Escenas extras de Los Miedos...

By darlis_steff

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Ethan Jones es el hombre que siempre debió ser: Es feliz. Tiene esperanza. Venció sus miedos. Y tiene... More

Ethan Jones
Pasado
La decisión de Samantha
Rubia Bonita
Unos buenos segundos
Su favorito
Otro tipo de hombre
Un paso a la vez
No todas las rubias, solo una
Más que un beso
¿Te gusta?
Más razones para caer
De frío a caliente
Demasiado bueno para ser verdad
Malo para el juego
Primeras Veces
Fallando en la prueba
Recuperando a Grace
Dolor
Avanzando
Pasos a la felicidad
Positivismo
Planes a Futuro
Alcanzando la Felicidad

Flores para Ethan Jones

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By darlis_steff


Flores para Ethan Jones.



4 de julio, 2014.

Es triste y frustrante ver a Grace sufrir por sus hermanos. Hay tantas cosas que le afectan, pero ella es fuerte y así como parece doblegarse en ocasiones ante el dolor, es buena levantándose y enfrentándolo.

Luego de verla llorar hace apenas unos instantes me agrada verla bromear sobre el ginecólogo que ha visto, es un tema incómodo pero normal. Bucker comienza a ladrar. Beso a Grace una vez más antes de ir hacia la puerta en donde alguien toca el timbre.

Bucker me sigue y cuando abro la puerta encuentro a mi madre, Bucker ladra con fuerza y va hacia ella acariciando sus piernas. La mueca de asco de mi madre no se puede ocultar.

— ¡Jesús! Amarra a esa bestia.

Y ella intenta patearlo, realmente lo intenta y por un momento estoy demasiado sorprendido antes de fruncir el ceño.

—Bucker, ven aquí. Y no puedes patear a mi perro, mamá.

—Bonito, las primeras palabras que escucho al venir.

Y aquí vienen los reproches, es como poner mucho peso sobre mí momentáneamente.

—Hola, mamá—me inclino y beso su mejilla, pero supongo que no lo hago bien, porque rueda sus ojos y se limpia la mejilla antes de besar superficialmente mi mejilla.

—Ese cabello de arrastrado ¿Es tan difícil cortarlo? Y esa barba Ethan es terrible.

Se abre paso y cierro la puerta detrás de ella. Respiro hondo y toco mi barba, me afeité hace unos días, pero evidentemente crece y a Grace parece gustarle así que la conservo.

—Amarra a tu bestia.

Tomo el collar de Bucker que no parece muy feliz y comienzo a caminar siendo seguido de mi madre. La dejo en la sala junto a Grace y camino hasta el pequeño jardín, con todo el dolor de mi perfecta alma dejo a Bucker.

—Lo siento amigo, espero y me perdones, pero mientras más rápido le sigamos la corriente, más rápido se irá.

Cierro la puerta corrediza escuchando los ladridos de Bucker, vuelvo a la sala. Por supuesto que ella está tocando todas las superficies en busca de polvo. Creo que Grace no sé da cuenta, pero la mira detalladamente como si buscara entender a Cecilia Jones, yo no lo hago y ya no lo intento.

— ¿No me ofreces algo de tomar, Ethan Abrahams?

—Claro ¿Qué gustas?

Voy hacia la cocina y hago su limonada. Trato de concentrarme en hacerla bien porque incluso algo tan simple como una limonada podría ser criticada al ser hecha por mí, el hijo que no llena ninguna expectativa. Cuando la tengo lista minutos después, tomo una servilleta de tela y camino de nuevo hacia la sala.

Ella está sentada en el sofá frente a Grace y no luce feliz ¿Qué sucedió? Le entrego la limonada junto a la servilleta y me siento al lado de Grace. Esto me estresa. Estoy en tensión esperando la lluvia de críticas.

— ¿Qué te trae por acá, mamá?

—Teniendo en cuenta que mi hijo no va a ver si respiramos, me tomé la molestia de acompañar a tu padre a una reunión de abogados aquí en Londres para verte.

— ¿Él está aquí en Londres?

—Es lo que he dicho.

Pero él seguramente no quiere verme.

—Y no vino contigo, me ama tanto que me sorprende.

—Ethan, ya estás grandecito, esos berrinches de no me quieren son ridículos. Tu padre debía almorzar con gente importante—ante sus palabras Grace aprieta mi mano, se acerca y deja un beso en mi brazo.

Pregunto por mamá Victoria y su respuesta es tan irónica que no entiendo qué mierda puedo preguntar que la haga feliz.

Hay un silencio muy incómodo y entonces su mirada cae en Grace, no es una buena señal.

—Bueno ¿Por qué no hablamos un poco sobre ti, Grace?— cuestiona— ¿Hace cuánto conoces a mi hijo?

—De conocerlo hace seis años, pero en persona hace dos años o algo así.

— ¿Seis años?

—Soy una fiver de corazón, señora.

— ¿Fiver?

Por supuesto que desconoce el significado de ello, ni siquiera entiendo por qué me afecta, es lo mismo siempre.

—Ese es el nombre de nuestras fanáticas, mamá.

— ¿Estás diciéndome que sales con una grouppie?— parece horrorizada.

—Grace no es eso.

— ¿Ah, no? Entonces ¿Vas a decirme que no es una acosadora que con algunos encantos te atrapó?

—Para ser alguien que ama la elegancia y alardea de su educación me parece que lo que acabas de decir ha sido muy grosero e irrespetuoso— estoy a una pizca de explotar.

—Me disculpo Grace— dice sacudiendo su mano—, veo que siendo así, te gusta la profesión de mi hijo.

—Amo su profesión. Es parte de su personalidad, algo que es parte de Ethan.

— ¿Tu madre que dice al respecto de que estés con un músico que se va de giras y se encuentra rodeado por un mundo de vicios?

—A mamá y a toda mi familia en si le agrada Ethan, yo los hacía escuchar su música. Ellos van a ser felices siempre y cuando mis decisiones me hagan feliz a mí.

—Dulce— dice con una sonrisa dando un sorbo a su limonada—. Demasiado acida Ethan.

No me sorprende, sin embargo no me disculpo. Y luego lo hace, pregunta por Samantha. Ella también es considerada un error, uno no tan grande, pero no la mejor decisión a sus ojos. Sin embargo está claro que inclina la balanza más hacia Samantha que Grace, bueno, si supiera que Samantha la llamó loca y que de hecho la aborrecía seguramente no pensaría lo mismo.

Grace se tensa a mi lado y no puedo evitar preguntar por qué ahora la saca a colación y desearía no haberlo hecho.

—Porque aun cuando todas tus decisiones son cuestionables al igual que lo que haces con tu vida, esa chica fue quizás una de las pocas cosas correctas en tu vida. No me agradaba mucho su trabajo, pero tenía clase y elegancia. No era una niña.

»Además, escuché a Victoria hablando con esa amiguita tuya...

—April, su nombre es April no es amiguita.

—No me interrumpas Abrahams. En fin, estaban hablando sobre tu reciente encuentro con ella— le sonríe a Grace y esto va a ponerse peor— ¿Has conocido a Samantha? Oh, pero que desubicada soy, de seguro también estuviste en ese encuentro.

Grace se aleja, dice alguna excusa y se va. Y mi madre tiene el descaro de dirigirse hacia ella como si fuera una empleada, por suerte Grace no voltea ni siquiera a verla.

—Que sensible es.

—Detente. No vas a incomodar a mi novia. Sea lo que sea que haces por favor, mamá, no hagas esto.

— ¿El qué? No hago nada, deja de señalarme como la culpable de tus errores.

—Ni siquiera puedes intentarlo—susurro antes de ponerme de pie para ir detrás de Grace.

No puedo mentir cuando me pregunta si es verdad. Yo me encontré con Samantha, pero no estábamos solo nosotros dos y no lo mencioné porque no duró. Fueron pocos minutos que no llegaron a nada, solo estuve sentado quizá cuarenta minutos antes de irme porque no lo soportaba. No podía fingir que todo estaba bien. Y era básicamente para exigir que detuviera la filtración de fotos de nuestra antigua relación, pero ella solo intentaba ponerse al día y su representante es una mierda.

— ¡Yo te cuento todo! ¡Por Dios! Te conté toda mi maldita cita con el ginecólogo sin que me preguntaras. Siempre te estoy diciendo lo que hago o me sucede porque me gusta compartirlo contigo.

— ¡No es importante! ¡Samantha no me importa! Todo lo que siento hacia ella son cosas negativas. No te estoy ocultando nada.

— ¡¿Por qué no puedes decirme las cosas?! ¿Por qué debo esperar que tu mamá me lo diga? ¡Siento que estoy sola en esto! ¡Sola yo siendo comunicativa! ¡Solo yo queriéndote sin recibir nada a cambio! No estoy rogándote que me quieras, solo que no me ocultes las cosas.

Bueno, ya basta. Me acerco y tomo su rostro observándola fijamente. Si quiere escucharme hablar, entonces que me escuché.

—Escucha bien lo que voy a decirte Grace Elizabeht Spear Hamilton. Samantha me vale mierda, no me importa, no la quiero. La razón por la que no te dije es porque fue un asunto profesional y breve, porque fue insignificante para mí y me gusta nuestra relación como para joderla o crear disgusto por eso, lo cual gracias a mi madre no he podido evitar.

Las palabras solo escapan, dejo ir cada pensamiento. Me disculpo por no ser hablador, me gustaría ser más comunicativo. Ambos sabemos que lo mío no son las palabras, hago preguntas que yo mismo respondo y finalmente lo digo:

» ¿Necesitas que te lo diga? De acuerdo, te quiero, Grace. Lo hago.

Su boca se abre y sus brazos rodean mi cintura mientras me abraza, respiro lentamente sin creerme todo lo que he dicho sin titubear. Finalmente se lo he dicho.

—Lamento no haberte dicho de ese encuentro.

—Es tu exnovia Ethan.

—No creo que vuelva a suceder un encuentro planificado y si es así prometo decírtelo. Voy a tratar de ser más comunicativo.

—Sé que me quieres. La manera en la que me tratas me lo deja claro, pero no voy a fingir que no me derrite haberte escuchado decirlo.

Río, beso su cabeza y tomo una vez más su rostro entre mis manos. Le digo cómo no debemos darle gusto a mi madre, no dejaré que cree problemas entre nosotros. Tengo algo bueno con Grace y no va a arruinarlo.

Me pide que deje libre a Bucker y lo hago, de inmediato escucho los gritos de mi madre y reímos. Bucker y Grace merecen la comodidad de mi hogar y no voy a incomodarlos por mi madre.

Tomo la mano de Grace, debemos volver y acabar con esta visita inesperada.

—Vamos.

— ¿Puedes derretirme de nuevo con esas dos palabras?

—De hecho son tres si incluimos tu nombre.

La obligo a caminar y parece frustrada de mi respuesta. Nos hago detener y giro mi rostro hacia ella, le sonrío.

—Te quiero, Grace.

***

10 de julio, 2014.

—Me encanta tanto tenerte en mi cocina, Ethan.

Le sonrío a Hannah mientras termino de cortar los vegetales y lo agrego a la pasta. Ella se encarga de los filetes de res. A veces Hannah me escribe y me invita a cocinar con ella, nunca puedo negarme y admito que se siente bien, es como tener una mamá que se preocupa por mí. Me sucede lo mismo con Emma y Alana.

—Siempre es un gusto para mí, Hannah.

—Entonces, cuéntale a Hannah todo sobre ese corazón tuyo con dueña. Sin pena alguna.

— ¿Es una emboscada?

—Solo quiero asegurarme de que otro de mis bebés consigue el amor—suspira y sonríe. Nadie puede resistirse al encanto de la mamá Jefferson.

—Mi novia es muy buena, en realidad ella es maravillosa—sonrío—. Es tierna, divertida, preciosa y muy ocurrente—además de compartir conmigo un sexo fabuloso, pero eso no voy a decirlo—. Me siento bien en nuestra relación. No lo sé, a veces me asusto, pero me gusta todo esto.

—Te ves tan feliz, no esperaba escucharte hablar así tan pronto.

—Solo sucedió, supongo que algunas cosas no pueden detenerse.

—Y tampoco quieres detenerlo ¿Cierto?

—Tampoco—soy sincero. Me da una sonrisa maternal.

— ¿Te cuento un secreto, Ethan?

—Si gustas.

—Estoy muy orgullosa de ti, cariño. Eres un hombre excepcional y mereces cosas maravillosas de esta vida. Tu felicidad también me hace feliz porque eres otro de mis bebés. No te traje al mundo, pero te amo como si lo hubiese hecho. Te adopté junto a mis otros dos hombrecitos de BG.5 y seré feliz siempre que ustedes lo sean.

Parpadeo continuamente sintiendo un nudo en mi garganta, todo lo que puedo hacer es sonreírle y murmurar un «gracias», pero Hannah sabe que estas palabras significan mucho para mí.

Luego de cocinar comemos y cuando Carter llega, luego de conversar unos momentos, me retiro y voy directo a llamar a Grace cuando recibo una llamada de Jeremy que solo me deja sintiéndome angustiado: Grace está en el hospital.

***

Es una completa mierda escuchar a Jeremy decirme que Grace fue atacada por un grupo de "fanáticas" junto algún maldito bastardo, por suerte ella se encuentra bien. Por un momento terrible pensé que la perdería y eso me asustó mucho, no podía ni imaginarlo.

Ahora cuando indican que puedo entrar no pierdo el tiempo en hacerlo llamándola y la encuentro. Sus labios tiemblan antes de que la envuelva en mis brazos. La doctora pregunta quién soy y luego comienza a explicarme todo seguido de unas indicaciones, la enfermera inyecta algo en la bolsa de Grace, y luego ambas se retiran dejándonos solos.

—No sé... que ha sucedido— susurra—. Todo pasó muy rápido.

Dejo de abrazarla para sostener su rostro y evaluar el daño. Luce maltratada y algunos moretones ya se notan en sus pómulos.

—Estoy muy mal ¿Verdad? Ni siquiera puedo ver por un ojo.

—No me dejan acercarme a la habitación en donde está ese hijo de puta.

— ¿Está aquí?

—Jeremy hizo un grandioso trabajo para dejarle unas pocas cosas rotas.

—No estaba solo.

—Lo sé, Jeremy le ha dicho eso a la policía. Necesitan tomar tu declaración y esperar que esa basura despierte para que diga todo.

—No sé por qué me atacaron.

—Naomi y Jeremy dicen que mencionaste algo sobre que te sentiste siendo seguida.

—Pensé que estaba delirando. Pensé que iba a morir—mi corazón se contrae cuando comienza a derramar lágrimas. Grace no merece esto—, fue como tener a Jorge de nuevo sobre mí para lastimarme.

—Lamento no haber estado ahí, Grace. No me gusta pensar que pudo pasarte algo peor, verte así ya me está doliendo.

»No sabía que pensabas que personas te estaban siguiendo, de ser así yo hubiese asignado guardaespaldas para ti. Lo siento mucho.

—No es tu culpa, ni siquiera sabemos por qué lo hicieron.

—Naomi dijo que Jeremy bajó aprovechando que tú lo hiciste para proponerte ir por comida china y reaccionó en cuanto te vio siendo atacada.

—Bendita sea la comida china en ese caso ¿Qué tan mal me veo?

—Para mí sigues siendo una de las rubias más bonitas que he visto.

—Estás siendo amable.

Vuelvo a abrazarla agradeciendo que esté bien. Le hago saber que me asusté y que deseo que nada malo le pase. Conseguimos bromear un poco sobre Jeremy siendo un héroe. Beso su frente y suspiro. A veces no debe esperarse hasta el último instante para ser sincero.

—Te quiero habladora, me alegra que esto no llegara a más. Me alegra tenerte en mis brazos.

—También te quiero, me haces sentir mejor ahora.

***

12 de julio, 2014.

Estoy súper cabreado y no es un secreto. El tipo que atacó a Grace solo obtiene unos meses de escarmiento y expediente abierto, y ella aceptó esa mierda. Y estoy molesto de verla lastimada porque entonces recuerdo que soy la razón por la que se encuentra así. Por los celos de chicas que se hacen llamar mis fanáticas.

Debemos disfrazar lo que sucedió para no causar un escándalo, así que tengo que tragarme mi cabreo.

Y Grace está irritable porque está encerrada, no quiere que su familia la vea de ese modo, además está hasta el cuello de que me culpe. Estamos a instantes de estallar.

Le entrego un jugo y me da una mala mirada.

— ¿Qué?

—No quiero un jugo, no lo pedí y si lo quisiera puedo caminar y hacérmelo yo misma.

— ¿Qué carajos? ¿Va en serio? —estoy incrédulo.

—Va muy en serio. Deja de tratarme como a una enferma y verme con toda esa amargura. Esto no es mi culpa y tampoco es tu culpa.

—Pues perdóname por sentirme impotente de ver a mi novia ser atacada por quienes dicen amarme y perdóname por querer hacerte todo sencillo. ¿No quieres el jugo? Pues dame el maldito jugo entonces.

—Toma tu maldito jugo.

Tomo el vaso de mala gana y lo dejo sobre la mesita de noche. Me ordeno no alterarme y calmarme.

—Si luego lo quieres ahí...

—No. Si quiero mi jugo yo misma me lo hago.

—Estás siendo irracional.

—Estás siendo un dolor de culo. Estás agobiándome con tu actitud de soy el culpable de todo lo malo del mundo. Y deja de quejarte de estar conmigo.

— ¡No estoy quejándome!

—Me asfixias. Y estás cabreado.

—Claro que lo estoy.

—Pues metete tu molestia por donde sea conveniente.

—No dijiste eso—digo calmadamente.

—Vete a la mierda.

— ¿Perdón?

—Que te vayas a la mierda, imbécil ¡Me tienes agobiada! Si tanto odias estar aquí vete a la mierda que es donde debes estar en este momento.

—Retráctate, por favor.

—No me gusta cómo estás actuando. Así que vete a la mierda.

En silencio tomo mi abrigo bajo su atenta mirada, siento mi cabeza palpitar mientras aprieto mis labios. Tomo el maldito vaso de jugo y salgo de la habitación. Le entrego el vaso a Lola que me mira con ojos muy abiertos.

—Si me llega a necesitar, no dudes en llamarme. No voy a recibir su fuego.

Salgo del apartamento en completo silencio y solo cuando estoy en mi auto grito exasperado. Por un momento quiero sacudirla y hacerla entrar en razón. ¿A la mierda? bueno, no sabrá de mí en la mierda.

***

14 de julio, 2014.

¿Qué haces cuando tu novia te manda a la mierda? Vas y te inspiras y resulta que comienzas a escribir una canción. No una de odio. Toco los acordes y me gusta la melodía. Parece que estoy inspirado, vaya cosa.

Aquí, en mi habitación, rodeado de bolas de papel, escucho a Bucker ladrar justo antes de que suene el timbre. Me pongo de pie y cuando abro la puerta hay un tipo con un enorme arreglo de girasoles.

—Eh, creo que estás confundido.

— ¿Ethan Jones? —Alza la vista—. Oh, Jesús. Usted es Ethan Jones.

—Ehm, sí.

—Esto es para usted, señor Jones.

Dudoso tomo el arreglo y lo dejo sobre el suelo porque él necesita que firme la hoja de recibido, su mano tiembla y enarco mi ceja.

» ¿Puede firmar mi camisa?

— ¿No es esa tu camisa de trabajo?

—No importa. Soy un gran fan de usted y la banda. Nadie va a creerme esto.

—De acuerdo—sonrío firmando la manga de su camisa y entregándole el marcador, meto la mano en el bolsillo de mi pantalón y saco la púa que estaba usando—. Aquí tienes, te la regaló, solo no digas dónde vivo.

—Oh, Dios mío. Muchas gracias—estrecha mi mano con mucha rapidez—. De verdad es usted una estrella, lo admiro un montón.

—Gracias, ten buen día.

Lo veo irse y sonrío antes de sacudir la cabeza. Recojo el arreglo de girasoles y lo dejo sobre la mesa. Bucker da vueltas alrededor ladrando. Tomo la nota.



«Solo puedes irte a la mierda si me llevas contigo. Te quiero, lo siento»



—Uhm, entonces si son para mí. Me temo que por un tiempo me voy a la mierda solo, cariño. Luego te haré unirte, pero primero la canción—Bucker ladra— ¿Y debemos hacerla pasar un momento de angustia, Bucker? —Ladra y yo río—. Ven, vamos a seguir en busca de la canción para nuestra habladora.

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