No hay tiempo III: Esperaré...

נכתב על ידי pepina

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Evan y Violeta han muerto... el mundo de Jenna, Ross y Criss se vino abajo; Jenna no soportó la depresión de... עוד

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentre
Todo se derrumbó
Limpieza
Comienzo
Aprendiendo a reír y ser feliz
Aprendiendo a darlo todo por quienes amas
Buscando el amor 1/2
Buscando el amor 2/2
Despertando
¿Estas segura?, ¿lo quieres?
Nervios
Big News
Secretos
La razón de Ross
Orgullo y Accidente
Despierta
Reconciliación y nacimientos
¿Qué haré con ellos?
Wake up!
Lo hermoso de despertar
La calma antes de la tormenta
Una tormenta de hormonas
La verdad de Klauss
¿Qué pasó anoche?

La prueba más difícil

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נכתב על ידי pepina

-Ya me recordó Anette por favor déjame verlo, déjame decirle por fin lo que siento…no, no quiero que pase lo mismo que ese hombre, no quiero seguir perdiendo mis oportunidades –Rogaba Violeta.

-Aún no puedo, falta algo sumamente importante y tengo miedo la verdad, no sé si mi hijo me va a odiar después de eso, pero debe lograr superarlo si es que quiere que vuelvan a verse otra vez-.

-¿A qué te refieres Anette?

-La última prueba para mi bebé…debe enfrentarse a su padre –Le respondió en un susurro-

-QUÉ!, Acaso perdiste la cabeza, sabes que Evan lo odia, y tiene suficientes razones después de todo lo que ha hecho, y tú también deberías odiarlo, mierda mató a tu propio hijo y ha hecho cosas terribles.

-No es su culpa Violeta, él fue solo un títere más de su padre, tu no conociste a ese hombre en realidad era malvado y lo único que le importaba era su bienestar aun si eso implicaba pasar sobre su propio hijo y hacerlo infeliz, ese hombre hizo a Erick el monstro que ustedes conocieron. Ese, ese no era el hombre del que yo me enamoré, no era el padre de Evan, el que daba todo por su familia –Corrían lágrimas por las mejillas de Anette mientras recordaba al hombre de su vida y en lo que se había convertido-.

-Ve a verlo, él te necesita ahora –Dijo Violeta visiblemente dolida-.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Evan se encontraba de rodillas en el piso sollozando y dejando que las lágrimas cayeran libremente por sus mejillas –Por favor mamá, devuélvemela, déjame verla te lo suplico-

Anette corrió a abrazar a su hijo y le sostuvo la cabeza entre su pecho acariciándole el pelo mientras él se aferraba a su brazo aun sollozando y temblando –Yo…yo, no puedo aun Evan- Le contestó ella.

-Entonces dime qué puedo hacer para recuperarla, no te das cuenta que la necesito –Gritó Evan de vuelta-.

-Perdóname Evan…sabes que nunca haría nada para lastimarte; lo sabes hijo, ¿no es cierto? –Anette hablaba angustiosa y eso a Evan le daba una cierta mala espina que le helaba un poco la sangre.

-Lo sé mamá; pero ¿qué pasa?...Mierda, no me digas que le pasó algo a Violeta, ella está bien ¿verdad? –Los nervios se estaban comiendo a Evan y prefería saber cuánto antes lo que sucedía en vez de seguir con aquella angustiosa duda.

Anette lo miró con los ojos llorosos y le apuntó en dirección a un oscuro túnel sin apenas mover un músculo salvo su delgado y blanquecino brazo.

-Los amo…-Susurró ella dándole un pequeño empujón a Evan para que se adentrara en ese estrecho pasillo. Él caminó por el túnel y a medida que avanzaba escuchaba unos pequeños sollozos que cada vez se hacían más distinguibles y para cuando llegó a una especie de habitación, vio de quién provenía aquellos lamentos. Era un hombre que estaba de espaldas a él, arrodillado en el piso cubriéndose el rostro con ambas.

-Hey, ¿estás bien? –Preguntó Evan manteniendo cierta distancia entre los dos.

-¿Evan? –Preguntó aquel hombre poniéndose de pie y girando lentamente en dirección a Evan y a él, esa voz se le hacía conocida y pudo distinguir perfectamente cuando quedó en frente de él mirándolo a los ojos.

-Erick –Siseó Evan sintiendo como veneno recorría su sangre y le daban ganas de saltar sobre él y golpearlo hasta que escupiera todos los dientes.

Por alguna razón se detuvo, había algo que no entendía del todo; porqué estaba allí después de haber conseguido lo que quería: acabar con Evan y todo lo que él amaba…Violeta. Acaso Criss habría logrado acabar con él; pero como si adivinase el pensamiento Erick respondió su pregunta.

-No pude soportarlo Evan. Tu amigo Criss me confesó que tu eras nuestro hijo, mío y de Anett –Se podía notar el dolor en la voz de Erick a penas conteniéndose para no estallar en llanto.

-Yo no soy tu hijo, mis padres son Anette y Marshall, yo soy Evan, Evan Marshall… M-A-R-S-H-A-L-L –Le gritó Evan de vuelta con rabia.

-No! –Le contestó Erick con otro grito- Tú y Anette con míos, ya los perdí demasiado tiempo y no pienso dejar que me sigan arrebatando lo único que he amado en mi vida, así que métetelo bien en la cabeza tú y tu madre son míos y los amo.

Ha sí?...claro enséñame qué mierda es tu clase de amor –Rio irónico- Amaste tanto a mamá que nunca hiciste nada por buscarla, me amaste tanto que no solo me mataste a mí, sino que mataste a la única mujer que he amado en mi vida, anda enséñame, muéstrame que mierda de amor es esa.

-Dime, ¿acaso tú no hubieras buscado venganza si alguien aleja de ti todo lo que amas?-

-No lo sé…ciertamente alguien, más bien dicho tú, alejaste de mí todo lo que amaba y aun no hago nada al respecto, así que no lo sé…dame un puto minuto para acostumbrarme a la idea de que el bastardo que está en frente de mí es el que me quitó la vida y de paso todo lo que amaba.

Evan por favor –decía en tono suplicante- Date cuenta, mi padre se metió en mi mente, jugo tan bien sus cartas que creí que cada movimiento era real, era un peón más en su ajedrez enfermizo de poder… ¿tienes alguna idea de porqué me lo arrebató?.

-Te escucho, no es como si pudiera irme a algún otro lado… así que vamos convénceme; hazme llorar maldito hijo de perra-.

-Sabes…tienes la misma sonrisa de tu madre…sobre todo cuando algo no le hacía gracia y me lanzaba esa risa irónica…Cielos no sabes cuándo la amaba, pero en el resto, eres igual a mi hijo… y tu madre lo sabía a penas te vio nacer, me dijo “Erick, nuestro pequeño es idéntico a ti y lo único que tiene de mí son esos pequeños hoyuelos cuando sonríe”.

-Erick, sáltate la parte paternal que no te queda ¿quieres?

-Con un demonio hijo déjame terminar, Cielos, Anette me lo dijo, ibas a salir tan cabezota como lo soy yo.

-Ok, ok, termina tu pobre historia de amor…<<idiota>>.

-Gracias –Contestó Erick sarcástico- vamos al principio… Mi padre siempre tuvo una obsesión con el poder, con el dinero, la fama y sobre todo con vivir lo suficiente para hacerse cada vez más rico y poder disfrutar de todo eso, y bueno sabía que más menos una vida no le bastaría… cuando era pequeño mis padres no tenían absolutamente nada, pero papá trabajaba para un vampiro muy rico pero que no era tan poderoso, además que nunca salía de su castillo y bueno mi padre obviamente quería ser como él, mejor dicho quería las riquezas de él así que hizo un trato: mi madre a cambio de ser un vampiro y compartir las riquezas que tenía.

Mi padre convenció a mi madre que eso sería lo mejor para mí, porque así podría tener un futuro y ya no ser unos don nadie sin fortuna sin un pan para llevarse a la boca, y bueno mi madre no pudo negarse a eso, pues quería lo mejor para mí… nunca supe qué pasó con ella, si vivió o si murió la misma noche que hicieron el trato, pero el caso es que mi padre obtuvo lo que quería, pero sus ansias de más no pararon en ese momento por lo que comenzó a hacer negocios sucios y tratados hasta convertirse en uno de los señores más poderosos. Pero había un solo problema; había otro vampiro tan y más poderoso que él, el cual no podría derrotar con sus propias manos, así que decidió crear una alianza, y quien mejor que su hijo para cerrar el trato…

Bien, el asunto es que un día mi padre llegó a casa diciendo que tenía el trato de su vida, y que con eso lograría alcanzar la fama que tanto quería y se aliaría con uno de los más poderosos y para ello me necesitaba a mí, su único hijo, porque para que no hubiese guerra ni nada, las familias tendrían que estar unidas, y que mejor unión que la de la nieta de ese hombre con migo… al principio me negué, no pensaba ni siquiera conocerla, pero un día el me mandó a su casa por algunos recados y negocios, pero la verdad es que me mandó porque ya tenía una reunión concertada para que la conociese… y allí fue la primera vez que la vi.

Aunque me propuse odiarla porque me encadenarían a ella, no pude, simplemente no pude, 30 segundos en frente de sus ojos y me vio, realmente vio quien era yo, todo mi interior quedó desnudo y suplicaba por su frágil tacto, era un ángel y yo feliz me hubiera pasado la eternidad bajo sus alas, 30 segundos me bastaron para saber que ante ella era frágil y 5 minutos escuchándola me bastaron para saber que sin ella yo no sería nada.

La visité a diario procurando ganarme su confianza, ganarme su sonrisa, sus miradas, poco a poco, me propuse no seducirla, ella no era esa clase de mujer, mi vida se volcó en una sola meta…enamorarla, tanto como yo estaba de ella. Podía pasar tardes completas escuchándola, viéndola leer esos libros que tanto amaba, mirarla atentamente mientras me explicaba cada una de las cosas que descubría de sus textos, y ver sus ojos brillando cuando le traía un nuevo ejemplar, eran cosas que no podía comprar con nada. Y llegó el día en que por una vez estuve de acuerdo con mi padre, él me dijo que le pidiera matrimonio y me regaló el anillo de mamá para hacerlo, pero si lo hubiese pensado mejor, no lo hubiera aceptado, mi padre condenó a mi madre con ese anillo y en ese momento me estaba condenando a mí y a Anette al mismo destino… separarnos p0or su ambición.

Pero fui tan estúpido que no lo pude ver, estaba tan malditamente feliz de poder estar junto a ella que nada me importó, hablé con su abuelo y le pedí su mano, todo parecía ir en orden y que seríamos felices hasta el día en que nos casamos, ahí mi padre dijo que nos debíamos convertir en vampiros, el abuelo de Anette nos dijo que sería nuestra decisión, pero papá seguía presionándonos para que lo hiciéramos, pero nosotros queríamos una familia, un hijo, verlo crecer, vivir nuestro amor y envejecer juntos…

En ese momento Erick no pudo continuar hablando y se quebró nuevamente, estalló en llanto y Evan, más por instinto que por otra cosa lo fue a atrapar mientras se desplomaba en el piso, en ese momento vio y sintió todo lo que Erick estaba viendo, como entraban aquellos hombres a su casa, como veía que maltrataban a Anette y él no podía hacer nada al respecto, cómo eso dolía mucho más que los golpes que le propinaban, vio también como alguien se marchaba con un bebé en los brazos, y ese bebé era él, Evan…

También pudo ver como Erick suplicaba para que al menos le dejasen a su hijo, que no le hicieran nada, que él no tenía la culpa, y después todo se había ido a negro, despertó en su cama, junto a su padre, despertó diferente en todos los sentido ya no era él, era alguien más, era algo más, ahora era un vampiro y lo único que podía sentir era esa sed de venganza sobre todos y cada uno de los que le habían arrebatado a su familia.

Además de eso, pudo ver como el padre de Erick lo envenenaba día a día metiéndole cosas en la cabeza, cosas que un padre no debería decirle a un hijo en luto, pero que él las decía y hacía de todas formas, ese hombre estaba convirtiendo a su propio hijo en un monstruo y lo peor de todo es que lo sabía y ese era su propósito, que su hijo sirviera a sus planes tal y como lo tenía establecido sin importarle el dolor irreparable que llevaba dentro.

Mientras se encontraba sumido en los recuerdos de su padre, Evan escuchó un rayo y se soltó de pisa para poder concentrarse mejor en su alrededor, las gotas de lluvia comenzaron a caer y a pesar de estar en un cuarto oscuro, podía sentir como la tormenta se comenzaba a desatar, y un solo pensamiento se le podía venir a la cabeza en ese momento –Violeta- Gritó desesperado, si ella estaba por algún lugar sola, no podía soportarlo, siempre había habido alguien a su lado para consolarla en las noches así, ya sea su tío, Criss o el mismo, y el recuerdo de aquella noche de tormenta aún se le hacía presente… verla tan vulnerable y asustada, era un recuerdo que le partía el corazón y más aún, le desesperaba por no poder hacer nada al respecto.

-Mamá- Comenzó a Gritar Evan desesperado por salir de allí-.

-Ella, ella está aquí, puedes verla, la has visto –Preguntó Erick con ilusión en sus ojos por primera vez en todo ese tiempo-.

-Sí, está aquí pero no por ti, está aquí por mí y la necesito para poder salir de aquí, tengo cosas mucho más importantes que quedarme a escuchar o ver tu patética historia en donde te dejaste manipular como un idiota, porque francamente, no me interesa, ni siquiera me das rabia Erick, me das lástima.

-No entiendes Evan…mi padre me quitó todo lo que amaba

-Por supuesto que se lo que se siente… el mío también lo hizo, pero estoy mucho más ocupado tratando de recuperar lo que amo que cruzándome en una vendetta personal en su contra, o mejor dicho, en tú contra. Ahora de verdad necesito salir de aquí y saber si Violeta está bien.

-Evan, por favor, te lo suplico, perdóname

<<Perdónalo>> -Escuchó la voz de su madre dentro de su cabeza-

Evan habló en voz alta hacia su madre quien se encontraba en su mente –Cómo puedes pedirme después de todo lo que te hizo… lo que nos hizo, tú lo has visto todo; Sabes la clase de monstruo que es y aun así me puedes que lo perdone?-.

-Precisamente por eso hijo –Contestó ella- he visto lo que ha pasado y lo que ha sufrido, acaso no recuerdas que Violeta ha perdonado el hecho de que seas un vampiro y todo lo que has hecho… ¿no fuiste tú mismo el que le pidió que se casara con otro?.

-Es diferente, nunca le hice daño a alguien que no lo mereciera, solo una vez y pague bastante caro por ello teniendo a Violeta en el hospital cuando era una niña, casi la pierdo y cambié, me convertí en un mejor hombre no como él-.

-Evan <<Lo interrumpió su padre>> no me has dado la oportunidad… nadie nunca me dio la oportunidad de cambiar quien solía ser, nadie me mostró que estaba equivocado y yo creí que estaba haciendo lo correcto.

-No te metas quieres, estoy hablando con MI madre, no contigo –Siseó Evan-.

-Hijo, mientras más larga haces esta charla llena de resentimientos, más tiempo te vas a tardar en llegar a lo que realmente quieres, y sé que no es esto, tu no quieres discutir con Erick por su falta de habilidades parentales o humanitarias, tú lo que de verdad quieres es a Violeta…junto a ti.

-Mierda…Violeta….mamá Violeta está sola en esta tormenta, la necesito, más bien ella me necesita –Estaba confundido y pasaba repetidas veces las manos por su rostro en señal de frustración- tú no sabes lo que significan para ella las tormentas, tengo que estar con ella, en estos momentos soy el único que puede ayudarla.

-Evan, si Anette está allí dile que la amo, y que me perdone –Sentenció Erick con un nudo en la garganta-.

-Mira Erick, no estoy aquí para una puta reunión familiar así que ni siquiera lo intentes, si la amabas tanto como dijiste que lo hacías, deberías haber hecho algo por ella y mamá por favor no lo defiendas mira que ya hago bastante sin saltar a su cuello como un maldito sicópata para hacerle pagar todo lo que me ha hecho.

Evan caminaba frustrado por el cuarto oscuro, escuchando como cada vez la tormenta crecía más y más y no se dejaba de preguntar cómo estaría Violeta, si estaba sola o llorando, no podía soportarlo, estaba dispuesto a morir dos veces antes de verla derramar una sola lágrima y haría lo que fuera por ella; pero había algo más fuerte que lo retenía ahí en ese momento y le daba miedo imaginar que se podría tratar de esas dos personas que por años buscó y que ahora peleaban por su atención…sus padres, sus verdaderos padres.

-¡¿QUÉ QUIEREN QUE HAGA?!- Gritó Evan Finalmente frustrado-

-Lo que es más fácil para todos nosotros Evan, solo depende de ti…sabes que tienes que dejarlo ir, él está aquí por ti –Le dijo su madre-.

-Por mí que se quede en el puto infierno –Escupió de vuelta-.

-Evan…¿tu sabes cómo o porqué morí? –Le preguntó Erick

-Supongo que alguno se habrá encargado de ti… la verdad es que no logré ver por completo como con los otros, supongo que fue porque me separé de ti antes de tiempo.

-Te equivocas Evan…morí no por tus amigos, sino porque maté lo último que me mantenía atado a ese mundo, que era mi hijo, es decir tú. No valía la pena seguir viviendo si yo mismo me había arrebatado la segunda persona más importante junto con Anette, si tan solo lo hubiese sabido antes… pero cuando Criss me lo dijo, ya era demasiado tarde y no podía perdonármelo y no sé si ella me lo perdonará. Sé que no lo merezco, pero la necesito y a ti también, el perdón de ambos.

-No me importa qué tan mártir puedas llegar a ser Erick, simplemente no puedo hacerlo

-Bueno, no quería hacerlo de esta forma Evan, pero si no arreglas las cosas con tu padre no podrás salir de aquí y no podrás ver a Violeta-.

-Que! –Exclamo exaltado él- no me puedes hacer esto, sabes que la necesito y no puedo perdonarlo a él –Dijo apuntando en dirección a Erick-.… ¿acaso tú lo hiciste? –Dijo con la cabeza alzada como preguntándole al cielo-.

-Ya basta jovencito –Le recriminó ella- aquí tienes dos simples opciones ya que no sabes que hacer… una es que te quedes aquí por la eternidad odiando a tu padre y haciéndole pasar por todos los tormentos que crees que se merece o la opción numero dos es perdonarlo y pasar el resto de tu vida con la mujer que amas. Pero no puedes albergar dos sentimientos contradictorios igual de intensamente, está escrito el odio y el amor no pueden cohabitar un cuerpo con las mismas ansias porque siempre uno terminará consumiendo al otro. Tu odio a tu padre no te dejará amar por completo a Violeta o el amor por ella dejará en segundo plano lo que sientes por él… así que aquí tienes tus opciones, espero de verdad hijo que tomes la mejor decisión, llámame cuando lo hagas, estaré esperando por ti y recuerda, no soy la única que lo hace.

Y ahí estaba Evan como en medio de la nada, era verdad amor y odio eran las cosas que más se aferraban en su interior pero no sabía a cuál de las dos dejaría ganar, tendría que olvidarse y perdonar todo el daño que ese hombre le hizo prácticamente desde nacer y quedarse con quien amaba o por el contrario daba rienda suelta a la bestia que siempre fue y que contuvo tanto tiempo y haría pagar por todas y cada una de las atrocidades que Erick había cometido.

La tormenta se hacía cada vez más fuerte, los truenos hacían eco en cada rincón de aquel lugar y le estremecía hasta los huesos, no por el sonido, no por la lluvia, no por estar en un lugar oscuro, ni siquiera por estar con el hombre que más odiaba en su vida, todo en ese momento se centraba en Violeta, que debía estar sola, triste, o peor aún, llorando sin nadie que pudiera protegerla de sus pesadillas, de sus recuerdos, de que se reproduzcan en su interior una y otra vez los momentos en que sus padres murieron y su hermano desapareció.

Evan deseaba con todas sus fuerzas que la respuesta fuera fácil, que no tuviese esa duda que le estaba dividiendo por dentro en esos presis momentos, hasta su madre pensaba que ni siquiera tendría que darle tiempo, que respondería de inmediato, pero ni ella ni nadie sabía todo lo que Evan había tenido que pasar a lo largo de los años y todo el rencor que fue acumulando desde que era un bebé, y todas las respuestas a las preguntas más dolorosas tenían un solo nombre: Erick.

Se dejó caer al piso y Erick lo miraba desde el otro lado intentando comprender qué era lo que le había debatirse tanto, y creyó que su corazón se rompía una vez más al ver una lágrima solitaria recorrer fugazmente la mejilla de su hijo, si tan solo hubiese hecho las cosas bien no estarían así y él podría haberlo consolado en cada una de las veces que él lo hubiese necesitado pero que no estuvo allí…

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.

DISCULPEN LA DEMORA, PERO ME FUE UN POCO DIFÍCIL PODER ESCRIBIR ESTE CAPÍTULO ADEMÁS DE TODO LO QUE TENÍA QUE HACER PERO BUENO, NO PODÍA DEJARLES MAS TIEMPO EN LA ESPERA, ESPERO QUE LES GUSTE Y JE LEIDO TODOS SUS COMENTARIOS MUCHAS GRACIAS POR ESPERAR PACIENTEMENTE Y SEGUIR LEYENDO... MUCHOS SALUDOS NOS LEEMOS

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