Capítulo 9
No sabes cuánto lo lamento, Louis
Y así estaban. Los colmillos del semi-demonio enterrados en el cuello del ángel. Harry se obligó a no comenzar a succionar sangre, porque sabía que si lo hacía, ya no pararía hasta drenarla toda. En cambio, liberó un poco de veneno en las venas del ojigris, no lo suficiente como para matarlo, pero sí lo suficiente como para dormirlo, y también cumplir con su objetivo.
Quitó sus colmillos de dentro del cuello del pequeño y lamió la sangre que restaba en ellos antes de volver a retraerlos. Lo sabía, ésa sangre era la más deliciosa, la mejor de todas, la más pura. Miró al cuerpo del joven, tendido en la cama, ahora bastante pálido, profundamente dormido. Sólo en ése momento se atrevió a permitirse llegar al orgasmo y correrse silenciosamente en el cuerpo del menor. Acercó su lengua a los dos pequeños orificios en el níveo cuello de Louis y los lamió, sanándolos sin dejar cicatriz. Tomó una toalla de uno de los cajones y limpió todo el semen del pequeño cuerpo inerte en su cama. Aproximó su cara al rostro totalmente pacífico de la pequeña criatura y susurró:
-No sabes cuánto lo lamento, Louis- le acarició la mejilla-. Pero espero que no te enteres hasta que sea demasiado tarde.
Dicho esto, buscó las ropas del ojigris y lo vistió cuidadosamente. Luego se vistió él también, y se sentó en la silla para admirar la belleza del ángel inconsciente. Comenzó por sus pequeños pies descalzos, tenían aspecto de delicados y muy sensibles; con su dedo índice rozó la pálida planta y los pequeños dedos se contrajeron. Siguió con las piernas cubiertas por el jean, las recordaba suaves al tacto y fuertes, al enredarse en su cadera, y también exquisitamente doradas. Pensó en su torso, igualmente delicado y suave, el pecho subiendo y bajando al ritmo de su acelerada respiración, el sonido desbocado del latido de su corazón, el cual podía oír con sólo esforzar un poco el oído, cuando se encontraba embistiéndolo con fuerza y habilidad. Sus pensamientos se dirigieron a su rostro, ésa obra de arte magistralmente cincelada, las facciones finas y delicadas, hermosas, la pequeña y recta nariz, sus tupidas y rizadas pestañas, los ojos que, cuando estaban abiertos, brillaban con pureza e inocencia, las tiernas mejillas, casi siempre sonrojadas, los suaves y rosados labios, sólo lo suficientemente carnosos, y su hermoso cabello lacio color cobre, tan suave y sedoso. Era tan hermoso, tan angelical, honraba toda la extensión de la palabra, que cada vez que lo veía su oscuro corazón se descontrolaba e intentaba salírsele del pecho.
Creyó que estaba obsesionándose con el ángel, así que se dispuso a ir a dar una vuelta para aclarar la mente. Cuando estaba a punto de salir de su habitación, un golpe suena en la puerta "principal". Esperó a que Zayn abriera, y después de unos segundos, oyó una voz que le resultaba demasiado familiar hablar con su amigo y compañero. Rogó por que no fuera él. Sus plegarias no fueron escuchadas.
-Harry, un tal Liam te busca, dice ser tu hermano.
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Hola de nuevo!!
No sé en qué capítulo l@s dejé con más intriga, en éste o en el anterior jajaja díganme en los comentarios :))
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Megakisses
Anto :*