Dos meses antes.
-Alexandra Romanovich ese es mi nombre
-Adelante señorita la están esperando- dijo la joven recepcionista a la vez que habría los ojos al reconocer a la persona que pasaba frente a ella, no lo había hecho antes ya que no había levantado la vista de su computador al preguntar su nombre
Cuando la pelirroja cruzo la puerta un cuarto lleno de ejecutivos sentados a lo largo de una larga mesa aguardaban su persona. Al entrar todos los caballeros se pusieron de pie. Uno de ellos se adelantó y movió su silla para que pudiera tomar asiento, pero ella se negó, estaba demasiado nerviosa y molesta.
-Mis Fans me odian!- aseguro Alexandra con una actitud casi chiquilina- ya no puedo seguir aquí, no puedo salir a la calle necesito irme.
-Cariño- dijo el ejecutivo sentado a la cabecera de la mesa a la vez que se ponía de pie- es lógico, solo debes dejar pasar el tiempo, pronto se olvidaran de ti, ya lo veras
-No Charlie! Sabes que no es así, ya no sé qué hacer pero no puedo volver a cantar, la situación es insostenible, quiero irme del país, nada me ata a este lugar, no tengo familia, ni amigos- contesto la pelirroja un tanto apenada, pero rápidamente levanto la cabeza con decisión, tratando de ocultar el dolor que produjo pronunciar esas palabras, ese no era momento para flaquear, ella necesitaba ser oída- no tengo nadie que me ame realmente aquí, por favor Charlie sácame de este lugar...
-Está bien, está bien, sabes que me puedes bonita, voy a extrañarte pero no puedo negarte nada, cancelaremos tu contrato si nadie se opone a ello, dijo mirando al resto de los invitados, quienes asintieron en silencio.- bien Alex, eres oficialmente libre de ir a donde quieras
La muchacha se despidió con una sonrisa y salió emocionada de la habitación mientras el resto de los presentes solo observaron cómo Alexandra Romanovich se perdía en el edificio, así es la gran artista rusa Alexandra Romanovich terminaba su carrera y desaparecería sin dejar rastros. Tanto la discográfica como su representante sabían que eso era lo mejor, el revuelo que había causado tras su repentino retiro y los sucesos que la llevaron a abandonar su carrera solo los perjudicaba, lo mejor para los negocios era deshacerse de ella, y su extraño pedido solo les había facilitado las cosas.
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Hanna despertó esa mañana sobresaltada por el fuerte pitido que anunciaba la marcha atrás de un impresionantemente grande camión de mudanza, así es tendría nuevos vecinos.
Curiosa salto de la cama a la ventana para ver si podía ver de quien se trataba, la mansión Dixon era conocida en el barrio ya que hacía años nadie vivía allí, a pesar de ser una casa hermosa, su antigua dueña había fallecido allí y todos decían que estaba embrujada, aunque hanna siempre supo que esos rumores eran falsos. Unos pasos detrás de su puerta la apartaron de sus pensamientos y una conocida vos masculina rompió el silencio matinal de la casa.
-Hanna estas despierta?
-Si papa en un momento bajo, ya casi estoy- mintió la adolescente, pero si no lo hacía se ganaría un regaño de su padre, el director del prestigioso instituto Young Talents o El YT como usualmente se le llamaba, no podía llegar tarde.
Hanna bajo las escaleras lista para ir al instituto luciendo su uniforme y un moño en su castaña cabellera, su padre la esperaba con el desayuno listo, era una costumbre que había adquirido desde la muerte de la madre de Hanna, los hacía sentir más cerca el uno del otro ese era prácticamente el único tiempo en el día que compartían, ya que sus actividades como director solían mantenerlo ocupado. Un paquete sobre la mesa envuelto en papel aluminio llamo su atención, aunque ya se imaginaba lo que era decidió preguntar igual mientras se acercaba a saludar con un beso a su padre
-Es un almuerzo para los nuevos vecinos, por favor hija hazme el favor, desayuna rápido y entrégalo, no queremos dar una primera mala impresión- contesto su padre mientras depositaba un suave beso en su frente
-Está bien- dijo Hanna con la boca llena- papa cocinaste hoy? – pudo decir un tanto extrañada haciendo fuerza para tragar el enorme bocado que había tomado.
-No amor, sabes que no tengo tiempo aunque quisiera, es comida tailandesa que mande a pedir, en el refrigerador quedo un poco para ti hoy, no creo que llegue a cenar cariño, lo lamento.
-Tienes reunión?- pregunto Hanna rodando los ojos aunque ya sabía la respuesta, siempre era afirmativa.
-si, ya sabes, Tyler, el niño problema. Hoy el consejo pidió que nos reuniéramos para decidir qué haremos con el
-Es una pena que desperdicie así su talento.
-Lo sé pero ya no puedo defenderlo, esta vez está en serios problemas.
Tyler no era un mal muchacho, de hecho siempre fue un niño muy talentoso, un gran artista, su talento la música, tocaba 5 instrumentos y poseía una bella voz, pero sus padres se habían divorciado hacia muy poco tiempo y eso le estaba causando problemas, Hanna sentía pena por él, pero creía entenderlo, aunque su madre había fallecido, también adopto una fase rebelde por un par de meses, y su padre Robert, lo sabía, él era como un padre para todos sus alumnos, pero esta vez Tyler había superado todos los limites había roto con un bate de béisbol el automóvil de su profesor de gimnasia por haberse reído de el al caer en clase.
-Ya no sé qué hacer hija, sé que el profesor Smith no actuó bien, pero Tyler no debió haber hecho eso y con su historial ya no podemos dejarlo pasar.
-Sé que lo intentas papa, eres un gran Director, estoy orgullosa de ti. Bueno iré a llevar este paquete -dijo Hanna mientras corría a la casa vecina
-Te espero en el auto no te demores!
Mientras Hanna pasaba por el gran portón delantero iba admirando el enorme jardín de la casa, lo habían dejado muy bonito, el último mes no había dejado de ver personas entrar y salir de la propiedad, estaban restaurándola, y lo habían hecho muy bien, antes de darse cuenta Hanna ya estaba frente a la puerta, cuando toco el timbre sintió una voz desde el fondo era de mujer –Un momento por favor!, Hanna sonrió la voz le parecía muy dulce, pasaron unos segundos y la puerta se abrió, una pelirroja abrió la puerta.
-Hola buenos días vecina- dijo la pelirroja
-Hola! Como sabias que era tu vecina?
-Oh! Te vi desde el balcón- rio- Mi nombre es A..Alena- dijo en tono dubitativo lo que le causo gracia a Hanna
-Mi nombre es Hanna- contesto la muchacha- es un placer conocerte a mi papa le pareció buena idea mandarles este presente a tu esposo y a ti, espero que te guste la comida Thai
-Muchas gracias no se hubieran molestado, aunque debo admitir que la comida tailandesa es una de mis favoritas, gracias Hanna, Oh! Y soy soltera –rio la pelirroja- agradécele a tu padre por mi.
-No hay de que debo irme o llegare tarde al instituto- a lo lejos se escuchó el claxon de un automóvil llamando a Hanna mientras esta comenzó a correr a la salida
-Espera espera Hanna!- llamo Alena y Hanna se dio vuelta mientras seguía caminando para atrás-Escucha eres la única que conozco por aquí por favor te gustaría venir a tomar un café a la salida de la escuela? Agradecería la compañía...
-Claro Ale! Puedo decirte asi? Nos vemos- corrió sin esperar respuesta, Alena le había caído muy bien era una mujer joven y alegre casi parecía de su edad y sinceramente sentía curiosidad por conocer a su nueva vecina.
Alexa se quedó viendo mientras la joven niña se alejaba de su casa y subía al vehículo que la esperaba en la entrada del que alcanzo a ver una masculina mano que se movía hacia ella en señal de saludo por lo que lo correspondió agitando su mano con una sonrisa. Esa muchacha le había caído realmente bien pensaba mientras miraba el paquete del que salía un delicioso aroma.
-Señora ya hemos terminado-La sobresalto una voz detrás, lo que hizo que soltara su paquete y desparramara su contenido en el piso.
-Maldición!
-Lo lamento señorita no fue mi intención asustarla...
-No, no, está bien no te disculpes fue mi error
-yo lo recogeré en un segundo
-Tranquilo, yo lo hare, disculpa que me decías?
-Ya hemos terminado de acomodar los últimos detalles, esperamos que todo haya sido de su agrado.- contesto el tímido muchacho que no parecía tener más de 16 años
-Muchas gracias lo es, como te llamas muchacho?
-Jack
-Jack escucha, voy a necesitar ayuda para mantener el jardín algunas veces al mes, crees que podrás ayudarme? Es demasiado grande para mi sola.
-Por supuesto, de hecho me viene bien el trabajo-contesto alegre el joven
-Muy bien está decidido entonces, yo ya tengo tu teléfono, te llamaré cuando te necesite en este sobre esta tu paga Jack, gracias por tus servicios.
-Muchas gracias señorita...
-Alexa
-Señorita Alexa, Le molesta si me retiro ahora?
-No, para nada, cierra al salir por favor
A Alexa esa casa le parecía gigantesca ahora que había quedado sola, era una mansión hermosa pero era demasiado fría y silenciosa. Pero ella no tenía amigos, debería acostumbrarse a la soledad. Cerro con fuerza la bata color blanca que llevaba puesta y se acurruco en uno de los sillones perdida en sus pensamientos mientras una lagrima rodaba por su mejilla, olvidando por completo el paquete de papel aluminio y su contenido que había quedado desparramado en la puerta de entrada. De fondo, una suave melodía rusa...
Hola a todos! Aquí vuelvo con una nueva apuesta totalmente diferente a mi primera obra Acorralada, espero que les guste! No olviden dejar una estrellita aquí debajo para apoyar esta historia y dejar su comentario dándome su opinión! Gracias!!!
-Vanessa-