—¡Corré todo lo que puedas pero no podrás escapar de mí muñeca!—gritó uno de ellos mientras que yo miraba por todo ese callejón si había alguna salida.
—Tu ru tu ru tu ru ¿dónde estarás muñequita?—dijo él otro.
Agarré mi cabello con frustración, mirando en todas las direcciones, mi corazón palpitaba a toda prisa. Necesitaba salir de aquí, debía buscar a Dylan donde lo había escondido. Escuché un pequeño grito muy familiar y fue donde sentí mi mundo desplomarse.
—¡Rose corre!—gritaba mi pequeño Dylan, a lo que yo ignoré y salí de mi escondite— ¡No Rose! ¡Huyé!—gritaba.
—Dejénlo ustedes me quieren a mí—vi como tiraron a mi pequeño hermano como si fuera un trozo de carne al suelo y caminaban hasta a mí con unas sonrisas siniestras.
—Muy bien muñeca—siguieron acercándose y luego se escuchó su voz, era él...
___________________________________
Me levanté agitada. Mi manos temblaban y sentía el sudor caer por todo mi rostro. Escuché la puerta abrirse y ver a Dylan entrar con su rostro triste. Se sentó a un lado de mi cama y me miró con preocupación.
—¿Aún siguen?—asentí derramando lágrimas.
—Odio esto—dije frustrada. Él bajó su pequeña cabeza y miró sus manos como si fuera la cosa más entretenida del mundo, sabía que estaba nervioso— no es nada enano ya pasó, lo ignoraré— él levantó su rostro y me sonrió.
—Yo siempre te protegeré hermana. Seré tu guardaespalda—se trepó en la cama e hizó un saludo militar con su mano. No pudé evitar reír. Él lo era todo para mí.
—Ya basta enano ve a cambiarte que tenemos que entregar unos papeles a tu escuela además de que yo también tengo que ir al instituto— al decir esto arrugó su frente y gruñó.
—No es justo. ¿Por qué tengo que ir a esa cárcel?.
—Porque lo digo yo— reí y lo vi marcharse a su habitación.
Entré al baño y tomé una rápida ducha y luego salí envuelta en un albornoz color violeta, si me preguntan, el violeta es el mejor color del mundo. Llegué a mi habitación y busqué en el armario que me pondría. Opté por una camisa azul de manga larga y cuello alto; unos vaqueros ajustados, azul marino; unas botas sin tacón color marrón y me até el cabello en una cola de caballo.
Ya lista tomé mi bolso, las llaves de la casa y me dispusé a salir con Dylan a esperar que pasará el bus. Una vez que éste llegó ambos subimos y nos sentamos en uno de los asientos que estaban disponible ya que casi todo estaba ocupado.
Poco minutos después el bus ya no estaba tan lleno con tantas paradas que realizó. Escuché unos murmullos provenientes del asiento delantero:
-Te dije que fueras cuidadoso si se enteran...- bufó- eres un bruto- decia la mujer enojada-
-No podia contenerme- dijo el hombre- me dió sed- dijo lo último en un susurro-
-¡Última parada!- anunció el chófer haciendome brincar en el asiento por el susto.
Tomé de la mano a Dylan y cuando estabamos por salir choqué con la mujer que estaba en el asiento delantero, ella me miró con enojo, la mujer era pelinegra, alta y sus ojos eran de un rojo sangre, al percatarse que la observaba está sacudió su cabeza con los ojos cerrados y cuando volvió a abrir los ojos éstos eran verdes. Debia ser mi imaginación, eso es.
Traté de salir del bus con más prisa llevando casi a rastras a Dylan. Lo que acaba de ver era ilógico y producto de mi tonta imaginación.
Bajé del bus y caminé hasta la escuela de mi hermano. La escuela era pequeña pero bonita, estaba pintada de muchos colores y se veían los niños correr por el patio. Entramos y nos recibió una joven alta, esbelta, con cabello rubio castaño y una gran sonrisa que la hacia ver falsa.
-Buenos días ¿podemos ayudarla?- dijo con una voz chillona.-
-Buenos días, necesitó saber dónde se encuentra la oficina, tengo que entregar éstos papeles para la admisión de mi hermano- señalé a Dylan y éste sonrió-
-No se preocupe puede entregarme los papeles lo único que tengo que hacer es firmarlos, yo soy la directora.- observó los papeles y asintió- Su grupo será el 4-1. Yo lo llevaré hasta su salón.- ella me sonrió y yo me agaché a la altura de Dylan.-
-Portate bien enano. Pasaré a buscarte en la tarde.- él asintió y yo le di un beso, cuando iba a salir de la escuela me giré para verlo como entraba de la mano con la directora.
---------
Caminé por algunas calles más hasta llegar al instituto. Miré como algunos estudiantes se apresuraban para ir a clase, otros solo charlaban entre sí y otros no hacian nada. Entré en busca de la oficina, no me tardé mucho en encontrarla ya que en todas las paredes te decía donde quedaba la misma.
Al entrar, una señora mayor me recibió.
-¿Qué se te ofrece querida?- me preguntó.-
-Estoy en busca de mi horario- dije-
-¿Cuál es su nombre?- me preguntó mientras rebuscaba en un archivo.-
-Rose Miller- levantó su cabeza y se me quedó mirando, como odiaba eso de las personas- ¿tengo algo en mi cara?- le pregunté con molestia-
-Disculpa joven- dijo- es que me resultá familiar su apellido- ¿enserio me dijo eso?-
-Obviamente hay millones de personas con este apellido- rodé los ojos-
-Si debe ser- sacó un papel- aqui está su horario.-
-Gracias.- Salí de alli buscando el aula 110. Me tocaba literatura. Cuando la localizé, toqué la puerta y escuché un adelante. Al pasar todas las miradas fueron a mí incluida la del profesor.
-Bien señorita Miller busqué un asiento y los libros se encuentran en la estantería.- fui directo a un pupitre y me senté esperando que las clases transcurrieran rápido y así fue.
Las horas pasaron rápido. En la hora de almuerzo habia conocido a una chica peliroja muy tímida que me ofreció sentarme a su lado en la cafetería. Era muy bonita y muy simpática, su nombre era Denisse.
Al salir del instituto sentí como si alguien me estuviera mirando, voltié mi cabeza y vi a un chico desde el estacionamiento, hablando con otras personas pero su mirada estaba fija en mí.
Era muy guapo pero su mirada causaba miedo y su cabello negro estaba alborotado dándole un toque sensual; tenia una camisa azul marino, unos vaqueros rasgados negros, una chaqueta de cuero también negra y sus ojos no podia verlos muy bien pero parecian claros.
-Él es Alec Oswald- me dijo Denisse- creo que se gradúa este año. No es bueno hacerlo enojar o hablarle. Tiene una personalidad fría- me susurró- él solo habla con ellos y porque lo siguen como lapas, creo que los odia pero se retiene de decirlo- reí con su comentario, ella hizó lo mismo-
-¿Quiénes son los que andan con él?- ella me miró dudosa.
-El de cabello verde es Jared. La pelinegra es Sara- la miré, era la misma chica del autobús- La bajita rubia es Grace y su pareja es el castaño que está lado su nombre es Mike, son todos unos odiosos- les di una última mirada y todos me observaban con asco creo, aparté la mirada-
Me despedí de Denisse y seguí caminando en dirección a la escuela de Dylan.
Me sentía observada. Aceleré el paso pero sabia que alguien me seguía. Miré detrás de mí y no habia nadie. Raro. Unos minutos más logré llegar a la escuela y encontré a Dylan esperándome en un banco con su bulto. Al verme fue corriendo hasta mi y me abrazó.
-¿Cómo te fue hoy?- me miró y sonrió-
-Hizé una amiga- se ruborizó- se llama Karla-
-Que bueno enano- dije tocandole su cabello- vamos a casa-
Esta vez hizé que nos fueramos en un taxi. Todavia la misma sensación que sentía cuando iba a buscar a Dylan no se me iba. Al llegar a la casa me bañé y luego hizé la cena.
-Esto quedó bueno Rose- dijo Dylan con la boca llena, reí-
-Si es que le eché pis de perro- dije haciéndome la dudosa, escuché como a mi lado tosian escupiendo la comida, reí más fuerte por la broma que le acababa de hacer- es broma enano-
-Eres una mentirosa- él me miró con enfado- un día te haré una-
-Nunca caigo pequeño- dije tomando mi plato para llevarlo al fregadero- ve a hacer la asignación y luego a dormir-
-Mhm- se levantó de la silla y se fue a su habitación-
Me gustaba esta cocina porque tenia una pequeña ventana donde se observaba el sendero que daba al bosque. Di una ojeada admirando el paisaje cuando vi de pronto unos ojos rojos mirándome fijamente. Sacudí la cabeza tratando de que fuera mi imaginación y cuando volví a abrirlos todo estaba oscuro. Agarré el fregadero con fuerza tratando de calmar mi respiración agitada.
-Cálmate solo es tu mente- susurré para mi misma- subí a mi habitación y me acosté en la cama, acurrucándome. Antes de cerrar los ojos volví a pensar en aquel chico peligroso...
-----------
Nota:
*Alec Oswald en multimedia*
Espero que les gusté este capítulo.
****Necesito que me digan un nombre para un personaje chico bueno**** comenten. Escogeré al azar. Que sea algo diferente:)
-Fanny♡