Cupido por una vez

By YamiKriss

3.3M 394K 86.3K

Cuando Elizabeth Sagarra descubre que el hombre del cual estaba profundamente enamorada se ha convertido en s... More

Sinopsis
Orden De Los Libros
Capítulo 1 💘
Capítulo 2 💘
Capítulo 3 💘
Capítulo 4 💘
Capítulo 5 (Parte II) 💘
Capítulo 6 (Parte I) 💘
Capítulo 6 (Parte II) 💘
Capítulo 7 💘
Capítulo 8 (Parte I) 💘
Capítulo 8 (Parte II) 💘
Capítulo 9 💘
Capítulo 10 💘
Capítulo 11 💘
Capítulo 12 💘
Capítulo 13 💘
Capítulo 14 💘
Capítulo 15💘
Capítulo 16 💘
Capítulo 17💘
Capítulo 18 💘
Capítulo 19 💘
Capítulo 20💘
Capítulo 21 💘
Capítulo 22💘
Capítulo 23 💘
Capítulo 24💘
Capítulo 25 ?
Capítulo 26 💘
Capítulo 27 💘
Capítulo 28 💘
Capítulo 29 💘
Capítulo 30 💘
Capítulo 31 💘
Capítulo 32💘
Capítulo 33💘
Capítulo 34 💘
Capítulo 35💘
Capítulo 36 💘
Capítulo 37 💘
Capítulo 38 💘
Capítulo 39 💘
Capítulo 40💘
Capítulo 41💘
Capítulo 42 💘
Capítulo 43💘
Capítulo 44 💘
Capítulo 45 💘
Zona de FanArts 💜
Capítulo 46 💘
Capítulo 47 💘
Capítulo 48 💘
Capítulo 49 💘
Capítulo 50 💘
Capítulo 51 💘
Capítulo 52 💘
Capítulo 53 💘
Capítulo 54 💘
Capítulo 55 💘
Capítulo 56 💘
Capítulo 57 💘
Capítulo 58 💘
Capítulo 59 💘
Capítulo 60 💘
Capítulo 61 💘
Capítulo 62 💘
Capítulo 63 💘
Capítulo 64 💘
Capítulo 65 💘
Capítulo 66 💘
Capítulo 67 💘
Capítulo 68 💘
Capítulo 69 ?
Capítulo 70 💘
Capítulo 71 💘
Capítulo 72 💘
Capítulo 73 💘
Capítulo 74 (Final) 💘
Nota De La Autora
Cupido Otra Vez 💝
Dioses (1)
Entrevista A Los Personajes (I)
¡Ya a la Venta!
Escenas De Cupido por Una vez
¿Cómo adquirir Cupido en Formato Papel?
Cupido En Goodreads
¡Cupido Ya Disponible En Formato Electrónico
Gana Cupido En Ebook
Ganadora Libro Electrónico + Leer Cupido Gratis En Kindle

Capítulo 5 (Parte I) 💘

49.9K 5.8K 322
By YamiKriss

Capítulo 5
Parte I

💔

    Aproveché lo que me quedó de día para decolorar mi cabello y darle un nuevo tono rojo.  Jane llegó muy tarde, rebosando de alegría, y preferí que mantuviéramos las distancias. Todo parecía estar yendo mal entre las dos y no quise empeorarlo, ahora que nos encontramos en paz. 

Jane no pareció notar mi actitud distante, y si lo hizo, tampoco le importó, estaba demasiado feliz.  Iba de un lado a otro con pasos ligeros, casi bailando al ritmo de la canción que tarareaba.

—Aun no entiendo por qué insistes en cambiarte el color, nuestro rubio es lindo —comentó, cuando me vio salir del baño, luciendo mi nuevo cabello rojo.

Me encogí de hombros, sin encontrar ninguna buena respuesta a su pregunta.

Mientras cenamos tuve que aguantarme escuchar todas las cosas maravillosas que Victor había hecho ese día. Sus ojos brillaban, estaba tan emocionada y yo no podía corresponder a esa emoción.

No me mal entiendan. Es mi hermana y la amo, pero esa vez no podía compartir su alegría.

Ese día me tocaba a mí lavar los trastos, pero Jane se ofreció para secar, pues quería seguir contándome sus aventuras con su nuevo novio, lo que significó otra hora más de tortura.

Jane se sentía tan feliz, tan dichosa, y me alegraba saber que estaba bien, pero era tan difícil ocultar que sus palabras me pinchaban el corazón.

Era horrible.

Cuando acabamos caminé a mi habitación, solo quería dormir y despertar en un mundo donde no me gustara el novio de mi hermana.

—¿Está todo bien? —preguntó Jane.

—Sí, solo estoy cansada, he tenido un largo día. —No era una mentira del todo.

Mi hermana me dirigió una mirada comprensiva que me hizo sentir aún peor, antes de dejarme partir.

Una vez en mi cuarto, apagué las luces y me tiré en la cama. Ni siquiera tenía ánimos de ponerme el pijama. La conversación me había desanimado a tal punto, que nuevamente sentía el corazón roto.

Al menos, esta vez tenía una esperanza. Eros iba a hacerme olvidar, si completaba el maldito acuerdo. De modo que a la mañana siguiente me levanté temprano con aquel único objetivo en mente. Solo necesitaba llegar a casa de Adrian y retirar mi arco, pronto sería una mujer libre.

Jane preparó el desayuno, estaba más feliz que mujer comprometida.  Cuando vi la mesa del comedor tan perfecta, llegué a preguntarme si había invitado a Victor a comer.

—Como te veías tan desanimada ayer pensé en hacer que tu día empezara bien hoy —dijo.

¡Santo Cielo! ¡¿Por qué tenía que ser tan buena persona?! Estos detalles solo me hacía  sentir peor.

Pero mantuve mi ánimo arriba y le agradecí el gesto con una enorme sonrisa, confiando en que pronto esta tortura acabaría.

Serví un poco de cereal en mi plato y los mezclé con yogurt, Jane decidió partir con unas tostadas.

En ese momento llegó nuestra llamada de sábado por la mañana. 

Ambas nos limpiamos la boca y Jane apretó el botón de contestar, prendió el altavoz y elevó el móvil para que nuestras voces pudieran escucharse fuertes y claras.

—¡Buenos días, mamá! —gritamos al unísono.

Esta era una buena mañana. Hace tiempo que no me sentía tan bien en casa, era como si la promesa de Eros me hubiera renovado, llenándome de esperanzas.

Hablamos un rato con nuestra madre y luego terminamos el desayuno. A pesar de que era el turno de Jane, ya que ella había preparado la comida, decidí reemplazarla en el fregadero.

Todo iba de maravillas.

Mientras mi hermana usaba la ducha, yo terminé de vestirme y de arreglarme.  Decidí que no iba a mojar mi pelo aún, para que el color se fijara, por lo que iba a salir sin pasar por la regadera.

—¿A dónde vas tan temprano? —cuestionó Jane, al verme lista para partir.

—Yo... Tengo que devolver un libro antes que la biblioteca cierre —Era una pésima excusa, pero ella estaba de tan buen humor que ni siquiera dudó.

—Bien, podrías pasar por la tienda antes de volver —sugirió—. Nos falta pan y huevos.

No estaba en una posición de poder negarme a su petición, por lo que asentí antes de recoger mi mochila, para que mi mentira no se cayera.

Recordaba bien el camino que había tomado con Eros, así que me dirigí a la misma parada de autobús, me subí a misma línea y me detuve en el mismo lugar, para continuar mi recorrido a través de las casas, como si tuviera un mapa en mi cabeza.

Esta vez no me abrieron al instante, por el contrario tuve que tocar varias veces el timbre antes que el rostro de Adrian se asomara por la ventana. Por poco y ya creía que nadie iba a llegar.

Adrian me dejó entrar, dándome un seco saludo, aunque a estas alturas me había hecho la idea de que no era un chico muy amigable.

Su cabello rubio estaba desordenado y tenía bolsas bajo los ojos, haciéndome entender que no había dormido nada la noche anterior.

—Sígueme —pidió.

Lo acompañé hasta una pequeña puerta que había después del recibidor.  Detrás, estaba totalmente oscuro. Voy a admitir que sentí algo de temor, aunque cuando las luces se encendieron la sensación no mejoró, todo lo contrario, parecía  exactamente la clase de lugar donde encierras a tu víctima para matarla.

Era un cuarto de cemento y madera, con una mesa de trabajo puesta en el centro. Parecía una suerte garaje dentro de casa, con herramientas de todo tipo colgando de las paredes y un horno con brasas ardiendo en su interior.

Me sobresalté cuando Adrian llegó a mi lado, estaba tan absorta observando el cuarto que ni siquiera lo vi venir.

—El taller de mi padre es más grande, éste lo improvisé para poder hacer algunos trabajos —explicó, al notar que estaba contemplando el sitio, aunque mis pensamientos iban en una dirección muy diferente a la que él creía.

—Se ve... Lindo —dije, no muy convencida.

—Sé que es impactante, pero es la mejor guarida que alguien podría desear.

Vi que sus ojos se iluminaban ligeramente y por primera vez pude ver una tenue sonrisa en sus labios.

No era muy expresivo, pero debo reconocer que tenía una bella sonrisa.  Y esta era la primera vez que actuaba sin ignorar mi existencia.

Adrian recogió un arco que se encontraba en su mesa de trabajo y me lo entregó.  Debo decirlo, era hermoso, se notaba que había puesto mucho esfuerzo en él.  Su cuerda estaba tensada en ambos extremos del material dorado que la sostenía, tenía el tamaño ideal para que no resultara incómodo de cargar e incluso, podía decir que su diseño era bastante femenino.  Jamás me había esperado que un chico tan callado y serio pudiese realizar algo tan maravilloso.

—Te ha quedado perfecto —admití, admirando su trabajo.

—Es bueno que te guste —habló con conformidad—. Me basé en tu esencia, tu herramienta debe conectarse contigo, tiene ser un complemento.

Lo sostuve entre mis manos con cuidado, como si en cualquier momento fuese a romperse. Cuando todo esto acabara iba a pedirlo como recuerdo.

—Vamos al patio, te enseñaré a usarlo —ofreció Adrian.

Asentí y lo seguí al patio trasero, donde para mi sorpresa, divisé tres tiro al blanco pintado con rojo en la pared. A un costado, encontré una caja de madera, con flechas en su interior.      

Continue Reading

You'll Also Like

10.3K 549 31
esteee... hola(?). esta es mi primera historia , espero tenga apollo , jejej mi nombre es OP y si quieres más historias con faltas de ortografia est...
3.1K 646 46
Una única esperanza; un viaje mortífero. Nira, una chica que ama la acción, vive en un mundo que agoniza día tras día a causa de la extinción de los...
8.7K 1.3K 55
Susi Villalba ama el chisme. La verdadera pregunta es ¿Quién no? Ella tiene la costumbre de apuntar todos los chismes y secretos del colegio en su di...
56.9K 5K 20
Nataly Jones nunca se ah considerado una chica linda por lo cual encontrar una rosa en su pupitre y con una carta incluida se le hizo una broma de m...