Me recosté en la cama y trataba de decidir cuál sería la mejor forma de celebrar mi triunfo, en ese instante por alguna extraña razón llegó Miranda a mi mente, tenía ganas de verla, ella había sido llevada por sus padres al convento por declararse lesbiana, su padre es un fuerte miembro de la iglesia y al enterarse, decidieron llevarla al convento como una forma de aparentar una “Familia perfecta”.
Decido ir a buscarla, miro mi reloj y son las 6:12pm y supe inmediatamente donde encontrarla, siempre admiraba el atardecer, últimamente Miranda y yo teníamos una especie de “pequeñas citas”, nos encontrábamos todos los días en la fuente y admirábamos juntas la puesta de sol, no decíamos nada, solo nos hacíamos compañía la una a la otra. Me doy una ducha rápida, me pongo algo cómodo, arreglo mi moño y me dirijo a la puerta para salir, doy unos pasos y me encuentro con Ángela en el corredor
-¡Ángela!. - Me abalance a sus brazos y la abrace. – Saluda a la nueva presidenta del consejo estudiantil. –Digo llena de orgullo.
-En verdad?- me mira con cara de incrédula.
-Pues sip. Estoy tan feliz.
-¿Y hacia dónde ibas tan alegre?
-Pues…. A ningún lado la verdad, solo quería salir a pasear por el jardín, tú sabes lo mucho que me gusta.
-Claro. –Dijo con mucho sarcasmo. –No mientas, sé que últimamente te vez con Miranda en la fuente. –Miranda nunca fue de agrado para Ángela, desde que le comenté que si algún día llegaba a tener algo con una mujer seria ella, supongo que no quiere perder a su mejor amiga, tal vez sintió que yo la dejaría de lado por ella.
-Pues no, de hecho iba a buscarte –Al parecer mi celebración con Miranda iba a tener que postergarse un poco más, pero no me molestaba, necesitaba arreglar las cosas con mi mejor amiga.
– Claro, Y... ¿Por qué te postulaste para presidenta?, tú y yo sabemos que odias ir a las actividades del convento y siendo la presidenta, no solo tendrás que ir, tendrás que organizarlas.
-Pues la verdad lo hice para poder usar el vehículo.-Eso no era totalmente falso así que prácticamente no estaba mintiendo.
-Y... ¿Para qué quieres el auto? ¿Para ir a dónde?
-Pues salir, no lo sé, ir a cualquier lugar, salir, respirar otro aire fuera de estas paredes.
-Entiendo...
-¡Pues claro!, ¿para que más lo querría? Celebramos!!! ¿Qué quieres hacer?.
-¿Qué te parece si vemos una película?
-Me parece perfecto, ¿la vemos en tu cuarto o en el mío?
-Creo que será mejor mi cuarto, recuerda que tu DVD aun está en reparación y te lo entregan la semana próxima.
-Cierto, no lo recordaba, -Hace dos semanas hubo una fuerte tormenta y los rayos quemaron algunos de los aparatos electrónicos, casi todas las televisiones y DVD´s fueron llevadas donde un técnico, muy pocas sobrevivieron y entre esas estaba la de Ángela.-Entonces vamos a tu cuarto.
-Pues vamos,-Me tomo de la mano y yo la rodee con mi brazo por la cintura, justo como lo hacía siempre.
Al llegar a su cuarto me quite las zapatillas y me dirigí a mi lugar favorito en la cama, el lado de la pared, amo estar en esa parte de la cama, me hace sentir segura, terminé de acomodarme cuando escuché el seguro de la puerta, Ángela nunca ponía seguro en su habitación, decía que no tenía nada que ocultar y que por lo general nadie entraba sin tocar antes o sin su permiso así que lo veía innecesario, pero estaba vez lo había puesto.
Algo definitivamente estaba pasando, pero trate de relajarme un poco, a fin de cuentas estaba aquí para celebrar y quizás las miles de charla sobre porque ponerle seguro a su puerta, dieron resultados.
-¿Cuáles películas tienes Ángela?
-Tengo unas que te encantaran. –Fue a una de sus gavetas y saco tres estuches de películas y me lleve la sorpresa más grande de mi vida cuando me di cuenta de que eran exactamente esas películas.
-¿¡Pero es que te volviste loca o qué!? –La verdad no lo podía creer,-¿¡Quién eres y que le hiciste a mi mejor amiga!? ¿¡Dónde demonios está Ángela!?
-No seas exagerada –Rodó sus ojos, -¡aquí estoy!
-¿Dónde? Porque mi mejor amiga nunca, jamás, querría ver estas cosas.-Tire las películas en la cama y me puse de pie, me pare justo en frente de ella.
Se acercó a mi oído y susurró -Estoy justo aquí –Antes de que yo pudiera decirle algo más, ella corto la distancia que separaba nuestros labios y me beso.
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