SPICE! | RiLen

By maisxkura_

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- ¡Joder, Len! ¿¡No entiendes nada?! ¡O me alejo de ti o mi vida acabará patas arriba, será un infierno! - Mi... More

Prólogo
Rebeldía sentimental
Doble metedura de pata
Sin sentimiento ni lógica
La libertad tiene el color de tus ojos
¿Cómo mierda me convierto en un mujeriego versión femenina?
Akaito, ¿me ayudarías a ser una mujeriega?
Te necesito, Rin
¿Quién te gusta, Len?
Caótica lucha
Se me escapó un te quiero
Pasada tempestad
Problemas color violeta
Especial Spice!
Tormento
Clímax sentimental
Benditos cheesecakes
Solo tú, Rin
Indoloro dolor
Descontrol, parte I
Descontrol, parte II
Epifanía
Besayúname
Devastación
Lamento
Amargura
Lily
Nostálgico atardecer
La nada en el todo
Punto final
Epílogo
I. C A P Í T U L O E X T R A
II. C A P Í T U L O E X T R A

¿Homofobia?

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By maisxkura_

Spice!
.
Las apariencias engañan y las mentes son fácilmente manipulables.
.

.

......

— ¿Este viernes? —Preguntó Len, frunciendo levemente el ceño. Miré a tía Lily quién asintió con la cabeza, sentada a mi lado.

Nos habíamos reunido en el salón donde tía Lily nos relató sus anécdotas en Osaka y también nos había hablado más de la tal Galaco. Era madre soltera, tenía una hija de nuestra edad y vivían a menos de una hora de distancia. A tía Lily se le iluminaba el rostro cada vez que hablaba sobre ella y yo no podía evitar mirarla con ternura, feliz de que ella hubiera encontrado el amor. Me moría por conocer a la mujer que lograba aquella reacción en mi tía y me pareció buena idea que la invitara a cenar a casa.

— Tenéis que estar los dos. —Nos señaló aunque mi hermano no parecía contento con la idea.

— Pero tengo una fiesta ese día, tía Lily. —Se quejó, poniendo una mueca de fastidio—. De hecho, esta tarde noche iba a comprar con Mikuo.

— Te puedes quedar y luego ir. —Propuso, cruzándose de brazos mientras dibujaba una sonrisa torcida.

— ¿De verdad? —Len arqueó una ceja, tan confundido como yo tras ver cómo nuestra tía había cedido tan rápido.

Si esto lo había logrado Galaco, que sepa que crearé un monumento en su honor.

— Te quedas hasta el postre que tú harás. —Alargó su sonrisa. Los ojos de tía Lily y Len se enfrentaron durante unos instantes, debatiendo en silencio. Yo me quedé al margen, contemplando ambos bandos como si de un torneo de pin pon se tratara.

— Trato hecho. —Cedió mi hermano, esbozando una pequeña sonrisa.

— ¿Tú irás también a esa fiesta, Rinny? —Me preguntó ella, volteándose para mirarme con una bonita sonrisa.

— Si me invitan puede que vaya. —Sonreí levemente, recogiendo varios mechones tras mi oreja. Sin embargo, con ese gesto tan típico de mí, metí un poquito la pata.

— Uy, ¿y esas marcas en el cuello? —Se fijó tía Lily, inclinándose hacia mí. Oí el intento de Len de no reír y me sonrojé levemente, revolviendo mi cabello de nuevo para cubrirlos.

— No es nada, son mosquitos. —Sonreí nerviosa, desviando la mirada.

Pero me olvidé del pequeño detalle de que mi tía era neuróloga y conocía el cuerpo mejor que nadie.

— Eso es un chupetón, Rin, a mí no me engañas. —Sonrió con picardía, acercándose todavía más a mí, lo que intensificó mi sonrojo.

— Q-que no, que son mosquitos. —Seguí con la misma excusa, rezando a todos los dioses porque se lo tragara.

— Yo reconozco un chupetón cuando lo veo, vamos, cuéntame quién te lo ha hecho. —Los recuerdos de aquella mañana del domingo inundaron mi mente, provocando un aumento impresionante de calor en mi rostro—. Uy, qué roja te estás poniendo. —Continuó mi tía, arqueando ambas cejas—. ¿Acaso la persona que te lo ha hecho y tú llegásteis a...?

— ¡Te-tengo que hacer los deberes! —Exclamé, alzándome de golpe para salir corriendo hacia mi habitación.

— ¡Pero al menos dime si te gustó! —Gritó tía Lily y yo cerré la puerta de mi habitación con un portazo antes de suspirar y apoyar mi frente sobre ella. Mi corazón iba a mil y seguía notando el calor en mi rostro.

Maldición, claro que me había gustado.

...

— Enserio que me pone nerviosa. —Tras la pantalla de mi IPad vi a Miku morderse la uña y mirarme con las cejas juntas.

— ¿Por qué? —Pregunté, arqueando una ceja mientras guardaba los libros de biología y química en mi mochila—. Deberías estar más tranquila. El primer ensayo con Luka fue bastante bien. —Recordé, sacando las partituras de Magnet antes de dejarlas a mi lado, sobre mi cama donde estaba sentada. Guardé la libreta en mi mochila antes de tirarla al suelo.

Había invitado a Miku y Luka a casa para poder ensayar la letra de Magnet con más tranquilidad y tiempo. Los veinticinco minutos que duraba el receso no daba para mucho y realmente moría por acabar la letra y ver cómo mi mejor amiga y Luka la transformaban en magia con sus voces. Además, tía Lily había salido a tomarse algo con sus amigas y Len saldría también, por lo que prácticamente tenía la casa para mí.

— Sí, porque duramos quince minutos. —Rodó sus ojos—. Vamos a estar casi toda la tarde juntas y tengo ganas de vomitar cada vez que lo pienso. —Me confesó, poniendo mala cara. No evité soltar una pequeña carcajada, tomando el IPad y las hojas.

— Se llama amor, querida.

— Pues es una puta mierda. —Murmuró, con una expresión decaída que me preocupó.

— ¿Por qué? ¿Qué ocurre?

Miku suspiró y se frotó el rostro antes de caer boca arriba sobre su cama.

— Rin, tengo miedo. —Me confesó—. ¿Qué pasa si Luka no es homosexual o bisexual y es hetero? ¿Y si también es homófoba? Me destrozaría. —Su voz tembló y cerró los ojos, evitando llorar. Me rompía el alma ver a mi mejor amiga tan triste y a la par, sentía rabia por la situación en la que se encontraba. No era justo para ella pasar por tanta mierda solo por ser homosexual.

— Tonta, no te pongas en lo peor. —La intenté animar cuando ella abrió sus ojos.

— Ha tenido decenas de novios, Rin. —Me contó, dando un fuerte suspiro de impotencia—. No quiero enamorarme y acabar herida. —Se alzó de la cama y frotó uno de sus ojos.

Me alcé también y me senté sobre el taburete del piano, dejando el IPad sobre éste y colocando las partituras en el atril del instrumento.

— No vas a salir dañada. Que haya tenido mil novios no significa que sea heterosexual. ¿Recuerdas cuando tú hacías lo mismo? —Ella me miró con tristeza antes de asentir levemente—. O, vete tú a saber, a lo mejor siquiera sabe su orientación sexual. —Abrí la tapa que cubría las majestuosas teclas del piano y volví los ojos hacia mi mejor amiga.

— Eso es una posibilidad entre un millón, no puedo ilusi...

— ¡Confía en esa posibilidad, Miku! —Exclamé, sorprendiéndola. Tomé aire y recogí parte de mi cabello tras mi oreja—. Y si pierdes arriesgando, no importa. Perseguiré a Luka por todo el país si hace falta para darle su merecido y después, te ayudaré a curarte. Ya ves tú, Luka no es el único pez en el mar. —Sonreí, transmitiendo la confianza y seguridad que le faltaba.

—Rin... —Murmuró, aunque finalmente sonrió.

— Así que en diez minutos quiero ver tu culo en mi casa. —Dije, señalándola e intentando poner una mueca de seriedad. Miku soltó una carcajada que me contagió.

— Sí, mi capitana. —Imitó el saludo militar y nos despedimos antes de colgar.

Suspiré y volví a cubrir mi IPad con la funda antes de lanzarlo sobre mi cama. Recogí mi flequillo y parte de mi cabello en un pequeño moño sobre mi cabeza y estiré mis brazos antes de ir a por las partituras. Sin embargo, la puerta de mi habitación se abrió estrepitosamente y tras ella apareció la figura de mi hermano.

— ¿Qué puñetas...?

— ¡Cargador! —Casi gritó, lanzándose sobre mi cama y también sobre mi creación, para alcanzar el cargador que tenía enchufado sobre mi mesita. Lo conectó a su móvil y suspiró aliviado antes de dejarlo sobre mi mesita. Pestañeé varias veces seguidas, observando que él estaba sobre mí cama atabiado solo con unos vaqueros.

— ¡Ey, te has tumbado sobre mis partituras! —Me quejé, alzándome para acercarme a mi hermano y ver cómo las esquinas de mis hojas sobresalían bajo su ancha espalda.

— ¿Qué partituras? —Se volteó un poco, sacando las hojas para tenerlas a la altura de sus ojos—. ¿Magnet? —Me sonrojé cuando leyó en voz alta el título y enseguida me subí sobre mi cama.

— ¡Dame! —Quise arrebatarle mi trabajo, pero él sonrió divertido y me detuvo colocando su mano sobre mi rostro para evitar que le alcanzara. El calor en mi rostro se intensificaba a la par que las pulsaciones de mi corazón se aceleraban.

— Basta con mirarte para que empieze a arder mi corazón. —Leyó, avergonzándome más si podía. Quité su mano de mi cara y coloqué mis piernas a cada lado de su cintura para poder quitarle las dichosas partituras.

— ¡Len! —Pero él estiró nuevamente su brazo y me vi obligada a inclinarme completamente sobre él para cogerlas.

— Para que tu fuego me llen... ¡Ey! —Se quejó cuando logré arrebatarle las partituras. Fruncí el ceño, completamente roja, y apreté las hojas contra mi pecho.

— Eres imbécil.

— Pues me estaba gustando la letra. —Arrugó su nariz en una bonita sonrisa que volcó mi corazón y le observé algo recelosa—. Más incluso que tenerte de nuevo sobre mí. —Amplió su sonrisa, apoyándose sobre sus codos.

— ¿Qué? —Y entonces me dí cuenta de que todavía seguía sentada sobre su cintura. Abrí mis ojos como platos, notando el calor de mi rostro intensificarse. Sin embargo, cuando iba a bajar, mi hermano me aprisionó entre sus brazos y volvió a caer sobre mi cama—. ¿Len...? —Pregunté, escuchando su corazón ir a una velocidad espectacular, a la par que el mío.

Esto... ¿es lo que le ocurre cuando está conmigo?

— ¿Lo oyes? —Me preguntó con una voz suave. Asentí con la cabeza, con la melodía de sus latidos de fondo—. Bien, entonces es que sigo vivo. —Comentó con diversión y yo puse una mueca antes de alzar mi rostro para toparme con sus ojos.

— ¿Por qué eres tan tonto?

Él soltó una pequeña carcajada y besó mi frente.

— Porque me enloqueces.

Sin embargo, antes de que yo pudiera articular palabra, el timbre de casa me interrumpió, recordándome la visita de Miku y Luka.

— Mierda, alguna debe de haber llegado ya. —Len me soltó y bajé finalmente de mi cama para dejar las partituras, algo arrugadas, sobre el piano y voltearme hacia mi hermano—. Van a subir a mi habitación, así que largo. —Le avisé, aún con el corazón a mil y el rubor en mis mejillas. Len se levantó de mi cama, desperezándose.

— Qué lástima, con la de cosas que se pueden hacer en tu cama de lo cómoda que es. —Canturreó con su pícara sonrisa, lo que provocó que malpensar.

— ¡Ca-cállate! —Grité, topándome los oídos antes de salir de mi habitación y bajar las escaleras.

Intenté controlar mi respiración y los latidos de mi corazón mientras me acercaba a la entrada, aunque todavía sentía la cara ardiendo por el dichoso Len. No dejaba de repetir aquél momento maldiciendo porque hubiera dejado que ocurriera. Solo había hecho más que confundirme. ¿De verdad Len sentía alto tan fuerte por mí como para que su corazón latiera tan rápido?

...

— Tranquila, tenemos la casa para nosotras solas. —Aseguré, arrugando mi nariz en una sonrisa. Luka soltó una leve carcajada, junto a una nerviosa Miku, y asintió, volviendo a repasar la letra de Magnet.

— Menos mal, porque a veces cuando no llego a una nota solo se me ocurre chillar. 

Amplié mi sonrisa, colocando mis dedos en posición antes de echarle un último vistazo a mi mejor amiga, quién tenía la mirada decaída. De forma sutil, le golpeé el pie suavemente, capturando su atención. La miré y luego pasé mis ojos a Luka, haciéndola entender que no se preocupara tanto. Ella juntó sus cejas y la movió ligeramente la cabeza, queriendo decirme que era imposible. Rodé los ojos y le dediqué una sonrisa de ánimo, deseando que supiera que contaba con mi apoyo y que arriesgar no significaba perder. Ella sopló su flequillo y acabó por regalarme una minúscula sonrisa algo cansada.

— Rin, ¿puedes tocar el estribillo? He perdido el ritmo. —Me pidió Luka, interrumpiendo nuestra particular conversación.

— Eh, claro. —Con mis ojos en las partituras, comencé a tocar, movimiento mi pierna al compás. Sin embargo, al poco, volví a equivocarme en una nota, lo que me desconcertó por completo. Bufé, deteniéndome. No, por Dios, ahora no. Sentí a las dos chicas mirándome con cierta curiosidad. Carraspeé antes de retormarlo nuevamente, pero fallé de nuevo.

— ¿Rin, te ocurre al...?

— No, no, es solo que he perdido el hilo. —Me excusé, frunciendo ligeramente el ceño antes de recuperar las partituras y releerlas. Te dejas controlar por los nervios y tiendes a tensarte, relájate, Rin, recordé las palabras de Kamui-sensei y respiré profundamente, cerrando los ojos para imaginármelo de nuevo tras de mí, con sus cálidas y largas manos acariciando mis hombros. Volví a intentarlo, poniendo toda atención a cada nota que salía del piano.

Pero llegó un momento en que dejé de imaginarme a Kamui-sensei para imaginarme a Len, con su grave y tierna voz susurrándome al oído lo bien que lo hacía y sus manos relajando mis hombros. Abrí lentamente mis ojos cuando terminé y tanto Miku como Luka me miraron sorprendidas.

— Lo has hecho del tirón y sin mirar, Rin —Sonrió alucinada Miku.

— Debes tocar así de bien en el acto de fin de curso. —Me animó Luka, mostrándome su perfecta dentadura.

Me sonrojé ligeramente ante sus halagos, bajando mi mirada a mis manos. Lo había hecho. Sonreí y cerré mis manos, decidida.

— Y vosotras debéis relucir, así que comencemos a calen... —Pero entonces unos suaves golpes en mi puerta me interrumpieron.

— Sorry, vengo a por mi móvil. —Len entró a mi habitación y caminó silbando hasta la mesita, donde su móvil todavía seguía descansando. Lo desenchufó del cable y se detuvo a encenderlo, alzando sus ojos hacia nosotras—. Hola, Miku. —Saludó a mi mejor amiga, quién le devolvió la sonrisa.

— Eh, hola. —Saludó entonces Luka, admirando a Len de arriba abajo. Fruncí ligeramente el ceño ante esa actitud y miré de reojo a Miku, quién la miraba con una mueca, extrañada.

— Hola a ti también. —Le devolvió el saludo mi hermano, esbozando aquella particular sonrisa que encantaba a todas—. Me voy ya, Rin. —Asentí, desviando la mirada—. Hasta pronto, chicas. —Se despidió, saliendo de mi habitación con cierta prisa y cerrando la puerta tras él, dejando un ambiente nada cómodo.

— ¿Es tu hermano, Rin? —Me preguntó entonces Luka, con los ojos puestos aún en la puerta.

— ¿No se nota? —Pregunté, aunque mi voz sonó más dura de lo que quería, ganándome la mirada de Luka—. O sea, sí, es mi gemelo. —Respondí con suavidad, obligándome a sonreír.

— Interesante... —Murmuró y yo rodé los ojos, mirando brevemente a mi mejor amiga, quién se estaba centrando en la letra, aunque por la manera en que sujetaba las hojas y lo blanquecino que estaban sus nudillos podía jurar que no le hacía gracia.

— Podemos empezar ya a cantar, ¿no? —Propuse, intentando minorizar la tensión palpante. Ambas asintieron y prepararon sus voces y postura mientras yo hacía lo mismo con mis dedos—. Vamos allá. —Susurré, comenzando a tocar.

Basta con mirarte para que empiece a arder mi corazón

Adoraba la voz de Miku, era perfecta para la personalidad inocente de una de las dos protagonistas. Sin embargo, la notaba tensa y eso me preocupaba.

Para que tu fuego me llene el cuerpo de pura pasión 

Sin notarlo un dia cual mariposa me pose en tu flor 

Pobre e ingenua niña caí rendida a tu favor

Mi mejor amiga terminó y llegó la parte de Luka.

Se me escapa de las mano tanta miel 

Bebe de mis labios la tentación

Sonreí al oír la voz de Luka, tan madura, potente y afinada, justo lo que buscaba. No dejaría de sorprenderme y ni de escucharla. Era simplemente mágica.

Dulcemente rozaremos piel con piel 

No olvidarás nuestro fogoso amor 

Pero cuando llegamos al estribillo, al contrario del dúo que esperaba oír, continuó Luka solo y yo fruncí ligeramente el ceño, mirando a Miku, quien observaba completamente embobada y con un notable sonrojo a Luka. Éste dejó de cantar al ver que mi mejor amiga no la seguía y yo terminé también de tocar.

— ¿Miku?

— ¿Q-qué? —Preguntó ella, despertándose de tu trance. Cuando se dio cuenta de que las dos nos habíamos detenido y la observábamos atentamente, su sonrojo incrementó—. ¡L-l-lo si-siento! —Balbuceó y yo no evité soltar una pequeña carcajada, mirando a Luka quién no despegó su mirada de Miku con una tierna sonrisa.

— No importa, continuemos desde donde lo hemos dejamos.

Mi mejor amiga asintió y carraspeó antes de que yo retomara la melodia y sus dos increíbles voces volvieran a fundirse en una. Aunque poco después, tuve que ser yo la que se detuvo para fulminar con la mirada a Miku en una mueca.

— Tu voz tiembla. —Apunté, a lo que ella pestañeó varias veces seguidas.

— M-mi voz no tiembla.

— Sí que lo hace y se nota. Tienes que relajarte.

Miku rodó los ojos y dejó la letra sobre el piano.

— Voy a por una botella de agua, tengo la garganta seca. Están en el armario junto a la nevera, ¿verdad? —Me preguntó, alzándose del taburete. Yo asentí, desperezándome mientras mi mejor amiga salía de la habitación.

— ¿Quieres algo de comer o beber, Luka? —Le pregunté

— No, gracias. —Sonrió.

— ¡Tráeme también un jugo de naranja que está en el refrigerador! —Pedí entonces.

— ¡Baja tú si lo quieres! —Me chilló de vuelta, aunque sonreí sabiendo que acabaría por traerlo.

— Rin —me llamó Luka y yo volteé mi mirada hacia ella—, ¿tu hermano está soltero?

— ¿Que si qué? —Puse una mueca, pestañeando varias veces seguidas y sintiendo un nudo en el estómago ante esa estúpida pregunta. ¿Me estaba tomando el pelo acaso?

— No sé, me ha parecido mono. —Comentó, arrugando su nariz en una sonrisa.

— ¿Te lo quieres tirar?

Ella soltó una suave carcajada, recogiendo varios mechones de su rosado cabello tras su oreja.

— Bueno, quién sabe si surge algo más...

Yo, yo sí sé que nada entre vosotros va a surgir.

— Pues creo que está empezando algo serio con una chica. —Respondí con una sonrisa falsa, sintiendo la adrenalina del momento. Mentir no era lo mío y procuraba no hacerlo nunca, pero aquella vez me había salido prácticamente solo.

— ¿De verdad? —Arqueó una ceja, sin creérselo.

— Pff, claro. —Me encogí de hombros, carraspeando antes de mirar la partitura sin interés.

— Que estén empezando no significa que lleguen a algo.

Me mordí la lengua para reprimir mis deseos de decir cualquier idiotez de la que me arrepentiría y respiré profundamente, contando mentalmente hasta diez.

— Oye, Luka —alcé mis ojos, forzando una sonrisa—, ¿tú tienes novio o novia?

La crush de mi mejor amiga sonrió con sarcasmo, rodando sus ojos.

— Solo he tenido rollos, no me va lo serio.

— ¿Te has enrollado con alguna tía?

Luka me miró extraña.

— ¿Acaso quieres enrollarte conmigo?

— ¿¡Qué?! —Abrí mis ojos como platos y no evité sonrojarme ligeramente—. ¡No, no, no! E-era solo por curiosidad.

Luka suspiró y negó, apoyando su mentón sobre su mano, con sus ojos en el papel. Tenía un semblante pensativo que me llamó la atención.

— Si te soy sincera, no me fijaría jamás en una chica, además a veces como que... la idea de tener una relación homosexual me.... me desagrada.

....

¿Saben quién acabó con sus exámenes y con preparatoria? Aquí servidora

YAAAAS VOLVÍ CON ENERGÍAS Y GANAS. 💚 Tengo que ponerme al día, no se preocupen porque pienso contestarles a todos sus mensajes asdff

Y YAAAAS primer bombazo: ¿una Luka homófoba? Omg, ¿ustedes se lo esperaban? Ya, yo tampoco. 🙄 Pero agárrense porque viene curvas y esto es solo el principioooo de los salseos que se avecinan. Aunque no creo que Spice! supere los 30 caps, de hecho ya tengo una vaga idea del cap final jejj. ¿No les resulta algo curioso que en los fanfics sea muchísimo más fácil crear el final que el inicio? ¿O solo me pasa a mí?

Sé que añoraban mis kilométricas notas de autora 💙

POR CIERTO SUBIRÉ PRONTO MI NUEVO FIC RILEN (always bitch) ASÍ QUE MANTÉNGANSE ATENTOS MIS BEBÉS

Siempre digo eso y al final acabo subiendo cosas después de medio año 🙄

Espero que todas y todos aquellos que hayan terminado las clases disfruten del verano al 100%, que hayan sacado notazas y si tiene que recuperar, MUCHA SUERTEEE y remember: ¡los exámenes no definen tu inteligencia!

Ya está me despido esto se está quedado demasiado largo :')

¡Qué la vida os sea exageradamente bonita! No olviden leer, reír, disfrutar, votar y comentaaar

Oskm, bb's ♥

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