Inocencia Pasional. «KookV»

By lxvekyu

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Hay cinco cosas que vuelven loco a Jungkook. 1: La forma en la que el rostro inocente de Taehyung se torna ca... More

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Capítulo 1: Malditos platos
Capítulo 2: Malditas cervezas
Capítulo 3: Maldito departamento
Capítulo 4: Instituto
Capítulo 5: Supermercado
Capítulo 6: Cena.
Capítulo 7: Shopping
Capítulo 8: Maldita lluvia
Capítulo 9: Desayuno (1/2)
Capítulo 9: Desayuno (2/2)
Capítulo 10: Woohyun
Capítulo 11: Fotografía
Capítulo 12: Fría noche (1/2)
Capítulo 12: Fría noche (2/2)
Capítulo 13: Maldito regreso
Capítulo 14: Fuego
Capítulo 15: Maldita migraña
Capítulo 16: Taehyung
Capítulo 17: Estúpidos pensamientos (1/2)
Capítulo 18: Estúpidos pensamientos (2/2)
Capítulo 18: Asuntos inesperados
Capítulo 19: Celos
Capítulo 20: Tú
Capítulo 21: Anuncio
Capítulo 22: Lo siento
Capítulo 23: Espuma
Capítulo 24: Tarde (1/2)
Capítulo 24: Tarde (2/2)
Capítulo 25: Palabras
Capítulo Extra: Auto
Capítulo 27: Sonrisas
Capítulo 28: Números
Capítulo 29: Taehyungie
Capítulo 30: Especial (1/2)
Capítulo 30: Especial (2/2)
Capítulo 31: Popcorn
Capítulo 32: Verdad
Capítulo 33: Risas
Capítulo 34: Complicaciones
Capítulo 35: Pasos
Capítulo 36: Reloj
Capítulo 37: Día D
Capítulo 38: Laberinto
Capítulo 39: Decisiones
Capítulo 40: Carreras (1/2)
Capítulo Extra: Noche
Capítulo 40: Carreras (2/2)
Capítulo 41: Verdades
Capítulo 42: Vacilaciones
Capítulo 43: Cuerdas
Capítulo 44: Rayando el sol
Capítulo 45: Nosotros (1/2)
Capítulo 45: Nosotros (2/2)
Capítulo 46: Familia
Capítulo 47: Para siempre
Capítulo Extra: Capturando Estrellas
Capítulo 48: Latidos apresurados
Capítulo 49: Últimos arreglos
Capítulo 50: Besos caídos (Final)
Epílogo
notis

Capítulo 26: Sopa

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By lxvekyu

Taehyung dejó de mirarlos enseguida y desvió la cabeza, tomando la bandeja entre sus delgadas manos, disponiéndose a salir de la habitación a pasos rápidos.

Jungkook abrió la boca y solo atinó a apartarla de inmediato, empujándola con todas sus fuerzas. 

-          Vete a la mierda – espetó y sus músculos se le paralizaron y solo logró ver cómo Taehyung dejaba la habitación con rapidez y desaparecía de su vista.

Maldición.

Jungkook se quedó estancado un momento, mientras su cabeza daba vueltas, repasando la escena que acababa de ocurrir una y otra vez y sus músculos se activaban poco a poco.

-          Uy, qué humor, ¿trabaja acá?.... ¿en serio son novios? Esa vez que los vi besándose en la cocina, no pensé que la cosa iba tan en serio. Lo siento, Kookie, pero creo que tendrás que terminarlo, ya has escuchado a tus padres y no creo que si les dices que en lugar de novia, quieres novio, se pongan felices. Y mucho menos si es un trabajador, tú sabes, hay ciertas cosas en nuestra sociedad que uno tiene que respetar y acostarse con tu trabajador no es una de ellas, ¿comprendes?...

Mierda.

Como reaccionando al fin, se levantó del asiento como una bestia, parándose en seco frente a la puerta cuando su madre se acercó con el teléfono en mano, sonriendo.

-          Ya está, lo siento mucho, era la compañía que necesita unos papeles urgentes, pero mandaré a que luego los lleven – ingresó con una media sonrisa dibujada en su rostro antes lacrimoso y los observó en silencio  - Bueno... supongo que ustedes quieren conocerse más y debo irme un rato para no resultar molestosa.

-          No, no se preocupe, ¿cómo cree?, usted nunca molesta. Más bien, yo me tengo que ir ahora mismo. Solo vine para verlos un momento, porque tengo un asunto pendiente con mi padre y me está timbrando a cada rato.

-          ¿Pero no te quedarás a cenar con nosotros? Quédate un rato, hija, siéntete en casa.

-          No, de verdad, tengo que irme. Con gusto, vengo otro día y almorzamos juntos.

La muchacha se recogió el cabello rubio en una coleta y se ajustó el bolso negro sobre su hombro.

-          Acompáñala a la puerta, Jungkook – la mujer suplicó, pero no obtuvo ninguna respuesta – Discúlpalo, no está pasando por un buen momento ahora...

-          No se preocupe, puedo hacerlo sola. Cuídese mucho, nos vemos. Adiós, Kookie.

Jungkook controló la respiración cinco segundos más, mientras la veía desaparecer frente a su vista y el estudio se quedaba tan solitario como antes, solo con la destacada presencia de su madre, que se cubría los labios y extendía una mano hacia él, tomándolo del brazo.

-          Cielo, quería decirte que... - susurró, pero el sonido de su celular vibrando la interrumpió y le hizo un ademán de espera, al tiempo que respondía - ¿Aló? Sí, estoy acá en casa... exacto, no... sí, sí, estoy yendo en unos minutos, espérenme.

Se soltó de su agarre con brusquedad y le dio una fría mirada, que reflejaba toda su rabia comprimida y salió disparado del estudio, moviéndose hasta la cocina con mucha urgencia. Frunció el ceño cuando no vio nada más que la bandeja sobre la mesa y otros platos más.

-          Tae, ¿estás ahí?

Atravesó la otra puerta, dirigiéndose hacia el pasadizo de las habitaciones, pero se detuvo al ver, a través de una de las ventanas, a Taehyung sentado de espaldas en una silla del patio, escribiendo algo sobre un cuaderno. Se volvió rápidamente y se metió por la otra puerta, exhalando ante el aire frío de la noche infiltrándose por sus fosas nasales.

-          Estabas aquí...

Se acercó hacia él y la sensación de algo punzante atravesando su piel lo revolvió cuando el mayor se giró hacia él y lo encontró con el rostro totalmente húmedo, los ojos abultados y enrojecidos y su pecho moviéndose rápidamente con cada inhalación y exhalación dada.

-          ¿Oye, estás llorando?

Puso las manos sobre el respaldar de su silla y lo vio negar con la cabeza y descender la mirada, soltando el lapicero sobre el cuaderno, suspirando e intentando sonreír.

-          Solo estoy pasando a limpio la libreta telefónica que tu madre me ha encargado...

Jungkook se pasó la mano por la nuca, sin dejar de observar dentro de sus ojos y a pesar que su mente no tenía todavía formada las palabras que diría, su boca empezó sola.

-          Es una mierda todo esto, ¿sabes? Me refiero a eso que has visto, está loca, no es verdad, se lo ha inventado. Ya conoces cómo es, le gusta joderme, ya has visto esa vez que nos vio allí adentro y casi la mato. Lo que pasa es que tuve una pelea con mis padres por lo de Woohyun y dijeron que les tenía cansado y que querían ponérmela de pareja, ¿puedes creértelo? Dicen que me ayudará a mejorar y a entrar de nuevo en su asquerosa sociedad y que si no lo hago, puedo olvidarme de las empresas y todo. Seguro han visto que la tipa tiene billete y se han armado esto. Pero me importa muy poco, la mandaré al demonio en cuanto pueda.  

Se detuvo para tomar aire y miró su expresión. Ni siquiera sabía por qué le estaba dando explicaciones y sin embargo, después de haberlo hecho, se sentía mucho mejor. Los labios de Taehyung se curvaron un poco y sus ojos se enfocaron en él durante un segundo, aunque luego se pasó la mano por el rostro y asintió con la cabeza, como reteniendo la respiración.

-          No te preocupes, Jungkook... yo lo entiendo, no te preocupes.

-          Es una locura, pero se les pasará rápido. No les pienso seguir el juego. Apenas vuelvan a tocar el tema, los mando al diablo, a ellos y a su mujer esa – volvió a mirarlo y su boca se cerró cuando observó que Taehyung colocaba ambas manos sobre su rostro y después de un sonido, rompía en llanto - ¿Qué te pasa?

Se echó a llorar sobre sus manos y su pecho se movió con más fuerza; su cuerpo temblando, mientras intentaba recuperar la respiración y se quitaba las manos para mirarlo, mostrando su rostro inflamado y angustiado con las lágrimas brotando sin parar.

-          ¿No vamos a terminar, verdad, no vamos a terminar?

La pregunta le cayó como un baldazo de agua fría y sus manos se movieron hasta su cabeza.

-          No, no... - las palabras siguieron saliendo de su boca y lo tomó de la barbilla, deslizando su pulgar a su alrededor - Jamás me gustaría alguien como ella, tú sabes cuánto la aborrezco, es insoportable. La culpa es de ellos, pero es algo momentáneo, se les quitará.

-          Entonces, hazles caso, por favor, no les desobedezcas – susurró, cerrando los ojos ante el suave contacto - Si lo haces, el asunto se pondrá peor...

-          No se pondrá peor, porque lo acabaré pronto si siguen insistiéndome. Tú sabes que la tipa dijo e hizo eso por joder y que no es real, ¿no?

-          Sí, no te preocupes y... diles que sí a todo. Tus padres entenderán pronto, pero no les desobedezcas o los hagas enojar, sino seguirán pensando que es algo bueno.

-          ¿Crees que voy a permitir que esto vaya más allá? Ellos han armado solitos su cuento y ellos mismos tendrán que desarmarlo. Yo haré como si no pasara nada, porque no está pasando nada. No es nada serio, los conozco, es solo otra de sus locuras. Si siguen jodiéndome con eso, les mandaré al demonio delante de todos.

Siguió tomándole de la barbilla y su boca se asentó sobre sus ojos, barriéndolos con su lengua fogosa para absorber cada una de sus lágrimas y siguió depositando besos por la curva de su nariz hasta casi llegar a su boca, pero Taehyung se lanzó a envolverlo con sus brazos y abrazarlo con todas las fuerzas que tenía; su corazón desbordándose mientras lo hacía. Hundió su cabeza en su pecho y Jungkook se quedó inmóvil, sin oponerse al abrazo.

-          Me había asustado mucho... Pensé muchas cosas y todas me daban mucho miedo.

Taehyung se abrazó mucho más a él, sintiendo cómo su corazón revivía nuevamente y el sudor frío causado por el miedo que había sentido hace algunos minutos, empezaba a desvanecerse. Había tenido tanto miedo que cuando lo escuchó detrás de él, los latidos de su corazón se habían detenido, alertas de temor ante lo que Jungkook venía a decirle. Era la vez que más miedo había sentido en su vida, pero tras haberlo escuchado, todo en él se calmó y ahora se sentía sin ningún nudo en la garganta ni en el pecho. Estornudó, separándose un poco de él y su respiración siguió apaciguándose, al igual que los latidos de su corazón.

-          ¿Te sientes bien? - Jungkook se apartó un poco para verle a los ojos con una sonrisa en los labios - ¿o estás con la gripe?

-          He tomado un té caliente, pero no se me pasa.

-          ¿Quieres que haga algo por ti? – le subió el cierre de su abrigo hasta el cuello y él sonrió, acurrucándose en su pecho - Aprovecha y pide lo que quieras.

Se tranquilizó cuando lo vio sonreír y animarse como siempre. Se sentía libre de nuevo, aunque todos los últimos problemas siguieran dándole vueltas y no lo dejasen en paz en ningún momento. Una parte de él había odiado tanto quedarse parado como un idiota cuando Taehyung lo vio allá en el estudio, pero después de haber abierto las antiguas heridas, discutido con sus padres y enterarse de su nueva locura, no podía haber hecho otra cosa.

-          Sí, sí hay algo...

-          ¿Qué?

-          Cántame, Kookie, por favor. Solo un pedazo, ¿sí? Cualquier canción, no importa la que sea, quiero oír tu voz.

Suspiró y una media sonrisa se formó en su boca, ¿por qué le había tenido que decir que cantaba?

-          No, Taehyungie, eso no.

-          ¿Por qué no?

-          Porque no. Mejor se me ha ocurrido algo más interesante, ¿me esperas?

Se apartó y se apresuró hacia la cocina, escuchando cómo el mayor tomaba la agenda y su lapicero y lo seguía, riendo y prendiéndose de su brazo.

-          ¿Qué vas a hacer?

Abrió todos los reposteros y sacó el celular de su bolsillo, tecleando unas cuantas teclas antes de abrir la nevera con mucha concentración y volver su mirada a la pantalla.

-          Cocinar.

-          ¿Cómo vas a cocinar? – Taehyung entreabrió los labios con sorpresa y tomó asiento, riendo como si se tratase de una broma – ¿Qué vas a hacer?

-          Voy a hacerte sopa, ¿no quieres?

Sacó unas cuantas zanahorias, tomates y cebollas, dejándolas rodar sobre la mesa antes de que tomase una cacerola y la dejase en el lavatorio, con el agua cayendo en su interior. Taehyung le dio una ilusionada mirada a todo y se echó a reír con la emoción calmándolo.

-          No sé por qué no me da mucha confianza todo esto.

-          ¿Qué? ¿Acaso no me crees capaz de hacer una sopa como las que haces? Me va a salir tan rica que vas a querer contratarme como tu cocinero personal y privado.

Sostuvo una máquina y empezó a pelar las verduras, echándole otro vistazo a la pantalla de su móvil y asintiendo en señal de aprobación.

-          ¿Has cocinado antes?

-          No, este es mi debut y lo estoy haciendo solo para ti.

Taehyung se encogió más en el asiento y su rostro deslumbró de alegría, riendo más, mientras entrelazaba sus propias manos y apoyaba su cabeza encima como un niño de cuatro años al que le estén comprando su golosina o juguete favorito.

-          ¿Quieres que te ayude?

-          No, sino no sería justo, se supone que tú eres el que juzgará todo.

Jungkook dio un suspiro molesto cuando notó que el agua rebalsaba de la cacerola y la tomó de inmediato, dejándola caer sobre una hornilla para después intentar encenderla.

-          Tienes que girar para el otro lado. Esa no, la otra. Ten cuidado, puedes quemarte.

Después de cinco intentos, la encendió y cortó todas las verduras en trozos desiguales y extraños, aunque él se sintió muy satisfecho y las colocó todas sobre el agua hirviendo, volviéndose hacia los reposteros para buscar el envase de la sal entre todas las cosas. Se tardó más de cinco minutos rebuscando, sin encontrar nada. ¿Dónde se suponía que estaba?

-          Está saliendo humo, Kookie, la estás quemando.

-          Tú solo déjame hacer las cosas y distráete en otra cosa – se carcajeó, fijando su astuta mirada en él y corriendo hasta su lado para tomarlo sorpresivamente entre sus brazos y subirlo a su espalda- Es más, vete a descansar ahora mismo o empeorarás con la gripe y te meterán una aguja en ese bonito trasero que tienes.

-          Jungkook, ¡suéltame! ¿Qué estás haciendo...?

Lo sujetó con fuerza y salió por la puerta trasera, mientras reía y Taehyung se removía en sus brazos, carcajeándose y suplicaba que lo bajase entre graciosos gritos de sorpresa. Llegó hasta su dormitorio y lo soltó suavemente sobre su cama, subiéndole las mantas hasta el cuello y acomodándole una almohada torpemente sobre su cabeza.

-          Lo siento, no me dejas concentrarme si estás ahí.

-          Pero tengo que hacer la cena...

-          Todos están afuera y yo cenaré acá contigo. Solo espérame unos veinte minutos.

Taehyung asintió con emoción y siguió riéndose con ternura y enrollándose en la cama bajo las cobijas, mirando atentamente cómo Jungkook desaparecía por la puerta. Toda la tristeza que había sentido hace algunos momentos se había disipado y ahora era reemplazaba por una enorme alegría y entusiasmo con todo lo que Jungkook estaba haciendo por él. Era como si una pesadilla se hubiese convertido de pronto en un cuento de hadas. Suspiró tres veces, poniendo sus manos entre su pecho y animándose con todas las mariposas que revoloteaban en su estómago y se paseaban hasta su corazón. No tardó mucho en ver a Jungkook entrando con una fuente con dos tazones de sopa, refresco y cubiertos. La dejó sobre la cama y se sentó en un brinco a su lado, haciéndole señas con las cejas para que comiera. Y así fue, con una enorme sonrisa en sus labios, se llevó la primera cuchara de la sopa verdosa a la boca, sorbiendo un poco y riéndose otra vez al probarla.

Tenía doce cucharadas más de sal, se había olvidado de la carne y las verduras estaban duras, sin cocerse, pero era imposible que no le resultase deliciosa si estaba hecha por él.

-          ¿Cómo está?

-          Riquísima – respondió, tomando otras tres cucharadas con mucho interés.

-          Lo sabía, todavía no la he probado, porque quería que tú lo hagas primero, pero ahora le doy el visto bueno.

Jungkook se acomodó más y apoyó su espalda sobre el respaldar de la cama, encendiendo el televisor y tomando una cucharada de su propia sopa. El sabor fue tan intenso que lo dejó sin moverse durante un momento antes de que dejase la cuchara sobre la fuente y se bebiera ambos refrescos de un porrazo. ¿La receta de internet había estado mal o qué carajos pasaba? Cambió de canal y se rio, viendo cómo el otro sorbía con ganas.

-          Taehyung, como veo que a ti te gusta, ¿no querrás otro tazón?

El mayor rompió en risas y no le quedó más que asentir, mientras recostaba la cabeza en su hombro y se pasaban la noche riendo a sus anchas con los divertidos dibujos animados de la televisión.

Nada podía detenerlos.

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