Escenas extras de Los Miedos...

By darlis_steff

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Ethan Jones es el hombre que siempre debió ser: Es feliz. Tiene esperanza. Venció sus miedos. Y tiene... More

Ethan Jones
Pasado
La decisión de Samantha
Rubia Bonita
Unos buenos segundos
Su favorito
Otro tipo de hombre
Un paso a la vez
No todas las rubias, solo una
Más que un beso
¿Te gusta?
Más razones para caer
De frío a caliente
Demasiado bueno para ser verdad
Primeras Veces
Flores para Ethan Jones
Fallando en la prueba
Recuperando a Grace
Dolor
Avanzando
Pasos a la felicidad
Positivismo
Planes a Futuro
Alcanzando la Felicidad

Malo para el juego

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By darlis_steff


Malo para el juego.



2 de junio, 2014.

— ¿Por qué me miras así, Andrew?

—Porque estoy cansado de ti.

—Mierda ¡Andrew va a cortar a Ethan! Debo grabar esto.

Alzo mis manos sin entender de dónde viene ese reproche de Andrew o quizá sí. Se cruza de brazos y alza la barbilla de manera desafiante.

— ¿Qué te hice? —pregunto.

—A mí nada. Pero tendrías que ser muy idiota si no te das cuenta de a quién le has hecho algo. ¿Te suena Grace? Ya sabes, la novia que de seguro vio tus múltiples fotos con modelos de manos cariñosas.

—No le he hecho nada a Grace. No he sido infiel.

—Aunque están fingiendo—dice Harry como si quisiera envolverme en las continuas palabras que vivo repitiendo.

—No pasó nada con Nanette.

Andrew camina calmadamente hacia mí, se detiene de frente y me observa con fijeza.

—Tienes algo grandioso en tus manos Ethan, algo que Grace y tú han construido, puedes obtener felicidad de ello ¿Por qué querrías arruinarlo?

—No...No lo quiero arruinar.

—Entonces deja de sabotearte porque es agotador verte dirigirte muy a gusto contra una pared y si no quieres intentarlo entonces déjala ir, no tienes por qué hacerle pasar malos momentos.

—Muy bien niños, se acabó el recreo vengan que quiero informarles algo—anuncia Max entrando a la sala de ensayo, Andrew palmea mi hombro.

—No seas tu propio enemigo.




¿Por qué arruino las cosas? Grace acaba de entrar como un tornado lleno de furia, ni siquiera me observa y entonces la conversación con Max comienza y todo lo que sé es que ella está terminando de fingir. Está dejándome.

No quiero eso. Mierda.

Felicita a Max por su trabajo y luego se acerca a mí. Lucen tan molesta, triste y frustrada qué no sé qué hacer. Trato de pensar antes de actuar, para analizar qué podría salir mal, no soy bueno en respuesta o decisiones rápidas y ella está a instantes de descubrirlo.

—Puedes decir que rompiste conmigo, cómo quieras. Puedes decir lo que quieras en tu comunicado— anuncia— ¡Listo! Se acabó fingir, sigue adelante y disfruta.

Asiente con su cabeza como si estuviera teniendo algún pensamiento serio. No puedo dejar que se vaya. Me interpongo entre ella y la puerta, y eso parece enfurecerla aún más.

— ¿Y a ti que te sucede? ¿Te has vuelto loca? —palabras equivocadas, retráctate Ethan.

—Maldito bastardo infiel.

— ¡Ufs! Ese insulto tiene que doler— Doug se escucha. Estoy sorprendido. Mierda, Andrew tenía razón ¿En qué estuve pensando al salir de fiestas? No fui infiel, pero no luce bien. El dedo de Grace se presiona contra mi pecho.

—Me hice la tonta de tus fiestecitas con modelitos. De tus fotos amigables con ellas. No cuestioné que te volvieras un novio fantasma ¡Como si no fuera suficiente con ser un novio falso! ¡No te basta con ello! Tengo que despertar viendo tus fotos cenando y yendo de fiesta y manitos calientes con esa... ¡Esa...!

» ¡Con ella! Con quien me dijo que debíamos ponernos al día para hablar de ti. Pues vete a fingir o lo que sea con Nanette. Cumplimos lo que debíamos, ya podemos dejar de fingir. Fue un placer, gracias, a la orden.

—Detente, estás hablando muy rápido y no me dejas defenderme—otra cosa equivocada para decir. Mierda, estoy desconcertado y no estoy pensando antes de hablar.

—Muy bien, ronda de preguntas rápidas.

No, no, eso no.

—Ethan no es bueno en ese juego— Doug de nuevo decide hablar, no es que esté diciendo una mentira.

— ¿Estabas anoche con Nanette?

—Maldita sea—siseo.

— ¿Fueron a cenar?

—Sí.

— ¿Tomaste sus manos en ocasiones?

—Sí, pero no...

— ¿Te estabas divirtiendo?

— ¡Joder, Grace!— llevo mis manos a mi cabello, frustrado por la manera en la que mis respuestas cortas no hacen nada por mí. Esto es una mierda.

—Tienes razón, Ethan no es bueno en este juego— apoya Harry a Doug.

— ¿Todas las fotos son reales, verdad?

—No las he visto.

—Deja que yo te hago el favor.

Me muestra su celular. Hay tantas imágenes sujetas a malinterpretarse. Todo es incluso peor porque capturaron a Nanette agarrándome el culo, no es como si eso hubiese durado más de cinco segundos, pero son unos malditos expertos en capturar lo que te haga lucir peor. El celular es arrebatado de mis manos y me sorprendo mientras la veo guardarlo.

— ¿Tu tipo son las modelos, verdad?

—No... sí, pero no... Es que...

—Ahórrate el balbuceo, última pregunta ¿Quieres una novia real?

Silencio. Veo a mi alrededor. Andrew sacude la cabeza como si estuviera exasperado mientras Dexter gesticula «habla». Quiero hacerlo, pero estoy en una especie de pánico ante la pregunta. No quiero una novia real cualquiera, quiero a Grace como esa novia. Pero la idea es aterradora y por un momento no sé cómo afirmarlo.

Sus mejillas se sonrojan, luce avergonzada y es horrible que sea mi culpa. Dice unas palabras más y se aleja. Se va.

— ¿Qué mierda, Ethan? Solo te quedaste como un imbécil sin lengua—Dexter se cruza de brazos.

Sacudo mi cabeza y salgo del estudio en busca de Grace, cuando llego al estacionamiento se está yendo. Paso las manos por mi rostro.

— ¡Ah! ¿Por qué todo lo arruino? —Pateo el caucho de algún auto que me hace doler el pie, pero no me importa— ¿Quieres tener algo serio con Grace Spear, Ethan?

Y sé la respuesta a eso.

***

4 de junio, 2014.

De nuevo estoy sufriendo para lograr dormir, me giro hacia el otro lado y nada. Mi mente me tortura. Paso un brazo por mi rostro, pero es inútil, no puedo dormir.

Enciendo la lámpara y tomo la libreta de la mesita de noche junto al lapicero. Aquí vamos.



Razón #54 por la que me encanta Grace: porque cantar juntos me hizo saber que ella brilla mucho más que yo, que cualquiera.



Razón #55 adoro sus tetas.



Razón #56 me encanta su voz, los distintos tonos que usa en ella dependiendo de su estado de ánimo.



#Razón #57 está enloqueciéndome y parece que eso me encanta. Masoquismo.



Bucker alza las orejas y despierta. Hago una mueca.

—Lo siento amigo, pero de nuevo estas razones no me dejan dormir. Debo escribirlas, estoy seguro que tú también tiene razones y puedes ayudarme, la noche será larga.

***

5 de junio, 2014.

No me importa tener que esperar horas por Grace. Suficiente me ha esperado ella.

Estoy aterrado, asustado y nervioso sobre cómo se supone que seré yo en una relación. Se siente como dar el primer concierto, sin saber si voy a arruinarlo y pensando en todas las cosas que podrían ir mal. Pero quiero intentarlo, Grace realmente me gusta mucho y quiero esto. Quiero intentarlo.

Estoy apoyado en la pared al lado de la puerta de su apartamento, esperaré todo el tiempo que sea necesario. Unos zapatos acercándose captan mi atención, me enderezo de inmediato dándome cuenta de que es Grace. Grace que camina extremadamente lento como si prorrogara todo lo que puede el llegar hasta mí, por un momento casi río de eso, pero sé que eso no la haría ni un poco de gracia.

— ¿Vienes a advertirme sobre que ya vas a hacer el comunicado de ruptura?

—No. Vengo a dar mejores respuestas a las de la vez pasada.

—Ya déjalo Ethan.

Y no pienso dejarlo. Así que tomo aire y lo suelto. Hablo sobre cómo me asusté de lo que sucedió en mi casa, sobre cómo casi lo hicimos tan real, deseé tanto en el momento en el que ella me detuvo que todo fuera real y eso me asustó. Sé que suena extraño, pero son parte de mis miedos y es difícil lidiar con ellos. Explico las fiestas, las amigas y Nanette.

Ella permanece en silencio y no puedo creer que eso me ponga nervioso, así que continúo hablando, como si en esta ocasión el título de hablador me lo llevara yo.

—No fue que invité a Nanette, coincidimos en un lugar y luego cenamos. No es mi amiga, solo conversamos muy poco. Sé cómo lucen las fotos pero quiero esperar que crees en mí y en mi palabra. No pasó nada porque tú has arruinado todo.

— ¿Perdón?

Parece ofendida y es momento de hablar bien si no quiero que lo malinterprete.

—Sí, has vuelto un lío mi cabeza. Ahora tengo locas ideas y me cuestiono muchas cosas.

—No voy a disculparme por eso.

—No te estoy pidiendo que lo hagas, Grace.

—Ethan, no eres el único que tiene una cabeza confundida. Tú me tienes en la locura—alza sus manos—. Acepto tus disculpas y creo en tus palabras sobre que no hiciste nada malo pero igual terminó lo de fingir.

»Hace dos meses comenzamos esto de manera inofensiva pero ya no lo es, al menos no para mí. Porque tú puedes decir que no eres bueno para ser un novio, pero resulta que eres bueno para mí y terminas por confundirme deseando más de lo que das. Y no está bien, no es bueno pensar de ese modo. Así que es muy necesario que esto de fingir acabe y ya.

—Yo estoy de acuerdo, Grace. Terminamos de fingir, no es correcto y solo está causando problemas.

Hace una mueca y da un paso hacia su puerta mientras lo acepta y en una indirecta me pide que me vaya. Suspiro, aquí vamos.

—No me gustas, Grace. Tú más que gustarme me encantas, habladora.

Gira su cabeza para observarme, se ve tan sorprendida, sonrío. Digo que me está enloqueciendo, cómo pienso en ella, cómo la deseo. Sobre querer hacerla sonreír, lo fuerte y real que creo que es. Y menciono como he pasado la noche enumerando las razones por las que me encanta. Una parte de mí me grita que eso no suena como solo atracción, pero no necesito asustarme más de lo que estoy con esos pensamientos, por lo que lo ignoro.

Comienzo a recitar mis razones, llego hasta la número diez y sus ojos brillan mientras todo lo que hace es observarme.

—Puedo seguir contando Grace, pero te advierto que la lista es infinitamente larga porque esa noche solo la pasé pensando en cada cosa que me encanta de ti y cuando terminé de contarlas ya había amanecido.

—Oh, Dios mío.

— ¿Quieres saber otro miedo? Me da miedo querer intentar algo para lo que pensé no ser bueno, pero me da miedo ser un imbécil y solo seguir adelante sin intentarlo.

»Tienes razón, no podemos seguir fingiendo. Porque no se puede fingir algo que comienza a sentirse tan real.

—Estás haciendo cosas locas con mi respiración, Ethan Jones.

—Tú haces cosas locas con la mía— río y paso una mano por mi cabello, ella hace cosas locas con la mía y mi cordura—. Está bien, estoy de acuerdo con que dejemos de fingir, pero espero y tú estés de acuerdo con hacerlo real. Soy un acelerado que ni siquiera está pensando en comenzar por invitarte a salir. Yo quiero empezar por hacerte mi novia real, aunque bueno, creo que ya desde hace tiempo estás siéndolo.

Me ve incrédula y pregunta si estoy bromeando, no hay manera en la que bromee sobre esto.

—Lo loco es que crees que no eres bueno en esto y justo ahora tienes a mi corazón latiendo como un loco por todo lo que has dicho— ríe— ¿Quieres realmente hacer esto o solo no quieres hacerme sentir mal?

—Yo no haría algo que no quiero, Grace.

—Fingiste conmigo.

—Porque quería sacarte del lío que te había metido. Lo hice porque quería, nadie me obliga a hacer algo. Si digo que quiero que seas mi novia es porque así es.

» ¿Estás acaso divagando porque quieres decirme que no y rechazarme? Porque si eso es lo que está pasando, entonces quiero recordarte que se supone yo soy tu BG.5 favorito.

—Eso es hacer trampas.

—A veces uno tiene que agotar sus recursos. Entonces ¿Qué me dices, habladora?

— ¿Crees que alguna vez una fiver rechazaría ser tu novia? Mi lado fiver dice que sí y el lado sensato que te ha conocido mucho en esto dos meses dice que sería una decisión equivocada decir que no.

— ¿Debo asustarme porque te dividas a ti misma como en dos partes para tomar una decisión?

—No. Las dos partes son inofensivas... novio real.

No puedo evitar darle una amplia sonrisa, tomo su mano y tiro de ella hacia mí. Mi espalda es sostenida por la pared y mis manos están en la suya. No pasaron muchos días, pero creo que me acostumbré a tener a mi habladora alrededor.

— ¿Sabes que puedo arruinarlo, verdad? Esto puede ser un épico desastre.

—Tú eres el pesimista que dice eso, yo siendo la positiva te digo que puede ser un épico desastre muy bueno.

—Puedo llegar a ser un novio de mierda, lo lamento si eso sucede.

—O puedes llegar a ser uno maravilloso.

—Y...

—Oye, cállate. Tu pesimismo está deprimiéndome—río—. Relájate, yo tampoco sé cómo es la cosa de ser una novia, estaba aprendiendo contigo y supongo que seguiré haciéndolo —sus brazos pasan alrededor de mi cuello y está tan cerca que eso definitivamente me gusta—. Estamos en esto juntos. Vamos a aprender juntos.

—Esa es una buena idea— mi nariz acaricia la suya, siento su aliento contra mi boca. Sí, no va a pasar mucho tiempo para que la bese.

Asegura que quiere escuchar luego todas las razones por las que me encanta y le prometo que así será. Cierro mis ojos y beso a quien ahora es mi novia real.

No quiero arruinarlo.

Asusta muchísimo.

Pero ¡Mierda! ¿Puedo irme sin siquiera intentarlo? No, no soy cobarde.

— ¿Significa esto que nos conocemos, Ethan?

—Nos conocemos, Grace.

***

12 de junio, 2014.

No recuerdo la última vez que tuve una cita, recuerdo con quién, pero no cuando. Fue Samantha, pero fue diferente.

Esta cita ha sido diferente, empezando porque no estaban los nervios torpes o tensión, fue divertido y pasé la mayor parte del tiempo ayudando a Grace a comer sushi, no me quejo, eso me llevo a robar unos cuantos besos.

Guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón mientras ella camina delante de mí, saliendo del restaurante. Veo ese pantalón que parece adherido a su piel y me da un vistazo increíble de su culo. Hay mucho deseo por Grace.

Doy pasos grandes para alcanzarla y tomo su mano entrelazando nuestros dedos, me sonríe.

Espero a que traigan mi auto y llevo mis manos a su cintura atrayéndola. No puedo dejar de besarla, parezco un idiota, pero no puedo. Y la vuelvo a besar acariciando su cabello con una de mis manos, ella no protesta, por el contrario parece tan ávida de un beso como yo. Alguien se aclara la garganta y me doy cuenta de que el auto ya se encuentra frente a nosotros, Grace se sonroja pero ríe.

Mientras conduzco a su hogar pienso en cuánto deseo a Grace. No sé cuántas veces me he masturbado desde que comenzamos a "fingir" y el número de duchas frías que he tomado es incontable. La deseo tanto que comienzo a lucir como un hombre primitivo que todo lo que piensa es sexo.

Estar en abstinencia es una mierda. Es enloquecedor, implica dolor de pelotas y hacerme gruñir un montón. No es que solo la quiera para sexo, pero quiero tener sexo con ella. Mucho, demasiado, en muchas posiciones, en muchos lugares y situaciones.

Mantenemos una corta conversación durante el camino y cuando me detengo frente al edificio donde vive, tamborileo con mis dedos el volante y decido solo dejar caer la pregunta.

— ¿Qué es lo que no te gusta del sexo, Grace?

Parece desconcertada y le recuerdo aquella vez en la que me hizo tan fatídica confesión. Permanecemos en silencio porque ella sigue sorprendida de mi inesperada pregunta.

—No me sentía cómoda. Estaba siempre pensando sobre lo que pasaba y pasaría. Del antes y el después. De que todo saliera bien, de que no me vieran.

— ¿Sabían sobre tu espalda?

—Solo he estado con dos chicos Ethan. Y Anthony lo sabía.

— ¿Anthony? ¿Él de la boda? ¡Diablos! Él me había agradado.

Supongo que ya no me parece tan inofensivo como aquella vez en la boda de los amigos de Grace, es una lástima, pero así es la vida.

—Anthony era como mi novio.

—Grace ¡Vamos! No me des la historia. Soy muy bueno haciéndome imágenes luego en la cabeza.

Y no quiero pensar en ella con otro, ilógico, pero solo quiero pensar en ella conmigo. Ríe y juega con sus dedos como si fuera toda una niña buena.

Me atrevo a preguntar si lo dejó verla y si respuesta es negativa. Recuerdo entonces a ambos que yo he visto su espalda y como aún se siente cómoda a mí alrededor, lo cual agradezco, no tiene nada que ocultarme. La acepto como es.

—Y cuando nos besamos, cuando las cosas se salen de control yo noto las reacciones de tu cuerpo. Te gusta.

—Excitarme nunca ha sido el problema, el problema viene cuando la ropa se va.

—Este es el momento en el que es mi deber recordarte que te tuve contra mi desnuda en una ducha en donde tu piel estaba resbaladiza por el agua y no fue tu incomodidad lo que nos detuvo.

—Cierto.

Saco mi cinturón de seguridad y hago lo mismo con el suyo. Tomo su cintura y la atraigo hasta tenerla a horcajadas sobre mi cuerpo. Esta posición es una tortura muy dulce.

— ¿Qué haces?

—Trato de verificar que tan cómoda estás a mí alrededor ¿Puedo tocarte?

— ¿Dónde?

—Aquí— sostengo su cintura por debajo de su camisa sintiendo su piel suave— y aquí.

Subo un poco más mis manos por su costado, mantengo la vista en ella, estoy llegando a su sujetador y me inclino pasando mi boca por su barbilla. Me alejo y la respiración de Grace es un desastre.

— ¿Te sientes incómoda, Grace?

—No.

— ¿Y qué tal si te toco aquí?

Mis manos caen en sus tetas que me encantan y aunque están ocultas por el sujetador, eso no rompe el momento. Las presiono y muevo, y ¡Ah! Quiero arrancarle la ropa cuando hace un pequeño gemido. Esto es tortura, esto es masoquismo.

— ¿Te incomoda, Grace?

—No.

Sonrío y con todo el pesar que puede haber en mi perfecto ser, saco mis manos despidiéndome con un hasta pronto de sus tetas. Tomo su rostro y me consuelo besándola de manera lenta. Lo cual solo me enciende más.

— ¿Sabes por qué no te incomoda, habladora?—pregunto contra su boca y en respuesta niega con su cabeza, parece que está en algún trance, es divertido e incluso un poco adorable —. Porque confías en mí, porque sabes que ya he visto lo que escondes y sigo aquí.

Me inclino hasta su oreja luego de retirar cabello de su rostro.

—Sabes que conmigo va a gustarte cada segundo del sexo—susurro porque necesito dejar todo muy claro—, y cuando suceda ambos vamos a desear más.

—Eso ha sonado... ¡Hace calor!

Río y beso el lóbulo de su oreja, luego tengo que hacer otra cosa que me cuesta la vida: hacernos salir del auto. La acompaño hasta su apartamento, la abrazo y se siente bien. Deseo el cuerpo de Grace, pero también hay algo en ella que deseo, algo más allá de lo físico y el sexo. Me gusta abrazarla, me hace sentir bien. Sin embargo eso no quiere decir que mientras la abrazo no aprovecho de dejar mi mano en su culo.

—Creo que eres consciente de que me estás tocando el culo ¿Verdad?

—Sí. Me gustó cenar contigo.

—A mí también, he decidido que definitivamente serás mi compañero de sushi.

—Y he decidido que será todo un placer.

— ¿Ya terminaste de tocar mi culo?

—No, dame otros pocos segundos—río.

Me encargo de hacerle saber las indicaciones de mañana sobre el concierto. Me despido con otro beso y mientras regreso a mi auto pienso en ¿Por qué no lo hicimos real desde el comienzo? Tener a Grace de novia no es malo. Creo que de hecho, me gusta mucho todo esto de una relación. Extraño.


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