olvidaré; Jimin debajo mío, su cuerpo sin ropa alguna, desnudo al completo y con su piel lechosa expuesta y brillante a causa de la capa de sudor que lo cubría. Sus mejillas fuertemente sonrosadas por el calor del ambiente, y como unas lágrimas de placer se escapaban de las comisuras de sus ojos, marcando un camino hasta su mandíbula cayendo por su cuello cubierto de marcas creadas por mí; y sus carnosos y rojos labios entreabiertos, más hinchados de lo normal, mientras arqueaba su espalda y dejaba caer su cabeza hacia atrás con cada una de mis profundas estocadas dentro de su ser.
Nuestros cuerpos encajaban tan perfectamente, como si hubiesen sido creados con ese motivo, hechos el uno para el otro.

Le hice el amor, no fue nada más ni nada menos que eso.

Lo amé durante toda la noche hasta que al terminar ambos caímos rendidos en un profundo sueño, acurrucados y abrazados en la cama, dejando a las sabanas y a la luz de la luna de testigos de nuestro amor.

Todo fue único, maravilloso y perfecto, todo iba tan bien, hasta que llegó el mes siguiente, y los problemas comenzaron.

Jimin comenzó a sufrir mareos constantes, vómitos cada vez que ingería algún alimento, cambios repentinos y constantes de humor, siempre tenía mucho sueño y cansancio; pero lo peor de todo, era la debilidad y la depresión que cargaba su cuerpo, lo que hizo que una tarde terminara desmayándose en mis brazos.

Casi morí del susto, estaba totalmente nervioso, asustado y angustiado, con su padre sentados en el hospital esperando a que algún un doctor se dignara a salir y a decirnos como se encontraba Jimin, qué era lo que le había sucedido.

Y hasta que por fin, luego de unas horas de espera, alguien venía dirigiéndose a nosotros.

"Familiares del paciente Park."

Nos paramos para recibir las noticias.

"Bueno, escúchenme bien. Ustedes están al tanto y saben perfectamente cuál es la condición del chico y su estado de salud, de su enfermedad y lo que pasará algún día."
Mi corazón cada vez iba más rápido, parecía que quería salirse de mi pecho.

"Resulta que, el joven en realidad se encontraba bastante bien y estable con su medicación, pero hay un, no creo que sea correcto llamarlo un problema, pero, no sé si Jimin logrará resistirlo o no, que es lo más probable que no lo logre y que así acorte aún más su tiempo de vida, para ser mas obvios según su decisión, nueve meses aproximadamente."
El médico nos miró inspeccionando nuestras reacciones a lo que acababa de decir.

¿Qué era lo que acababa de decir?

"Los felicitaré igual, aunque la noticia sea tanto mala como buena. Felicitaciones, el paciente Park lleva siete semanas de embarazo, él ya despertó y lo sabe, háblenlo tranquilamente con él para decidir si se arriesgará a tenerlo sabiendo que hay un 10% de posibilidades de seguir con vida, o la otra opción será realizar un aborto cuanto antes. Tengan buen día."

Si, seguro será un buen día luego de la noticia que nos acababa de dar. -Pensé.

Había quedado en total shock parado en medio del pasillo con mis ojos y boca completamente abiertos.

Joder.

¡Iba a ser padre!

Pero...

Podía perder a Jimin.

¿Porque la vida me castigaba así? ¿Por qué a mí? Porque tuve que ser tan inútil.

Caminé hasta la sala donde se encontraba Jimin, abrí la puerta y entré despacio.
Él estaba sentado en su camilla, mirando hacia abajo jugando con sus dedos y con una expresión que no supe descifrar.

"Espero que sepas estes consciente y comprendas, que es una vida Jungkook. Una vida que ambos creamos en demostración de nuestro amor. No pienso abortarlo, lo llevare nueve meses en mi vientre, así muera luego. Sé que será difícil para ti dejarme ir, pero... no te dejare solo, tendrás que ser un buen padre, ¿sí? Prométemelo por favor, y también prométeme que no cometeras ninguna estupidez."
Pidió aún sin mirarme.

Me senté a su lado en la orilla de la cama.

"Lo prometo, pero antes, quiero que tú me prometas algo también."
Saque de mi dedo anular el anillo de compromiso que era un regalo de mi abuela.
Ella me lo había dado a mis 15 años y me había dicho que lo llevara conmigo, hasta que sea el momento de entregárselo a otra persona, a aquella que en verdad amara, de la cual estaba seguro que quería pasar el resto de mi días y tener mi propia familia.

Y sin dudas era él.

Tomé su mano y le puse el anillo mientras el levantaba rápidamente su rostro y me miraba totalmente sorprendido, con sus ojos ya aguados.

"Quiero que seas completamente y legalmente mio. ¿Park Jimin, aceptarías casarte con este idiota. Pero que promete que te hará persona más feliz de todo el mundo y te dará todo y hasta lo que no puede, durante el resto de tu vida?"

"Oh por dios Jungkook... ¡Claro que sí!"

Se lanzó a mis brazos y nos abrazamos llorando juntos, pero de la inmensa alegría que teníamos. Íbamos a ser padres, y nos casaríamos

Fueron tres meses después, los cuales pasaron volando, y yo ya estaba de pie frente al altar esperando a que él llegara a mi lado, caminando hasta mí del brazo de su padre.
Tan bello como siempre lo fue y lo será, con su pancita ya algo notable en ese precioso traje blanco, que demostraba toda su pureza e inocencia, su sonrisa resplandeciente, su cabello rubio moviéndose a causa de la brisa de esa mañana, y con algunos rayos del sol que se colaban por la ventana que chocaban contra su figura, haciéndolo parecer un verdadero ángel, ese ángel que fue enviado desde el cielo a mí vida, para lograr ser eternamente feliz.

"Jeon Jungkook, ¿aceptas por esposo a Park Jimin, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separé?"
Odio esa ultima frase.

"Acepto."
Respondí seguro.

Jimin por favor di que sí.

"Park Jimin, ¿aceptas por esposo a Jeon Jungkook, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separé?"
Él sonrió y contesto.

"Acepto, pero déjeme aclarar antes que ni la muerte logrará separarnos."
Se escucharon risas de fondo a su comentario.
Ambos nos miramos, completamente enamorados, y nos sonreímos dulcemente.

"Bien, entonces los declaro marido y... Los declaro esposos, pueden besarse."

Y lo besé.

Lo besé como nunca antes lo había hecho. Un beso sincero y cargado de amor, que le demostrara que en verdad nada lograría separarme de su lado, ni siquiera la muerte.

La fiesta fue pequeña, entre familiares y algunos amigos, todo demasiado acogedor y sobre todo alegre.

Los meses pasaron, más mareos, vómitos, antojos y cambios de humor, complaciéndolo y aguantando todos sus berrinches.
Hasta la noche del 11 de junio del octavo mes.

Todo sucedió demasiado rápido a mi gusto.
Se levantó a media noche al baño, y me despertó para decirme que no se sentía bien y luego de eso terminó  desmayándose en mis brazos como la última vez.

No tardamos ni 5 segundos en llegar al hospital.
Estaba en total pánico y terror, lloraba sin poder detenerme.
No sabía que era lo que en realidad pasaría, pero trataba de aceptar el hecho de que sería la posibilidad más grande de que no lo tuviera más a mi lado, de que no vería más su hermoso rostro cada mañana al despertar, su brillante sonrisa, escuchar la dulce melodía de su voz, de tenerlo entre mis brazos.
Y por dios ya me estaba muriendo por dentro, tenía que jodidamente aceptarlo, Jimin era fuerte, pero esta vez era demasiado complicado.

Un enfermero salió de sala tranquilo dirigiéndose a mí, pero la expresión de su rostro no me hizo sentirme mejor ni mucho menos tranquilo, solo empeoró mi demacrado estado.

"Yo... Nose como decir esto... Lo siento mucho señor, le juro que hicimos todo lo que pudimos y todo lo que estuvo a nuestro alcance. Pudimos salvar al niño, ya esta en la incubadora, pero Jimin... hicimos todo lo posible para salvar a Jimin, pero ya no reaccionaba a los electroshock y él... solo se dejo ir. Mis condolencias señor, cuando quiera puede pasar a ver a su hijo y ver por ultima vez a su marido."

No, no y no.

Eso debía ser una broma de muy mal gusto, debía ser un maldito sueño.

¡NO NO NO!

Exploté en llanto, jalé de mis pelos, negué fuertemente con mi cabeza, largando gritos desgarradores de garganta.
Sabía que no iba a poder aguantarlo y sin embargo dejé que eso sucediera, todo había sido mi maldita culpa y por eso Jimin se había ido, llevándose mi alma con él.

No fui a la sala donde lo habían dejado, no quería dejar en mi memoria el último recuerdo de él así, sin vida.
Quería recordarlo como el primer día en que me enamore de él, con una de sus enormes sonrisa, de esas que hacían que sus ojitos desaparecieran en dos líneas, quería recordarlo feliz, con toda su luz que iluminaba mi vida, de saber que al menos pudo serlo desde el momento que lo convertí en la razón de mi felicidad.

Me dirigí a la sala de recién nacidos, solo había 3 niños mas. Eran muy lindos todos, pero cuando llegué hasta ti... hasta mi hijo, una sensación de alegría y conmoción lleno de calor mi pecho, me hizo entrar en razón de que nada estaba perdido, de que a pesar de todo tenía un desafío nuevo que cumplir, una promesa mucho más difícil por delante, el ser padre, el cuidar, amar y educar a mi niño Jihyun, tal como su papá lo hubiese querido.
Sin dudas era el más lindo de todos, y no solo porque era mi hijo, sino porque tenía exactamente el mismo rostro que el de su difunto padre. Tenía sus mismos labios, su misma nariz, tenía sus hermosos ojos, era como si a pesar de que el amor de mi vida se había ido, lo tenía en ti y no puedo estar más orgulloso y feliz de todo lo que pase junto a Jimin y junto a ti.

Los amé, los amo, y los amaré para toda la vida hijo. Ahora es mi turno, mi turno de partir, ya estoy viejo, pero al menos pude cuidar bien de mi niño, y solo espero que a donde sea que vaya luego de la muerte me encuentre con mi ángel de nuevo.
Te amo hijo, y recuerda, a veces, sin que tú te des cuenta tu futura felicidad puede estar frente a tus ojos, no la desaproveches, estaré de acuerdo desde donde esté.

Mis ojos se fueron cerrando y todo se fue volviendo mas oscuro. Al menos pude contarle a mi hijo, la historia de amor de sus padres, por todo lo que sufrieron, pero también, todo lo que se amaron, ahora será su turno de encontrar a esa persona a quien amar y guiar su futuro a un buen camino.


De repente todo se fue volviendo más claro, como un resplandor blanco que cegaba, y podía distinguir la silueta de una persona caminando hacia mi.

"Te tardaste demasiado en volver conmigo amor."

"¿J-Jimin? ¿Eres tú?"

"Si, soy yo mi amor, ahora ven, acércate y bésame."

"Dios mío, no sabes cuanto te extrañe."
Y corrí a besarlo.

El cielo iba ser lo mejor junto a él y tuvo razón, ni la muerte pudo separarnos.

Continue Reading

You'll Also Like

917 129 8
Está historia tendrá un salto en el tiempo , indicaré dónde será , espero que realmente disfruten 💗 #jungkookxjimin KOOKMIN : Se imaginan terminar...
17.6K 1.5K 11
Jimin ha sido el vecino de Jungkook toda su vida; su mejor amigo por casi diez años y su novio durante cuatro meses. En su opinión su historia es la...
3.8K 570 31
▪ ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ Luego de enterarse de que serían padres, ambos deciden comprar una cámara donde registrarán sus momentos del embarazo. Una grata aventur...
157K 3.3K 31
Busquemos salir un poco de la realidad imaginando historias con sus pilotos favoritos🖤