Medio kilómetro de distancia

By iwillsaveyoutonight

1.4M 109K 52.4K

¿Qué pasa cuando un ángel pierde la memoria, se topa con un demonio y cae? ¿Quién cambia a quién? Una mentir... More

Sinópsis
Relación tóxica
Epígrafe
Para ti
Prefacio
Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
9. El comienzo
10. ¡Por un demonio...
11. ... lo que faltaba!
12. Nutella con fresa.
13. Diabólica tentación
14. Las rosas son rojas.
15. El juego de Victorious
16. ¿Por qué lanzas tus misiles?
17. Círculo vicioso | Parte I
18. Círculo vicioso | Parte II
19. Yo fui tuyo y tú mía
20. Sucesos inesperados.
21. Maritza Engel.
22. Perfume barato
23. Se cierra un capítulo
24. El primer día sin Katherine
25. Lluvia de espuma | Parte I
26. Lluvia de espuma | Parte II
27. El baúl de los sueños
28. Tres sobres de azúcar
29. Calle de ensueño
31. Te sigo amando, Maritza.
32. La nostalgia es un perra
33. Elévame hasta tocar el cielo, Luca
34. ¿Y qué es lo que quieres, Luca?
35. Buena mierda
36. Triángulo amoroso
Cien mentiras
¿Dónde mierda está el sol?
37. Sal en la herida
38. ¿De dónde te conozco?
39. Chanaje
40. Y vuelve el perro arrepentimiento
41. Un cigarillo y dos corazones rotos.
42. Whisky y malas decisiones

30. Solo quédate con él si...

24.1K 1.9K 1.5K
By iwillsaveyoutonight

Nathan me trajo hasta su casa ya hace más de una hora y media. Y yo aún no logro asimilar nada.

Fue muy impactante para mi ver a ese niño, aunque pienso que más que algo paranormal estaba soñando despierta o hasta podría decir que imaginando eso, sin embargo, no logró saber el motivo.

Y tampoco logro entender esa sensación que me llegó en ese momento dándome el aviso de que él era ese niño con quien tanto sueño; nunca había visto su rostro, ni en sueño, ni aquí. Jamás lo había visto.

La piel se me pone chinita de solo recordar aquel momento. Me remuevo incómoda en la cama,  Nathan me abraza más fuerte pegando mi espalda a su pecho

—¿Qué tienes, koala?—me pregunta Nathan mientras acaricia mi brazo de arriba hacía abajo. Su cabeza descansa en mi hombro de manera tranquila.

No he vuelto habla con él desde que llegué, me supongo se a de sentir confundido e impotente. Solo hace más que preguntas y caricias tiernas.

—¿Recuerdas el niño del cual te platique, el de mis sueños? — deteniendo su mano y entrelazandola con mía. Nathan hunde su cabeza en mi cuello.

—¿Qué hay con ese niño? —susurra sobre mi cuello. Me tenso porque sé que al decirlo en voz alta ser escuchará ridículo.

Suspiro lentamente, cierro mis ojos con fuerza pero rápidamente los abro al pensar que al volverlos abrir la cara del niño estará muy cerca de la mía.

—Creo que lo vi —musito bajito. Nathan se separara rápidamente de mí, me giro para verlo y él me observaba con el ceño fruncido.

—¿Al niño muerto?, ¿Ese del qué todo mundo habla, es el mismo de tus sueños?

—Y-yo no sé... puede ser... no tengo ni idea como fué pero al verlo en el callejón supe que era él, era ese niño y —suelta una carcajada interrumpiendome.

¡Imbécil!

—¿No me crees verdad? —le pregunto acomodandome en la cama para poder observarlo mejor.

Niega con la cabeza entre risas.

Lo que más odio no es que no me crea, de hecho, ni yo lo creo aún; lo que odio es su maldita risa burlona.

—Katherine, cariño, eso no existe. Fué tú imaginación —sigue reindose de lo que le he dicho.

Me cruzo de brazos y le regalo una mirada llena de odio.

—Es verdad, pero haya tú si no me crees. ¡Eres un imbécil cara de cola apestosa!

Vuelve a soltar otra carcajada.

Exasperada, me levanto de la cama y me dirijo hasta la puerta de la habitación, pero Nathan evita mi salida.

Me gira y me pone contra la puerta. Ahora me mira serio.

—¿Lo dices en serio? —pregunta, me mira como si esperará que me riera para después decirle que es broma. Eso jamás sucede.

—De verdad lo ví.

Me mira de manera extraña pero aún veo la duda en sus ojos.

—¿Y como era él? —me pregunto. Toma mi mano y me guía hasta la cama, donde primero se sienta él y después hace que me sienta sobre sus piernas como niña pequeña.

De solo recordar al niño me da escalofríos y un terror infernal, sin embargo, me resulta demasiado familiar y aunque me asusta; muy en el fondo quiero volver a verlo.

—Era hermoso, era el niño más hermoso que haya visto —respondo.— Tenía una cicatriz en su bello rostro de porcelana, los ojos azul zafiro y los labios rosados. Tan hermoso como horrible.

Me mantengo callada pocos segundos. Mi mente vuelve a viajar hasta unas horas atrás, exactamente cuando abrí mis ojos y me encontré con la mirada del niño.

Todo era tan tétrico y siniestro.

—¿Y hablaste con él? —se interesa. Aunque sé a mantenido serio y dejando la risa burlona a un lado siento que solo me pregunta por compromiso, sigue sin creerme.

—No. —Respondo sin ganas. Nathan asiente con su cabeza, posteriormente apoya su cabeza sobre mi sien.

Estamos en un profundo silencio y los ligeros rayos de sol ya empieza a entrar por la ventana.

—Tal vez solo soñaste despierta, o fué una mala jugada de tú imaginación por lo que yo había dicho antes —dice tomando mis manos.— Lamento haberte llevado a ese lugar y que hayas visto eso tan raro... y tocarte de esa manera ahí, mereces más que eso, solo fué... me excite.

Me remuevo incómoda sobre mi lugar pues yo también me sentí de ese modo. Tal vez lo desconocido y peligro me encanta más de lo que parece.

—Lo sé —contesto, muerdo mi labio inferior—. Sé que no lo hiciste por mal... es excitante eso, ya sabes, el lugar y la adrenalina que se siente el poder ser descubierto incluso por algo para normal.

¡Ay ajá!, te andabas casi orinando cuando viste el niño.

Nathan me regala una gran sonrisa.

—Eres tan perfecta para mí. ¿Por qué no te conocí antes?

Lo mismo me pregunto yo, ¿Por qué no te conocí antes que Maritza?

Pero supongo que todo llega en su momento, ni antes, ni después, es cuando debe ser. Tal vez este es nuestro momento.

—No lo sé, pero ya lo hicimos y jamás te olvidaré.

Tira de mi nuca y me besa, de la manera más deliciosa que sabe, aunque ciertamente el siempre besa de esa manera.

🐨🐨🐨

Después de nuestro pasional beso, Nathan cayó rendido a un profundo sueño. Por mi parte no pude volver a dormir, así que me aproveche para desayunar y ver unas películas esperando que diera la hora de que Nathan despertar y saber qué planes tenía pero dieron las 12 del medio día y no lo hizo, seguía roncando.

Decidí irme, le deja una nota de despedida diciéndole que tenía que estudiar por así era, estoy a pocos meses de volver a la universidad y necesito ponerme al corriente. ¡Ya fue mucha flojera!

Y aquí estoy, en la puerta de mí departamento, preparándome mentalmente para estudiar, encontrándome con más flojera que ayer pero menos que la de mañana.

Ni modo, quieres ver vivir como una reina. ¡A estudiar, perra!

Suelto un suspiro de rendición y me adentro. Todo está muy solo y silencioso por lo que no dudo ir a la habitación de Heissen para ver si aún duerme, pero para mí sorprenda eso no es así.

Heissen está sobre su cama con unos lentes de lectura, que en lo personal, lo hacen ver más sexy. Sostiene su tablet con ambas manos muy cerca de su rostro y tiene una sonrisa de idiota en la cara.

—¿Por qué sonríes tanto?, ¿Acaso estás viendo mi nudes? —pregunto en broma avanzando hasta el borde de la cama de su lado izquierdo dónde tiene comida; que sin preguntar me llevo a la boca.

Levanta su vista por primera vez y aún sigue con su sonrisa de idiota.

—¿Qué? —pregunta borrando su sonrisa y mirándome mal por comerme su comida—. ¡Deja ahí!

Me arrebata la bolsa de palomitas 'extra queso' y le doy una mueca de disgusto.

—Egoísta —me enseña su lengua encogiéndose de hombros. Chasqueo mi lengua en respuesta—. Te preguntaba que porque le sonríes tanto a la tablet.

—Estoy viendo tu nudes.

—¡Aja! ¡Lo sospeche desde un principio! —digo divertida imitando un personaje de una serie mexicana.

—Eres idiota.

Rodeo mis ojos.

— Ya en serio, ¿por qué sonríes tanto?

Se llena la boca de comida y mastica de la manera más asquerosa que sabe hacer.

—Estoy leyendo una historia en wattpad —explica con la boca llena de comida. Termina de pasarela su alimiento y limpiando su boca con su mano añade:—, es realmente buena.

Me siento sobre la cama.

—¿De verdad?, ¿De que trata? —me intereso. Heissen es una mierda para la lectura, al contrario de mí, y para que se interese por una historia es porque realmente debe ser muy buena.

—Bueno, es sobre una sociedad post-apocalíptica en donde la reproducción sexual es obligatoria y la homosexualidad una 'enfermedad prohibida', es muy buena realmente me cautivó al instante —explica de manera entusiasta—, ¿Y sabes qué es lo mejor de todo?

Niego con la cabeza.

— Es ciencia ficción con LGBT, pero eso no es lo mejor... Lo mejor es Aarón Marshall.

—¿Es gay cierto? —pregunto divertida a la vez que sorprendida. Mi amigo nunca le han gustado los gays 'literarios' pues dice son muy lejanos a los que realmente ellos son, por eso de mi sorpresa, ahora resulta que le gusta uno.

—Ajá —asiente con su cabeza—, imagino que tienen buen pene, pero no tanto como el mío.

Sonrío rodeando mis ojos.

—La leeré, quiero tener un mejor amigo gay ficticio.

Su ceño se frunce.

—¿Eh? —me mira como si fuera un bicho raro—. Dah, olvidado, siempre has sido rara.

Me cruzo de brazos arqueando una ceja.

—¡Por Deblyn, Heissen!, no hablemos de rarezas porque tú eres quien imagina que se lo folla.

Mi mejor amigo, indignado abre su boca pero al instante la cierra asintiendo con su cabeza.

—Okay, somos raros.

Me recuerdo en la cama mirando hacia el techo.

Heissen vuelve a prestar total atención a su tablet, me supongo que retomando su lectura. Una parte de mi quiere interumpirlo para contarle sobre el niño pero sé que si lo hago va a evadir el tema o me callará como siempre lo hace cuando toco el tema diciendo que estoy loca y son puras pesadillas, cosa que hace mucho tiempo me dejó en claro que no es así, es por eso que aún me mantengo ahorrando para mi viaje en diciembre a Los Ángeles, ya que pienso todo está relacionado con ese accidente o tal vez no, no lo sé, pero voy a descubrirlo.

—¿Sucede algo? —pregunta después de minutos de largo silencio—. Haz suspirando dos veces, ¿Ahora que hizo el imbécil de koalo?

Sonríe por la forma de llamarlo.

—Nada, sorprendentemente no a hecho nada malo.

Asiente.

Su mirada viaja hasta mis pies que cuelgan del borde de la cama.

—¿Por qué tienes unos zapatos de hombre y que aparte te quedan grandes?

Río ligeramente recordándo el motivo.

Cuando estaba apunto de salir de la casa de Nathan recordé que no tenía zapatos por lo que no me quedé opción más que ponerme los de él.

—Porqué tengo un mal amigo, que ayer me dejó afuera con puros calcetines de calzado —señalo.— Por cierto, ¿Por qué siempre estás de lado de Nathan?, ¿Por qué me dejaste sola ayer con él?, O sea pudo haberme violado o algo peor.

Baja su tablet. Me observa como si fuera idiota.

—Hay más posibilidades de que tú lo violes a que él a ti, ¡Por Dios! Aprendiste muy bien de Bambi y de mí.

Hago una ademán con mi mano restándole importancia a su comentario sin sentido.

Obviamente nadie va a violar a nadie, todo sería consensual.

—Y lo apoyo porque sé que te quiere —añade seguro—. Solo que es un idiota que sigue metido en una relación sin sentido, si de verdad quisiera a Maritza no estuviera contigo. Es hombre, idiota por naturaleza.

Sonrío.

Amo el pensar eso, aunque suene feo, pero pensar que Nathan no quiere a Martiza y que sólo esta confundido y me sigue eligiendo a mí, me pongo super felíz. Como una adolescente con las hormonas alborotadas, aunque tenciamente lo soy.

—¿Tú crees? —pregunto para que su respuesta sea un 'sí' rotundo e incremente mi felicidad.

—¿Te folla con condón?

Me quedo callada pocos segundos analizando si debo hablar de ese tema abiertamente con mi mejor amigo varón, pero entonces recuerdo que es Heissen, y no hay tanto que pensar.

—No.

—¿Lo vez?, está loco por ti.

Sonrío como idiota, voy a replicar cuando un mensaje de mi celular llega. Rápidamente voy hacia el —que en la noche lo había dejado sobre el escritorio de Heiss—, lo tomo y abro le mensaje.

—¿Quién es? —se apresura a preguntar mi mejor amigo.

Rodeo mis ojos como si tuviera un tic nervioso ya que constantemente es mi respuesta para todo.

El mensaje es de Bambi, rápido lo abro y leo.

La perra de tú mejor amiga:

¡Houston tenemos un problema!
Me han roto el corazón, necesito llorar mucho y cantar canciones para despechadas a todo pulmón, y después unas deprimentes porque soy masoquista. Y te necesito a mi lado para que seas mi freno de mano y me detengas cuando quiera llamarlo para mandarlo a la mierda y después como idiota decirlo que lo amo.

PD: Trae a Heissen, necesito ver a un hombre y no pensar que es un idiota que hasta me ocasione asco. Aunque él sea gay me sirve.

—Es Bambi; problemas del corazón —simplifico el mensaje de mi amiga.— Me dice que nos necesita en su casa.

—No sé Kathy, parece falso.

Suelto un bufido.

—¿Por qué?

—Porque ella no tiene corazón.

En cierto punto eso es cierto, a Bambi Veneti nadie le rompe el corazón porque siempre a dicho que no tiene y a las únicas personas que quiere son las que conocen su segundo apodo ultra secreto. Y sí no tiene corazón, nadie puede romperlo.

—Tal vez sobre su madre.

Se encoge de hombros.

—Yo ya no confío en esa loca —se escabulle. —Ve tú, y si lo que dice es verdad me mandas un mensaje y voy corriendo, bueno mejor me voy en carro pero de que llego, llego.

Niego con la cabeza divertida.

—Esta bien. Entonces, me baño, como, me visto y salgo a casa de Bambi —digo. Me pongo de pie y en un movimiento de pies, tiro mis zapatos de Nathan quedando descalza ante el frío suelo—. ¿Crees qué me deba llevarle nieve?

—Es Bambi.

¡Pues claro!

—Entonces no; chips fuego y una cerveza helada. Anotado.

Sonríe.

Me saco mi sucia blusa y mis pantalones quedando solo en ropa interior ante mi amigo pero como es usual, me ignora y vuelve a sus asuntos.

Sonrío.

Tomo mi celular y me dispongo a salir del cuarto, pero entonces recuerdo que no me dijo el nombre del libros ese del que me hablo y la verdad es que despertó en mi un interés.

—¿Cuál es el nombre del libro? —pregunto antes de dar un último paso hacia la salida.

Levanta su mirada.

—'Prohibidos', Matías Gonzalo García.

—Vale, te platico después sí me hago la competencia consulta Aaron —informo divertida. Con paciencia me quito mi brasier mientras retomo mi camino.

—Y yo te platico después cuando me folle a Nathan.

—Estúpido  —farfullo. Cubriendo con la puerta, me sacó mi sostén y se lo tiró directamente en la cara.

—¡Me siguen gustando los penes! —escucho a Heissen gritarme. Riendo me dirijo a mi habitación.

***

Luego de hacer todo lo que tengo que hacer en menos de media hora y tomándolo como la excusa perfecta para no estudiar, voy rumbo a casa de Bambi.

Me tocó venir en bus pues no quiero abusar de Heissen pidiéndole siempre el coche.

Estoy en la esquina de la cuadra, y ya no soporto más el sol por lo que aprovecho que hay una tiendita para no dar otra vuelta. Al entrar, me dirijo al área de papitas y tomo todas las que contenga chile, posteriormente tomo un 'six pack' de cerveza.

—¡Katherine!, Qué alegría verte, ¿Donde te habías metido? —me pregunta la señora Mirna quien es la dueña de la tienda y mi ex-vecina. Sonrío de manera amable.

—Pues me mudé con Heissen —me limitó a decir—, me independicé.

Abre los ojos mostrando su sorpresa.

—¡Oh, vaya! Eso está muy bien. ¿Y ya tienes novio? —le vuelve a picar la curiosidad y pregunta mientras guarda mis compras en una pequeña bolsa de hule.

Sonrío al imaginar a Natherine.

—Algo así. —Le digo seca para cortar el tema, supongo entiende mi acto porque solo asiente.— ¿Cuanto le debo?

Me responde rápido y del mismo modo le pago. Camino hasta la salida, pero mi paso es interrumpido por mi progenitora quién choca conmigo al querer entrar a la tienda.

Nos miramos de manera extraña durante largos segundos, diciéndonos tanto con la mirada.

—Lo siento Katherine —susurra y sé que no lo dice solo por el choque pero lo dejo pasar. Asiento con mi cabeza.

—Descuida.

Paso por un lado de ella pero me toma del antebrazo. Me giro para verla.

—¿Como estás?, ¿Estas comiendo bien? —pregunta con suma sutileza. Sin embargo, mi rencor y odio hacia sus acciones aún está vigente, dándome asco de mirarla a los ojos.

—Estaré bien siempre y cuando te mantengas a medio kilómetro de distancia de mí.

Dicho eso salgo como bala y en un par de zancadas ya me encuentro tocando la puerta de la casa de mi mejor amiga.

Su padre a estas horas no está por lo que no me sorprendo cuando de tardan en abrir, mi desespero crece cuando veo a mi madre salir de la tienda. Sin pensarlo, abro la puerta y entro.

Sintiendo la paz reinar en mi alma me dirijo al cuarto de Bambi con la bolsa en mano y el celular en la otra, mismo que vibra.

Nathan:

¿Por qué te fuiste?

Kathy:

Tenía cosas que hacer y tú no despertabas por estar roncando en tu quinto sueño muy seguramente.

Tecleo y bloqueó mi celular al enviar el mensaje. Subo la escaleras y mi celular vuelve vibrar, sonrío al instante.

Nathan:

Te puedo jurar que no estaba en mi quinto sueño cariño, hace mucho tiempo brinque de sueño.

Y no roncaba, suspiraba con fuerza que es diferente.

Sonrío confusa.

No entiendo mucho la primera parte de su respuesta por lo que la dejo pasar y retomo el tema principal.

Kathy:

Como sea, el chiste es que estabas dormidote y me dejaste solita :(

Choco con la puerta de la recamara de Bambi. Me toco mi frente en la zona adolorida, sobándome. Bloqueo mi celular y lo guardo sin esperar respuesta de Nathan.

Abro la puerta y me encuentro con mi mejor amiga quién tiene unos gigantescos audífonos puestos y el rimel corrido a la vez que índices de lágrimas secas en sus mejillas.

Levanta su mirada que al instante choca con la mía, no son necesarias las palabras en una ocasión como está, pues solo hay una cosa que hacer: abro mis brazos a capacidad y ella rápidamente se acurruca entre aceptando el abrazo.

—Katherine —pronuncia mi nombre de forma lenta y mocosa. Hago el abrazo más fuerte.

Muy pocas veces he visto a Bambi llorar, usualmente ella es la fuerte y valiente, mi poderoso talón de Aquiles y verla de esta forma... tan desarmada y destrozada me pone sumamente mal en cuestión de segundos.

—¿Que sucede? —pregunto separándome un poco, la tomo por los hombros para verle la cara la cual, como dije, contiene rimel corrido, el labial mate mal retirado y, ahora, lágrimas cayendo por sus mejillas algo sonrojadas.

—No, n-o pue-do —responde entre hipeos fuertes, rompiendo cada vez más en llanto.

Se deja caer sobre sus rodillas. Dejo la bolsa de compras de lado a igual que mi celular, y me dejó caer a frente a ella. Automáticamente la abrazo, reposa su cabeza en mi hombro llorando sin parar mientras tiembla ligeramente por los hipeos que a veces se le salen.

Poco a poco mis lágrimas terminan cayendo ligeramente debido a que siempre que veo a alguien llorar comparto su dolor aún si saber el porqué, y mayor es cuando la persona estimada para mí.

Bambi se sujeta a mí con fuerza, que al pasar de los minutos se debilita al mismo tiempo que su llanto convirtiéndose en solo sollozos.

—Perdón —dice apartándose un poco, y mirándome con pena y mucha tristeza—. Soy la peor amiga del mundo.

—¿Qué? —pregunto desconcertada pero rápidamente añado:— no digas eso tú eres la mejor ami...

—Me acosté con Nathan; estando él contigo.

—¿Qué es lo que estás diciendo? —le pregunto negándome a creerle.

Mi mejor amiga, mi hermana, confesándome su traición es algo que jamás creí llegar a ver.

—Fui en una fiesta en común que tuvimos... —limpia su lágrimas. No me mira a los ojos, mantiene su vista fija en sus manos.— Bebimos mucho alcohol, utilicé drogas y pronto no sé lo que pasó. Yo lo siento tanto Kath... Debí decírtelo, debí decírte que folle con Nathan.

El primer golpe llegó dos segundos después directo a su nariz, el suyo como respuesta tardo en llegar o mas bien no quería hacerlo, hasta que le toco defenderse y así comenzó nuestra pelea hasta que nuestras narices tiraban chorros de sangre, cabellos de la otra enredados entre nuestro dedos y mejillas rojas por los golpes.

Sabía que la golpeaba por dos razones en especial: La primera, por estar con Nathan sabiendo que me muero por él, y la segunda, por mentirme, por verme la cara de idiota y hacer que él me la viera también. Por traicionar de ese modo mi amistad.

De un momento a otro todo se vuelve tan débil y confuso, suelto el cabello a Bambi y ella hizo lo mismo conmigo.

Lágrimas de tristeza combinadas con las coraje corren por mis mejillas debido a la traición por partida doble.

—¿Por qué te acostaste con él?, Sabías que en verdad me gustaba, que quería algo serio con él —pregunto dolida.— ¿Por qué me traicionaste así Bambi? ¡Joder, eras mi mejor amiga!

Bambi echa la cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo pero segundos después cierra sus ojos y suspira con fuerza.

—Quería demostrarte qué él solo jugaba contigo —explica.

Siento la opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo que aprieta la garganta, de tal forma, que no me salen las palabras.

Solo con imaginar a Nathan con otra chica me pone mal, los celos me invaden por completo. Siento mis manos sudar, el estómago contraído y una ansiedad en mi entre pierna que no me deja en paz. Me da asco y mucho coraje solo de pensarlo, y ahora tendré que hacerlo y no con cualquier fulana sino con "mi mejor amiga".

La chica que creí jamás me dañaría de una forma tan cruel, ella, por la cual no intente nada con William.

—¿Y no pudiste hacerlo de otra forma? ¡Follaron, Karen! —grito. Me quito desesperada el cabello de mi cara mientras respiro bruscamente—. ¿Por qué me hiciste estoy a mí?

—Katherine.. golpeame, lo merezco.

Y sí, lo merecía. Merecía que le arrancará cada cabello hasta dejarla calva, que le dejará ambos ojos morados y una cicatriz para que siempre se acordara de lo perra que fué conmigo. Sin embargo, recordé que eso siempre solucionaba nuestros problema —porque no es la primera vez que nos perdamos a golpes—, en cualquier discusión que teníamos y subía de todo, nos agredimos físicamente descargando todo y a los minutos ya nos hablamos como si nada, volviendo a hacer las amigas de siempre, pero está vez las cosas no serán así. No en algo de esta magnitud.

Niego con la cabeza mientras rio por las ironías de la vida.

—Antes valías la pena, ahora solo la das —le digo mirándola con rencor. El rencor qué jamás pensé sería dirijido a la que solía llamar mejor amiga.

Limpio mis lágrimas con el dorso de mi mano, tomo mi celular y sin volver a mirar salgo del cuarto destroza.

Camino a zancadas por la banqueta sin dirección alguna, solo alejarme de ella.

—¡Katherine! —escucho que grita pero me limito a ignorarla. Aumento la velocidad de mis pasos cuando escucho los suyos trotar de forma rápida y ruidosa, entonces comienza a correr—. Katherine, por favor, espera.

Las lágrimas salen de mis ojos sin poderlas contener, me siento mal, fatal, pésimo.

Y no solo por Bambi, sino por Nathan, ¿como pudo hacerme algo así y después mirarme a la ojos?

Siento asco al recordar sus labios sobre mi piel, su voz susurrando cosas en mi odio, su mordidas en mi cuello, sus manos tocando partes de mí las que eran solo para él, y siento asco al recordar sus ojos color miel que me miraron fijamente cuando pronunció un "te quiero".

—Kathy —pronuncia Karen dos segundo antes de tocar mi hombro y girarme para encararla. No sé en qué momento fué que me alcanzó o en el cual yo bajé la velocidad pero lo cierto es que nuevamente miro su rostro—. ¡Por Dios Katherine, no llores!

—¿Y que quieres que haga, eh? —pregunto a la defensiva por su estúpido comentario.— ¿Qué nos sentemos, comamos golosinas y platiquemos de ¡como te follaste a mi chico!?

Karen lleva su mano a su rostro fortandola de manera que expresa irritación y desespero.

—Me largo —declaro pasando por su lado, me toma con fuerza del brazo e impide mi paso.— Suéltame.

—No, hasta que me escuches —señala. Hago un movimiento brusco soltándome de su agarre.

—¡No! ¡No quiero irte! ¡No quiero verte! ¡No, nada!

—Nathan... —pronuncia su nombre que de solo oírlo me dan ganas de vomitar.

—¡Cállate ya!—farfullo—. Eres una maldita puta, siempre lo has sido, pero pensé que tendrías algo de decencia como para no follarte a mi chico. Qué equivocada estaba.

Camino hasta ella quién ahora se encuentra derramando lágrimas silenciosas, llevo mi mano hasta sus cachetes y los aprieto con fuerza obligándola a mirarme.

—Me das tanta lástima y asco Karen Veneti —susurro cerca de su rostro para que le quede bien en claro.

Sujeto con más fuerza mi agarré haciendo que su rostro exprese una mueca de dolor.

—Lástima que lo único "bueno" que tengas son esos grandes senos —inclino ligeramente mi cabeza y frunzo el ceño recordando algo. Sonrío—. Aunque ambas sabemos que son más falsos que Jaxphy.

Su respiración se corta al instante, su mandíbula se tensa y me empuja con fuerza hacia atrás liberandose de mi agarré.

Se limpia las lágrimas de forma para posteriormente sonríe de forma cínica.

— Eso no pensaba Nathan mientras me los tocaba, chupaba y mordía explotando de placer por dentro —dice, mi respiración ahora es la que se corta y no recuerdo cómo volver hacerlo—. Ni mientras los magrea cuando yo salta sobre su miembro.

Katherine 1

Bambi 1

—Para eso sirves nadamás, para proporcionar placer. Es lo único que buscan los hombres de ti, no sirves para caminar de la mano con ellos como Nathan lo hacía conmigo.

Suelta una risa sarcástica a la vez que una lágrima cae de su mejilla. Mis lágrimas pican en mis ojos y hacen que vea todo borroso.

Me quema la garganta pronunciar todas esas cosas en dirección a Bambi pues no pienso ni la mitad de los que digo, pero ya no hay vuelta atrás.

—Eso que dices que soy yo es lo mismo que tú eres para Maritza. Así que no te muerdas la lengua, eres una puta cualquiera y plato de segundos mesa, bueno, de tercera mesa.

—No sabes lo que dices, él de verdad me quiere, tú solo fuiste su puta de la noche.

—Sí de verdad te quisiera no te estuviera viendo la cara de estúpida todo este tiempo —exclama. Limpia su ojos transformando su rostro en la persona fría y dura que siempre a sido para los demás.— Lo peor de todo esto es que me juzgas a mí cuando tú te haces la mosca muerta y te enrollaste con él al mes de conocerlo, sigues de idiota detrás de él sin importarte Maritza ni cuan mierda la hagas sentir. ¡Oh!—finge asombro chasqueando sus dedos—, y para tú sorpresa para ella y todos los amigos en común de ellos, tú eres la puta que se metió en su relación. La puta y gata arrastrada que mendiga amor ajeno.

Katherine 1

Bambi 592

—Solo quédate con él si estás dispuesta a soportar toda su mierda y a dejar que te manche con ella. Aunque a estas alturas ya no sé quién sea más mierda, si él o tú.

El sonido del «crack» que produce mi corazón es inminente a igual que las lágrimas cayendo por mis mejillas.

Siempre creí que existía las amistades sinceras como las de Karen y yo, siempre fuimos sinceras y nos decidamos todo tal cual... ahora creo que no todo. Supongo que todas las personas por más sinceras que sean o más amigas siempre habrá algo que se guarden para si mismas para no lastimar a otra persona. Hoy, Karen y yo cruzamos esa línea.

No hubo más palabras, ni golpes, ni miradas. Simplemente caminamos en dirección contraria con un corazón destrozado, unas verdades dichas y una amistad fracturada.

🐨🐨

Facebook: Sanndy Yessenia 

Instagram: sanndyyessenia

Grupo de lectoras: Koalas, lectoras de Sanndy Yessenia.

Las adoro mis bellas koalas💕

Continue Reading

You'll Also Like

68.2K 5.1K 18
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
777K 39.6K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
241K 12.2K 65
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
1.6M 114K 84
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...