Se me hizo claro la primera vez que te vi, mientras caminabas con esas personas que ni siquiera me importaban.
Me obsesiona tu belleza oculta.
Escuchaba tu risa irse a lo lejos, mientras no dejaba de apartar los ojos del recorrido que hacia desde la yugular de tu cuello, pensando como gemirías si te la mordiera, hasta tus tobillos, que los tapabas con unos calcetines rosas, que tratabas de ocultar con tus jean largos azul claro, pero que yo si pude notar.
Tenia una seria necesidad de quitarte la bolsa de papel de la cabeza, y poder, por lo menos mirar, los seguros labios rosados suaves que tendrías, y no resistirme a besarlos.
Te convertiste en mi locura.
Y no me detuve ahí, se que hubiera sido bueno internarlo de otro modo, pero no estaria tranquilo hasta tenerte.
Cazarte y comerte, como un animal.
Te perseguire, te ocultaras, pero sere el depredador perfecto.
Y no parare hasta que admitas ser mio.