Capítulo 24
Culpa:
Clarke se encontraba en el living de su casa, senada sobre la alfombra y con todos los informes de Megan sobre la mesa ratona y esparcidos meticulosamente por el suelo, había perdido la cuenta de cuantas horas había estado allí, leyéndolos una y otra vez, repasando cada paso que habían dado y cada paso que debían dar, la operación estaba a la vuelta de la esquina y quería no perder ningún tipo de detalle, no quería fallar, aquella pequeñuela tenia puesta todas sus esperanzas en ella y en Lexa.
- Cariño ¿Todavía estas allí? – le preguntó Niylah cuando cruzo la puerta de entrada.-
- Claramente.- contesto con sus ojos todavía en las hojas. –
- Tendrías que descansar, Clarke. Mañana es la operación y hace horas que estas allí leyendo esos informes que ya seguramente te sabes de memoria.-
- Sí, debería. – Clarke llevo una de sus manos hasta su cuello masajeándoselo. – Podría tomarme una pequeña siesta antes de cenar.
- ¿Qué quieres que te haga de cenar? – Niylah se sentó en el sofá justo detrás de Clarke, paso sus piernas por los costados de la rubia y llevo las manos hasta sus hombros comenzando a masajearlos.-
- Lo que quieras tú... Mmmm... - Clarke cerro sus ojos.- eso se siente bien. –
- Vamos a la cama, te hare mejor los masajes. – Niylah se levanto del sofá tomo la mano de la rubia y la guio hacia el dormitorio.-
Cuando llegaron a la habitación, Niylah se deshizo de la camiseta que Clarke estaba usando, le indico que se recostara en la cama boca abajo mientras ella buscaba una crema para poder hacerle masajes. La ojiverde se sentó a horcajadas de Clarke, le desabrochó el sujetador y comenzó a masajear su espalda, quedándose más tiempo en las partes donde Clarke más lo necesitaba.
En un momento, Clarke se giro quedando boca arriba, tomo una de las manos de Niylah y tiro de ella para que la rubia quedara recostada completamente sobre ella, unió sus labios con los de su novia, Niylah respondió el beso gustosa.
Se fueron quitando la ropa que en ese momento estorbaba, quedando ambas completamente desnudas, hacia ya un tiempo que sus cuerpos no se sentían de esa manera.
Clarke cerro sus ojos intentando disfrutar de cada beso, de cada caricia pero en el momento que se había dado vuelta, en el momento en el que le comenzó a besarla de esa manera, se dio cuenta de que no había sido una buena idea, por más que la abrazara, por más que la besara, por más que le dijera que la amaba, que la extrañaba, Clarke parecía estar ausente, completamente ausente. Sentía los labios de Niylah por cada parte de su cuerpo pero no eran los labios que quería sentir, sentía como la rubia gemía muy cerca de su oído pero por más que lo intentaba esos gemidos que antes la podían transportar al mejor lugar del mundo ahora no hacían nada más que hacerla sentir incomoda.
Clarke abrió sus ojos y la miro, miro como Niylah estaba disfrutando aquel momento, como disfrutaba sin darse cuenta de cómo ella se sentía y no la culpaba ¿Por qué debería hacerlo?
Abrazo a Niylah, haciendo que sus cuerpos quedaran completamente unidos, escondió el rostro en el hueco de su cuello, no quería que la viera, no quería que Niylah se diese cuenta de lo vacía que se sentía por dentro, no quería que viera como las lagrimas se iban acumulando en sus ojos, no quería que se diera cuenta de que lo único que por su mente pasaba era que necesitaba que se corriera, necesitaba que eso acabara de una vez ya que las ganas de llorar que sentía en esos momentos eran increíblemente enormes.
Por primera vez tuvo que fingir, por primera vez en su vida eso era necesario, eso fue lo necesario para que todo acabase pero eso también fue lo necesario para que Clarke sintiera como la vida que tenia no era lo que quería. Hacer el amor con Niylah esa tarde le hizo darse cuenta de demasiadas cosas, cosas que hace solo un tiempo atrás creía que serian imposibles de volver a sentir.
Clarke se levanto de la cama en el momento que Niylah se había quedado dormida, se dirigió al baño, abrió la ducha y se metió debajo de ella, al primer contacto del agua con su cuerpo, Clarke comenzó a llorar, se sentía fatal. Cada una de las decisiones que había tomado en el último tiempo había sido erróneas, así sea mínima, todas fueron un error y en cada una de ellas lastimaba a alguien que no merecía ser lastimado, a aquella persona que supo como levantarla y sacarla de aquel pozo depresivo, la lastimaba cada vez más y ya no podía seguir haciéndolo, por más que lo intentase, no había nada que pudiera hacer, absolutamente nada... nada más que poner un fin.
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Lexa había terminado de hablar con los señores McNeil, las enfermeras ya estaban preparando a la pequeña Megan para llevarla al área de cirugía. La castaña estaba realmente preocupada, no por la operación, sino porque había visto a Clarke y no era la misma de siempre, tenía claro signos de haber estado llorando, estaba triste y parecía que no estaba completamente concentrada en lo que debería, Lexa no quería meterse en su vida pero esa operación era muy importante, al fin y al cabo era el motivo por el cual ella había vuelto a aquella ciudad.
- Clarke... - musito la castaña, la rubia la miro y le sonrió, o por lo menos hizo el intento.- ¿Te encuentras bien?
- Sí, solo estoy algo cansada, no pude dormir mucho. – suspiro.- ¿Tú como te encuentras?
- Bien, esos dos días en casa me hicieron realmente muy bien, gracias. – Lexa se acerco y se sentó a su lado, dudo por unos segundo pero termino tomando una de las manos de Clarke entre las suyas.- ¿Segura que no te pasa nada? – la rubia simplemente la miro – sabes que puedes contarme lo que sea ¿verdad? Por más que haya pasado el tiempo que paso, esas cosas no cambian, Clarke. Siempre fui buena escuchándote y lo voy a seguir siendo.
- Gracias.- musito – pero ahora no, no quiero distraerme de la operación. ¿Estás lista?
- ¿Lo estás tú?
- Siempre.
Ambas doctoras se prepararon para la operación, cambiándose el mono por uno quirúrgico, cofias y batas, todo completamente estéril para ingresar directamente al quirófano donde Megan ya se encontraba completamente sedada, monitoreada por los anestesistas y las enfermeras.
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La operación había durado alrededor de cinco horas, tuvieron un pequeño inconveniente que hizo que tardaran más de lo estimado pero por suerte y gracias a los conocimientos de ambas doctoras, la operación había sido completamente un éxito.
Después de tantos meses buscando una solución para la pequeña Megan, el día había llegado, por fin pudieron darle lo que tanto quería, por fin podría irse a su casa luego de la recuperación y si todo salía a la perfección, solo tendría que volver dentro de seis meses para una revisión, la pequeñuela ya podría hacer su vida con normalidad, sin estar dependiendo de los mecidos, dejando de vivir en hospitales, podría comenzar a vivir su vida como se debe.
Ambas doctoras les dieron las buenas noticias a los señores McNeil, quienes no sabían de qué manera agradecerles, mucho más a Clarke, ya que la rubia no había bajado sus brazos en ningún momento desde que la pequeña fue ingresada, trabajo con dos pediatras mas antes que Lexa llegara y con la castaña fue con la única que pudo lograr avanzar lo que realmente era necesario.
Flashback:
Lexa había llegado a su casa luego de pasar la noche con Clarke. Lincoln la había pasado a buscar por el apartamento de la rubia, ya que él era su cómplice en esas pequeñas salidas nocturnas, todo parecía ir a la perfección, hasta ahora sus padres no decían nada de que ambos hermanos salieran juntos tan de repente.
Camino a su habitación escucho voces que provenían de uno de los estudios de su padre, frunció el ceño, sus padres no deberían estar en la casa a esas horas, por más que sea sábado. Lexa se acerco lentamente hacia el estudio y noto que la puerta estaba entreabierta, como si en cierto punto quisieran que su conversación sea escuchada, la castaña se quedo parada al lado de la puerta, escuchando atentamente.
- ¿Crees que todo esto es suficiente? – preguntó Gustus.-
- ¿Qué quieres decir? – contesto su esposa.-
- Quiero decir que la demanda contra Jake Griffin comenzó hace más de una semana y está avanzando como si hubiesen pasado seis meses y creo que no estamos consiguiendo nuestro objetivo. Alexandria sigue con esa mocosa.
- Sabes bien que esto solo fue una simple advertencia, aquel medico mediocre estará trabajando en unos días.
- ¿No lo entiendes? Movimos nuestros mejores contactos para estos y Alexandria sigue jugando a las noviecitas, mira ni siquiera puedo decir que es lo que está haciendo.
- Tirando su vida por la borda. Alexandria no es tonta, Gustus. ¿Crees que a este punto no sepa que fuimos nosotros?
- ¿Y si no lo descubre?
- Como menosprecias a tu hija.
- Esa ya no es mi hija. – Gustus se levanto y camino hasta uno de los espejos que tenía en el lugar, se miro en el y se acomodo la corbata.- ¿Esta noche vienen los Murphy?
- Sí, cariño.
- Haz que Alexandria este presente. – Gustus se giro para mirar a su esposa.- Y que no se te escape como la ultima vez.-
Luego de escuchar aquella conversación, Lexa corrió hacia su dormitorio encerrándose en el, ella tenía razón, sus sospechas eran completamente ciertas, sus padres habían planeado todo. Estaba demasiado molesta en esos momentos, lo único que quería hacer era gritar, gritar con todas sus fuerzas, lo único que la dejan un poco más tranquila era saber que Jake volvería a trabajar en unos días, que toda esa situación se normalizaría pero ¿Qué era lo que debía hacer? ¿Alejarse nuevamente de Clarke? Eso era algo que no quería hacer. No la quería perder pero ¿Hasta qué punto los sentimientos de Clarke aguantarían tantas cosas?
Lexa solo deseaba que todos la dejaran en paz, que dejar su vida en paz, ella era dueña de hacer lo que quisiera y por sobre todas las cosas de amar a quien quisiera. Ella amaba a Clarke, la amaba tanto que no comprendía como todo ese sentimiento pudiese entrar en el centro de su pecho.
Lexa debía actuar y debía hacerlo pronto, solo necesitaba un poco de tiempo, nada más que unos días para poder encontrar una solución a eso, ya no permitiría que sus padres la manejaran de esa manera y solo había una forma de hacerlo. La castaña tomo su teléfono y rápidamente tecleo un mensaje para su novia.
Lexa: ¿Clarke?
Lexa se comenzó a poner impaciente cuando pasaban los minutos y la rubia no le contestaba. Suspiro frustrada y en ese momento recordó algo.
Lexa: Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.
Clarke: Travesura realizada.
Clarke: Me pareció extraño que me mandaras un mensaje solo con mi nombre, por eso no he contestado amor. ¿Está todo bien?
Lexa: Sí. No... bueno... sí. Amor, voy a preguntarte algo y necesito que me contestes con toda la sinceridad del mundo. ¿Sí?
Clarke: Claro, Lex.
Clarke: No me asustes...
Clarke: ¿Lexa?
Lexa: ¿Confías en mi?
Clarke: Sí, mi amor. ¿Qué sucede?
Lexa: No podremos vernos por unos días, Clarke. Todo tiene una explicación, lo juro. Pero solo te pido que tengas paciencia, te prometo que esta será la última vez que algo se interponga entre nostras. Te amo, Clarke. Te amo mucho pero hay algo que tengo que hacer, algo que quizás marque un nuevo comienzo, nuestro comienzo. Solo te pido eso, un poco de tiempo, nada más.
Clarke: ¿Cuánto tiempo? No quiero volver a separarme de ti.
Lexa: Yo menos, mi amor. Lo sabes. Serán solo unos días. ¿Sí?
Clarke: Esta bien...
Lexa: No te enojes, solo confía en mí.
Clarke: Confió en ti. Y no me enojo...
Lexa: Tampoco me gusta estar lejos de ti pero es necesario, amor.
Clarke: Te amo, Lex.
Lexa: Y yo te amo a ti, mi amor. Voy a compensarte cada día que pase lejos de ti.
Clarke: ¿Eso es una promesa?
Lexa: Una promesa...
Fin del Flashback.
Ambas doctoras se encontraban en el vestuario, su día de trabajo se terminaba luego de la operación de Megan, ambas podrían ir a descansar todo lo que no habían podido descansar los días anteriores a la operación.
Lexa observo a Clarke mientras la rubia se terminaba de cambiar, todavía la seguía notando triste, perdida en sus propios pensamientos, la Clarke que estaba viendo en esos momentos no se asemejaba a la Clarke que había visto hace unos días atrás.
- Ahora que hemos terminado la operación y ya nos podemos ir a casa. – Clarke miro a Lexa quien había comenzado a hablar.- ¿Quieres contarme que te sucede? – la rubia desvió la mirada y suspiro.-
- Tengo algunos problemas que debo resolver.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – Clarke se rio y negó con la cabeza.-
- No, son cosas que debo solucionar yo misma. – la rubia volvió a mirarla y Lexa le sonrió.-
- Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea.
- Lo sé. Gracias.- le dijo sinceramente. –
- Bueno...- Lexa se puso de pie y Clarke la siguió.- ¿Vamos a descansar?
- Nos lo merecemos.
Ambas doctoras terminaron de colocarse las chaquetas y tomaron sus bolsos. Lexa no podía dejar de mirar a Clarke, por más que intento mantenerse un poco alejada de la rubia no lo logro en ningún momento, cada vez la sentía más y más cerca, todo fue mucho más fuerte desde aquel día que se quedo con ella en su apartamento, aquel día que la cuido como solía hacerlo hace muchos años atrás.
- Clarke. – la llamo Lexa antes de que la rubia pudiera salir de allí.- Fue un placer haber trabajado contigo.
- Gracias, lo haces sonar como si estuvieras por irte de aquí y no volviéramos a trabajar juntas.- La rubia le sonrió.-
- No me iré. Solo que este caso era nuestro y sinceramente fue un placer poder haber pasado todo ese tiempo contigo he aprendido muchas cosas.
- Créeme que yo también aprendí muchas cosas, Lexa. Sé tratar con pacientes mayores, más que nada ancianos pero niños.- negó con la cabeza mientras suspiraba.- nunca, hasta ahora. Cuando los otros dos pediatras no siguieron con el caso pensé que la culpa era mía y estuve a punto de dejarlo.
- Habrán sido nos imbéciles con poca paciencia.
- Claramente eso fue. – Clarke volvió a sonreírle.- bueno, ¿Nos vemos mañana? – Lexa asintió.-
- Espera, Clarke.
- ¿Qué sucede?
Lexa no dijo nada, simplemente acorto la distancia que las separaba y abrazo a la doctora con todas sus fuerzas, cerrando sus ojos esperando a que Clarke correspondiera el abrazo. La castaña soltó un suspiro cuando sintió los brazos de la rubia rodear su cuerpo, apretándola a ella, intentando así quitar cualquier mínima distancia que pudiera existir entre ambos cuerpos. Clarke escondió su rostro en el cuello de la castaña, apoyo sutilmente su nariz en la tibia piel de aquella zona, aspiro su aroma, tan dulce, su piel era tan suave y eso que solo la estaba rozando.
- Descansa, Clarke.- susurro Lexa, cuando se separo del abrazo. –
- Tú también. – le respondió la doctora antes de salir del vestuario.-
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Para cuando la rubia había llegado a su departamento su mente no dejaba de procesar el abrazo que se había dado con Lexa solo unos minutos atrás, como reacciono su cuerpo cuando sintió la calidez de su abrazo, cuando pudo apreciar de nuevo el aroma de su piel, todo lo que había ocasionado un simple abrazo.
Ya lo había decidido, Lexa tranquilamente podría ocuparse del seguimiento y el alta de Megan mientras ella no estaba, necesitaba irse antes de que las cosas fueran cada vez más difíciles, antes de que todo explotara y terminara haciendo mas daño del que haría si solo se alejaba unos días.
Entro rápidamente a su dormitorio, tomo uno de los bolsos, guardo algo de ropa, ni siquiera se molesto en doblarla, simplemente la guardaba como la iba tomando. Tomo la correa de Princesa, a lo que la pequeña Bull Terrier entendió que iban a salir y corrió rápidamente hacia la puerta de entrada. Clarke fue hasta el escritorio que había en el living y le escribió una nota a Niylah, prometiéndole que la llamaría y nada más que eso.
Salió de aquel apartamento casi como entro, a toda prisa. Guardo todas las cosa en el asiento trasero mientras Princesa se acomodaba en el asiento del acompañante, Clarke se subió al auto y lo puso en marcha, no tenía ni idea a donde se iría, solo sabía que quería alejarse.
En un momento su celular comenzó a sonar, lo ignoro, no quería que nada interrumpiera ese viaje. El celular volvió a sonar, Clarke miro su reloj de pulsera, Niylah todavía estaba en el trabajo, suspiro y tomo el celular, aparco el auto, miro el nombre de quien la estaba llamando, cerró sus ojos, los volvió a abrir y deslizo un dedo por la pantalla para atender la llamada.
- Lexa...