La profesora se ha retirado, he entendido más o menos la clase. De igual forma, la mujer ha sido muy amable, hasta dijo que todos deberían preguntar más como lo hago yo y que si no me sentía cómoda se lo dijera. Es muy amable.
En hora libre, hacen más ruido. Parece que un profesor falto y ahora todos mis compañeros se esparcen por todas partes en el aula.
Ángel lee un libro y me ignora, aún cuando estoy sentada a su lado. Por otro lado, a veces mira mal a la chica de pelo violeta, que ha vuelto a encender su música rara a un alto volumen. Levanto la vista cuando la castaña enojada se acerca hasta mí.
—Abril ¿Verdad? —asiento cuando lo pregunta —¿Qué es eso de tu reinserción? Los profesores explican poco ¿Sabes? —juega con su cabello entre sus dedos.
—Yo no lo entiendo muy bien pero... Es adaptarme —digo con voz baja confundida y avergonzada al no saber muy bien que responder.
—Eso ya lo sé... —bufa —¿Pero por qué?
—Mi tía dice que mis papás están paranoicos —muevo mis dedos nerviosa.
—Esa no es una explicación lógica —rueda los ojos —quiero...
—Leia, ya déjala en paz —giro la vista y miro los ojos marrones de Byron observarme y luego a ella —¿No ves que la pones nerviosa?
—¡Yo también quiero saber! —grita el rubio y me sobresalto.
—No chilles en mi oído —se queja el morocho y lo mira mal —dame uno de esos —le agarra del bolsillo un palillo que tiene en una cajita y se lo pone en la boca.
—¿Qué es? —pregunto curiosa.
La música se corta e Inna deja de bailar, baja saltando de sobre la mesa y acercándose hasta mí.
—¡¿No sabes lo que es un cigarrillo?! —expresa sorprendida.
—Las "cosas" qué no debe saber —mueve las cejas Mark y mira a su compañero —Byron, tú puedes enseñarle.
El morocho entrecierra los ojos y le pega un golpe al rubio. No entiendo por qué tanta agresión. La hora libre no parece saludable.