La chica de las Apuestas [En...

By danissanne

11.1K 997 242

Sam tiene dos vidas: Pelea & apuesta en peleas callejeras. Es la hija del Pastor de la ciudad. El encuentro d... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Noticias Nuevas
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 - Segunda Parte
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37

Capítulo 8

308 26 3
By danissanne

Llego a la puerta y mi padre me mira con una ceja alzada, escucho como el auto de Hunter se marcha a toda velocidad.

— ¿Me vas a explicar que hacías con ese muchacho, Sam? 

—Nada, solo charlábamos.

—No me gusta esto Sam, me vuelves a decepcionar —me grita mientras subo las escaleras.

—Entonces decepcionate más, porque le he dicho que si saldré con él —es la primera vez que le llevo la contraria a mi padre, la primera.

—Eso está por verse —dice antes de que me encierre en mi habitación.

Me miro al espejo antes de tirarme sobre la cama, voy vestida como siempre, con una falda larga y una blusa, llevo una trenza y tengo todo el estilo de una cristiana, creyente, virgen y santa ¿Por qué Hunter se ha fijado en mí, si todo lo que se ve a simple vista es algo que no atrae a ningún chico? ¿Acaso él está interesado en lo que hay debajo? ¿La Sam que no puedo ser en casa?

Caigo sobre la cama, paso mis dedos por mis labios y recuerdo el toque de ellos sobre los míos, nunca me había sentido de esta manera con ningún chico ¿Por qué Hunter? ¿Por qué el tipo que mi padre más detesta? ¿Por qué?

Mi móvil vibra, es un mensaje.

'Estoy a punto de volver a tu casa y terminar lo que comenzamos Santa'

Frunzo el ceño ¿Hunter?

'¿De dónde sacaste mi número?'

Al minuto llega otro mensaje.

'Digamos que meterme a la oficina principal y conseguir tu ficha escolar no fue tan difícil'

Alzo las cejas, escribo otro mensaje.

'¿Has entrado a robar mi ficha escolar solo para conseguir mi número?'

'Le insistí a tu amiga que me lo diera, pero se negó, tuve que tomar medidas extremas Santa'

¿Jenny? Me imagino a Jenny negándose, obviamente no le iba a dar mi número menos a un chico que ella odia.

'Siempre te saltas todas las reglas'

'Y me encanta hacerlo, además de violar las señales de tránsito y alcanzar lo inalcanzable, pero más me gusta ir contra el padre de una Santa solo para poder salir con ella'

Me muerdo el labio.

'Supongo que me has impresionado'

'¿Eso es un punto a mi favor?'

'Puede ser...'

'No me gusta que me dejen con las dudas. ¿Sabes que puedo agarrar el auto e ir a tu casa, cierto? No tientes tu suerte Santa'

— ¡Sam! —grita mi padre — ¡Baja a cenar!

Dejo el móvil y bajo. No puedo creer que haya revisado mi ficha escolar solo para conseguir mi número. ¡Está loco!

Mi padre ha calentado comida congelada. Es lo último que comería a menos que estuviese enojado conmigo, como ahora.

—Es lo mejor que había —dice sentándose a la mesa.

—Debiste dejarme cocinar a mí.

—Estabas muy ocupada allá afuera con ese chico —dice entre dientes.

Como en silencio, no quiero discutir con él.

Veo que saca un sobre amarillo y lo deja a mi lado.

— ¿Qué es esto? —dejo de comer.

—Información, deberías leerla.

Miro el sobre con desconfianza, saco un manojo de papeles, lo primero que leo es 'Misioneros por el mundo'

Alzo la vista hacia mi padre.

—Lo he conseguido hoy, el pastor Cortez me los ha entregado, viene con el formulario y todo.

Miro los papeles y trago saliva. Hace un tiempo atrás le dije a mi padre que quería irme a misionar, pero era mucho antes de ser Monedita, mucho antes de pelear, mucho antes que todo.

—La primera misión es en áfrica, es para el próximo mes, los papeles se pueden entregar en unas semanas, solo hay que rellenar el formulario.

Ojeo el formulario, van todos los datos, detallada las vacunas y un plan de trabajo social que se hará con las personas de ese lugar.

—Irán más chicos Sam, creo que son unos diez, solo faltas que decidas tú.

— ¿Quieres que me vaya? ¿Quieres que deje mi hogar por un año y me vaya hacer misiones por el mundo?

—Quiero ser un padre orgullo de las decisiones de mi hija —contesta.

Siento que me han pegado una patada en el estómago.

— ¿Quién correrá con los gastos?

—Todo está cancelado, mis influencias funcionan después de todo, si no vas le darán el lugar a otra persona, pero están ansiosos por tu respuesta —algo se ilumina en sus ojos, esperanza.

—Papá, yo no creo...

—Piénsalo Sam, no es necesario que des tu respuesta ahora. Esto podría cambiar tu vida, podrías ayudar a miles de persona a lo largo del mundo, creo que sería la mejor decisión que podrías tomar.

Miro mi plato, ya no tengo apetito.

—Lo pensare —agarro los papeles y me levanto —tengo sueño, me iré a descansar.

Llego a mi habitación y dejo el sobre en mi cama. ¿Ir a misionar? Eso quería hace un tiempo, ¿pero ahora lo quiero? ¿de verdad podría irme por un año a misionar por el mundo, y dejar todo de lado? ¿podría hacerlo?


Primera clase y nada más de ver quien se ha sentado a mi lado me dan ganas de vomitar.

Se gira a mirarme de arriba a abajo con una mueca de asco, igual que la mía.

—Vi a tu madre el otro día, estaba en la predica de mi padre.

Cristina alza una ceja —ya lo sé, me dijo que fue solo para saber si tu padre había cambiado su aburrido repertorio ¿y sabes lo que dijo? Que seguía siendo igual de patético que hace un año.

—Tu mamá es un amor —respondo sarcástica.

—Ya lo sé linda, no tienes para que decirlo —sonríe — ¿sabes que más me dijo? Qué todo se puso interesante cuando un chico entro a la iglesia a disculparse con tu padre y a pedirte que salieras con él ¿un ñoño admirador virgencita? ¿Quién es?

— ¿No sabes quién es? —es extraño que aun no se haya enterado de los detalles. 

—No, ¿me dirás quién es o quieres que adivine? Aunque no creo que sea difícil, a puesto que es un patético idiota con cara de nerd, lleno de espinillas y tan virgen como tú.

—Pues cree lo que quieras —me giro —me da igual.

Cristina alza una ceja.

— ¿Sabes Sam? Yo borraría esa expresión tuya, porque mis padres siguen haciendo los trámites para demandarte por haberme golpeado.

—Habla con mi mano Cristina —le enseño la palma.

Las clases gracias al cielo, a los ángeles, y todos los santos que viven en tu reino, por la luz y gloria... ¿Qué rayos estoy diciendo? Me he desviado del tema. Las clases al fin terminan, salgo del salón y voy a la cafetería.

Al caminar por los pasillos veo a alguien conocido, me acerco a mirar, está hablando con el Director, es la madre de Hunter, Sonia. ¿Qué hace aquí?

Veo que se están dando la mano, voy a salir rápido cuando Sonia me saluda.

—Hola Sam, ¿Cómo estás?

Carraspeo.

—Muy bien, gracias ¿y usted?

—Algo cansada, he estado en tantas reuniones estos días.

— ¿Por Hunter?

—Sí, por cierto, lamento mucho lo que sucedió en la predica pasada, creo que mi hijo sigue metiendo la pata cada vez que puede.

—Está bien, no fue nada, de todas formas, estuvo bien que se disculpara con mi padre.

—Sí, pero no fue la mejor manera de hacerlo, menos queriendo salir contigo, tu padre me dejo bien claro que no quiere a Hunter cerca de ti y puedo comprenderlo, tu eres la luz de sus ojos y mi hijo no es un santo, lo conozco bastante bien.

—Esa no es decisión de mi padre.

Sonia frunce las cejas.

—Sam, tu padre solo está haciendo lo mejor para protegerte.

— ¿Protegerme de Hunter? él no es tan malo como parece.

Sonia me mira con una mueca de... lástima.

—Sam, no te hagas ilusiones. Sé que soy su madre y por algo te lo digo, no le he conocido ninguna novia seria a mi hijo, ninguna, todas han sigo pasajeras, y yo no quiero que tú seas pasajera, porque no eres como ellas, eres mucho más valiosa, eso deberías saberlo.

Me quedo en silencio ¿novia pasajera? Ni siquiera había pensado en ser su novia.

—Más vale que me vaya, tengo que hacer trámites, me han citado para el tribunal, los padres de Henry han demandado a Hunter después de todo.

— ¿Lo expulsaran? —pregunto sorprendida.

—Si la demanda gana probablemente, pero aún estamos en trámites, pero tú no te preocupes, fue mi hijo el del error, él tiene que pagar las consecuencias —me dedica una sonrisa —me alegro mucho de verte Sam, y dale mis saludos a tu padre. Nos vemos.

Se marcha taconeando con sus zapatos altos.

Me dirijo a la cafetería, al entrar una mano me detiene.

—Hoy después de clases en el estacionamiento —dice Hunter.

Alzo una ceja — ¿Qué?

—Ayer me dijiste que si, así que te estoy cobrando la palabra, hoy saldremos y por favor esta vez no te niegues —me guiña un ojo antes de retirarse por el pasillo.

¿Hoy? ¿Después de clases?

— ¡Espera...! —ya se marchó.

Entro a la cafetería y me siento junto a Jenny.

—Hola Samy, pensé que no vendrías, quería ir a buscarte al salón, pero me dio hambre, sorry.

—Está bien.... ¿Dónde está Alex? —no lo veo por ninguna parte.

—Enfermo, de nuevo, vómitos y diarrea.

—Mucha información —arrugo la nariz.

—Lo siento, su madre dice que es una bacteria estomacal, lo llevaran hoy al médico.

—Vaya, que mal.

— ¿No le las llamado?

—No, no he tenido tiempo, muchas cosas que hacer, lo llamare esta tarde, lo prometo.

—Eso espero, ha estado impaciente, no sé qué es lo que te quiere decir, pero es importante al parecer, supongo que es otra pelea en tu segunda vida.

—Hace bastante que no peleo, me vendría bien salir.

—A mí igual, estoy harta de estar en casa ¿sabes que mis padres han decidido ver todas las películas cristianas posibles? Las han arrendado y cuando llego a casa ahí están viendo Moisés, Abraham y Daniel, me tienen vuelta loca.

—Una vez mi padre comenzó a leerme todos los pasajes más importantes de la biblia en cada cena, duro como tres meses, fue lo peor.

—Ya lo creo.

Miro a las personas del comedor, observo a una chica que esta junto a Cristina, lleva una falda de esas que yo nunca en la vida podría ponerme.

—A veces desearía poder ser como las demás —suelto mirando a la chica —ya sabes, preocuparme de mí, de peinarme mejor, de vestirme mejor, sentirme bonita.

Jenny sigue mi vista —esa es una zorra Sam, no es el mejor ejemplo.

—Yo me refiero a la libertad de elegir su ropa. Apuesto que sus padres ni se molestan en lo que lleva puesto o como se ha peinado, yo no puedo preocuparme de eso, mi padre me ha mandado hacer toda la ropa con Berta, la mujer de las predicas, era costurera en sus tiempos de oro, solo me hace ropa de abuela.

—Mis padres me han regalado ropa así —hace una mueca.

—Pero por lo menos a ti no te obligan a usarla todo el tiempo, ¿sabes lo que haría mi padre si me viera con una de esas faldas? Me compraría una sotana y quemaría todo el armario.

—Tu padre está loco.

Miro a la chica, me gusta como mueve su cabello, me gusta que tenga la libertad de elegir como se viste sin que nadie la critique —desearía tener la libertad para hacer cosas de chicas, hablar de chicos y ese tipo de cosas que nunca he podido hacer, toda mi vida ha sido planificada desde que nací.

—Sam, tu y yo sabemos que no tenemos esa libertad, tú más que yo.

—Y eso es lo que más me molesta.

Al caminar a mi siguiente clase me miro en el reflejo de una ventana. No me siento femenina, ni atractiva, no sé si puedo llegar a serlo. Se que Monedita lo es, pero por segundos antes de golpear a mi adversario, en cambio, yo Sam, solo puedo aspirar a ser esto, porque no tengo la libertad de elegir. 

Después de clases voy a mi auto. Sé que he sido diferente toda mi vida, pero ahora entiendo mejor el porque. No soy la clase de chica que llama la atención, si no, todo lo contrario, mi vida ha sido creada, planificada y ordenada bajo las normas de mi padre. No tengo escapatoria. Esto es lo que soy. ¿Cómo un chico podría fijarse en mí? ¿Cómo Hunter podría hacerlo?

—Hey —Hunter está apoyado en su auto, me sonríe cuando me ve —tienes una cara de lástima que ni tú mismo Dios te la saca ¿paso algo? ¿peleaste con alguien Santa? ¿andas de nuevo de puños?

—Necesito hacerte una pregunta.

Frunce el ceño — ¿paso algo?

—¿Que ves cuando me miras?

Parece sorprendido.

— ¿Por qué la pregunta?

—Solo responde, quiero saber.

Hace una mueca pensativo y luego sonríe.

—Veo a una virgen Santa que toca el piano como las diosas.

Casi me hace reír, casi.

—No hablo de eso, hablo de como ves tú, de cómo me ven los demás. 

—Uff nena, esos problemas femeninos no van conmigo, si te digo algo puedo cagarla.

Lo fulmino.

—Hablo enserio Santa.

—Solo quiero saber, dime la verdad ¿soy atractiva?

Hunter se queda serio.

—Atractiva como un moco —suelta una carcajada.

—Vale, gracias —paso por su lado hacia mi auto.

Me detiene del hombro.

—Es broma Sam, solo intento subirte el ánimo, pareces triste. 

—Si no quieres que me vea triste deberías dejar de decir estupideces ¿no crees? —enarco una ceja.

Veo como traga saliva.

—Lo lamento, no quería herirte, si es una pregunta seria entonces la contestare.

—Ya no me interesa.

— ¡Que va! A toda chica le interesa saber si uno la encuentra atractiva, es algo que las come por dentro y yo sé mucho de eso.

—Se me olvidaba que eras un experto en chicas —ruedo los ojos.

—No entremos en ese tema, ahora déjame responder. Si me pidieras que te besara por ser atractiva entonces te comería a besos Sam —siento que me sonrojo a mas no poder —ahí está, mi parte favorita, tus mejillas sonrojadas, al parecer cada cosa que digo te causa algo.

—Tu no me causas nada Hunter —replico molesta.

—Yo te causo todo Santa —dice ronroneando —y mucho más de lo que estas dispuesta a aceptar. 

Me aparto unos pasos de él.

—Me has citado aquí ¿me dirás lo que quieres o tengo que adivinar? —pongo mis manos en la cadera.

—Te dejaría adivinar, pero prefiero decirte, saldremos esta tarde.

— ¿Salir? ¿A dónde? Tengo que decirle a mi padre primero.

—Ya verás —sonríe de medio lado —y no te preocupes por tu padre le he dejado una nota en la puerta.

— ¿Le has qué? —casi me atraganto.

—Le dejé una nota diciéndole que llegarías tarde a casa, llámame cobarde sí quieres, pero no quise toparme con él y decirle que raptaría por una tarde a su adorable hija.

—No puedes hacer eso.

—Ya lo hice Sam, así que olvídate por lo menos esta tarde de tu padre.

Me abre la puerta del copiloto. Dudo en subir, no sé si esto sea buena idea.

—Si no entras te meteré a la rastra Santa, así que vamos —apunta —entra ya.

Me muerdo el labio.

—Bien —se da la vuelta y sube.

—Que caballero.

—Caballero es mi apellido —salimos del estacionamiento y lleva el auto al centro de la ciudad.

— ¿Me llevas nuevamente a ver una pelea? —lo que menos quiero es ver a Bob, esta vez ya no sería tan comprensivo con esta situación.

—No, hoy no peleo, esta vez te llevare a mi lugar favorito —sonríe pícaro.

— ¿Lugar favorito? ¿debo asustarme o salir corriendo?

—Aun no, pero si quieres podemos jugar a las adivinanzas, yo te digo una letra y tú adivinas el lugar.

Le dirijo una mirada dudosa —okey, bien, lánzala.

Hunter sonríe mirando las calles.

—La letra es M.

—M.... —comienzo a pensar al lugar a donde podría estarme llevando y se me prende la ampolleta — ¡Oh no!, te equivocaste de chica, da la vuelta ahora mismo Hunter.

— ¿Qué? —frunce el ceño — ¿Qué te estas imaginando?

—Es un motel ¿no? esto es lo más bajo que...

—Sam, relájate, no es un motel, es un restaurante.

— ¿Un restaurante? —alzo las cejas —pero has dicho la letra M.

—Sí, porque el restaurante se llama Mariachi, es de comida mexicana —suelta una carcajada.

Me quedo en silencio y me siento como una tonta, una total tonta.

—Yo... lo siento.

—No importa —se encoje de hombros —supongo que te puedo conceder algo de duda, no tengo una reputación muy limpia que digamos.

—No quiero saber eso. 

—Lo sé, ninguna chica quiere saberlo, pero la curiosidad las quema por dentro.

—Pues a mí no.

—Estas en negación siempre.

Le voy a responder cuando veo que estamos llegando a un restaurante bastante pintoresco en el centro de la ciudad, no lo había visto antes, o mejor dicho no me había fijado en él, con mi padre nunca salimos a comer a restaurantes, siempre cocino yo.

Estaciona cerca de la entrada, nos bajamos y observo el lugar, tiene un enorme sombrero Mariachi como si fuera el techo.

—Ven —me llama, rodeo el auto y me toma de la mano ¿Por qué siempre me toma de la mano como si me fuera a perder?

Una chica rubia nos atiende.

— ¿Tienen reservación? —pregunta enroscándose el cabello en un dedo y mirando a Hunter con interés.

—Sí, a nombre de Hunter —la chica busca en una lista.

—Los llevo a su mesa —nos guía a una mesa apartada, donde la luz es más oscura y las mesas están más separadas unas de otras —les dejo el menú.

Le dedica una sonrisa a Hunter antes de retirarse. Hay unas velas encendidas sobre la mesa.

Miro el lugar, parece acogedor, elegante y bonito.

— ¿Nunca antes habías venido? Pareces cachorro perdido. 

—Esta es primera vez que vengo a un restaurante, con mi padre solo comemos en casa.

— ¿Nunca antes habías venido a uno? —pregunta sorprendido.

—No —muevo la cabeza.

—¿Alguna vez has ido al cine, a un museo o no sé, a una farmacia?

Lo fulmino —no te burles.

—No me burlo, solo pregunto, es que me parece raro que nunca hayas estado en un restaurante.

—Mi padre no es fanático de estos lugares, por lo que nunca me ha traído y yo nunca he venido por mi cuenta, y si he ido al cine, al museo y a una farmacia para que lo sepas.

—Solo me cercioraba —alza las manos — ¿Qué lugar te gustaría visitar que no hayas ido nunca?

—Hmm... —me muerdo el labio —nunca he ido a un juego de béisbol, ni siquiera entiendo cómo se juega, pero me gustaría verlo en vivo y en directo y cerciorarme si en realidad la pelota sale disparada tan alto.

Hunter me sonríe —me siento entusiasmado.

Frunzo el ceño — ¿Entusiasmado? ¿por qué?

—Porque podría mostrarte muchas cosas que no conoces, como el estadio de béisbol, o uno de rugby, sería interesante ver tu expresión, como la que pones ahora.

—Me estas tratando como una novata.

—No Sam, te trato como lo mereces.

Miro nuevamente el lugar esquivando sus ojos y luego llego a ellos.

—Nunca me dijiste que con salir te referías a una cita, no pensé que eras uno de esos chicos.

— ¿Cita? —frunce el ceño —yo le llamo salir para mí no tiene definición, tu aceptaste salir conmigo, yo te invito a un lugar, ni siquiera hay que darle nombre, eso no va conmigo.

¿No va con él? Lo sabía, no es ese tipo de chicos que le pone nombre a las relaciones, aunque esto no es para nada una relación, para nada.

—Okey, solo salir, lo tengo.

La mesera viene a tomar nuestros pedidos. Hunter me dice que debo probar los tacos al pastor, así que eso ordenamos. Comemos mientras me cuenta de los lugares que ha conocido y que le han encantado, como este, dice que la comida de aquí es creada por ángeles, y tiene razón, esta delicioso.

—Me he encontrado hoy con tu madre —comento.

— ¿A sí? —no parece sorprendido.

—Ajá, estaba en la escuela hablando con el director, me ha dicho sobre la demanda, tienes que ir a tribunales.

Hunter hace una mueca de disgusto —lo sé, es una mierda, estuve intentando solucionarlo, pero no hubo caso, los padres de Henry me demandaron igual.

—Lo lamento Hunter, todo esto es mi...

—No quiero que digas eso Santa —me ataja.

—En todo caso si sirve de algo, lo lamento.

—Lo sé Sam, no es necesario que me lo digas.

Seguimos comiendo y yo disfruto de mi comida, es primera vez qué como comida mexicana, así que estoy algo emocionada.

Cuando terminamos la mesera retira nuestros platos y nos ofrece postre, pero le digo que no, Hunter tampoco.

—He quedado repleto —dice lamiéndose los labios — ¿te ha gustado?

—La verdad es que para ser mi primera vez en un restaurante y con comida mexicana no está nada mal.

— ¿Nada mal? Este es mi lugar favorito Sam, no me ofendas.

—No lo hago, la verdad es que me ha encantado —sonrío.

—Eso es lo que quería escuchar —sonríe conmigo.

Miro el lugar, me gustaría poder decirle a mi padre que no haremos la aburrida cena de siempre y que saldremos a un restaurante, pero estoy segura de que él se negaría.

Mi celular vibra en mi bolso, no alcanzo a contestar, es una llamada de Alex.

— ¿Alguien importante? —Hunter alza una ceja.

—No es nada —miro de paso la hora — ¡Joder!

— ¿Qué pasa?

—Son más de las ocho —el tiempo se me paso volando —debo volver a casa, mi padre va a matarme.

—Le he dejado una nota ¿lo recuerdas?

—Sí, pero de todas formas sigo castigada y tengo toque de queda, lo siento, pero debemos irnos.

Hunter toma aire y luego se levanta —está bien, te dejare en casa.

Ambos caminamos hacia la salida, Hunter cancela todo y luego salimos al auto.

—Espero que algún día los toques de queda de tu padre nos den más tiempo —pone el auto en marcha.

—Es bastante estricto con el horario.

—Me he dado cuenta. No entiendo cómo puedes vivir así Sam.

— ¿Cómo que vivir así?

—Así, bajo todas esas reglas, sobre-protegiéndote, ya no eres una niña y te sigue tratando como una y lo peor es que tú se lo permites, no entiendo cómo puedes soportarlo.

—Lo soporto porque es mi padre Hunter, tu harías lo mismo si tu madre fuese así.

—Aunque mi madre fuese como tu padre, sabría en algún momento que tiene que darme independencia y espacio, no durare por siempre en casa y tú tampoco, algún día tendrás que despegarte de él y comenzar a vivir tu vida.

Suena fácil, pero hacerlo es otra cosa.

Estaciona frente a mi casa, apaga el motor y nos quedamos en silencio, me giro hacia él.

—Gracias por lo de hoy, la comida estuvo exquisita —le sonrió, Hunter no.

—Sam, tengo que decirte algo.

Frunzo el ceño — ¿que pasa?

No me gusta para nada su expresión.

—Por favor no lo tomes a mal —es primera vez que lo veo tan preocupado.

—Me estas asustando.

Saca un sobre blanco de debajo del asiento y me lo entrega.

— ¿Qué es esto? —lo recibo confundida. 

—Ábrelo y léelo por favor. 

Miro a Hunter por si se trata de una especie de broma o me está asustando a propósito, pero hay una real seriedad en sus ojos.

Abro el sobre y me encuentro con una carta, lo primero que leo es 'citación a tribunales'

'Estimada Señorita Samantha J.

Por la presente carta, se le cita a usted para testificar en una audiencia en tribunales en la demanda presentada por los Señores Williams, el día 20 de agosto a las 15:00hrs, en la fiscalía de la localidad.'

Dejo de leer y me quedo helada, intentando procesar la reciente información.

Me giro a mirarlo atónita, este tiene una mueca de preocupación.

— ¿Has... esperado toda la tarde para luego darme esto? —alzo la carta.

—No fue mi intención, le dije a los padres de Henry que no te llamaran para avisarte porque o si no tu padre se enteraría y sabía que tendrías problemas. Intente solucionarlo, pero como tú también estuviste ahí decidieron tener a alguien de testigo, tendrás que testificar.

Siento un nudo en la garganta.

— ¿No podías habérmelo dicho antes? —alzo una ceja — ¿Todo esto de llevarme a cenar era qué? ¿un show? ¿una forma de disculpas? ¿solo para que acepte ir a testificar por ti?

Miro nuevamente la citación, es justo el día del aniversario de la muerte de mi madre, el único día que reservo solo para ella, para sus recuerdos, ¡el único día para recordarla y me lo han arrebatado!

—Quería decírtelo...

— ¿Y tuviste que esperar hasta ahora para hacerlo? ¿desde cuándo que tienes este sobre?

—Sam...

—¡Responde!

Se pasa de manera frustrada su mano por el cabello.

—Desde hace un par de días.

Empuño las manos llenas de rabia.

— ¿Sabes qué? eres de lo peor.

—Samantha...

Él nunca me había llamado así.

—No iré a esa maldita audiencia ¿me escuchas? No iré a testificar, no me interesa, menos ese día.

—Sam lo siento, no pensé que lo ibas a tomar así.

— ¿No lo pensaste? ¿y en qué diablos piensas? ¿solo en ti? —me toma del brazo — ¡No me toques Hunter!

—Sam escucha, no quería...

—Esto es tu culpa —le corto —tu madre me lo dijo hoy, me dijo que asumirías la responsabilidad.

— ¿Crees que es mi responsabilidad? —dice ofendido —ambos sabemos que todo esto comenzó por ti.

Abro los ojos sorprendida. 

— ¿Sabes? Al fin en algo estamos de acuerdo, esto comenzó por mí, pero yo no fui la idiota que se fue de golpes, ¡ese fuiste tú! ¿sabes lo que hará mi padre si se llega a enterar de esto? ¿Lo sabes? ¿tienes alguna idea? Es capaz de encerrarme en mi habitación por un año.

—Sam de verdad lo lamento, sé que te iba a traer problemas, quise solucionarlo.

— ¿Sabes que es lo peor? Que tuviste que inventarte toda la cena y esta salida para luego darme esta mierda —le muestro el papel.

—La cena no fue un premio de consuelo —dice serio.

—No te creo nada Hunter. Mi padre tenía razón, no somos compatibles, que tonta fui al creer lo contrario —abro la puerta y saco un pie.

—Sam —me detiene del brazo, le pego un empujón.

—No te vuelvas aparecer por aquí ¿me escuchaste? No iré a esa maldita audiencia y menos el día del aniversario de la muerte de mi madre —cierro con un portazo.


#TeamHunter

Continue Reading

You'll Also Like

448K 54K 71
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
38.6K 1.5K 24
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
722K 50.7K 64
Emilia Matthews es una amante jugadora del fútbol, no piensa en otras cosas más que en entrenar y ganar sus partidos, en su vida no importa otra cosa...
17.8K 2.8K 33
Mr. Encantador es uno de los autores más populares de Wattpad. Escritor de novela juvenil romántica, tiene casi un millón de seguidores en la platafo...