—Dios mío, sácame de aquí.
Es la doceava vez que Tyler me repite las mismas palabras, sácame de aquí. No es mi culpa que no le guste la biblioteca, él se ofreció acompañarme a un sitio muy divertido para mí y con mucho gusto aceptó. Yo amablemente le dije que se podía ir pero el me contestó que no lo haría sin mí.
—Ya te dije que te puedes ir, Ty.
—No lo haré sin ti.
¿Vieron? Él es el masoquista que se queda junto a mí.
En fin, Tyler me informa que irá a buscar un dulce en la cafetería de la biblioteca. Asiento sin prestarle mucha atención ya que estoy revisando algunos estantes con libros de gastronomía francesa. Al no sentir la presencia de Ty tomo la libertad de seguir vagando por aquellos largos pasillos hasta que escucho mi nombre a lo lejos. Me volteo encontrándome con la mirada de Arthur German. Muy bien, el momento incomodo empieza...
—Hola, Eli.
... ahora.
—Profesor German, ¿cómo se encuentra?
—Sabes que puedes llamarme Arthur, Eli—tomo un respiro profundo antes de contestar.
—No lo creo, profesor German. No me quiero dar esas libertades con usted.
—Elizabeth, lo que paso el otro día...
Unos brazos me rodean desde la espalda y un rostro se oculta entre la curvatura de mi cuello y hombro. Sonrío al oler ese exquisito perfume, creo que alguien se siente celoso.
—Mi amor, no había el chocolate que me pediste pero mira—saca del bolsillo de su suéter una paleta—, paletita de fresa, tu favorita.
¿Mi favorita? ¿Quién le dijo eso?
—Gracias, Ty.
—No hay de qué.
El repartidor de paletas posa su mirada en Arthur con un rostro serio. Arthur extiende su mano y Ty la toma estrechándola.
—Arthur German, profesor de nutrición de Elizabeth.
—Tyler Ray, novio de Elizabeth.
Vale, ¿desde cuándo se le otorgó ese título?
—¿Novio? ¡Vaya! No sabía que tenías pareja.
Já, créeme que yo tampoco.
—Tenemos poco tiempo saliendo— ¿Ahora por qué mierda le estoy siguiendo el juego a Tyler?
—Ya veo. Entonces, no los interrumpo más. Te veo mañana en clases, Elizabeth.
Arthur hace una mueca para después retirarse. Quito los brazos de Tyler de mi alrededor para luego encararlo y darle una mala mirada.
—Tenía razón, el tipo parece una nenita.
—¡Tyler!
—¿Qué? Su nombre hace justicia a su aspecto.
—A veces no te soporto Tyler—suspiro, levanto la paletita y subo una de mis cejas—. ¿Quién te contó sobre esto?
—Bueno, quizás he estado haciendo buenas migas con tu hermano.
—¡¿Connor y tú?!
—Ay, quita esa cara, Margabeth. Pensé que tu hermano me odiaba pero me he dado cuenta que muy en el fondo de su corazón me quiere. Además, me ha estado dando unos tips para conquistarte.
—¿Disculpa? ¿Tips para conquistarme?
—Sí, ahí te va uno. No te gusta la salsa de tomate y por eso tiendes a comer la pasta con mayonesa o mostaza, debo decir que suena asqueroso. Pero él me recomendó que cuando te lleve a cenar pida un buen plato de pasta con mostaza.
—Asqueroso es la salsa de tomate.
—¡Por dios! Estudias gastronomía y no te gusta la salsa de tomate.
—¿Y eso que tiene que ver?
—Que eres rara, Margabeth.
—¿Tienes algún problema con eso, Ray?
Tyler se encoge de hombros, mi ceño fruncido no puede estar más pronunciado.
—Creo que mi problema es que seas tan sexy, Margabeth.
¿Y ese cambio de conversación de dónde salió?
Vale, pasta con mostaza .-. ¿Quién se anima?
PREGUNTAAAAAAAA (si, quiero volver a ello xD): ¿Tienes algún gusto de comida extraño? o ¿Conoces a alguien que lo tenga? Bueno, tengo una amiga que come cereal con malta :v
Capítulo dedicado a ¡OliviloYo!, mi instinto de escritora me dice que tiene que ser tu dedicación :v
Nos leemos :)